Una vez instalados nos acercamos a Itchan Kala, que es la zona amurallada de Khiva, en cuyo interior está lo que más vale la pena de la ciudad. Esta zona rectangular está bordeada por una muralla con 4 puertas en cada uno de los 4 puntos cardinales, Palvan Darvoza por el este, Ota Darvoza por el oeste, Tosh Darvoza por el sur y Bakcha Darvoza por el norte. Su superficie es en torno a 1 km² y su perímetro de algo más de 2 km. Si entras por la puerta este y te diriges recto a la contraria sólo hay 400 m.
Estuvimos en Khiva dos noches, el 2º día mi pareja se levantó a las 6 de la mañana y se fue a la ciudadela, pillándola prácticamente vacía (yo hice pereza y me quedé en la cama hasta el desayuno), por lo que algunas fotos serán de ese momento porque no aparece nadie.
Es la hora de comer y accedemos a la ciudadela por su puerta este. El acceso es gratuito pero si quieres ver las mezquitas, madrazas y demás hay que pagar, creo que la entrada de cada uno costó en torno a 14€ al cambio y daba derecho a la amplia mayoría de las cosas, salvo 3 o 4 que había que pagar aparte en los propios sitios. El ticket llevaba impresa la fecha y hora de adquisición y la fecha y hora de 24 horas después, con lo que no sé si su validez eran 24 horas, desde luego a nosotros nos bastó con ese tiempo. En cada sitio incluido lo enseñabas y pasabas, en algunos te hacían alguna marca.
Junto a esa puerta tengo indicado el restaurante “Khorzem Art” al que entramos, un sitio agradable en el que pedimos una sopa (shurpa), una ensalada, brochetas y carne, eso con dos cervezas y café costó 26€.
En cuanto terminamos de comer accedimos primeramente a la madraza de Allakuli khan, construida en 1835 y ocupada por una tienda y las alfombras y telas tapaban las puertas de acceso al patio, la mujer nos dijo que la entrada no incluía esa madraza, entrada 10.000 sums (0,7€), levantando un poco la alfombra accedimos al patio, totalmente vacío y tranquilo, y la mujer nos indicó que por detrás de otra alfombra podíamos subir a la planta de arriba, supongo que si no le caes bien y no te indica nada ni te enteras de esa posibilidad, pero gracias a ello pudimos acceder a la cubierta de la madraza y sus vistas.
Desde la cubierta además se veía perfectamente la madraza que hay enfrente, la de Qutlug Murod Inoq, de finales del siglo XIX.
Y junto a ambas la mezquita de Ak, sin ningún interés particular.
Un poco más adelante nos encontramos un edificio que nos gustó mucho, el palacio Tosh Hovli construido entre 1830 y 1838 por orden de Allakuli Khan, con un patio enorme desde el que se accede a distintas habitaciones. Sus techos exteriores son muy bonitos.
Llegamos al conjunto Islam Khodja, formado por una madraza y un minarete, construidos entre 1908 y 1910 por el visir Islam Khodja. La plazoleta delante de ambos está ocupada por alfombras y telas de una tienda o por las mesas de la terraza del restaurante Zarafshon. Primero entramos en la madraza que funciona como museo.
Después le tocó el turno al minarete, de 57 m. de altura. El acceso a la madraza está incluido en el ticket, no así el de subida al minarete que cuesta 100.000 sums (7,2€). La subida de hace por una escalera helicoidal con peldaños de mucha altura (como dos peldaños normales) con una pisa más estrecha, o sea, una escalera de mucha pendiente y como resultado es una subida fatigosa (casi al subir sin agacharte mucho apoyas las manos en los peldaños de delante) y una bajada en la que hay que ir con cuidado porque tienes que poner el pie de lado porque no cabe en el peldaño. Se puede cruzar la gente aunque caben justitos y arriba el espacio es para 4-5 personas, no más. Desde arriba se tienen buenas vistas del conjunto.
La zona delante de este conjunto y detrás del mausoleo Pahlavan Mahmoud está curiosa y merece la pena meterse por allí.
A continuación entramos al mausoleo de Pahlavan Mahmoud, no incluido en el ticket, coste 25.000 sums (1,8€). Este personaje, considerado como un santo, vivió en los siglos XIII-XIV y en 1810 se remodeló su tumba construyéndose el mausoleo.
Continuamos paseando pasando junto algunos jardines con diversas estatuas.
Nos situamos ya en los alrededores de la puerta oeste (Ota darvoza), y entramos primero en la madraza de Mohammed Rakhim Khan, de 1876. Es un museo.
Hay una esplanada situada entre la madraza anterior, el Kunha Ark (que visitaremos al día siguiente) y la zona del minarete Kalta Minor, que ya veremos con menos luz en el día de hoy.
Cenamos en nuestro hotel alguna cosilla y descansamos hasta el día siguiente.
Estuvimos en Khiva dos noches, el 2º día mi pareja se levantó a las 6 de la mañana y se fue a la ciudadela, pillándola prácticamente vacía (yo hice pereza y me quedé en la cama hasta el desayuno), por lo que algunas fotos serán de ese momento porque no aparece nadie.
Es la hora de comer y accedemos a la ciudadela por su puerta este. El acceso es gratuito pero si quieres ver las mezquitas, madrazas y demás hay que pagar, creo que la entrada de cada uno costó en torno a 14€ al cambio y daba derecho a la amplia mayoría de las cosas, salvo 3 o 4 que había que pagar aparte en los propios sitios. El ticket llevaba impresa la fecha y hora de adquisición y la fecha y hora de 24 horas después, con lo que no sé si su validez eran 24 horas, desde luego a nosotros nos bastó con ese tiempo. En cada sitio incluido lo enseñabas y pasabas, en algunos te hacían alguna marca.
Junto a esa puerta tengo indicado el restaurante “Khorzem Art” al que entramos, un sitio agradable en el que pedimos una sopa (shurpa), una ensalada, brochetas y carne, eso con dos cervezas y café costó 26€.
En cuanto terminamos de comer accedimos primeramente a la madraza de Allakuli khan, construida en 1835 y ocupada por una tienda y las alfombras y telas tapaban las puertas de acceso al patio, la mujer nos dijo que la entrada no incluía esa madraza, entrada 10.000 sums (0,7€), levantando un poco la alfombra accedimos al patio, totalmente vacío y tranquilo, y la mujer nos indicó que por detrás de otra alfombra podíamos subir a la planta de arriba, supongo que si no le caes bien y no te indica nada ni te enteras de esa posibilidad, pero gracias a ello pudimos acceder a la cubierta de la madraza y sus vistas.
Desde la cubierta además se veía perfectamente la madraza que hay enfrente, la de Qutlug Murod Inoq, de finales del siglo XIX.
Y junto a ambas la mezquita de Ak, sin ningún interés particular.
Un poco más adelante nos encontramos un edificio que nos gustó mucho, el palacio Tosh Hovli construido entre 1830 y 1838 por orden de Allakuli Khan, con un patio enorme desde el que se accede a distintas habitaciones. Sus techos exteriores son muy bonitos.
Llegamos al conjunto Islam Khodja, formado por una madraza y un minarete, construidos entre 1908 y 1910 por el visir Islam Khodja. La plazoleta delante de ambos está ocupada por alfombras y telas de una tienda o por las mesas de la terraza del restaurante Zarafshon. Primero entramos en la madraza que funciona como museo.
Después le tocó el turno al minarete, de 57 m. de altura. El acceso a la madraza está incluido en el ticket, no así el de subida al minarete que cuesta 100.000 sums (7,2€). La subida de hace por una escalera helicoidal con peldaños de mucha altura (como dos peldaños normales) con una pisa más estrecha, o sea, una escalera de mucha pendiente y como resultado es una subida fatigosa (casi al subir sin agacharte mucho apoyas las manos en los peldaños de delante) y una bajada en la que hay que ir con cuidado porque tienes que poner el pie de lado porque no cabe en el peldaño. Se puede cruzar la gente aunque caben justitos y arriba el espacio es para 4-5 personas, no más. Desde arriba se tienen buenas vistas del conjunto.
La zona delante de este conjunto y detrás del mausoleo Pahlavan Mahmoud está curiosa y merece la pena meterse por allí.
A continuación entramos al mausoleo de Pahlavan Mahmoud, no incluido en el ticket, coste 25.000 sums (1,8€). Este personaje, considerado como un santo, vivió en los siglos XIII-XIV y en 1810 se remodeló su tumba construyéndose el mausoleo.
Continuamos paseando pasando junto algunos jardines con diversas estatuas.
Nos situamos ya en los alrededores de la puerta oeste (Ota darvoza), y entramos primero en la madraza de Mohammed Rakhim Khan, de 1876. Es un museo.
Hay una esplanada situada entre la madraza anterior, el Kunha Ark (que visitaremos al día siguiente) y la zona del minarete Kalta Minor, que ya veremos con menos luz en el día de hoy.
Cenamos en nuestro hotel alguna cosilla y descansamos hasta el día siguiente.