Cogimos el tren con destino Wroclaw (Breslavia), el wc de los trenes del 2016 polacos recordaban a los de España del los años 70-80, cuando en el baño solía haber un cartel de no usarlo mientras estaban en una estación. Cuando tiras de la cadena puedes ver como se abre una tapa y todo cae a las vías


Cuando llegamos a Wroclaw, fuimos al hotel B&B HOTEL Wrocław Centrum, hotel con precio económico a medio camino entre la estación y el centro. Tuvimos que esperar para poder dejar las maletas, es lo que tienen los hoteles de bajo coste.
Después de comer estuvimos disfrutando de esta ciudad tan bonita y llena de vida. Aun siendo verano, se respiraba su gran vida universitaria, por la candidad de gente jovén. Visitando la Plaza del Mercado (Rynek), llena de casitas colores. Destaca en la plaza el antiguo ayuntamiento (Stary Ratusz).

En la oficina de turismo encontramos el mayor pasatiempo para visitar una ciudad con un niño que hemos visto. Allí te dan un mapa con la situación de más de 400 pequeñas estatuas de gnomos. Solo tuvimos que darle el mapa al crío y dejarle que nos llevara por toda la ciudad.


Rematamos la visita en la Catedral de San Juan Bautista y luego fuimos a descansar un poco al hotel. Esa noche salimos a cenar, sobre las 22:30 estuvimos cenando uno de los platos típicos polacos, los pierogi (pasta rellena).
