SABADO 29 JUNIO
Hoy nos toca la excursión a Khaolak. En un principio sólo teníamos planeado montar en elefante, pero cuando nos ofrecieron esta excursión me pareció una gran idea. Por 100 euros 4 personas con comida no me pareció caro.
Esta vez estuvimos en la recepción antes de la hora indicada, y la van también llegó antes de hora. Esta vez la van ya venía llenita de rusos. Sólo nos quedaban las 4 plazas de la última fila de la van (nada recomendables, son más estrechas y allí los baches se notan mucho más)
Nuestra primera parada fue el puente Sarasin, este puente de apenas 500m une la isla de Phuket con el continente. Es peatonal y desde el se pueden hacer unas fotos muy bonitas de la preciosa playa y tranquila ensenada. Allí el mar no se movía. Había una especie de bateas, pero dedicadas a la cría de pescado.
PUENTE SARASIN
VISTAS DESDE EL PUENTE
De allí nos fuimos a una tienda de fruta, para comprar fruta para los animales del mini zoo y también para nosotros. Es muy curioso ver los diferentes tipos de fruta. Por 3,75 euros compramos dos bolsas de fruta para los animales y también unos plátanos y mango pelado para nosotros.
De allí nos llevaron a una plantación de piña, caucho y alguna otra fruta. Es interesante ver como nacen las piñas y como se recolecta el caucho. Arranqué un trocito de savia seca y es igualita que un chicle.
PIÑA
Nuestra siguiente parada era uno de los platos fuertes, el rafting en canoa de Bambú. íbamos los 4 en una canoa y un chico guiaba la balsa con una especie de pértiga como la de los gondoleros. Debes ir con ropa de baño, pues vas mojándote un poco todo el rato. La cámara de fotos, si la llevas en la mano, no corre peligro. Es muy divertido y nada peligroso. El rio no es profundo, si te levantas dudo que el agua te llegue a la rodilla. El paisaje es muy selvático. El guía incluso nos paró en un árbol para que viésemos una serpiente. La duda fue: ¿la serpiente vive allí siempre o es de plástico y la tienen allí pegada? El paseíto se terminó.
RAFTING EN CANOA DE BAMBU
Al llegar nos estaba esperando nuestra guía con un tentempié de fruta y claro está nos ofrecieron una foto muy chula que nos hicieron durante el paseíto. Nos costó 5 euros, pero claro no teníamos ninguna foto en la que saliese la canoa entera con los 4.
La guía nos dijo que no nos cambiásemos de ropa, que solo pusiésemos una toalla en el asiento para no mojarnos. Nuestra siguiente parada ¡La granja de Elefantes! Esto es lo que más deseábamos de todo el día. Nos dieron un elefante para los 4, el único macho de la granja tenía unos buenos colmillos. Para subir nos pidieron que nos descalzáramos. Tres íbamos sentados en una especie de banquito y D iba en la cabeza del elefante. Comenzamos a ascender una montaña, el paisaje era muy chulo y agradable. D parecía un auténtico mahut. En un momento dado paramos y el mahut con nuestra propia cama nos hizo un montón de fotos. Continuamos el paseo X también quiso ponerse en la cabeza del elefante detrás de D. El problema llegó cuando comenzó el descenso. D estaba tan feliz, pero nosotros quisimos agarrarnos a nosotros mismos y a X. Me agarré tan fuerte a los hierros que al día siguiente tenía el brazo lleno de cardenales.
PASEO EN ELEFANTE
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LAGARTO
Cuando fui a bajarme del elefante me enganché con la correa de la cámara y se me cayeron al suelo las gafas de sol graduadas de X. Justo en ese momento el elefante levantó la pata e iba justo a colocarla sobre las gafas. Algo dijo el mahut que el elefante no bajó la pata y se pudieron salvar las gafas de X. Al bajar nos vendieron unas cestas de fruta por 50 bahts para premiar a los elefantes. Fue divertido darles de comer. Luego nos vendieron la foto montados en el elefante otros 5 euros. ¿Cómo no la vas a comprar si es algo que no repetirás nunca más? Allí mismo tenían algunos animalitos como erizos, cocodrilos e iguanas. También tienen una tienda de distintos tipos de té y cosas varias. Fue una experiencia inolvidable.
CASCADA
Próxima parada el baño en la cascada. A estas alturas del día se agradece el chapuzón. El sitió era muy bonito y el agua estaba muy limpia y refrescante. De allí nos tocó ya ir a comer. Desde el restaurante veías pasar a los elefantes haciendo el recorrido con otras personas fue bonito. La comida correcta. Me gustó el pescado con sabor a limón que ponían con la sopa.
Al salir, el conductor nos cogió unos rambutanes de un árbol. ¡Más frescos imposible! Todos a la van y a nuestro siguiente destino el memorial del Tsunami. Es impresionante ver como el mar dejó un barco en medio de un campo. Lo dejaron allí como homenaje a los fallecidos.
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MEMORIAL DEL TSUNAMI
Justo allí está el prollecto de conservación de tortugas. Hay un montón de piscinas con tortugas de todos los tamaños desde recién nacidas hasta adultas.
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PROLLECTO DE CONSERVACIÓN DE TORTUGAS
Siguiente parada el Mini zoo. Para esta visita fue para la que compramos la fruta. Es un zoo pequño con osos, cocodrilos, muchísimos tipos de monos aves… Les puedes ir dando comida a todos los animales. Yo creo que los pobres pasaban un hambre… ¡Incluso los carnívoros se comían la fruta! Yo había comprado por consejo de la guía plátanos, rambutanes y mangostanes. Estos últimos para las personas son muy ricos, pero a los animales no les gustaba, era difícil de pelar.
NO TENÍA MÁS MANOS PARA AGARRAR FRUTA
Siguiente parada el templo de los monos. Yo tenía entendido que a estos animales no se les debía alimentar, pues eran peligrosos. Allí todo el mundo les daba de comer. Nosotros que aún teníamos los mangostanes que no quiso nadie en el mini zoo se los dimos y no veas con qué facilidad los abrían hincándoles los colmillos.
MONO COMIENDO FRUTA
Llegó el momento de entrar en el templo wat Tham Suwankuha. La guía nos dice que la entrada no está incluida. No me convence mucho su explicación, pero por un euro la entrada de los dos adultos y nada la de los niños no merece la pena discutir. Para entrar yo tuve que ponerme una toalla cubriéndome las piernas (iba con pantalón cortito) y otra cubriéndome los hombros (iba de tirantes) La sorpresa fue cuando a los niños que iban con un bañador de licra les dieron un pareo para taparse, la guía le insistía a la chica de la puerta en que eran niños, pero nada. La cara de mis hijos con los pareos a modo de falditas no tiene precio me reí un montón. Lo de que los hawaianos visten así no les convenció. Mi marido iba también en bañador y no le dijeron nada. Fue un descuido no darnos cuenta de que aún siendo una cueva era un templo. El templo es muy chulo. Me gustó ver el gran Buda reclinado, la figura de un asceta que hay dentro de la cueva y las formaciones rocosas.
TEMPLO DE LA CUEVA DE LOS MONOS
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ASCETA EN LA CUEVA DE LOS MONOS WAT THAM SUWANAKUHA
A la salida otro ratito con los monos y regreso al hotel. Menudos meneítos que nos daba el conductor. No frenaba en los pasos elevados y en el asiento trasero donde íbamos nosotros dábamos unos botes que tocábamos el techo con la cabeza. Llegamos molidos pero contentos. La excursión fue muy divertida.
Ahora un buen chapuzón en la piscina. A la hora de cenar fuimos otra vez al centro de Kamala. Nuestra sorpresa fue cuando llegamos al banco para cambiar dinero y ya estaba cerrado. Le preguntamos a un chico el horario y nos dijo que estaba abierto hasta las 7:30. El chico era un encanto. Nos preguntó a como nos hacían el cambio y él saco dinero del cajero y nos cambió 50 euros para sacarnos del apuro. Un 10 para el chico no cualquier persona haría esto .
Dando un paseo nos encontramos una pequeña tienda de comestibles, entré y allí encontré fiambre embasado al vacío. Compramos jamos cocido, queso y mi marido se empeñó en comprar un jamón serrano chino (cualquier parecido con el nuestro es pura coincidencia) El pan de molde era artesano y estaba delicioso.
Hoy cenamos en una pizzería. Hacían allí mismo las pizzas, la masa era finísima y estaban deliciosas. Nuestro camarero era un lady-boy. Me encanta ver con que normalidad se les trata allí, nada que ver con nuestro país donde solo se pueden dedicar al espectáculo u otras cosas peores. Paseando por esta parte del pueblo hasta los niños se dieron cuenta de que todo eran puticlubs, bares de alterne y sitios de alquiler de habitaciones. Pues nada regreso a nuestro hotel. A la camita que mañana nos toca otro día duro y un madrugón mas grande.
Esta vez estuvimos en la recepción antes de la hora indicada, y la van también llegó antes de hora. Esta vez la van ya venía llenita de rusos. Sólo nos quedaban las 4 plazas de la última fila de la van (nada recomendables, son más estrechas y allí los baches se notan mucho más)
Nuestra primera parada fue el puente Sarasin, este puente de apenas 500m une la isla de Phuket con el continente. Es peatonal y desde el se pueden hacer unas fotos muy bonitas de la preciosa playa y tranquila ensenada. Allí el mar no se movía. Había una especie de bateas, pero dedicadas a la cría de pescado.
PUENTE SARASIN
VISTAS DESDE EL PUENTE
De allí nos fuimos a una tienda de fruta, para comprar fruta para los animales del mini zoo y también para nosotros. Es muy curioso ver los diferentes tipos de fruta. Por 3,75 euros compramos dos bolsas de fruta para los animales y también unos plátanos y mango pelado para nosotros.
De allí nos llevaron a una plantación de piña, caucho y alguna otra fruta. Es interesante ver como nacen las piñas y como se recolecta el caucho. Arranqué un trocito de savia seca y es igualita que un chicle.
PIÑA
Nuestra siguiente parada era uno de los platos fuertes, el rafting en canoa de Bambú. íbamos los 4 en una canoa y un chico guiaba la balsa con una especie de pértiga como la de los gondoleros. Debes ir con ropa de baño, pues vas mojándote un poco todo el rato. La cámara de fotos, si la llevas en la mano, no corre peligro. Es muy divertido y nada peligroso. El rio no es profundo, si te levantas dudo que el agua te llegue a la rodilla. El paisaje es muy selvático. El guía incluso nos paró en un árbol para que viésemos una serpiente. La duda fue: ¿la serpiente vive allí siempre o es de plástico y la tienen allí pegada? El paseíto se terminó.
RAFTING EN CANOA DE BAMBU
Al llegar nos estaba esperando nuestra guía con un tentempié de fruta y claro está nos ofrecieron una foto muy chula que nos hicieron durante el paseíto. Nos costó 5 euros, pero claro no teníamos ninguna foto en la que saliese la canoa entera con los 4.
La guía nos dijo que no nos cambiásemos de ropa, que solo pusiésemos una toalla en el asiento para no mojarnos. Nuestra siguiente parada ¡La granja de Elefantes! Esto es lo que más deseábamos de todo el día. Nos dieron un elefante para los 4, el único macho de la granja tenía unos buenos colmillos. Para subir nos pidieron que nos descalzáramos. Tres íbamos sentados en una especie de banquito y D iba en la cabeza del elefante. Comenzamos a ascender una montaña, el paisaje era muy chulo y agradable. D parecía un auténtico mahut. En un momento dado paramos y el mahut con nuestra propia cama nos hizo un montón de fotos. Continuamos el paseo X también quiso ponerse en la cabeza del elefante detrás de D. El problema llegó cuando comenzó el descenso. D estaba tan feliz, pero nosotros quisimos agarrarnos a nosotros mismos y a X. Me agarré tan fuerte a los hierros que al día siguiente tenía el brazo lleno de cardenales.
PASEO EN ELEFANTE
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LAGARTO
Cuando fui a bajarme del elefante me enganché con la correa de la cámara y se me cayeron al suelo las gafas de sol graduadas de X. Justo en ese momento el elefante levantó la pata e iba justo a colocarla sobre las gafas. Algo dijo el mahut que el elefante no bajó la pata y se pudieron salvar las gafas de X. Al bajar nos vendieron unas cestas de fruta por 50 bahts para premiar a los elefantes. Fue divertido darles de comer. Luego nos vendieron la foto montados en el elefante otros 5 euros. ¿Cómo no la vas a comprar si es algo que no repetirás nunca más? Allí mismo tenían algunos animalitos como erizos, cocodrilos e iguanas. También tienen una tienda de distintos tipos de té y cosas varias. Fue una experiencia inolvidable.
CASCADA
Próxima parada el baño en la cascada. A estas alturas del día se agradece el chapuzón. El sitió era muy bonito y el agua estaba muy limpia y refrescante. De allí nos tocó ya ir a comer. Desde el restaurante veías pasar a los elefantes haciendo el recorrido con otras personas fue bonito. La comida correcta. Me gustó el pescado con sabor a limón que ponían con la sopa.
Al salir, el conductor nos cogió unos rambutanes de un árbol. ¡Más frescos imposible! Todos a la van y a nuestro siguiente destino el memorial del Tsunami. Es impresionante ver como el mar dejó un barco en medio de un campo. Lo dejaron allí como homenaje a los fallecidos.
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MEMORIAL DEL TSUNAMI
Justo allí está el prollecto de conservación de tortugas. Hay un montón de piscinas con tortugas de todos los tamaños desde recién nacidas hasta adultas.
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PROLLECTO DE CONSERVACIÓN DE TORTUGAS
Siguiente parada el Mini zoo. Para esta visita fue para la que compramos la fruta. Es un zoo pequño con osos, cocodrilos, muchísimos tipos de monos aves… Les puedes ir dando comida a todos los animales. Yo creo que los pobres pasaban un hambre… ¡Incluso los carnívoros se comían la fruta! Yo había comprado por consejo de la guía plátanos, rambutanes y mangostanes. Estos últimos para las personas son muy ricos, pero a los animales no les gustaba, era difícil de pelar.
NO TENÍA MÁS MANOS PARA AGARRAR FRUTA
Siguiente parada el templo de los monos. Yo tenía entendido que a estos animales no se les debía alimentar, pues eran peligrosos. Allí todo el mundo les daba de comer. Nosotros que aún teníamos los mangostanes que no quiso nadie en el mini zoo se los dimos y no veas con qué facilidad los abrían hincándoles los colmillos.
MONO COMIENDO FRUTA
Llegó el momento de entrar en el templo wat Tham Suwankuha. La guía nos dice que la entrada no está incluida. No me convence mucho su explicación, pero por un euro la entrada de los dos adultos y nada la de los niños no merece la pena discutir. Para entrar yo tuve que ponerme una toalla cubriéndome las piernas (iba con pantalón cortito) y otra cubriéndome los hombros (iba de tirantes) La sorpresa fue cuando a los niños que iban con un bañador de licra les dieron un pareo para taparse, la guía le insistía a la chica de la puerta en que eran niños, pero nada. La cara de mis hijos con los pareos a modo de falditas no tiene precio me reí un montón. Lo de que los hawaianos visten así no les convenció. Mi marido iba también en bañador y no le dijeron nada. Fue un descuido no darnos cuenta de que aún siendo una cueva era un templo. El templo es muy chulo. Me gustó ver el gran Buda reclinado, la figura de un asceta que hay dentro de la cueva y las formaciones rocosas.
TEMPLO DE LA CUEVA DE LOS MONOS
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ASCETA EN LA CUEVA DE LOS MONOS WAT THAM SUWANAKUHA
A la salida otro ratito con los monos y regreso al hotel. Menudos meneítos que nos daba el conductor. No frenaba en los pasos elevados y en el asiento trasero donde íbamos nosotros dábamos unos botes que tocábamos el techo con la cabeza. Llegamos molidos pero contentos. La excursión fue muy divertida.
Ahora un buen chapuzón en la piscina. A la hora de cenar fuimos otra vez al centro de Kamala. Nuestra sorpresa fue cuando llegamos al banco para cambiar dinero y ya estaba cerrado. Le preguntamos a un chico el horario y nos dijo que estaba abierto hasta las 7:30. El chico era un encanto. Nos preguntó a como nos hacían el cambio y él saco dinero del cajero y nos cambió 50 euros para sacarnos del apuro. Un 10 para el chico no cualquier persona haría esto .
Dando un paseo nos encontramos una pequeña tienda de comestibles, entré y allí encontré fiambre embasado al vacío. Compramos jamos cocido, queso y mi marido se empeñó en comprar un jamón serrano chino (cualquier parecido con el nuestro es pura coincidencia) El pan de molde era artesano y estaba delicioso.
Hoy cenamos en una pizzería. Hacían allí mismo las pizzas, la masa era finísima y estaban deliciosas. Nuestro camarero era un lady-boy. Me encanta ver con que normalidad se les trata allí, nada que ver con nuestro país donde solo se pueden dedicar al espectáculo u otras cosas peores. Paseando por esta parte del pueblo hasta los niños se dieron cuenta de que todo eran puticlubs, bares de alterne y sitios de alquiler de habitaciones. Pues nada regreso a nuestro hotel. A la camita que mañana nos toca otro día duro y un madrugón mas grande.