El vuelo Barcelona-Dubai-Colombo salía a las 21h, y como ese día teníamos fiesta pudimos hacer (¡por fin!) las maletas sin tantas prisas. Acostumbrados a salir a horas más matutinas, esto fue un alivio.
Como en otras ocasiones dejamos el coche en el Aparca&Go teniendo ya la reserva hecha desde bastantes semanas atrás. Importante, porque a estas fechas sería imposible tener sitio sin reserva.
Íbamos en el pájaro grande
, el Airbus A380. La verdad es que volando en turista no creo que haya mucha diferencia, pero hace ilusión saber que es el mayor avión de pasajeros del mundo. El vuelo hasta Dubai duraba unas seis horas y luego teníamos una escala de cuatro horas más. El aeropuerto de Dubái es muy bonito y está muy bien cuidado, así que ya que esperamos pudimos disfrutar un poco de las vistas.El vuelo hasta Colombo, con sorpresa que ya veremos más adelante, salia a las 9:45h. A medio camino vimos que hacíamos una parada de una hora que no teníamos prevista en Male (Malvinas). Subió y bajó gente, y nosotros nos quedamos ahí en nuestros asientos. Pero el caso es que esta parada no afectó el horario previsto, porque a las 18:30h aterrizamos en Negombo, que es donde está el aeropuerto.
Así que tras bajar del avión y hacer lo habitual: comprar una SIM, control de pasaportes (no fue necesario mostrar el visado, ya que de alguna forma lo habían vinculado al pasaporte de cada uno), recoger equipaje y cambiar moneda, tocaba ir a nuestro primer alojamiento. Queríamos un sitio en Negombo cerca del aeropuerto con desayuno y sin muchas pretenciones: House of Esanya, nos costó 10,30 USD.
Habíamos leído que hay una aplicación para moverse que funciona muy bien: Pick Me. La tenía instalada en el móvil y pedimos un tuk tuk, pero en seguida vinieron los taxistas a ofrecerse y nos dijeron que los tuk tuk no pueden entrar en la terminal, y por alguna razón vimos que el contador de tiempo que indica a qué distancia está tu transporte no bajaba. Así que al final sucumbimos y pagamos a un taxi 3500 LKR.
Llegamos a la casa donde fuimos recibidos efusivamente por Dinusha. Estábamos rotos, y sólo queríamos comer algo e ir a dormir. Preguntamos por algun restaurante y allí debutamos con un fantástico kottu que no os podéis perder de ninguna de las maneras. El kottu es una mezcla de arroz, roti -pan rayado- y ahí se puede poner verduras, pescado o carne. Descubirmos que las cantidades son enormes, asi que pedimos dos platos y comimos tres sobradamente y por un precio de risa (alrededor de 2000 LKR).

Nos fuimos a dormir, el día siguiente iba a ser muy duro y todavía no lo sabíamos.