Nos despertamos temprano otra vez (yo no dormí ni cinco horas, todavía me costaba), también es verdad que todo el viaje nos acostamos temprano y que se hace de día más temprano. Buscamos donde desayunar y acabamos en el BAKED ese que tanto he visto recomendar, cerca del chino de la noche anterior. Claro, había café con leche y bollería como la nuestra, pero en realidad es bastante poco auténtico y es una zona como muy adaptada a los australianos y demás que viven allí y la más occidentalizada, yo no le vi nada de interés y si volviese, no iría allí.
Volvemos al hotel y Made nos vuelve a recoger a las 8:30. Nos lleva para empezar a la playa de Padang Padang. La compañera ya está hasta las narices de playas, y es lo que os digo, no valen para mucho, bueno ojo, para hacer surf, pero no nos interesa el tema. Esta también era peligrosa, llena de gente, pequeña y estaba sucia. Hay que bajar unas cuantas escaleras, yo puedo andar mucho y hacer mucho ejercicio, pero este país es cierto que no es para personas que tengan poca movilidad o no estén en forma. El tema accesibilidad es inexistente. Sobre las 11:30 llegaríamos a Seminyak, que a mí me gustó bastante y se pueden comprar cositas, ese día compramos bastantes recuerdos y nos tomamos un zumo. Nos divertimos mucho regateando. Con el tráfico cuidado porque las distancias son breves, pero se tarda mucho en llegar, sobre todo en esta zona y en la del aeropuerto y en horas punta, en el resto del país no tanto. En algún momento, perdimos un poco la perspectiva con el dinero, queríamos pagar menos por todo cuando ya era muy barato, yo intentaba tener siempre en cuenta el cambio aproximado, pero siempre regateábamos todo. Eso sí, timar no nos timó nadie. Quitando los vuelos, la verdad es que es un viaje barato sin renunciar a todas las comodidades.
En Seminyak, comimos una hamburguesa en una cadena de hamburguesas y también estaba exquisita, como todo.


Después de comer en Seminyak, vamos a buscar a Made y ponemos rumbo a Tanah Lot, empezamos con los templos, no cuento el de Uluwuatu de ayer, pero desde aquí, bastantes templos.
El tráfico era muy denso y me quedé dormida profundamente cerca de una hora en el coche y a partir de entonces se solucionaron mis problemas de jet lag. Llegamos a Tanah Lot nublado y con la marea baja, estaba precioso. Aquí la amiga hizo el ritual de beber "el agua sagrada" y le pusieron el arroz en la frente y a los dos días estaba perdida del estómago. Dimos un paseo, sacamos muchas fotos y compramos recuerdos.

También había muchos puestos para probar el café luwak con las civetas por allí durmiendo, pero tengo que decir que no lo probamos en todo el viaje.
Llegamos a este punto he de decir que, siendo agosto, no me pareció masificado nada en todo el viaje, quitando quizás un poco Nusa Penida. Lo único que el país no tiene mucha infraestructura para acoger mucha gente en determinados puntos, y el tema del tráfico es muy loco a veces, pero masificado no, en Tanah Lot me pareció que había muy poca gente y muchos sitios cerrados. Quizás ya no era temporada tan alta.
Desde aquí, Made nos llevó a Canggu, donde teníamos el hotel, una hora para hacer 10 km. Cuando llegamos, dejamos las cosas y nos fuimos a tomar algo y cenar. Ilusas, nos metimos en La Brisa, muy caro y todo muy absurdo, en mi opinión, con lo que salimos y encontramos una terracita al lado del mar donde tomamos una cerveza, un cóctel y una mazorca frita, que hacían en un puestito.

Luego cenamos en un italiano que era un poco caro para el país, bueno, pero escaso y todavía nos tomamos otro cóctel en una terraza antes de volver al hotel, que por cierto era el Kayuma House Canggu, bastante bien de precio siendo Canggu más caro, pero sin desayuno. El estado del hotel, muy bueno.

Nos acostamos temprano como suele ser habitual.
Aquí tengo que decir que nos despedimos de Made, pero para volverlo a ver más tarde, ya que los próximos dos días estaríamos con un chófer de habla hispana y después volveríamos con Made. Es majo, pero cuesta entenderse por el tema del idioma, habla regular inglés.
Si no menciono lugares donde comimos o cenamos es porque no me parecen relevantes o los encontramos de casualidad. Llevaba muchos apuntados y al final, hay tanta variedad y la mayoría tan bien de precio, que nos gustó y nos adaptamos a todo.
