Setenta kilómetros (una hora y media en coche) separan Dambulla de Polonnaruwa. El paisaje es bastante llano, con extensos campos de arrozales y embalses construidos en la antigüedad que hoy día son reservas naturales y atracciones turísticas. En el camino, se pasa cerca de la roca de Sigiriya. Nosotros continuamos la ruta y eso lo dejamos para el día siguiente.
El recinto arqueológico de Polonnaruwa tiene muchos más edificios que el de Anuradhapura y ocupa una mayor superficie, si bien es mucho más moderno, ya que se fecha entre los siglos XII y XIII d.C.
Aunque el entorno del complejo de Polonnaruwa es bastante frondoso, la mayoría de las edificaciones está en explanadas desprovistas de vegetación, así que, en un día de calor como en el que nosotros hicimos la visita, se requiere hacerlo con tranquilidad e ir provistos de agua porque la sed aprieta pronto.
Las distancias son importantes, así que, entre sector y sector los desplazamientos los hicimos en coche.
Gran parte de lo que hoy es el complejo arqueológico se debe a la obra del rey Parakramabahu I, que reinó en el siglo XII. La visita la comenzamos viendo una estatua suya tallada en una roca y las ruinas del Palacio Real y el Salón de Audiencias, que tiene un bonito friso con elefantes y es el edificio mejor conservado de este sector.

Cercano al Palacio Real se encuentra El Cuadrángulo, que es un conjunto de diez edificios principales, la mayoria en muy buen estado de conservación. Entre ellos se encuentra el templo budista Thuparama Gedige, que es uno de los pocos edificios que conserva su techo original. Es aún un lugar de culto, por lo que hay que acceder a él descalzo y en su interior hay varios Budas de pie y sentados.

El edificio quizás más icónico de Cuadrángulo es el Vatadage, que era una capilla circular de unos 20 metros de diámetro, con cuatro entradas orientadas hacia los puntos cardinales, custodiadas por guardianes y con cuatro estatuas de Buda sentado a los costados del centro de la circunferencia.

En las entradas del Vatadage hay una piedra semicircular llamada Sandakada Pahana o Piedra Lunar, con frisos concéntricos que representan animales y plantas. Este edificio también seguía abierto al culto budista y para acceder a él era necesario descalzarse y llevar los hombros cubiertos.

El centro de la explanada del Cuadrángulo está presidida por la estatua de Bodhissatva, que en el budismo representa a las personas iluminadas por Buda, bastante bien conservada, a pesar de faltarle los brazos.

Otros dos edificios muy curiosos son el Latha-Mandapaya, que es un vallado cuadrangular dentro del cual hay 8 columnas muy decoradas rodeando a una pequeña estupa.
También muy singular es el Satmahal Prasada, situado en una de las esquinas del Cuadrángulo. Se trata de una construcción de ladrillo escalonada, que semeja una pirámide de base cuadrada.
