Mientras nosotros dormimos, comienza la navegación por el Nilo.
Cuando nos despertamos ¡¡a las 6:15!!, estamos llegando a Edfu, primera parada, cuando desembarcamos nos recibe una a avalancha de vendedores, te venden desde agua hasta camisas de algodón, pasando por papiros y chilabas, etc.etc..., nosotros siguiendo los consejos de Mammut agachamos la cabeza y avanzamos por el embarcadero sin prestar atención.
En el templo de Edfu Mamut nos explica su historia y aqui empieza mi asombro por esta cultura, aunque hallas leído mucho y visto muchos documentales en la televisión sentarte en una roca y contemplar a 10 metros estos templos te deja una sensación que para mi es inexplicable.
Después de la visita regresamos a la nave y continuamos la navegación por el Nilo, nosotros nos subimos a la terraza del barco y tomando una cervecita (eran las 10 de la mañana pero contacto la hora que nos levantamos, no era mala idea ¿ee?), nos dirigimos a la siguiente para Kon-Ombo.
A la hora de bajar de la nave, otra vez avalancha de vendedores, ofreciéndote lo mismo que los otros, una locura. Nos montamos en una calesa y nos dirigimos al templo, después de la visita como teníamos algo de tiempo hasta la hora de partir nos dimos una vuelta por el pueblo, es impresionante dos calles por detrás del embarcadero puedes pasear tranquilamente y mirar las tiendas, que si no preguntas por algo, los vendedores no te hacen ni puto caso.
Regresamos a la nave y continuamos la travesía, tarde de relax, esta es la última noche que pasaremos en la nave y hay fiesta de CHILABAS, todos los pasajeros y la tripulación ataviados con nuestras chilabas nos dirigimos a cenar y luego en el salón-bar nos reúnen a todos los pasajeros para la fiesta con música, baile y juegos. Fue muy divertido. Los árabes que había en el barco, intentan siempre ser los mejores en todos lo juegos y los bailes, cosa que nos deja bastantes fascinados, por el afán de protagonismo, los japoneses, un puro desastre, en cuanto empiezan a bailar o a jugar les daba por reírse y no eran capaces de dar dos pasos. in presionanante. Tanto mi mujer como yo intentamos dejar el pabellón español bien alto pero éramos minoría absoluta jejejejejejeje.
Cuando nos despertamos ¡¡a las 6:15!!, estamos llegando a Edfu, primera parada, cuando desembarcamos nos recibe una a avalancha de vendedores, te venden desde agua hasta camisas de algodón, pasando por papiros y chilabas, etc.etc..., nosotros siguiendo los consejos de Mammut agachamos la cabeza y avanzamos por el embarcadero sin prestar atención.
En el templo de Edfu Mamut nos explica su historia y aqui empieza mi asombro por esta cultura, aunque hallas leído mucho y visto muchos documentales en la televisión sentarte en una roca y contemplar a 10 metros estos templos te deja una sensación que para mi es inexplicable.
Después de la visita regresamos a la nave y continuamos la navegación por el Nilo, nosotros nos subimos a la terraza del barco y tomando una cervecita (eran las 10 de la mañana pero contacto la hora que nos levantamos, no era mala idea ¿ee?), nos dirigimos a la siguiente para Kon-Ombo.
A la hora de bajar de la nave, otra vez avalancha de vendedores, ofreciéndote lo mismo que los otros, una locura. Nos montamos en una calesa y nos dirigimos al templo, después de la visita como teníamos algo de tiempo hasta la hora de partir nos dimos una vuelta por el pueblo, es impresionante dos calles por detrás del embarcadero puedes pasear tranquilamente y mirar las tiendas, que si no preguntas por algo, los vendedores no te hacen ni puto caso.
Regresamos a la nave y continuamos la travesía, tarde de relax, esta es la última noche que pasaremos en la nave y hay fiesta de CHILABAS, todos los pasajeros y la tripulación ataviados con nuestras chilabas nos dirigimos a cenar y luego en el salón-bar nos reúnen a todos los pasajeros para la fiesta con música, baile y juegos. Fue muy divertido. Los árabes que había en el barco, intentan siempre ser los mejores en todos lo juegos y los bailes, cosa que nos deja bastantes fascinados, por el afán de protagonismo, los japoneses, un puro desastre, en cuanto empiezan a bailar o a jugar les daba por reírse y no eran capaces de dar dos pasos. in presionanante. Tanto mi mujer como yo intentamos dejar el pabellón español bien alto pero éramos minoría absoluta jejejejejejeje.