Este día tocaba naturaleza y la perra la gozo!
El primer destino Bled. No se tarda mucho en llegar. Decidimos acercarnos lo más posible al lago y aparcamos en un hotel que nos cobró €5 por todo el día. Nuestro plan era hacer el recorrido completo del lago. Es sitio espectacular, con las montañas, el castillo y la isla. Salvo al comienzo que la zona está urbanizada y es más bien un parque a la orilla del lago, el resto del camino la perra fue suelta sin problema, solo la cogimos los pequeños tramos que te acercas a zonas de bares. Creo que el recorrido alrededor del lago nos llevaría como 2-3h aunque no estoy del todo seguro.
Comimos a mitad de camino en el restaurante Mlino. Lo elegimos por la situación, basicamente porque era la hora de comer y creo que fue un gran acierto. Nos pedimos un plato degustación de carne muy bueno; a la perra le trajeron agua y fueron muy amables. Comida rica a precio bueno.
Una vez visto Bled, pusimos rumbo a la garganta de Vintgar. Las indicaciones que teníamos no eran muy buenas (las pedimos en la oficina de turismo de Bled) pero al final llegamos; había carreteras en obras y nos hacía desviarnos pero llegamos.
Tras pagar la entrada entramos a la garganta. En principio aquí la perra tiene que ir con correa pero en los tramos en los que no había gente la soltamos.
Al final del recorrido hay un bar donde tomar algo.
De aquí decidimos ir al lago de Bohin. Habíamos leído que era un lago menos urbanizado y más salvaje que el de Bled, pero sinceramente no nos convenció cuando el camino que encontramos iba paralelo a la carretera y no podíamos soltar a la perra, así que nos fuimos pronto de allí de nuevo a Ljubljana.
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