2do Viaje a Egipto ✏️ Blogs de Egipto

Ya faltando 4 horas para llegar a Aswan conseguimos un compartimiento para los dos solos. Pongo música, la maravillosa e inolvidable, Edith Piaff, y teníamos la sensación de estar en el Orient Express, menos mal que no había ningún camarero con síndrome de furia acuchillando gente, jejejejeje. Flor ni idea quien es La Piaff a lo que le hago un resumen de su vida, historia, carrera musical y queda fascinada. Cuando preparaba el viaje iba coordinado los horarios y días para pasar por lo menos un Jumma (día santo en el Islam, como un buen domingo de Cristianos)en Egipto, y había tocado que fuera en Aswan, teníamos que llegar a las 10 am si no hubiéramos tenido esa bronca en la estación de tren, pero el destino quiso que llegáramos a las 01 PM y no pude asistir a la mezquita, las cosas que mas se planean son las que mas contratiempos generan y las improvisaciones salen de maravilla. Ya teníamos reservado el Hotel Hathor y nos vamos directo, también con ellos había mantenido una buena conversación por mail ya que había contratado la excursión a Abu Simbel, la nueva presa y Philae Temple. Nos acomodamos en la habitación con unas vistas sobre el Nilo y la isla Elefantina que quedamos embobados,


Flor aprovecha para dormir y yo ni caso, a sacar fotos y contemplar. Después de un par de horas bajamos a la calle porque queríamos contratar una falluca para hacer el recorrido Kom-Ombo, Edfú, Esna y de ahí en mini bus a Luxor. En la puerta del hotel había un “canhayhelpiu” ofreciendo fallucas por unas horas, le digo lo que busco, conversación muy amena y agradable, llegamos a un acuerdo de dinero bastante aceptable y nos damos un abrazo en señal de buen trato y cordialidad, nos cambiamos los número de móvil y quedamos para mañana a las 04 PM en la puerta del hotel. Aprovechamos la tarde para ir al zouco y mirar sin comprar, tocar sin llevar y reírnos sin parar. Le pregunto a uno para llegar a la Gran Mezquita e intenta venderme cuanto producto pudiera, otro menos simpático me dice que está cerrada y no es lugar para turistas, me gustó más cuando el Ghiza los españoles me confundieron con egipcio. Seguimos caminando por el corniche y vamos a dar una vuelta en calesa, muy agradable, aunque el calesero intentaba vendernos desde una antigüedad de más de 2000 años hasta excursiones por Sudán. Llegamos cerca de la estación de tren y bajamos, caminamos un rato y buscamos un local para cenar con caras egipcias y les pido la carta en árabe e intentan engañarnos, pues va a ser que no, los mando a freír falafel y buscamos otro, vuelta lo mismo pero como teníamos hambre me pongo serio y despliego mi historia muslim y me traen la carta en árabe con precios locales. Compramos dos bitzas grandes, unos refrescos y la llevo a cenar al mejor sitio de Aswan, la terraza del Hotel Hathor, con vistas nocturnas formidables y sin nadie que nos molestara, una noche para recordar.

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Había dormido no más de 2 horas, porque a las 3:00 AM nos levantamos para la excursión, a las 03:30 am vamos en mini bus, después de pasar un súper mega control, mas espectáculo que realidad, a las 04:05 AM sale el cowboy y se largó la carrera de fórmula 1 a la egipcia. Todos los good drivers sacan su Fernando alonso que llevan dentro y van por esa carretera totalmente desértica durante 3 horas para llegar todos a la misma hora. Ya en el parking del complejo, el chofer nos dice que sólo tenemos dos horas, pensar que estuvieron casi 30 años para construir esos templos, otro 10 para cambiarlos de lugar y sólo me daban dos horas para contemplarlos, vemos la cola interminable de gente para sacar los ticket. Entramos y veo como a los turistas les llama la atención mi forma de vestir, de galabeia, pero de las egipcias buenas, y siento miradas analizándome continuamente a lo que no hago ni puto caso,


Esto me recuerda una anécdota del año pasado, estando en el aeropuerto de luxor para coger el vuelo a Cairo, dentro del avión yo con mi mejores galas, chilaba y turbante en la cabeza, una pareja de catalanes al lado mío comentan: “Querida, voy a pedir que me cambien de avión porque no quiero viajar con este islamista” y ella: “Mira como se toca, algo tiene escondido”. Dejé que sufrieran un rato largo y después que despegara el avión, les digo: “sóc argentí, fa sis anys que viu i treball en barcelona i estic molt orgullós de catalunya, llàstima que també hi ha alguns com vosaltres, bon viatge” Recorrimos el templo con fotos, posados, bromas, berrinches, discusiones tontas con
algún guardia y ya se hizo la hora de regresar


Durante el viaje de vuelta el conductor me cuenta que es copto (cristiano) y tiene su casa, esposas, hijos, amigos, vecinos, trabajo, todo en una sociedad donde mas del 90 % son musulmanes y sin que ellos genere algún problema. Sabían que “tolerancia” es una palabra que se dice de la misma forma en casi todos los idiomas. Llegamos al embarcadero para visitar la isla de Philae, donde hablo con uno de los barqueros que me hiciera tal precio por todo el grupo, 18 personas, y que nos esperara ida y vuelta, mucha gracia no le hizo pero como me vio decidido aceptó,


se lo comento al grupo y nos quedamos una hora en el templo de Isis, ma-ra-vi-llo-so, la próxima visita será por mucho mas tiempo.


Fotos, fotos, fotos y entablo charla con un poli que decía ser el jefe de la zona, al cabo de un tiempo lo llaman por radio y sale pitando como un rayo. Volvemos al embarcadero y le grito al barquero que ya estábamos todos, un tonto que estaba cerca intenta colarme una mentira, que nuestro barquero se había ido y que el nos llevaba por el doble de libras, a lo que le digo que si quería que llamara al poli de arriba, no recuerdo su nombre, para discutirlo y se queda blanco. En menos de lo que canta un gallo viene nuestro barquero y nos lleva de regreso, durante el viaje de 10 min de vuelta les digo a los demás que juntáramos el dinero para pagarlo a lo que un súper borde de la España profunda me contesta que cada quien pague lo suyo porque seguro que era una jugada mía para no pagar. ¿Quién me manda a mí a meterme donde no me llaman? ¿A hacerle favores a los demás sin que me los pidan? Me quedo contemplando las hermosas vistas desde la barca y cuando llegamos al embarcadero cada quien paga y le dejo bakshish y una cajetilla de cigarros, el borde ve la escena y me pide disculpas y me dice que tiene la sensación de que todo el mundo intenta joderlo y que está a la defensiva continuamente, en fin. “En el jardín hay una viña que tiene de todo, menos uvas”. Llegamos a Aswan sobre las 03 am y ya estaba Ahmed, el de la falluca esperándonos, busco las maletas y me dice que ya había zarpado pero que los alcanzábamos en taxi en 5 min, me pide el dinero y nos sube a un taxi y me doy cuenta que él no viene, mmmmmmmmmm, esto olía raro. Como a 5 km nos acercamos al Nilo y ahí estaba la falluca para que subiéramos,


una vez ya arriba había mas gente, 3 holandesas y un inglés, ese no era el problema ya que yo lo sabía de antes, pero lo que no sabía era que el supuesto recorrido de 4 días 3 noches mi querido muy nuevo amigo Ahmed me lo había cambiado a 2 días 1 noches, navegar 20 km, comer, dormir y a las 07 am te metían en un mini bus y visitar Kom-Ombo, Edfú y de ahí directo a Luxor. Con solo acordarme se me hierve la sangre, después de haber compartido un té, una charla más que agradable, unas oraciones islámicas, jugármela de esa forma tan ruin y desagradable, me sobrevino una ataque de nervios que a las 3 holandesas se le fue el efecto del porro y las cervezas en nada. El dueño de la falluca que no entendía ni papa, me quería bajar, yo le gritaba que ni se le ocurriera porque la policía cuando se enterara se les iba a caer el pelo a todos, durante mas de una hora lo que debía ser una viaje super relajado era una batalla de insultos sin parar, cansados ya todos, hasta los cocodrilos desaparecieron, él llama por teléfono a Ahmed y dice que viene en 10 min con el dueño de la agencia de aswan. A la media hora llegan, me bajo de la falluca y nos vamos a un lugar apartado a hablar, estábamos Ahmed, el dueño de la agencia, el de la falluca, su hijo Atha y yo. Empiezo la conversación y como regla prioritaria le digo que habláramos en inglés tranquilo y pausado. Repito textualmente la charla del día anterior, él me contesta que no la recuerda, le pregunto si se acuerda cuando hicimos shahada juntos y lo sigue negando. Uhhhhhhhhh eso si que dolió y mucho, yo que había luchado tanto, y peleado con mi familia y amigos que dejaron de hablarme cuando abracé el Islam y éste era capaz de negarlo por una libras. El dueño de la agencia, que era mas cretino que él me dice que me devuelve el dinero y me lleva a Aswan a lo que me niego, ya que para él era sólo una cuestión de dinero y no de palabra, me devuelve casi la mitad y me suma al recorrido de los demás. En eso el dueño de la falluca se entera de la historia y ya cambia su actitud hacia mí, será también porque escuchó la cantidad de dinero que se llevan las agencias y ellos que hacen todo el trabajo se tienen que conformar con el backshish, que injusto. En lo que estamos por subir una de las holandesas monta una escena de los mas ridícula y escucho que han pagado lo mismo que flor y yo, pero con un cero más, es decir 10 veces más, a lo que también las habían engañado con el tiempo de navegación, bueno esto ya parecía digno de un guión de almodóvar, por lo absurdo y grotesco. Seguimos navegando y el aire se cortaba con nuestra respiración, a los 10 min la falluca se detiene y ese era todo el viaje. Intento hacer las pases con las holandesas pero ni caso, hablo con Atha en un inglés muy básico, le pido disculpas por la situación que pasamos antes y charlamos largo rato hasta que se hizo la hora de dormir, en una barca sobre el nilo, en una noche estrellada y con el murmullo de 3 holandesas fumadas, jajajajajjajajja.

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Ya habiendo descansado bien me despierto antes del amanecer para Fajr (1ª oración diaria) y contemplar las vistas. La noche anterior le había dicho a Atha que quería volverme a aswan en la falluca con Flor y su padre, y les daba el dinero que me habían devuelto para ellos, tranquilos y relajados. Llama por teléfono a la agencia y les dice que nosotros no íbamos en el mini bus, a las 07 am las holandesas y el inglés se bajan después del desayuno sin antes exigir un café doble con tostadas, joderrrrrrrr, hay gente para todo en este mundo. Ahora si era lo que queríamos,


navegar en el nilo sin prisas escuchando la Piaff, entramos en estado alfa que ni el mejor terapeuta era capaz, se respiraba una paz y bienestar que ni la mayor fortuna era capaz de pagar.



No corría nada de viento a lo que íbamos mas que despacio, así mas de 5 horas. Cerca del mediodía, paramos en una orilla y aprovecho para dejarle jabones, shampoo, camisetas, pantalones, el saco de dormir de regalo y me lo agradecen sólo como los árabes saben hacerlo, preparan la comida y nos invitan a comer junto con ellos.


Al rato viene otra falluca y parkea al lado de la nuestra, nos invitan a visitarlos y nos preparan té egipcio y hablamos de muchas cosas, yo fan de Amr Diab y ellos de Bob Marley y The Police, jajajajajajaja, esas vueltas del destino. A la hora del Zhur (2ª oración diaria) nos preparamos para la Salat y oramos dentro de la falluca, otro recuerdo imborrable.

Ya eran casi las dos de la tarde y del viento ni noticias, y como no estábamos lejos de aswan llaman por teléfono a un amigo para que nos acercara. La hora de la despedida, le doy el dinero pactado mas casi el doble en backshish, se lo habían ganado y más que ganado. El día anterior de mí parte no era una discusión por dinero si no por la palabra que es el valor más grande que tenemos como hombres. Nos bajamos en la estación de Aswan, pregunto por el próximo tren a Luxor y allá vamos. Un viaje mas que tranquilo. Aprovecho para contar una anécdota que se repitió en todos los viajes en tren: En el vagón final hay una especie de cafetería que van solo hombres egipcios y algún turista despistado, yo entro y pido: “One tea, please” y me sirven un té de saquitos y les digo en árabe: “la, lipton, lá, wahid masri thai” (no, lipton no, un té egipcio) risas por partes de todos, cuestionario obligado y siempre me terminaban invitando el té egipcio. Llegamos a Luxor sobre las 08 PM y como dije antes junto con Ghiza es lugar con más plastas por milímetro cuadrado, salir de la estación, caminar por la avenida principal con dos maletas era ser el foco de todo “canhayhelpiu”. Llegamos al Nefertiti Hotel sin complicaciones y apenas entramos sin decir quien era el recepcionista intenta jugármela, cuando le digo que soy Jalil Zamzam y tenía reserva su actitud ya cambia, subimos a la habitación y estaba muy bien. Flor estaba un poco shokeada por lo del día anterior y le digo que se vista muy bien porque le iba a mostrar como tratan a los turistas europeos en Luxor, bien occidentalizados los dos, recuerdo que tuve que ir a comprarme una camisa porque había regalado casi todo, y nos vamos a la cafetería de un hotelazo 5 estrellas cerca del templo, nos invitan a pasar, nos sientan muy sonrientes y serviciales, nos hacen toda la pantomima típica, pedimos dos shishas y refrescos y como a la media hora pido la cuenta y efectivamente, me la traen pero con los precios sobrevalorados 10 veces más de lo que decía en el cartel en árabe de la entrada. Flor se queda de piedra. Pido con el encargado y en una mezcla de árabe e inglés le pregunto: ¿Con que derecho nos cobraba unos precios que no estaban marcados? ¿Por qué los egipcios de la mesa del lado pagaban 10 veces menos que yo por el mismo servicio? El tipo no sabía donde meterse, a lo que agarra la factura de mala gana y le tacha un cero, le pago el nuevo precio y regreso a mi mesa, al segundo se me acerca y me dicen que están cerrando y que nos vayamos, pido la factura y me dice qua ya no la tiene. Volvemos para el hotel y paso frente a un puesto de falafel que conocía del año pasado, me acerco y le pregunto cuanto cuesta y me dice 5 libras cada uno, caliente yo por la situación de antes uso la misma frase: ¿Por qué a los egipcios les cobraba una libra y me pretendía cobrar 5 cada uno? Me pide disculpas y me prepara los sándwich de falafel mas ricos del planeta, le pago y también backshish y regresamos al hotel, a dormir, por fin, ahora sí. Dulces sueños.

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