Después de un largo viaje, llegamos al aeropuerto de Haneda a las 10:30h. Lo primero que hacemos al llegar es recoger el equipaje, cambiar dinero y buscar la oficina de Japan Rail para recoger los JR Pass. Justo al lado de esa oficina está la entrada al monorail y las máquinas para comprar los billetes.
Como íbamos a utilizar el pase de metro de 72h no compramos ninguna tarjeta monedero para el resto de transportes, de modo que compramos los billetes de monorail desde el aeropuerto a la estación de Hamamatsucho. En lugar de ir desde allí a Shinjuku al alojamiento, decidimos salir aquí para visitar el templo Zozoji, ya que está muy cerca y luego podemos coger el metro hasta Shinjuku. Dejamos las mochilas grandes en unas taquillas en la estación, y salimos a la calle principal, que nos lleva directos a la gran puerta de madera del templo Sangedatsumon, de 21 m de alto.
El Zozoji es el templo principal de la escuela Jodo shu del budismo (Budismo de la Tierra Pura), y fue fundado en 1393 en la región de Kanto, para ser posteriormente trasladado a su situación actual, por el fundador del shogunato Tokugawa, en el periodo Edo. El recinto es muy bonito, con diferentes edificios, la gran campana Daibonsho, estatuas y unos jardines muy cuidados. El primer templo que visitamos en Japón destaca por tener la Tokyo tower justo detrás.
Aquí vemos las primeras tablillas ema colgadas, y en uno de los edificios compramos una y la colgamos, que quede recuerdo de nuestra luna de miel en Japón!
En el recinto también hay muchísimas figuras de piedra que simbolizan niños que han muerto prematuramente, cada uno de ellos con su gorrito y/o babero, molinillos e incluso algún otro juguete.
Tras la visita, volvemos a la estación, como ha empezado a llover compramos un paraguas transparente (quien no ha comprado uno de estos en Japón!) y cogemos el metro en Daimon, hasta la estación de Shinjuku-Sanchome, la más cercana a nuestro apartamento de airbnb. Tardamos un poco en encontrarlo, y cuando por fin llegamos nos relajamos con una ducha bien merecida, y salimos a dar una vuelta por Shinjuku.
Lo primero es parar a comer, así que nos paramos en un restaurante que nos parece que tiene buena pinta y entramos. Pedimos Goya campur y Takoyaki. El Goya campur es un bol con muchas cosas diferentes: una especie de tortilla super tierna, verduras, huevo frito, y “filamentos” de pescado (luego descubriríamos que son virutas de atún, muy utilizadas en la cocina japonesa). Luego he descubierto que se trata de una especialidad de Okinawa. Los takoyaki son bolas de masa fritas rellenas de pulpo, se sirven con una salsa por encima y las virutas de atún. Nuestra primera comida japonesa está exquisita! Nos cuesta 1846¥, pero resulta que un entrante que nos han servido (un plato enano de encurtidos) sin que lo pidiéramos era muy caro en relación a los otros platos, si no fuera por eso la comida habría sido realmente barata.
La tarde la dedicamos a callejear por Shinjuku, aunque no para de llover, y nosotros con nuestros paraguas transparentes al estilo japonés! Shinjuku es un barrio moderno, lleno de tiendas, restaurantes y centros comerciales. Tiene varias zonas de marcha, como Kabukicho llena de carteles luminosos y gente por todos los lados.
También está la zona Golden Gai, una serie de callejuelas muy estrechas, repletas de bares igual de estrechos, con simplemente una barra y varios taburetes. En la mayoría de estos bares se cobra una entrada aparte de las consumiciones.
También llegamos a la estación de Shinjuku, que es enorme. Ahora entiendo que sea la estación de tren más transitada del mundo, la verdad es que impresiona por la cantidad de gente que camina rápidamente de un lado a otro. En el lado oeste de la estación vamos hasta la estatua LOVE, y entramos en un Big Camera, paraíso de los amantes de la electrónica. Aprovechamos en uno de los Big Camera para comprar el pase de 72 h, válido para Subway y Metro, que estrenaremos al día siguiente.
De vuelta al apartamento paramos a cenar en un pequeño restaurante de Ramen. Al entrar bajamos unas escaleras, que nos llevan directos a una máquina como las de tabaco, pero que es donde se elige el menú, tras meter crédito. Los tickets que salen de la máquina se los damos al camarero y nos sentamos en una mini-barra con los taburetes más bajitos que nunca hemos visto en un restaurante, y cenamos genial un Ramen o cuenco de fideos con carne y algas (Hakata Tonkotsu Ramen) y un plato de Sutameshi, que no tenemos ni idea de lo que es pero está cojonudo, es un bol con arroz y carne mezclada con verduras por encima. Acompañando al último plato nos traen un cuenco con sopa y otro con un huevo, que resulta que está crudo! Nos da igual, ya que todo mezclado en el bol nos sabe genial. Solo un día aquí y ya amamos la comida japonesa! Por cierto, en este restaurante como en muchos otros, hay jarras de agua por lo que si no te apetece pedir otra cosa la bebida sale gratis. Precio cena: 1470¥.
A pesar del cansancio y la lluvia, hemos disfrutado de un primer día genial en Japón, un mundo completamente diferente. Ah! Y ya podemos decir que hemos probado los chorritos de baños japoneses!
Como íbamos a utilizar el pase de metro de 72h no compramos ninguna tarjeta monedero para el resto de transportes, de modo que compramos los billetes de monorail desde el aeropuerto a la estación de Hamamatsucho. En lugar de ir desde allí a Shinjuku al alojamiento, decidimos salir aquí para visitar el templo Zozoji, ya que está muy cerca y luego podemos coger el metro hasta Shinjuku. Dejamos las mochilas grandes en unas taquillas en la estación, y salimos a la calle principal, que nos lleva directos a la gran puerta de madera del templo Sangedatsumon, de 21 m de alto.
El Zozoji es el templo principal de la escuela Jodo shu del budismo (Budismo de la Tierra Pura), y fue fundado en 1393 en la región de Kanto, para ser posteriormente trasladado a su situación actual, por el fundador del shogunato Tokugawa, en el periodo Edo. El recinto es muy bonito, con diferentes edificios, la gran campana Daibonsho, estatuas y unos jardines muy cuidados. El primer templo que visitamos en Japón destaca por tener la Tokyo tower justo detrás.
Aquí vemos las primeras tablillas ema colgadas, y en uno de los edificios compramos una y la colgamos, que quede recuerdo de nuestra luna de miel en Japón!
En el recinto también hay muchísimas figuras de piedra que simbolizan niños que han muerto prematuramente, cada uno de ellos con su gorrito y/o babero, molinillos e incluso algún otro juguete.
Tras la visita, volvemos a la estación, como ha empezado a llover compramos un paraguas transparente (quien no ha comprado uno de estos en Japón!) y cogemos el metro en Daimon, hasta la estación de Shinjuku-Sanchome, la más cercana a nuestro apartamento de airbnb. Tardamos un poco en encontrarlo, y cuando por fin llegamos nos relajamos con una ducha bien merecida, y salimos a dar una vuelta por Shinjuku.
Lo primero es parar a comer, así que nos paramos en un restaurante que nos parece que tiene buena pinta y entramos. Pedimos Goya campur y Takoyaki. El Goya campur es un bol con muchas cosas diferentes: una especie de tortilla super tierna, verduras, huevo frito, y “filamentos” de pescado (luego descubriríamos que son virutas de atún, muy utilizadas en la cocina japonesa). Luego he descubierto que se trata de una especialidad de Okinawa. Los takoyaki son bolas de masa fritas rellenas de pulpo, se sirven con una salsa por encima y las virutas de atún. Nuestra primera comida japonesa está exquisita! Nos cuesta 1846¥, pero resulta que un entrante que nos han servido (un plato enano de encurtidos) sin que lo pidiéramos era muy caro en relación a los otros platos, si no fuera por eso la comida habría sido realmente barata.
La tarde la dedicamos a callejear por Shinjuku, aunque no para de llover, y nosotros con nuestros paraguas transparentes al estilo japonés! Shinjuku es un barrio moderno, lleno de tiendas, restaurantes y centros comerciales. Tiene varias zonas de marcha, como Kabukicho llena de carteles luminosos y gente por todos los lados.
También está la zona Golden Gai, una serie de callejuelas muy estrechas, repletas de bares igual de estrechos, con simplemente una barra y varios taburetes. En la mayoría de estos bares se cobra una entrada aparte de las consumiciones.
También llegamos a la estación de Shinjuku, que es enorme. Ahora entiendo que sea la estación de tren más transitada del mundo, la verdad es que impresiona por la cantidad de gente que camina rápidamente de un lado a otro. En el lado oeste de la estación vamos hasta la estatua LOVE, y entramos en un Big Camera, paraíso de los amantes de la electrónica. Aprovechamos en uno de los Big Camera para comprar el pase de 72 h, válido para Subway y Metro, que estrenaremos al día siguiente.
De vuelta al apartamento paramos a cenar en un pequeño restaurante de Ramen. Al entrar bajamos unas escaleras, que nos llevan directos a una máquina como las de tabaco, pero que es donde se elige el menú, tras meter crédito. Los tickets que salen de la máquina se los damos al camarero y nos sentamos en una mini-barra con los taburetes más bajitos que nunca hemos visto en un restaurante, y cenamos genial un Ramen o cuenco de fideos con carne y algas (Hakata Tonkotsu Ramen) y un plato de Sutameshi, que no tenemos ni idea de lo que es pero está cojonudo, es un bol con arroz y carne mezclada con verduras por encima. Acompañando al último plato nos traen un cuenco con sopa y otro con un huevo, que resulta que está crudo! Nos da igual, ya que todo mezclado en el bol nos sabe genial. Solo un día aquí y ya amamos la comida japonesa! Por cierto, en este restaurante como en muchos otros, hay jarras de agua por lo que si no te apetece pedir otra cosa la bebida sale gratis. Precio cena: 1470¥.
A pesar del cansancio y la lluvia, hemos disfrutado de un primer día genial en Japón, un mundo completamente diferente. Ah! Y ya podemos decir que hemos probado los chorritos de baños japoneses!