Esta noche la temática de la cena es un completo misterio porque, para variar, la aplicación falla como una escopeta de feria y no da información al respecto por lo que hoy hemos venido a jugar a ver lo que nos encontramos. Pronto salimos de dudas al ver a todos los camareros del restaurante ataviados con camisas hawaianas: la noche caribeña. Barrunto yo incluso que hoy tendremos baile y cante por su parte para amenizarnos la velada.
Yovani nos recibe y nos trae las cartas. Las opciones son muchas y todas apetecibles. Desde tacos bao asiáticos o langostinos tigre pasando por pollo o cerdo asado a la caribeña hasta llegar a tarta de piña o carrot cake. Hoy nos dejamos llevar y pedimos de todo, individual y para compartir. “Come il cacio sui maccheroni” (como anillo al dedo), que dicen por aquí porque hoy hay hambre al haber trotado mucho y comido lo justito.
[align=center]ENTRANTES DE LA CENA CARIBEÑA EN EL ALLURE OF THE SEAS
Yovani nos recibe y nos trae las cartas. Las opciones son muchas y todas apetecibles. Desde tacos bao asiáticos o langostinos tigre pasando por pollo o cerdo asado a la caribeña hasta llegar a tarta de piña o carrot cake. Hoy nos dejamos llevar y pedimos de todo, individual y para compartir. “Come il cacio sui maccheroni” (como anillo al dedo), que dicen por aquí porque hoy hay hambre al haber trotado mucho y comido lo justito.

La cena transcurre sin novedad y nos ponemos como el quico. Planeamos el resto de la jornada siendo el punto fuerte el volver a repetir el espectáculo acuático del Aquatheater a las 23:00. Como hemos agotado nuestra reserva el domingo tendremos que ponernos en la cola de los que no la tienen para pasar y sentarnos en los asientos que hayan quedado libres y para ello nos acercaremos un rato antes. Nos despedimos de los camareros, Yovany nos vuelve a recordar donde podremos desayunar al día siguiente por si acaso ya no nos acordamos de la misma conversación de ayer, anteayer y el resto de la semana, nos desean una bonita jornada de mañana y nosotros nos vamos rodando.

Hasta entonces hay que ocupar el tiempo en algo y como en la Royal Promenade hay evento, fiesta caribeña, nos acercamos por allí aunque ya esté empezado. Caemos entonces que al final no ha habido conga, bailecito o cante de los camareros en el restaurante que significa que o bien hoy no tocaba o que los exiliados del 3º turno de cena no tenemos a derecho a espectáculo y sí lo han hecho en los anteriores turnos. Veremos, pero si no ha habido fiesta habrá que montarla por otro lado.
Al llegar a la Royal Promenade, efectivamente, ya hay música caribeña, latina, llámalo X, sonando por allí cortesía de la Rocksteady Band y hay gente, no mucha, bailando por allí. No pasará a la Historia pero al menos hay ambientillo...

Acabada la fiesta, que ha durado media hora escasa, nos vamos al Boardwalk a hacer la cola para el espectáculo "Aqua80too". Salimos a cubierta y nos encontramos con un escenario que no habíamos previsto en absoluto: está lloviendo a mares. Los camareros del Johnny Rockets están como locos retirando sombrillas, mesas y sillas y los del Playmakers, justo enfrente, están haciendo otro tanto. Nuestro gozo en un pozo…. Si está lloviendo, reflexionamos, aunque falte aún media hora para el comienzo del show lo normal es que suspendan el pase por lo que hay que buscar alternativas. Tiramos de Cruise Compass y de la aplicación y vemos que en unos minutos hay Silent Party Latina en la discoteca Blaze. A falta de pan, buenas son tortas…. Curiosamente, se da la circunstancia de que este evento sale en la aplicación y el Cruise Compass en inglés pero en la versión en español no aparece. Evento latino y en la versión en español ni lo publicitan….
Llegamos al Blaze, cogemos los auriculares y advertimos que hoy está a los platos Dj Anónimo 2. A ver qué pasa…. Empieza la sesión y si en el canal de color azul es susto en el canal del color verde es muerte porque básicamente la música que se pincha es reggaeton y del duro, "bro", intercalado con algo de salsa y bachata. Llega un momento en que ambos canales se solapan en lo peor por lo que opto por poner el modo auriculares en cero, pongo los ojos en blanco, pongo en mi cabeza el “What is love” de Haddaway y me muevo al compás de mi propia melodía.
Como la cosa no da para más nos planteamos el marcharnos y ya se produce el remate final. En un momento dado, sonando una canción, se oye de fondo la voz de un locutor comercial anunciando el autor de la mezcla de canciones. ¡Cómo….! ¡Que nos están poniendo una lista de reproducción cualquiera…! ¡Que Dj Anónimo 2 está allí pintando la mona y ni se está molestando en quitar y poner canciones…! No necesitamos más, nos quitamos los auriculares y nos marchamos con viento fresco. Como conocedores y amantes de este mundillo de los platos es una ofensa a la profesión. Modo zen , modo zen….
Llegados a este punto nos planteamos volver al Boardwalk no vaya a ser que haya escampado y finalmente sí esté en marcha la función del Aquatheater y verla aunque sea la mitad. Allí que nos acercamos y, efectivamente, ya no llueve y el show está en marcha.

Teniendo en cuenta las circunstancias hay muy poca gente asistiendo al espectáculo y el graderío está prácticamente vacío. Además, a intervalos irregulares, la música que acompaña al espectáculo se corta un par de segundos y el efecto es demoledor aunque los artistas son muy profesionales y continúan con sus rutinas como si todo fuera correcto. Aun así, podemos asistir a más de la mitad del espectáculo, incluida la parte de New Order que en mi opinión es la más visual y nos podemos recrear en aspectos de la puesta en escena que nos pasaron desapercibidos el domingo cuando la vimos por primera vez. Lo disfrutamos y nos quitamos el regular sabor de boca que llevábamos acumulado a lo largo de la noche.
Mañana toca madrugar de nuevo y la velada no da más de sí por lo que marchamos al camarote a descansar enfilando los largos pasillos de las cubiertas de cabinas. Hoy nos hemos movido más que los precios, como diría Chiquito de la Calzada.

El barco navega rumbo a la región de Campania y notamos cierto movimiento del mismo suponemos que por efecto de la tormenta que debemos estar atravesando.
Buenas noches.
Conclusiones que nos deja el día:
- La escala de Civitavecchia, si la haces por libre, demanda una planificación milimétrica tanto para aprovechar el día como para regresar a tiempo al puerto antes del todos a bordo. Haciendo todo a pie, saliendo de los primeros y dejando amplio margen para imprevistos hemos podido dedicarle cinco horas netas a la visita de Roma. A la vuelta hay gente que coge el tren de las 16:12 o alguno posterior en Roma Termini pero a mí me parece ir un poco agobiado por si surgen imprevistos al ser el todos a bordo a las 18:30. Bien es cierto que se puede optimizar más el tiempo cogiendo el bus directo desde el muelle hasta el tren o cogiendo medios de transporte para desplazamiento en la propia Roma pero tampoco es que se gane demasiado para estirar el chicle de la visita.
- Por lo anteriormente mencionado hay que ir con una cierta mentalidad si se aprovecha la escala de Civitavecchia para viajar a Roma en el sentido de que si se quiere ver todo lo visitable ello es imposible. Lo óptimo para evitar frustraciones es centrarse en puntos específicos cercanos y disfrutar tranquilamente de ellos. Lo que reste por visitar, para la próxima.
- No hace falta decirlo pero hay mucha, mucha gente en Roma. Y ello se traduce en aglomeraciones, colas, ir a paso de tortuga en según qué sitios, tener que esperar a los que hay delante para poder ver algo concreto o el peligro de gente de mal vivir. Paciencia y más paciencia, no agobiarse, ir con ojo avizor y disfrutar de la experiencia. Con la pazienza s’acquista scienza, que dicen por aquí.

- Si en la cena de turno se te antojan muchos platos es buena idea hablarlo con el camarero para optimizar el orden de salida de los mismos, no se acumulen en la mesa o se alargue demasiado la cena. Ellos están acostumbrados y marcharán las comandas de manera que vayan de seguido o se unan varias para poder compartirlas.
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