Último día en Lofoten.
Reservamos una actividad de pesca de Bacalao. Este fue el primer día que amaneció nublado. Ya pensaba que nos íbamos a ir sin ver el típico paisaje de Lofoten invernal con niebla y nubes.


Durante la pesca, vimos un águila pescadora pescando.



Poco a poco fue despejando de nuevo para volver a tomar el cielo azul que nos estaba acompañando todas las vacaciones.
Nuestro barquiuto pescando

Teníamos un vuelo esa tarde de Leknes a Tromso. De camino a Leknes hicimos un par de paradas:

La playa de Ramberg


Nussfjord

Comimos en un restaurante llamado Karoline, con grandes ventanales y muy buenas vistas

Para visitar este bonito pueblo hay que desviarse ligeramente de la E10, pero merece la pena. Dicen que esa carretera es la más bonita de todo Lofoten.

Tras pasar un rato en Nussfjord pusimos rumbo al pequeño aeropuerto de Leknes.
El vuelo es directo a Tromso, dura 50 minutos y vas en avión de turbohélice

Al llegar a Tromso dejamos las cosas en el hotel y fuimos a cenar. Después de cenar dimos un paseo por el puerto, donde vimos nuestra última aurora

El último día lo dedicamos a hacer compras por el centro y finalmente, muy a nuestro pesar, cogimos el vuelo dirección España

