PLAYA GRANDE - CAPITULO FINAL ✏️ Diarios de Viajes de Costa RicaPlaya Grande…., era un buen final de viaje. Quizás demasiado seguro. Sabes donde vas, a quien te vas a encontrar, sabes que vas a disfrutar tan sólo yendo hacia ahí. Sin sobresaltos, sin problemas…y sin sorpresas de aquellas que por inesperadas se...Diario: Crónicas de Costa Rica⭐ Puntos: 4.8 (19 Votos) Etapas: 14 Localización: Costa RicaPlaya Grande…., era un buen final de viaje. Quizás demasiado seguro. Sabes donde vas, a quien te vas a encontrar, sabes que vas a disfrutar tan sólo yendo hacia ahí. Sin sobresaltos, sin problemas…y sin sorpresas de aquellas que por inesperadas se tornan inolvidables. Lo cierto es que buscaba un final de viaje tranquilo y seguro, de aquellos que no te dejan un mal sabor de boca que te haga olvidar los días anteriores. De aquellos que te permiten poner un broche de oro a toda la experiencia, a priori.....”Good morning”, Melanie cogió mi encendedor y se quedó mirando a la calle a través de las rejas de la “terraza” del Maleku mientras encendía su piti matinal. “¿A qué hora sale tu vuelo a Tamarindo?”, “A las 12…..voy a coger el autobús al aeropuerto”. Joder, como cuesta esto. “Mel, ¿nos volveremos a ver?, me gustaría”. Me alargó un trozo de papel con una dirección de aquellas tipo “@” y una “sugerencia” adicional. “Me encantaría, pero ni en Barcelona ni en Berna, en otro destino. No mezclemos nuestras rutinas con lo que hemos vivido aquí”......Salí a la calle con la mochila a cuestas y empecé a caminar hacia la parada del autobús con una sensación agridulce, me giré para ver si…..nada. Por suerte, mi cabecita estaba en ”Travel Mode”. “¡Espabila!”, “Hacia el aeropuerto. Primero a la parada del bus hacia San José, baja en la parada del Hospital de México y luego taxi hasta el aeropuerto Tobías Bolaños”, vaya empanada llevaba encima. Piti en la calle antes de hacer el “check in”, “Pasajeros en vuelo a Puerto Jiménez, preparen sus tarjetas de embarque y documento de identificación y diríjanse a la puerta de embarque”, sonaba familiar. Me quedaba media hora de espera y decidí poner en orden las “Crónicas”. Yo estaba en el aeropuerto Tobías Bolaños pero “ellas” aún estaban en Bahía Drake….no hubo manera. “Pasajeros en vuelo a Tamarindo…”. Desde el cielo, los secarrales seguían ahí abajo pero ya no me sorprendían, ahora sabía que iba hacia Guanacaste y eso era lo que había por ahí, bien. Tras 45 minutos de vuelo, llegada al aeropuerto de Tamarindo, familiar. Constanza estaba esperando en el parking del aeropuerto para llevarme al SurfCamp, como hace un mes. Esta vez negociamos el precio del trayecto ida y vuelta y lo rebajó. Me sentó bien, no tanto por la reducción del precio ($10), sino por la sensación que tenía de poder desenvolverme mejor ahora que cuando llegué por primera vez. “¿Cómo le fue por Corcovado?”, Constanza continuaba con su verborrea habitual. “Bien, muy bien..”. “¿Vio muchos animales?”, “Sí, sí, muchos”. No tenía muchas ganas de hablar pero Constanza es como una ametralladora. “¿Y no conoció a “nadie”?, “Por aquí todos conocen a “alguien”…”, soltó con una sonrisa “Profident”. “Bueno, sí..en Drake, una chica”. “!Vaya!, y lo pasó bien?”. “Sí, sí........¿Qué tal estos días por aquí, Constanza?”. “Como siempre. Fui a llevar a unos turistas a Jaco y se quejaron de mi furgoneta, que no era lo que esperaban, que era muy vieja, ¡lo que hay que oir!”. Llegábamos al SurfCamp, todo era tan familiar. Pasamos frente al restaurante “Los Malinches” de Ramiro y Francisca y giramos a la izquierda para llegar al SurfCamp. *** Imagen borrada de Tinypic *** Playa Grande Surf Camp. Kevin cerró su libro “english-spanish dictionary” al ver llegar la furgo y sonrió al verme bajar. “You are back, my friend!”, mientras me despedía de Constanza tras dejar unos billetes en el cenicero de la furgo y quedar con ella dos días después para el viaje de vuelta al aeropuerto para volver a España. Dejé la mochila en mi cabaña, la misma que ocupé cuando llegué la primera vez, familiaridad reconfortante. Me fui a dar una vuelta, necesitaba frenar el “Modo Centrifugado” de mi cabecita, todavía resacosa de la experiencia “Drake-Melanie”, vaya tela. Caminaba sin rumbo fijo. Me metí por zonas interiores de Playa Grande y me llamó la atención algo que no había observado antes. Playa Grande es un área protegida y eso hace que sea algo especial para nosotros y algo natural para la tortuga Baula….pero sólo la playa está protegida. Recordaba las palabras de Miguel, guarda de la Reserva Natural Las Baulas. "En 1990 contabilizamos más de 1.000 desoves de tortuga Baula en Playa Grande, esta temporada hemos contabilizado 27, la Baula ya no viene tanto por aquí". A diez metros de la playa, toda la tierra está parcelada (dividida en “lotes” o parcelas, como por aquí las conocemos) y a la venta. En algunos lotes aparecían grandes mansiones que, a pesar de no estar todavía acabadas, ya mostraban el cartel de “En venta”, bien visible. A pesar de la realidad que tenía enfrente, me alegré de poder estar viendo Playa Grande ahora y no de aquí diez años. Cuando la Baula decida que ya no pone un puto huevo en esta playa, Playa Grande pasará a ser una prolongación de Tamarindo y la Baula estará buscando otro sitio para desovar sin que nadie le toque lo que no suena. Al volver al Surfcamp, una figura familiar me hizo sonreir….Paul!!!, “What’s up, my friend?”. Paul no se había movido del camp desde que me fui, llevaba 2 semanas por aquí y no parecía muy dispuesto a irse en los próximos días, bien. Estaba charlando con Valeria, una uruguaya de Montevideo que había venido por su cuenta a surfear a Playa Grande, Stephanie, una suiza de Zurich tan atractiva como habladora y Fabian, su compañero de viaje, también de Zurich. A última hora, apareció Pierre, un francés que acababa de llegar al Surfcamp para pasar dos semanas surfeando y volver a París tras, por lo que comentaba, “arduas negociaciones” con su novia. Completaba el grupo un americano que respondía al apodo de “TJ”. Un tipo de Florida, comandante de la compañía de aviación Delta y una auténtica apología del “Born in the USA”. Tras un par de pitis ya no podía más, no estaba en mi mejor momento y la conversación era de lo más intrascendente. Paul me miró soltando un “Sunset, let’s go!” y me levanté como un resorte. Por suerte, nadie más secundó la idea y nos fuimos los dos solos a la playa a ver la puesta de sol. Nos estiramos sobre la arena de Playa Grande, imponente y silenciosa. “Todo bien por Corcovado?”, Paul preguntaba con sonrisa de “No se que pasa, pero algo pasa”. “Todo bien, es impresionante. La selva, los animales, Bahía Drake, la gente, el entorno”. Paul asentía sonriendo…”y algo más, quizás?”. “Conocí a una chica y me he encoñao, ya se me pasará”. Paul no dijo nada, tan sólo una sonrisa y una cariñosa palmada en la espalda mientras el sol se ponía sobre Playa Grande. Gracias, Paul. *** Imagen borrada de Tinypic *** Puesta en Playa Grande. Al día siguiente Playa Grande amaneció preciosa y a las siete de la mañana Paul, Valeria, Stephanie, Pierre, Fabian y el menda ya estábamos peleándonos con las olas. Uno de los aspectos positivos que tiene el surf es que, aunque viajes solo, siempre acabas surfeando con alguien. Aunque no conozcas para nada a las personas que te rodean, el mero hecho de estar surfeando es suficiente para romper las invisibles barreras que surgen frente al desconocimiento de la otra persona. Risas, saludos, guiños, comentarios…..entre ola y ola se establece una comunicación personal rápida y eficiente. Esta mañana las olas parecían estar de nuestro lado y el día era radiante. Una gran sesión matinal en la desierta Playa Grande. De vuelta al camp me desvié para saludar a la familia nica. “Javiersiiiitooo!”. Javier y Cecilia sonreían incrédulos. “Volvió de nuevo a nuestra casa que es su casa”. Javier continuaba mostrando esa hospitalidad nica que tanto me había impresionado. Me invitaron a quedarme a comer con ellos, estaban celebrando el 16 cumpleaños de su hija, Cecilia y nos pasamos toda la tarde charlando y riendo. *** Imagen borrada de Tinypic ***. Feliz cumple, Cecilia!. Tras la celebración, Javier me llevó a dar un paseo por la playa y me propuso un plan de negocio sobre un Surf Camp en un terreno que tenía en la costa de la zona de Rivas. Lo tenía muy bien estudiado, Javier parecía una persona seria y de fiar. Sólo necesitaba socios y algún que otro consejo. Su propuesta era de aquellos planes que te abren la puerta para cambiar de aires si tienes las pelotas suficientes para hacerlo y el sentido común necesario para no meterte en un embolao de narices. “Me lo miro y lo comentamos antes de irme, Javier”. De vuelta en el camp, Paul estaba meditabundo delante del ordenador y al verme aparecer fue a buscar una botella de whisky. Todo el mundo estaba en la cama y la noche era propicia para charlar con calma. Estuvimos un buen rato hablando sobre la propuesta de Javier y tras unas cuantas consultas por internet, advertimos que Javier no era la única persona con ese proyecto en mente. En la costa de Rivas había más Surf Camps de los que él creía. Demasiada oferta que hacía que fuera un proyecto bastante arriesgado a priori. “Si fuera viable, lo harías?”. Paul preguntó con una sonrisa. “No lo se, pero la idea me parece muy atractiva”. De ahí derivamos hacia la necesidad de buscar experiencias nuevas y el porqué del viajar en solitario. Paul se aburría soberanamente en Cape Cod. La misma gente, el mismo trabajo, las mismas costumbres, las mismas necesidades, los mismos hábitos, día tras día. Por eso decidió dejar el trabajo en el hospital y salir de su mundo para airearse durante unos meses y por eso decidió viajar solo. No sabía cuando iba a volver, si volvía. La velada se alargó hasta las dos de la mañana, el cansancio del surf y el whisky empezaban a hacer efecto y nos retiramos. Gracias de nuevo, Paul. A la mañana siguiente, tras la última sesión de surf, decidí ir a Tamarindo para comprar algunos regalos para el personal. A la vuelta de Tamarindo fui a coger una barca para cruzar el estuario del río. Dos barqueros estaban esperando tranquilamente a que viniera alguien. Al verme soltaron un amable “Need a boat, sir?”. “Sí, pero podemos hablar en español, mae”. “Mae!, ya está bien integrado, no como estos americanos, yo soy Mariano”. Subí a la barca de Mariano mientras el otro barquero le comentaba “A éste cóbrale 100 colones que es de los nuestros!” (La tarifa habitual es de 500 colones). Al llegar al otro lado de di 500 colones pero Mariano no tenía cambio. “Ya me pagará mañana”. “No creo, Mariano, mañana ya no estaré”. “Pues tendrá que volver algún día a Playa Grande a pagarme los 100 colones”, respondió Mariano con una sonrisa. Buen rollo. Bajé de la barca y me quedé mirando Tamarindo mientras Mariano se despedía con un “Pura vida, Mae” y se alejaba hacia el otro lado del estuario para recoger a una pareja de turistas. Me di la vuelta y el paisaje cambió completamente. Playa Grande estaba preciosa, solitaria, radiante. Sabía que la marea baja no me dejaría acabar el día con una última sesión de surf pero poco me importaba en ese momento. Lentamente empecé a recorrer los quinientos metros que me separaban del surf camp, no tenía ninguna prisa, pura vida. Las olas llegaban suavemente a la orilla arrastrando infinidad de caracolillos que se esforzaban en meterse bajo la arena húmeda antes de que el sol los dejara tiesos. Aproveché para caminar por el agua, estaba caliente. *** Imagen borrada de Tinypic *** Playa Grande. Había llegado al final del viaje y era un buen momento para dejar volar la cabeza. Playa Grande, Rincón de la Vieja, Playa Grande, Bahía Drake-Corcovado, Playa Grande…para haber estado un mes en Costa Rica, me iba sin haber conocido muchos sitios. Lo cierto es que no me importaba mucho y eso me hizo sentir bien. Quizás porque tenía la sensación de haberme movido poco y haber vivido bastante más y en el fondo, eso es lo que estaba buscando. Sada, Lisa y Sean en Alajuela. Kevin, Jerry, la familia nica, Ramiro y Francisca del restaurante "Los Malinches", Paul, Leam, Jimmy, Andy, Kirk, Max, Damon, Leanne, Tom, Paul, Pierre, Stefanie, Fabian, Valeria, en Playa Grande. David, Gilbert, Juan, Laura en Rincón de la Vieja. Manolo, Bella, Albert, Ingrid, Javier, Bárbara, Ana, Carmito, Karina y por supuesto, Melanie, en Bahía Drake. Gracias a todos y en especial a ti, Melanie. Pasaban por mi cabeza más nombres. Amparo, Henar y sus consejos antes de partir hacia Costa Rica. Los kiwiadictos de Los Viajeros, Casillo, Vecogu, Ajota y sus comentarios desde el otro lado del Atlántico durante mi viaje. Gracias, compañeros viajeros. Llegué al final del trayecto con un nudo en la garganta, de aquellos agradables. Me senté en la arena mirando hacia las olas y encendí un piti. Mañana me tocaba un buen palizón. Taxi al aeropuerto de Tamarindo, vuelo a San José, bus desde el Tobías Bolaños hasta el Juan Santamaría, vuelo a Cancún, vuelo a Miami, vuelo a Madrid, vuelo a Barcelona……decidí no pensar más en ello y disfrutar del momento. La puesta de sol no era de las más bonitas que había visto en Playa Grande pero ésta era la última, y metido en el agua le daba un punto especial. Cecilia hija, Jorgito y Javiercito se habían unido a mi último baño en Playa Grande mientras sus padres nos observaban desde la playa. Salí del agua y me senté junto a ellos. “Javiersito, te nos vas” dijo Javier mientras me agarraba el hombro. “Javier va a extrañar Playa Grande”, comentó Cecilia con una sonrisa maternal. “Y nosotros le extrañaremos a él”, añadió Javier. “Y yo a ustedes, y yo a ustedes”. Nos fundimos en un abrazo interminable. *** Imagen borrada de Tinypic ***. Gracias Playa Grande. Hasta la próxima!. El sol ya se había puesto en Playa Grande pero no nos movimos de ahí. Nos pasamos un buen rato en silencio con la mirada perdida por la playa. Imagino que a algo así se refieren los ticos cuando dicen ¡Pura Vida!. Índice del Diario: Crónicas de Costa Rica
01: VUELO CONFIRMADO - EMPANADA MENTAL INESPERADA
02: LLEGADA A COSTA RICA - ALAJUELA
03: TAMARINDO - PLAYA GRANDE
04: PLAYA GRANDE - PERSONAJES Y OLAS
05: PLAYA GRANDE - MANTAS RAYA, FLIRTEOS Y FAMILIA "NICA"
06: PARQUE NACIONAL RINCON DE LA VIEJA
07: HISTORIAS DEL RINCON DE LA VIEJA Y VUELTA A PLAYA GRANDE
08: HACIA BAHIA DRAKE - BUSCANDO EL MISTERIOSO CORCOVADO
09: PARQUE NACIONAL CORCOVADO
10: BAHIA DRAKE - ISLA DEL CAÑO
11: HACIA BOCAS DEL TORO........VA A SER QUE NO
12: HISTORIAS DE BAHIA DRAKE - PLAYAS, ARRUMACOS Y PERSONAJES
13: ADIOS A BAHIA DRAKE....Y A ALGUIEN MAS
14: PLAYA GRANDE - CAPITULO FINAL
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