Esa noche nos alojábamos en Torun, adonde llegamos tras recorrer 155 kilómetros desde el castillo de Malbork. De testigo, el omnipresente río. Vístula.


Nuestro hotel era el Mercure Torun Centrum, al igual que los anteriores, muy bien situado para visitar el casco histórico, a unos diez minutos a pie y que divisábamos desde la habitación. Aunque está en la parte moderna, en esta ciudad todo lo interesante se encuentra muy cerquita.

Después de almorzar, fuimos a hacer una visita guiada durante la cual pudimos enterarnos de algunas cosillas de una ciudad que no es de las más visitadas por los turistas en Polonia, aunque haberlos, los había y bastantes.

Torun se fundó en el siglo XIII mediante una orden puebla para los caballeros teutónicos. Tras convertirse en un importante centro comercial, se integró en la Liga Hanseática. Desde 1997, es Patrimonio Mundial de la UNESCO que la define como una “pequeña ciudad histórica comercial que preserva un grado reseñable de calles y construcciones en su estado original, lo que le otorga una imagen especialmente completa del modo de vida medieval”. La ciudad medieval incluye el casco antiguo, el pueblo nuevo y el castillo. Y la verdad es que me sorprendió para bien.

En el hotel, encontré este mapa turístico al que le hice una foto y que nos vino muy bien para orientarnos. Lo voy a utilizar como base para ordenar un poco los apuntes que tengo sobre nuestra visita.

Torun también es famosa porque allí nació Nicolás Copérnico, el 19 de febrero de 1937. Su escultura se encuentra en uno de los lugares más prominentes de la ciudad, en la Plaza del Mercado, frente al antiguo Ayuntamiento. En una mano, sostiene un astrolabio mientras que la otra apunta al cielo. En la base, hay una placa donde pone en latín: Nicolás Copérnico de Torun movió la tierra y detuvo el sol y el cielo.

En la Plaza del Mercado, suelen comenzar todos los recorridos por Torun, pues en sus inmediaciones están los lugares más interesantes para visitar, entre los que destaca el antiguo Ayuntamiento, uno de los edificios de ladrillo más grandes de su época en Europa. Construido en el siglo XIII, se añadieron dependencias en el siglo XIV y durante siglos funcionó como centro administrativo y comercial en torno al cual se desarrollaban fiestas, torneos, ceremonias y ejecuciones públicas. A principios del siglo XVII se reformó en estilo manierista, si bien se conservó su esencia gótica. Sufrió un gran incendio en 1703 como consecuencia de los bombardeos del ejército sueco, que había sitiado la ciudad. Perdió la techumbre y los interiores, pero las paredes exteriores de ladrillo resistieron, sirviendo de base para su reconstrucción durante el siglo XVIII. Me parecieron encantadoras las figuritas asomadas a las ventanas del patio interior.




La torre mide 40 metros de altura, incluyendo la aguja que la corona. Se puede subir a la terraza superior, lo que naturalmente hice. Aunque tenía un tramo un poco chungo, en este caso, mereció mucho la pena, ya que me encontré con unas vistas fantásticas de toda la ciudad histórica, incluyendo el curso del río Vístula.




En la Plaza del Mercado, además de un grupo de casas de colores muy bonitas, entre las que destacan la Casa de Artus y la Casa Bajo la Estrella, se pueden ver varios monumentos tan curiosos como interesantes, por ejemplo, la fuente de las ocho ranas doradas con la escultura del balsero, quien, según la leyenda, salvo a Torun de una plaga de ranas cuando empezó a tocar su violín, ellas le siguieron y se las llevó lejos. En fin, una versión diferente del flautista de Hamelin. ¿Cuál fue la primera? Seguro que cada cual se apunta el tanto.




Otra escultura singular es la del burro que se utilizaba para castigar a los policías y guardas que se saltaban las normas. Dependiendo de la gravedad de su falta, tenían que sentarse encima sosteniendo más o menos peso sobre las piernas. El original era de madera con el listón de metal hacia arriba; el actual es todo de metal. También están el gato sobre una casa, que saca sus garras contra el invasor ejército sueco, y el monumento al profesor Filutek y su perro, que tiene un bombín en la boca junto a un paraguas en referencia al protagonista de un famoso comic del escritor Zbigniew Lengren.


Enfrente del Ayuntamiento, está la Iglesia del Espíritu Santo, cuya sobria fachada barroca, del siglo XVIII, parece un poco fuera de contexto en el entorno medieval que la rodea. Su construcción sufrió diversas vicisitudes, ya que en principio estaba destinada a templo evangélico. La torre data de finales del siglo XIX. Entramos a verla. Por dentro es muy sencilla.


En una calle aledaña, se encuentra la Iglesia de la Virgen María, construida entre los siglos XIII y XIV, cuando adquirió su actual aspecto gótico exterior. Aunque ha sufrido diversas modificaciones a lo largo de los siglos y la renovación realizada en el siglo XIX tras los destrozos causados por los asedios de la ciudad, conserva su esencia original con su bella arquitectura de ladrillo rojo y sus elaboradas vidrieras. Resulta bastante complicado fotografiarla desde fuera. Sin embargo, se ve bastante bien desde la torre del ayuntamiento.


En el interior, se respira un fuerte aire medieval por sus ventanas alargadas y la altura igual entre las naves y el presbiterio. Está muy bien.




Se conservan en buen estado algunos frescos góticos del siglo XIV y la sillería del coro, también gótica, del siglo XV. El Altar Mayor es rococó y hay varios altares barrocos. El órgano es renacentista.
