Antes que nada he de darte las gracias, estimado lector, por haber llegado hasta aquí. Ha sido más de un mes de redacción del diario a ratos sueltos y el hecho de que estés leyendo estas líneas me supone una doble satisfacción: que te haya sido ameno de leer y de utilidad en un futuro y que te haya hecho compartir de alguna manera este viaje mediante mi creación y tu lectura.
Finalizada la narración de esta experiencia toca hacer una recapitulación de la misma. Para ello traslado en una serie de puntos un resumen acerca de todo lo vivido.
. Viaje en su conjunto: Ha sido un viaje satisfactorio a nivel general. Todo se ha desarrollado según lo previsto, nos hemos divertido en grata compañía, la meteorología ha sido incluso más benigna de lo esperado e incluso se podría haber ido de verano todos los días en cuanto a indumentaria, no ha habido retrasos o imprevistos en las escalas, no nos hemos puesto malos ni hemos requerido de medicación adicional o atención médica y, también importante, en la familia no ha habido incidencias que hubieran hecho tener la cabeza en otro sitio. Lo califico como satisfactorio sin más pero no excelente por todas las cosas ya comentadas durante las etapas y que desarrollaré algo más en los próximos puntos.
. Transporte hasta y desde el punto de embarque y a lo largo del viaje: No hemos tenido incidencias más allá de algunos retrasos puntuales en alguna estación de tren. Tanto la ida como la vuelta en el tren de alta velocidad han sido correctas y con su propio anecdotario, los traslados hasta y desde el puerto según lo planeado y los desplazamientos en las cuatro escalas a base de autobús urbano, tren y ferry han cumplido las expectativas. Incidir, por último, en la necesidad diría que hasta perentoria de hacer noche en la ciudad de embarque el día antes del mismo para evitar angustias de última hora, teniendo en cuenta la inestabilidad existente en la actualidad en el sector transportes.
[align=center]AUTOBÚS DE LA LINEA 1 DE PALMA DE MALLORCA
Finalizada la narración de esta experiencia toca hacer una recapitulación de la misma. Para ello traslado en una serie de puntos un resumen acerca de todo lo vivido.
. Viaje en su conjunto: Ha sido un viaje satisfactorio a nivel general. Todo se ha desarrollado según lo previsto, nos hemos divertido en grata compañía, la meteorología ha sido incluso más benigna de lo esperado e incluso se podría haber ido de verano todos los días en cuanto a indumentaria, no ha habido retrasos o imprevistos en las escalas, no nos hemos puesto malos ni hemos requerido de medicación adicional o atención médica y, también importante, en la familia no ha habido incidencias que hubieran hecho tener la cabeza en otro sitio. Lo califico como satisfactorio sin más pero no excelente por todas las cosas ya comentadas durante las etapas y que desarrollaré algo más en los próximos puntos.
. Transporte hasta y desde el punto de embarque y a lo largo del viaje: No hemos tenido incidencias más allá de algunos retrasos puntuales en alguna estación de tren. Tanto la ida como la vuelta en el tren de alta velocidad han sido correctas y con su propio anecdotario, los traslados hasta y desde el puerto según lo planeado y los desplazamientos en las cuatro escalas a base de autobús urbano, tren y ferry han cumplido las expectativas. Incidir, por último, en la necesidad diría que hasta perentoria de hacer noche en la ciudad de embarque el día antes del mismo para evitar angustias de última hora, teniendo en cuenta la inestabilidad existente en la actualidad en el sector transportes.

. Embarque: Fluido dentro de lo que cabe teniendo en cuenta el alto volumen de personas que se aglomeran con ansia para subir lo antes posible al barco y con cumplimiento de horario asignado.
. Vida a bordo y organización: Teniendo en cuenta que el barco iba casi completo, la verdad es que mejor de lo esperado. Apenas hemos tenido que esperar para encontrar mesa en el bufé, hamacas en las piscinas o sitio libre en los jacuzzis. No ha habido colas significativas para bajar a tierra o al regreso de la excursión de turno y, básicamente, hemos hecho lo que teníamos pensado o nos ha apetecido sobre la marcha. Por el contrario, como nota negativa, demasiada improvisación y cambios sin avisar, demasiados encogimientos de hombros, demasiadas cosas a mejorar, demasiados recortes en según qué cosas que no nos han parecido de recibo. Que no haya comentado ya sólo doy dos detalles que me ha recordado mi acompañante y que se me ha pasado reflejar en las etapas correspondientes:
• En la escala de La Spezia mi acompañante compró una botella de vino de Cinque Terre y a la hora de subirla a bordo el tripulante que manejaba el escáner, al visualizarla, nos dijo que debíamos dejarla allí para que ellos la guardaran y se nos entregaría el último día en el camarote. Efectivamente, detrás del escáner había una mesa destinada para estos fines pero en ella ni había nadie ni ningún tripulante controlando el tema. Es decir, nos podríamos haber guardado de nuevo la botella y haber tirado directamente para la cabina que nadie nos hubiera dicho nada. Y podía haber sido una botella o un lanzallamas, que tan oportunamente me habría venido el día del embarque según el curso de los acontecimientos. Yendo como íbamos con el tiempo justo para comer tuvimos que esperar unos cinco minutos a que llegara alguien, nos “requisara” la botella apuntando el camarote y dándonos copia de la entrega.
• A los ya mencionados fallos de sonido en el segundo pase del Aqua80too hay que sumar también los producidos en el espectáculo de patinaje sobre hielo Blades al que asistimos. Durante la función se fue el sonido durante una de las rutinas por lo que los artistas tuvieron que volver a empezar el comienzo de la misma. A la tercera vez que esto pasó, para no repetir de nuevo, optaron en lo sucesivo por seguir donde se produjo la interrupción de la música y continuar con la función. Resultado: llegamos un poco justos ese día a cenar porque el show duró mucho más de lo programado por las interrupciones. No tiene más importancia (a mí se me había olvidado) pero había que contarlo llegados a este punto.
. Tripulación: no sé si es que era comienzo de temporada (mes y medio desde su inicio y con un dique seco de por medio) pero se ha notado cierta bisoñez e incluso desgana en el trato de los tripulantes aunque en general la nota es positiva. Si desglosamos la cuestión:
A – Cabinista: Vale que tendrán más carga de trabajo y que estarán metiéndose en dinámica de la temporada pero lo del trabajador que nos ha tocado me ha parecido muy mejorable. Hasta nos hemos encontrado hormigas en el baño…. Las polizonas, las llamábamos. Limpieza a todo correr y sin mucho hincapié, camas hechas de aquella manera…. No quiero ser injusto pero un servicio a años luz del que estaba acostumbrado en otros barcos de la naviera.
B- Camareros: tampoco es que hayamos tenido mucha interacción con los mismos pero he notado cierta falta de llamémosle “alegría” o “predisposición”.
C – Atención al cliente: entiendo que aguantar las quejas de cientos de pasajeros no es plato de gusto pero las respuestas a base de encogimientos de hombros, no sé, es lo que hay o pásese luego tampoco están en los estándares acostumbrados.
D – Monitores: aquí sí que les doy una buena nota porque con todos los que hemos coincidido en actividades y concursos han estado predispuestos, colaboradores y entusiastas.
E - Dj´s y música: suspenso sin paliativos y salvaría a Dj Anónimo 1 por aquello de que en el país de los ciegos, el tuerto es el rey. Por lo demás, la selección musical regulera y no representativa.
En general habría que darles el aprobado pero las comparaciones con otros años son realmente odiosas y no somos precisamente la princesa del guisante de Hans Christian Andersen, porque nos amoldamos a todo.
. Estado del barco: teniendo en cuenta que hace mes y medio el crucero ha pasado por dique seco las zonas tratadas da gusto verlas. Las que no han tocado, por mejorar, como por ejemplo los camarotes, que no han actualizado en nada y que presentan deficiencias como la escasez de enchufes o tomas USB que podrían haber sido actualizadas con el dique seco. El dinero se estira lo que se estira…, entiendo.
Hay que decir también que en la semana había obreros todavía trabajando en la zona de las casitas de la cubierta 16 y no era por mantenimiento. Se ve que les pilló el toro y todavía andan finalizando los trabajos de actualización.
Por lo demás, barco cuidado y limpio. No hay pega en este aspecto.
. Domótica, nuevas tecnologías y comunicaciones: me centraré en la aplicación y en los paneles táctiles distribuidos por las cubiertas.
La,aplicación de la naviera ha funcionado regular. Se conectaba y desconectaba continuamente y la información facilitada era incompleta. Hemos tirado de papel o cruise compass en pdf como antaño y asunto resuelto.
Los paneles táctiles se supone que dan información de todo lo que pasa en el barco. El problema era activarlos porque daba igual el dedo utilizado, los pascales de presión ejercidos o la zona del panel presionada que, invariablemente, aquello no se ponía en marcha.

Las comunicaciones por parte del capitán a través de la megafonía han sido las justas y necesarias y se veían complementadas después con su traducción al español.
Del resto todo correcto.
. Pasajeros: hemos coincidido con una mayoría anglosajona, predominando los estadounidenses. Ello ha supuesto un verdadero experimento sociológico en el sentido de poder pasar tiempo viendo su forma de comportarse. Desde hace décadas estamos muy influidos por la cultura norteamericana y las películas y series de televisión juegan un papel muy importante. De siempre, al ver la serie de turno, había pensado que los actores sobreactuaban en sus gestos y ademanes para enfatizar su puesta en escena. En esta semana he podido comprobar que la realidad supera a la ficción y que no hay sobreactuación, que es la plasmación de la vida misma más allá del charco.
Por lo demás, aparte de empanados por el mundo, strippers improvisados y gremlins de todo tipo, corrección a nivel general.
. Comidas: aquí división de opiniones. En el restaurante principal muy bien pero el resto muy mejorable. El bufé ha sido tendente a la decepción tanto en desayuno como en almuerzo por la poca variedad y bajada de calidad y el resto de lugares sin coste tampoco es que sea para destacar o directamente ni los hemos catado sabiendo lo que ofrecían, llámense pizzas del Sorrento´s, donuts en el Boardwalk o perritos calientes del Dog House. Evidentemente, no se pasa hambre y sed en ningún momento pero es palpable un descenso a los infiernos en este apartado a ojos veteranos.
Como no hay mal que por bien no venga, lo positivo de todo esto es que los kilos acumulados previstos no han sido tantos al final. Eso es que Royal piensa en nuestra salud y por ello nos desincentiva el ponernos como el tenazas. Lo hacen por nuestro bien, no por ahorro de costes. Nótese la ironía en el comentario.

. Espectáculos: una auténtica gozada. Es uno de los puntos fuertes de esta naviera y se nota. No pararía de contar sus bondades y recomiendo no perderse ninguno. La pega es que una vez que se han visto todos, y se repiten a lo largo de la semana la mayoría, alguna noche se queda coja sin nada que ver. Que tampoco va uno balduendo errando por las cubiertas sin saber qué hacer pero rellenar el teatro con una película o un concurso me parece un poco simple pudiendo meter una actuación, un cantante o similar.
. Entretenimiento: es materialmente imposible abarcarlo todo y siempre se perderá uno algo ya sea música en directo, un concurso, un karaoke o una clase de baile. Por ello, no hay que frustrarse y priorizar. El equipo de animación no para un momento y se entregan totalmente tanto en el día a día como en las fiestas temáticas, que intentan abarcar un amplio espectro de gustos para contentar a la mayoría. Otro punto a favor.
. Idioma: el inglés es la primera lengua a bordo pero el español es la segunda con mucho tripulante hispanohablante. El truco es fijarse en la chapa del tripulante y ver su nacionalidad para deducir en cómo hablarle. Sin saber inglés se puede disfrutar del crucero pero hay aspectos que se perderán en temas como eventos, animaciones o concursos que lo normal es que no los traduzcan. La directora del crucero intenta simultanear ambos idiomas pero a veces no da abasto. Y no está de más aprovechar para practicar la lengua de Shakespeare.
En lo referente a la restauración las cartas están traducidas de aquella manera pero lo entiendes y en el bufé la cartelería de cada plato está tanto en inglés como en español por lo que te ahorras coger a bulto sin saber lo que es.
. Escalas: ha habido todo pero cumpliendo lo esperado.
En Mallorca la idea era día de playa pero acabó siendo visita turística al centro de Palma. Para el tiempo que da la escala llenamos bien la mañana.
En La Spezia realizamos el itinerario previsto porque tampoco queríamos darnos la paliza pero el tiempo de duración de la escala es tan amplio que lo podríamos haber estirado más visitando algún pueblo más de Cinque Terre o la misma Spezia. Lo que vimos pues muy masificado, bonito de visitar pero tampoco lo mejor del viaje. Demasiada publicidad….
En Civitavecchia y el viaje a Roma pues el día cundió lo que cundió y muy bien aprovechado. De lo mejor del viaje.

En Nápoles y la visita a Capri tampoco apuramos el tiempo en la isla pero estar tan lejos del crucero y estirar más el chicle nos daba un cierto respeto. Ciertamente podríamos haber estado un par de horas más pero vimos lo básico y nos bastó y gustó.

. Desembarque: Como de costumbre muy rápido y ágil bajando uno mismo el equipaje y no dependiendo de horas por etiquetas.
. Impresión final: Si la tuviera que definir con una palabra el poso que deja el viaje, ella sería “desencanto”. Me refiero principalmente a la experiencia en el propio crucero, no a las visitas en las escalas que sí que han cumplido su parte con creces. Y no lo llamo “decepción” porque las partes buenas superan con amplitud las malas pero viniendo de donde venimos las “gotas malayas” de recortes, desorganización y tener el listón tan alto y viendo cómo va bajando hace que me haya vuelto con un cierto regusto amargo. Éste no es mi Royal, que me lo han cambiado….
O las navieras se ponen las pilas porque esto no es cosa de ésta en concreto, que todas están haciendo lo mismo, o van a ir perdiendo clientela veterana a medio plazo. Que lo mismo es lo que buscan, pasajeros de nueva hornada sin historial previo de lo que se ofrecía hace diez años y que, según sus estudios de mercado, van a realizar más gastos suplementarios a bordo que les van a ocasionar mayores beneficios. ¿Matarán la gallina de los huevos de oro..? Sólo el tiempo lo dirá pero, mientras tanto, suben los precios de los cruceros y bajan sus prestaciones.
Por último, he redescubierto un nuevo mes óptimo para viajar en todos los sentidos, el mes Mayo porque todavía no es temporada alta, no hay demasiadas masificaciones, los precios son medio asumibles y la climatología acompaña y no es extrema como ya entrado más el Verano. Pudiendo acoplar vacaciones, que no todo el mundo puede por su trabajo u ocupaciones, me parece una época perfecta para viajar.
Hasta aquí el relato de nuestras vivencias en el crucero y las visitas en las correspondientes escalas. Espero que haya sido de tu gusto, apreciado lector, y hasta la próxima, en su caso.
¡Qué nos deparará el futuro…!

Y colorín, colorado, este cuento se ha acabado…
Pero no se vayan todavía, que aún hay más.[/align]