Llegamos al restaurante principal, nos sentamos y esperamos a que Yovan nos traiga la limonada y Yovany nos tome la comanda. Esta noche va a ser diferente porque hoy tenemos prisa y necesitamos cenar rápido. El motivo es que a las 22:00 está programada la actividad de Silent disco en la discoteca Blaze y no nos la queremos perder.
Se acerca Yovany y le transmitimos que necesitaríamos que hoy se agilizara el servicio dado que tenemos un show reservado a las 22:00 y querríamos llegar en hora. Nos responde que no hay problema y que traerá los platos de seguido según vayamos terminando los anteriores. Se lo agradecemos sobremanera.
Hoy la cena tiene la temática de Francia y nos ofrece exquisiteces como sopa de cebolla, calamares, salmón en costra, pollo cordon bleu o crème brulée.
[align=center]PLATO DE SALMÓN EN LA CENA DEL ALLURE OF THE SEAS
Se acerca Yovany y le transmitimos que necesitaríamos que hoy se agilizara el servicio dado que tenemos un show reservado a las 22:00 y querríamos llegar en hora. Nos responde que no hay problema y que traerá los platos de seguido según vayamos terminando los anteriores. Se lo agradecemos sobremanera.
Hoy la cena tiene la temática de Francia y nos ofrece exquisiteces como sopa de cebolla, calamares, salmón en costra, pollo cordon bleu o crème brulée.

Pedimos los platos y quedamos a la espera de los mismos mientras observamos que por nuestra zona cada día la configuración de las mesas es diferente y que hay personas que ayer estaban cenando, hoy han desaparecido y en su lugar hay otras. En un extremo han unido varias mesas y han colocado otro grupo mexicano. Mañana, Dios dirá….
Con rapidez nos llegan los entrantes y damos buena cuenta de los mismos. Mientras tanto, yo sigo patidifuso dándole vueltas a lo ocurrido en el teatro y mi acompañante, hombre de Ciencias, no se las da y entiende que tiene que haber alguna fórmula matemática por la cual siempre saldrá el resultado requerido, independientemente de las cifras que se introduzcan y de las operaciones que se hagan con ellas. A mí me sigue pareciendo inexplicable pese a ser consciente de que tiene que tener una razón de ser.
También con prontitud llegan los platos principales y, a este ritmo, vamos a poder llegar a tiempo a la Silent disco. La comida está correcta y cumple con creces teniendo en cuenta además que llevamos todo el día llenando el buche y hambre como tal tampoco es que haya mucha.

De igual modo llegan raudos los postres y como vamos bien de tiempo los degustamos con fruición. Hoy no ha venido nadie a darnos palique y lo único que ha interrumpido nuestros pensamientos ha sido una fotógrafa pasando por las mesas para inmortalizar estos momentos pero a la que hemos dicho que “nanai”.
Llega la hora de marcharnos, Yovany nos vuelve a recordar donde podemos desayunar y nos vamos pitando a la discoteca Blaze, una cubierta más abajo, cruzando una parte del casino y que a esa hora presenta un aforo nada desdeñable.

Cuando llegamos al Blaze hay cola en la entrada y cuando entramos dentro se han acabado los auriculares y hay que esperar a que los usuarios actuales los devuelvan.
La silent disco consiste en calzarte unos auriculares con dos canales de música y bailar o disfrutar de la música. Cada canal tiene un color de manera que puedes ver quién está escuchando lo mismo que tú. Hay unos botones y diales en los cascos para cambiar de canal y regular el volumen. La gracia está en que la sala está en silencio y la gente se mueve al ritmo de lo que escucha y canta siguiendo la canción que toque por lo que se entremezclan lo que bailan y cantan unos y otros.

No llego a entender el porqué han habilitado tan pocos auriculares cuando la discoteca sólo está medio llena. En años anteriores, en otros cruceros con menos pasaje, había cascos para aburrir y no hubo nunca que esperar pero…. Afortunadamente, parece que hay gente que ha venido a mirar sólo, se aburre y va devolviendo los aparatos por lo que tras unos diez minutos nos calzamos los nuestros y a bailar.
Vamos cambiando de canales y en un momento dado la gente del otro canal se pone a moverse de manera extrañamente conocida. Cambio de canal y mi sorpresa es:
Efectivamente, quien lo iba a decir, el baile de los pajaritos en un crucero rodeados de anglosajones, que se vuelven locos con el bailecito. Ver para creer… Pues nada, nos sumamos a la coreografía para dejar el pabellón alto.
La hora se pasa en seguida y toca pensar en el siguiente evento de la noche, que se va a llevar a cabo justo al lado del Blaze, en el Studio B. Se trata ni más ni menos del concurso “Batalla de sexos”.

La batalla de sexos es ni más ni menos que el hombres contra mujeres de toda la vida enfrentados en una serie de pruebas a la búsqueda de puntos que determinen el equipo ganador final.
Nos sentamos en un lateral de la pista de hielo, que se ha habilitado para el concurso y Georgina, una vez más, y hoy hace triplete, junto con otro compañero, van a llevar las riendas del concurso. En primer lugar solicitan concursantes y hombres y mujeres bajan a la pista para conformar los equipos. Falta una mujer para completar su equipo y una de las “burgalesas”, cuyo grupo se encuentra asistiendo al evento, se anima y baja para unirse a sus compañeras.
La animadora pregunta a los participantes su nacionalidad y salvo un chico maltés y una chica escocesa el resto son estadounidenses. Concretamente, la “burgalesa” manifiesta ser oriunda de Chicago pero a mí ese acento me suena que corresponde más a una zona indeterminada entre el valle del Arlanza y las Merindades. Por parte de los chicos tenemos también un conocido, nuestro compañero de equipo norcarolino del Escape Room de esta tarde.
Se suceden las pruebas, más o menos divertidas, y vamos pasando un buen rato sobre todo cuando hay que posicionarse con nuestro equipo elegido. Llega la prueba final en la que se va a decidir el concurso y lo mollar de la misma es correr con un globo entre las piernas. La “burgalesa”, que ha mostrado un gran despliegue gestual a lo largo del evento pero, a la vez, ha dado señales sobradas de ser una absoluta pavisosa, manifiesta que no puede participar porque tiene tan prieta la parte inferior del vestido que le impide separar convenientemente las piernas para hacer el gesto de correr. Como nadie le hace caso opta por último por arremangarse a medio muslo y así se facilita el movimiento pero aun así su desempeño no consigue llevar a buen puerto a su equipo.
Acaba el concurso y la conclusión es que ha sido divertido pero nada que ver con su hermano mayor, el concurso “Crazy Quest” que es mucho más desmadrado y que se programa en otros barcos de la flota.
Dado que mañana ya comienza la parte dura del itinerario con las tres escalas italianas sin solución de continuidad y sus madrugones correspondientes, decidimos retirarnos a nuestros aposentos. Va a ser una verdadera prueba de fuego pero estamos motivados. Como nos dice el maestro Yoda, desde la pared de la galería de arte de la cubierta 4, “Imposible nada es. Difícil, muchas cosas son”.

Buenas noches.
Conclusiones que nos deja el día:
- Pudiera parecer que un día entero a bordo pueda hacerse pesado y aburrido y nada más lejos de la realidad. Se proyectan todo tipo de actividades por lo que es imposible aburrirse si no quieres por toda la oferta que se pone a disposición de los pasajeros: clases de baile, concursos, música en directo, competiciones deportivas, desfiles, bingo, patinaje sobre hielo, proyección de películas o el nunca bien ponderado concurso de planchazos en la piscina.
- Es de resaltar lo bien preparado que viene el personal para participar en los diferentes concursos. Yo creo que alguno incluso viene estudiado de casa. Como vengas con un conocimiento medio y el tema sea muy específico lo tendrás complicado para ganar pero, al menos, el rato divertido y competitivo te lo llevas.
- El bufé Windjammer viene a cerrar a las 15:00 de manera habitual. Unos diez minutos antes van pasando los camareros para, subliminalmente, irte echando comentándote que van a empezar a retirar la comida de las islas y que si quieres algo más que vayas ya a por ello. También hay que decir que una vez ya dentro del bufé, aunque pase la hora, no te van a obligar a irte pero no te vas a poder aprovisionar más, si bien es cierto que la zona de los postres, como hay que poco que retirar, es la que quitan lo último. Lo digo para quien quiera hacer una segunda ronda de postres pasada la hora de cierre.
- Si por cualquier circunstancia tienes prisa en cenar le puedes pedir al camarero que agilice el ritmo de las comandas. Lo intentarán en la medida de lo posible y ello también se aplica si se detecta que van muy lentos habitualmente.
- Parece mentira que a estas alturas de la vida uno se pueda ver sorprendido y admirado por el buen hacer de un artista. Que todavía alguien haga saltar una chispa dentro de ti y arrancar un grito de admiración espontáneo es algo que creo que hay que valorar en grado sumo. Y cuando digo artista también lo extrapolo a un paisaje, una conversación o una simple vivencia de la vida cotidiana. En el mundo tan alienado en el que nos movemos estas pequeñas cosas hacen mucho. [/align]