TONGARIRO ALPINE CROSSING ✏️ Diarios de Viajes de Nueva Zelanda

De nuevo hoy toca madrugar bastante, ya que teníamos que desayunar a las 7 porque a las 7:30 salía el autobús que nos iba a llevar al inicio del Tongariro Alpine Crossing, uno de los trekkings de un día de duración más famosos de Nueva Zelanda, especialmente desde que uno de sus volcanes, el Ngauruhoe, fuera convertido por Peter Jackson en el Monte Doom o Monte del Destino en el Señor de los Anillos.

El trekking se encuentra dentro del Tongariro National Park, que es el parque más antiguo de Nueva Zelanda. En él se encuentran los montes Tongariro, que da nombre al parque, Ngauruhoe y Ruapehu, pero el camino que se hace en el TAC discurre entre los volcanes Tongariro y Ruapehu.

La longitud del camino es de 19,4 km y el desnivel aproximado de 800 m.

El camino es lineal, es decir, se sale de un sitio y se vuelve a otro, por lo que es necesario contratar un transporte. Nosotros decidimos contratar un paquete que ofrecía el hotel en el que nos alojamos, que consistía en dos noches de alojamiento y desayuno más el traslado y recogida en los puntos inicial y final de TAC, así como la comida y la cena del día del trekking y el uso del jacuzzi.

Así pues, a las 7:30 estábamos subidos en el bus listos para el caminito. Durante el camino, el dueño del hotel nos fue enseñando localizaciones del Señor de los Anillos, ya que todo el valle por el que vamos hasta llegar al inicio del camino se empleó para rodar escenas llenas de orcos de Mordor.

Empezamos a caminar desde el parking de Mangatepopo a las 8:10 de la mañana, donde te recuerdan que estás en una zona de actividad volcánica.

El primer tramo va desde aquí hasta Soda Springs por un valle muy amplio, al final del cual se ve el Ruapehu. Es una parte fácil y poco empinada.

El siguiente tramo es el que va desde Soda Springs a South Crater. Este tramo es más empinado y discurre entre campos de lava de diferentes épocas.

En este tramo ya se ve bastante bien el Ngauruhoe. Aunque sin duda, las mejores vistas se tienen en el siguiente tramo, que va desde South Crater a Red Crater, el punto más alto de la ruta, al que se llega tras una buena rampa. Nosotros tardamos 2:15 h.

No obstante, las mejores vistas se tienen desde el propio Red Crater.

El cráter en sí mismo también es espectacular.

Dese aquí comienza la bajada, muy empinada en el primer tramo hasta Blue Lake. En la foto se le ve al fondo, lo que están delante son los llamados Emerald Lakes.

Justo al lado del Blue Lake paramos a comer el picnic que nos habían dado en el hotel.

Después nos acercamos más a él. La verdad es que salían fumarolas de un montón de sitios y olía mucho a azufre.

Desde aquí al refugio de Ketetehai es donde más actividad volcánica se ve. Y también la última vista del Monte del Destino, con el Red Crater delante.

Hay mucho humo y vapor y también una espléndida vista del Monte Pihanga y los lagos Rotoaira y Taupo.

El último tramo, desde el refugio al aparcamiento de Ketetehai, se hace eterno, el paisaje ya no cambia apenas, simplemente se tienen las mismas vistas pero cada vez desde más abajo. Al final del todo se llega a una zona boscosa que se atraviesa hasta llegar al aparcamiento tras unas 7 horas.

El coche del hotel hacía dos viajes para recoger a la gente. Nuestra idea era llegar al primero, el de las tres de la tarde, para no llegar muy tarde al hotel. Cumplimos nuestro objetivo, así que al llegar al hotel nos dimos una duchita y, mientras esperábamos nuestro turno de jacuzzi, nos tomamos unas cervecitas que habíamos puesto a enfriar para la ocasión. También nos dio tiempo a hacer la colada en la lavandería del hotel antes de la cena, que era por turnos, ya que no tienen mucho espacio, y nos tocó a las 18:30. Así que a las 19:30 estábamos cenados y listos para ir a la cama.

Nos encantó el TAC, y eso que al principio el día estaba feo e incluso hubo un rato en el que nos llovió, pero el paisaje volcánico mezclado con la nieve y esa variedad de colores resulta espectacular. Altamente recomendable.

Lo peor es que estaba llena de picaduras de sandflies y el antihistamínico que he traído no me hacía nada. Tenía unos picores horribles, así que le preguntamos al señor del hotel dónde podíamos encontrar una farmacia de guardia para comprar algo más fuerte. Era domingo, así que nos dijo que imposible, esta zona estaba bastante aislada. Una chica me oyó y me dio los que ella tenía, que a su vez se los habían dado en una farmacia y que le habían funcionado, así que esperando mi mejoría nos fuimos a dormir.