Nos levantamos en nuestro último día en Seúl, y hoy lo primero que hacemos es preparar las maletas, tampoco tenemos mucha prisa para salir temprano porque las máximas hoy son de 0 grados…
Cuando salimos, buscamos un sitio para darnos un desayuno homenaje y encontramos un sitio que tiene buena pinta, fue el desayuno más caro de todo el viaje pero nos prestó jeje, 19,80 euros.
37°34'07.0"N 126°58'57.7"E

El plan para hoy es ir al barrio de Hongdae, un barrio universitario de Seúl famoso por su ambiente, sus cafeterías y restaurantes y las tiendas.
Cogemos el metro y cuando llegamos la primera parada es en la tienda de Kakao Friends, los Kakao friends son los dibujitos de la app de mensajería más usada en Corea del Sur, ya hemos visto alguna tienda, pero esta es muy famosa por ser grande y tener muchas decoraciones, atisbamos un poco pero como la peque ya está en la primera siesta, decidimos volver después para que pueda verlo.


Callejeamos un poco por la zona, pero la verdad es que por la mañana, aunque ya no es temprano, no hay tanta vidilla, además la calle principal está en obras, y lo más importante, el viento es helado, tenía alguna visita exterior apuntada para hacer en las cercanías, pero desistimos por el frío que hacía.




Cuando la peque se despertó, volvemos a la tienda de Kakao friends, y la verdad es que lo pasó, ella y nosotros, en grande, se emocionaba con todos los escenarios y muñecos grandes que había, y le compramos uno que escogió y no se cuantos besos y abrazos le dio en poco tiempo jeje.
Finalmente damos por concluida la visita al barrio, una pena porque me hubiera encantado explorarlo más, pero el frío y el cansancio de todo el viaje hacen que lo que nos apetezca sea volver al barrio conocido y tomarnos con calma la tarde.
Ya en Myeongdong, decidimos ir a comer a unos lugares que nos habían llamado la atención, porque la comida estaba en unas ollas en el centro de la mesa.
Hay varios tipos de platos, casi todos son Galbi, costillas, con acompañamientos y salsas diferentes, estaba bastante bueno y nos costó 19 euros.
37°33'47.9"N 126°59'07.1"E


Entramos en alguna tienda que nos llama la atención, y cuando llega la hora de la siesta, vamos a por el último café de Seúl, nos pilló en un momento en el que sólo veíamos cadenas que ya habíamos probado, y entramos a uno pequeño, y resultó ser otra sucursal del que habíamos ido los primeros días en Gangnam jeje, pero tanto el café como las cookies estaban buenísimas, 12 euros.
37°34'01.9"N 126°58'45.5"E

Por la tarde decidimos ver con calma las decoraciones de Navidad que tienen en el Lotte, la verdad es que son una pasada…




Después de un buen rato, el frío puede con nosotros y nos retiramos al hotel a recoger las maletas, podía habernos dado tiempo a un rato más de paseo, pero es el día más frío con mucha diferencia, fue una suerte que no nos tocaran todos los días así porque creo que hubiera sido complicado disfrutar tanto del viaje.
Mientras nos tomamos un zumo de mandarinas de Jeju en la recepción del hotel, nos aseguramos que tenemos todo, hemos comprado los billetes de Arex el día anterior por Klook, colocamos las cosas de la peque que nos llevamos en el avión, y al poco tiempo ya estamos otra vez de camino a la Seul Station, esta vez hemos aprendido y llevamos a la niña en la mochila para tener ambos las manos libres.

Todos los trámites van con normalidad, y enseguida nos encontramos en el avión despidiéndonos de Corea del Sur.
El vuelo se nos hizo bastante largo en esta ocasión, nos pusieron una cuna pero es bastante pequeña para nuestra hija, y la verdad es que el vuelo a partir de las 10 horas se nos hace duro.
En Amsterdam esta vez la escala no nos supone ningún estrés y tenemos la oportunidad incluso de ver el amanecer, con un café que dista mucho del coreano jeje.
El viaje acaba en Madrid, y este es el único tramo en el que la pequeña llora de todas las horas de vuelo que lleva en toda su vida. Cuando el avión empezó a descender, comenzó a llorar y no paró hasta que aterrizó, no hubo forma de calmarla, ni teta, chupete ni nada, esto lo digo porque a veces pasan estas cosas, incluso si normalmente hacen los vuelos genial, y tampoco pasa nada, hay que tomárselo con calma y ya está, y si alguna persona que no tiene hijos me lee, y especialmente de los que no les gustan los niños en los aviones, decirle que los padres somos los primeros que lo pasamos mal cuando nuestro hijos lloran, pero los bebés son bebés y a veces no hay mucho que se pueda hacer.
Dejaré mis conclusiones en la siguiente etapa, pero os puedo asegurar que este viaje se nos quedará en el corazón para siempre.