LAS ROCOSAS DE CANADA. YELLOWSTONE Y GRAND TETON. ✏️ Blogs de CanadaViaje de diez días por los Parques Nacionales de Banff, Yoho y Jasper enlazado con una escapadita a EEUU. Tres días completos en Yellowstone y dos días no completos en Grand Teton. Un viaje extraordinario explorando y disfrutando muchos de los puntos destacados en el conjunto de Parques Nacionales de Canada declarados como Patrimonio de la Humanidad en 1984. Y alucinando con las maravillas de Yellowstone y los paisajes de Grand Teton.Autor: Alejandria Fecha creación: ⭐ Puntos: 4.9 (28 Votos) Índice del Diario: LAS ROCOSAS DE CANADA. YELLOWSTONE Y GRAND TETON.
01: Viaje y Llegada a Cammore
02: Cammore, Banff (Sunshine Meadow y Gondola) y llegada a Field. 1 de Julio
03: Lake Louise. Ruta combinada de Lake Agnes y Plain of Six Glaciers. 2 de Julio
04: PN de Yoho: Natural Bridge. Lake Emerald. Takakka Falls. Laughing Falls. 3 de Ju
05: Lake Moraine. Larch Valley y Sentinel Pass. Eiffel Lake. 4 de julio
06: Icefields Parkway. Llegada a Jasper. 5 de Julio
07: Jasper. Cañón Maligne, lagos Medicine, Maligne, Patricia y Pyramid. 6 de Julio
08: Jasper. Lago Pyramid, Edith Cavell y Glacier Angels, Five Lake, Sky Tram. 7 de J
09: Icefields Parkway. De Jasper a Banff. 8 de Julio
10: Banff. Johnston Canyon, Minnewanka Lake SR, Vermilion Lake. 9 Julio
11: De Banff a Calgary. Tunnel Mountain Trail. Hoodoos. Cammore. 10 Julio
12: Vuelo a Jackson Hole. PN de Grand Teton. Llegada a PN Yellowstone. 11 Julio.
13: PN Yellowstone. Madison. Valle río Gibbon. Norris Geyser Basin. 12 Julio
14: Mammoth Hot Springs. Valle de Lamar. Calcite Springs. Tower Falls. 12 Julio
15: Gran Cañón del río Yellowstone. 13 Julio
16: Valle Hayden. Mud Vulcano y Sulphur Caldron. Black Sand Basin. 13 de Julio.
17: Firehole Canyon. Upper Geyser Basin. 14 de Julio
18: Midway y Lower Geyser Basin (Con Grand Prismatic Spring). Fountain Flat Drive
19: West Thumb, (PN Yellowstone) y Grand Teton. 15 Julio
20: Grand Teton: Mormon Row. Regreso a Calgary y vuelta a casa. 16 y 17 Julio
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Etapas 4 a 6, total 20
Volvemos a intentar conseguir plaza en el bus de subida a lago O’Hara. Hoy llegamos más temprano, serían las 7:15. Ya hay 10 personas en la parada. Pregunto que si están esperando para conseguir una vacante o tienen reserva. Ninguno tiene reserva, todos ellos, y dos más que me señalan en el otro lado de la carretera, están esperando para conseguir una plaza en el autobús. Hoy también ha amanecido un día esplendoroso y con buenos pronósticos. Dada la experiencia de ayer y el comentario de la chica de que todo estaba completo al 100%, decidimos irnos, era tontería aguardar con todos los que tenemos delante. Habrá que estar allí a las 5 o las 6, quizá quedarse a dormir en la parada para ser los primeros en optar por una vacante que no se sabe si se producirá.
Pensamos dedicarle el día al parque en el que hemos fijado nuestra residencia por 4 días, el Parque Nacional de Yoho. Se encuentra ubicado en la provincia de Columbia Británica. Todos los días que anduvimos por la zona, cruzábamos la “frontera” de esta provincia y la de Alberta. Pasábamos del parque de Yoho al de Banff y viceversa. Forma parte del llamado Parque de las Montañas Rocosas Canadienses, declarado en 1984 Patrimonio de la Humanidad por la Unesco. La palabra yoho, en lenguaje Chippewa-cree, significa asombro o maravilla. Su Visitor Centre se encuentra en el pueblo de Field, en un edificio de techo azul a la entrada del pueblo. Abre de 9 a 7. Nos acercamos hasta el mismo y tuvimos que esperar largo rato hasta que abrieran. Delante hay una gran explanada que se utiliza como parking, incluso por algunas auto caravanas, ya que el edificio tiene unos baños bastante limpios que no cierran por la noche. Al lado de la explanada hay un pequeño lago de un bonito color verde que a esta hora tempranera funciona como un perfecto espejo del Mount Dennis. Delante un espacio abierto que hace las funciones de playa y como lugar de esparcimiento y juegos de los vecinos de Field y de los que detienen allí su caravana. Fuimos los primeros en entrar al centro de visitantes. Y nos delegaron a la chica que yo creo era la más inexperta. Después de pedirle un folleto con las rutas posibles en el parque y alguna que otra información, paso al tema principal que nos había llevado hasta allí. Le pido información acerca de algún guía de montaña que organice rutas de montaña al lago O’Hara, agencia turística o similar. Se me queda mirando como si le contara algún despropósito y me dice que eso no existe. Le insisto en el tema y entra dentro de una oficina. Sale acompañada de la chica que ayer llevaba el control de las reservas del bus de subida al lago. Me reconoce, le vuelvo a explicar el tema y recordarle lo que me habían ofrecido en el alojamiento Van Horme, que ella conoce y del que estuvimos hablando el día anterior. Estaba algo reacia pero finalmente fue a su oficina y volvió con una anotación de tres agencias que ella pensaba eran las mejores en el tema que estamos tratando, y que las llame yo por teléfono. Le pido que si pueden hacer el favor de llamar ellos por la dificultad del idioma. Accede y se lo encarga a la primera chica que nos atendió, la cual comienza a llamar con clara desgana. Con la primera agencia que habló, que tiene su residencia precisamente en la primera ciudad que llegamos, Cammore, al parecer le dicen que todo está completo. A las otras dos hace intentona de llamar pero nos dice que no contestan. Viendo su desgana y que el tiempo lo estamos perdiendo, ya son las 9:30, lo dejamos estar. Comenzamos el improvisado programa del día saliendo de Field por la transcanadiense, pero dirección Golden. A los pocos kilómetros encontramos el desvío a la derecha de la carretera hacia el lago Emerald. Y enseguida, menos de 2 km., aparece el aparcamiento para visitar el Natural Bridge, que se encuentra sin visitantes. En un corto paseo se llega a un puente construido sobre el río Kicking Horse desde el que se puede ver este puente natural. Las tumultuosas aguas lechosas de este río glaciar, así como la arena y gravilla que transporta, van erosionando la roca caliza y cambiando el paisaje. Anteriormente era una cascada. Ahora el agua fluye por debajo de la parte superior de la antigua cascada formando este puente natural. Con el tiempo el puente acabará cayéndose y el lugar quedará transformado en una garganta. El enclave es bonito, por el colorido del agua y el entorno en que se encuentra. Hay que echar una mirada también al río cuando sigue su curso. El Lago Emerald es el más grande del parque nacional de Yoho. También es uno de los más bonitos, no sólo de este parque, sino de todas las Rocosas. Fue descubierto en 1882 por Tom Wilson y le puso este nombre por el color de sus aguas. Cuando llegamos al parking lo encontramos con muy pocos coches. Pensábamos hacer el sendero marcado en su lado izquierdo porque la chica del centro de visitantes es el que nos indicó que se transitaba. Cuando nos acercamos al panel informativo colocado al inicio de este sendero, vimos que el sendero podía ser circular, rodeando todo el lago. Y sin pensarlo nos desviamos a la derecha, cruzando el puente sobre el río Emerald. El Emerald Lake Lodge tiene una pinta estupenda, así como todas las edificaciones que hay en este extremo del lago, bungalows, casas de madera. Me llevé la impresión de que se alquilan porque vimos salir a varias personas con maletas. El sendero, una vez rebasadas todas estas edificaciones, se retira del lago y se adentra en zona de bosque y abundante vegetación. Y así siguió por un tramo grande. Muy bucólico, pero no nos aportaba nada nuevo. Además no veíamos a nadie caminando por allí. Estábamos pensando que quizá no había sido buena idea, pero seguimos un poco más. El sendero gira y se acerca hacia el lago. Alcanzamos a tres personas que lo estaban recorriendo tranquilamente y haciendo muchas fotos. Y así fuimos toda esta parte derecha del lago, adelantándonos y retrasándonos mutuamente en función de las paradas para hacer fotos. El sendero ya transcurre siempre al borde del lago. A través de los huecos que dejan los árboles podemos distinguir el bonito color de sus aguas, tranquilas, remansadas. Hacen las delicias de algunas canoas que lo atraviesan mimetizándose con el paisaje. Y lo bueno comienza a aparecer. Por encima de la parte opuesta del lago se alzan el monte Carnavon y las montañas de la cadena President, con el glaciar Emerald entre algunas de ellas. La vista del conjunto es impresionante, pero lo es aún más su reflejo en las aguas del lago. Una gozada total. Cuando el sendero gira para rodear el otro extremo del lago, el paisaje comienza a cambiar. El bosque desaparece y en su lugar nos encontramos terrenos llanos, algunos pantanosos. Es como un gran delta formado por los diferentes arroyos del deshielo. Algunos fluyen aún, otros ya se van secando y el terreno se va cubriendo de una rica y especial vegetación. En el sendero nos vamos encontrando paneles informativos de los diferentes ecosistemas del lago y sus vicisitudes. El camino de vuelta, por el lado izquierdo de lago, se nota realmente que es más transitado, ya hay más gente y de vez en cuando aparecen bancos de madera para descansar. Ahora las montañas que hemos visto reflejadas en el lago quedan por encima del camino. Las que vamos viendo que se elevan en el extremo del lago que hemos recorrido, son la montaña Wapta y el monte Burgess. En éste último es dónde se encuentra uno de los mayores depósitos de fósiles, el Burgess Shale. Hasta hay un panel informativo indicando la posición, pero a esta distancia y sin unos buenos prismáticos, no se distingue gran cosa. En este lado del lago ya no se observa el reflejo de estos montes en las aguas del lago. Casi cuando el sendero está finalizando se nota a nuestra derecha, en las laderas de la montaña, zonas de avalancha cubiertas de frondosos pastos y bajos arbustos que son fuente de alimento de varias especies animales. Pero nosotros no vimos nada, quizá por la hora y porque este tramo ya está concurrido de gente. Había llegado un autobús de turismo asiático que tenían copado este tramo y la zona lindante al alquiler de canoas. El circuito completo del lago es de 5,2 km. sin desniveles que superar. Es bonito todo el camino. Si hace un buen día no hay que conformarse con andar solo el lado izquierdo. Este es de 3.2 km., ida y vuelta, y solo añadiendo 2 km. más se hace la vuelta completa. Justo desde dónde habíamos aparcado salía una ruta a la cascada Hamilton. Como era cortita, 1 km. ida y vuelta, decidimos echarle un vistazo. Toda la ida es cuesta arriba, sin demasiado desnivel. El camino parece que se pierde cuando se llega al arroyo. Hay que subir en una pequeña colina adyacente hasta tener una altura suficiente para distinguir la cascada. La misma se encuentra como escondida en una oquedad que forman las paredes rocosas por la que cae. Una cascada más, no tiene un atractivo añadido. Desembocando de nuevo en la Hwy. 1, al poco de pasar la localidad de Field, hay un desvío a la izquierda para adentrarse en la Yoho Valley Road. Es una carretera escénica, con hermosas vistas en su recorrido. La misma finaliza en el parking de Takakkaw Falls. Desde el mismo aparcamiento ya se puede ver la cascada. Hay un sendero bien mantenido y bien indicado que llega hasta la misma base de la cascada. Aunque haga un día caluroso hay que llevarse un chubasquero porque conforme te vas acercando a la cascada te vas mojando y hace bastante fresquito. Tal es la potencia y fuerza con la que caen las aguas de esta cascada. Las aguas del deshielo del glaciar Daly bajan por la cornisa de la montaña y al filo de la misma se desploman con gran intensidad en un salto de 254 m. Si bien su altura total es de 384 m. lo que la convierte en la segunda cascada más alta del oeste de Canada. La cascada se alimenta de las aguas del glaciar Daly y este, a su vez, del campo de hielo Waputik. Precisamente ayer los contemplábamos a ambos desde la cima de Litte Beehive. Al lado del parking hay una zona de picnic con vistas a la cascada. Se ve la cascada y también parte del entorno montañoso que rodea el valle destacando el monte Wapta. Allí nos comimos tranquilamente el bocadillo sin perdernos detalle de esta colosal caída de agua. Desde esta zona salen muchas rutas de senderismo por el valle de Yoho. Vamos a caminar un ratito hasta Laughing Falls. Son 4,4 km. sólo de ida. El camino es prácticamente llano, tan sólo tiene un desnivel de 125 m. concentrados en una subida. El sendero transcurre en paralelo al río Yoho pero no se ve el río, salvo al inicio y llegando al campamento que hay al lado de la cascada. Al inicio se pasa por un campamento y continua por entre terrenos de aluvión con algún que otro arroyo que necesita de puente o pasarela. Luego se adentra en bosque de pinos. Había bastantes pinos tirados por el suelo, con todas sus raíces al aire. A los 2.2 km. hay dos desvíos para ver sendas cascadas. Nos desviamos a la Angel Staircase. En realidad es la caída de un arroyo de 300 m. de altura, al no tener volumen de agua su visión no resulta muy vistosa. La siguiente es la Point Lace de 13,5 m. de caída. Su visita la dejamos para la vuelta y luego se nos olvidó. Cuando ya llevábamos un rato andando nos llegó el sonido fuerte del agua del río. Pensando que sería la cascada nos desviamos hasta la misma orilla del río Yoho. Sus aguas corren por aquí con mucha fuerza y velocidad formando rápidos y algunos saltos. Parece como si estuviera excavando una garganta. Aunque interesante nos quedamos algo decepcionados porque nos parecía una cascada muy simple. No conformes seguimos un ratito más andando hasta atravesar el campamento. A la vuelta de un recodo, entonces sí, apareció Laughing Fall. Yo diría que es la hermana pequeña de la cascada Takakkaw, similar en su forma de caer. No es muy alta, 30 m. pero sí tiene mucho volumen de agua, esparciendo gotas a su alrededor. Precisamente los primeros exploradores le pusieron ese nombre porque “iluminaba toda el área”. El río Little Yoho discurre a más altura, formando un bonito valle que lleva su mismo nombre. Termina su recorrido en lo alto de una pared montañosa en cuya parte superior ha formado una garganta y de la misma sale disparado el potente chorro de agua. Enseguida estas aguas van a parar al río Yoho. Estuvimos un rato contemplándola y remojando los pies en sus aguas heladas. El sitio para nada es concurrido. Al igual que el sendero, de vez en cuando te encuentras a otros senderistas, pero la mayoría del tiempo se anda en soledad. A la vuelta nos desviamos en la indicación del Duchesnay Lake, distante 400 m. del sendero principal. Es un lago poco profundo, de un bonito color verde. Hay indicios de que ha tenido mayor superficie de agua pues algunos árboles están secos y al intentar acercarnos a su orilla pasamos por terreno blando y embarrado. Seguramente que más entrado el verano su superficie irá disminuyendo. Me gustó bastante el lago y el paisaje que lo rodea. Finalizada la ruta, recorremos de nuevo la Yoho Valley Road y nos detenemos en el punto de confluencia de aguas del río Yoho y el río Kicking Horse. El río Yoho, que nace en el glaciar Yoho, transporta las aguas lechosas por los sedimentos de este glaciar y de los tributarios que también tienen origen glaciar. El río Kicking Horse también tiene origen glaciar pero al nacer en el cercano lago Wapta, parte de los sedimentos se quedaron en el lago, por ello sus aguas son más transparentes y de color azulado. Aunque sea más grande y caudaloso el río Yoho es el tributario. El río que continua después de unirse se sigue llamando Kicking Horse, si bien el color dominante de las aguas es el color blanco lechoso del río Yoho. Más adelante se encuentra el Alto mirador Espiral Tunnel que ofrece la oportunidad de ver el tren atravesar los túneles en las entrañas del monte Catedral. Tampoco coincidimos aquí con el paso de algún tren. Aunque ya lo hemos visto varias veces al pasar para ir a nuestro alojamiento, no deja de sorprenderme la bella estampa que forma este río, el Kicking Horse, antes y a su paso por la localidad de Field. Al atravesar este amplio valle, toma el aspecto de un río desbordado, como un estuario, sus aguas blancas brillando bajo el sol. Un fuerte contraste con lo tumultuoso de sus aguas al unirse con el Yoho y luego más abajo cuando forma el Natural Bridge. Hoy me paro a la entrada de Field para fotografiarlo. El Pueblo de Field en su origen era una estación del tren. Hoy día lo sigue siendo pese a que haya crecido un poco más. El tren hace una larga parada en esta estación. Mientras estamos parados contemplando el río, el tren llega lentamente. Tuvimos la oportunidad de verlo muy de cerca. Si nos hubiéramos esperado un poco más en el mirador del Tunel en espiral lo podríamos haber visto saliendo del túnel. Esa tarde nos retiramos más pronto y aprovechamos para hacer alguna colada, lavarse el pelo, contestar mensajes… y disfrutar de lo que queda de sol en la pequeñita terraza. Con la compañía de unas olorosas y vistosas peonías y la imagen del monte Field, que es el que todas las mañanas nos da los buenos días. Etapas 4 a 6, total 20
Hoy pasamos de largo la desviación al parking de la carretera al lago O’Hara, no vamos a intentar lo que parece imposible. Nos dirigimos directamente a Lake Louise Village. Otra de las empresas que organiza excursiones al lago O’Hara tiene su domicilio aquí. Aquello es pequeño pero muy disperso y no sabemos por dónde empezar. Aparcamos en Samson Mall y nos disponemos a preguntar en algún comercio. Pero a las 8 de la mañana no es mucho lo que está abierto. En la oficina de la Góndola de Lake Louise nos atiende estupendamente la chica que se encarga de ella. De allí salimos con un plano impreso y detallado del itinerario a seguir. Llegamos a una zona residencial con grandes viviendas separadas bastante unas de otras. Aquello no tiene pinta de que haya ningún comercio u oficina.
Veo a un señor que se encuentra junto a su vivienda, en bañador, con su periódico y un café, dispuesto a pasar un ratito tomando el sol de la mañana. Me dirijo a él pidiéndole mil perdones por molestarlo, pero es que no vemos a nadie más, y le pregunto dónde puede estar lo que buscamos. Y, casualidades de la vida, resulta que es el mismo que andamos buscando. Nos dice que es su hogar. Tampoco hay suerte, no sólo en las fechas que le indico, tiene completo todo el verano. Fue muy amable y me anotó el nombre de otras dos empresas, que eran las que ya tenía anotadas. Mi marido dice que a cabezona no me gana nadie. Total, para lo que me sirve. Sin más dilación nos vamos al lago Moraine. Ya conocemos el camino. Una vez se pasa Lake Louise Village y transitando por la Lake Louise Road, al poco hay que desviarse a la izquierda, a la Moraine Lake Road. Son solo 14 km. desde Lake Louise Village. El lago Moraine fue descubierto en 1894 por Samuel Allen. El dio nombre a los picos del valle, más bien los enumeró del 1 al 10, pero en lenguaje de los indios Stoney. Dado que el primer pico, Heejee, se reflejaba en el lago, nombró al lago como Heejee. Poco después su amigo Walter Wilcox lo cambió por el de Moraine, morrena.(Quizá lo cambió porque el primer nombre suena a risa). Con el paso del tiempo el nombre de los picos fue cambiando, a uno de ellos incluso le dieron el nombre del propio Allen. Solamente quedan dos con el nombre original, Neptuak (9) y Wenkchemna (10). Sin embargo el nombre del valle sigue siendo el mismo, Valle de los diez Picos. Allen y Wilcox se quedaron por la zona durante dos años, descubriendo entornos, fotografiando, escribiendo, cartografiando. Poco tiempo después comenzaron a llegar los primeros visitantes. Ahora se cuentan a miles. Lo primero que hacemos es subir por el corto sendero hasta Rockpile, (montón de rocas). Es la colina que hay que subir para hacer las mejores fotos del lago. Grandes bloques de piedra que han sido reconducidos con escalones para mayor facilidad de los visitantes en subir a la colina. Y no escalándolos por el lateral que vierte al lago, como algunos hacen. Es una de las vistas más codiciadas de todas las Rocosas. También llamada “twenty dollar view” porque estuvo impresa en los billetes de veinte dólares canadienses. Apenas queda un hueco para hacer una foto, y eso que aún no es hora punta. Y no es para menos. La vista del lago con los picos elevándose en su lado izquierdo, realmente es sublime, de las que no se olvidan. Y qué decir de su color?. Su brillante color puede ser verde, azul, turquesa… dependiendo de la hora del día, de la estación y del clima. Las aguas que entran al lago son de un color gris lechoso pero al extenderse las partículas de polvo de roca glaciar en el agua en combinación con la refracción de la luz dan lugar a su colorido. El que un lago tenga un tono más fuerte que otro depende de la cantidad de polvo glaciar que tiene en suspensión. Comenzamos nuestra ruta bordeando el lago por su parte derecha. A los pocos pasos se encuentra el desvío para los trails a Larch Valley y Eiffel Lake. Ambos comparten subida durante 2,4 km. En estos kilómetros hay que salvar un desnivel de 385 m. Una subida algo exigente distribuida en una larga cuesta inicial y varios zigzag que no parecen acabarse nunca. El sendero va entre bosques de pinos y abetos, ya maduros, con algún que otro claro que permite entrever el bonito colorido del lago. Al ser común a los dos senderos, este tramo está muy concurrido. No me extraña que no haya alerta de osos, con la cantidad de gente que vamos subiendo, parece una romería. Bueno, verdaderamente no sé cómo funciona la alerta por osos. Antes de viajar no tenía muy seguro el poder hacer esta ruta. En el centro de visitantes del parque de Banff nos comentaron que no era necesario formar grupo para andar por el sendero y aquí lo hemos confirmado. En la confluencia con el sendero al lago Eiffel nosotros torcemos a la derecha y seguimos subiendo algunos zigzag más. Mucha gente sigue recto hacia el lago. Conforme vamos subiendo van apareciendo algunos ejemplares del alerce alpino, que da nombre al valle, mezclados con abetos y pinos. Más arriba los alerces son dominantes, muchos de ellos ejemplares jóvenes y en crecimiento. Poco a poco se va abriendo el bosque para dar paso a unos prados subalpinos preciosos, alfombrados de flores silvestres de distintos colores y forma. Estos alerces son muy preciados porque no suelen ser frecuentes y porque pierden sus hojas en invierno. Lo que quiere decir que en otoño son la mayor atracción al alcanzar sus hojas, (son como agujas), su color dorado y bronce antes de secarse y caer. Y en cuanto los árboles disminuyen y los espacios se abren, comienzan a asomar los picos de los “diez picos”. Son cada vez más visibles cuánto más altura vamos ganando. Aunque quedan a nuestras espaldas, vamos echando la vista atrás de vez en cuando, porque no se pueden perder estas maravillosas panorámicas. Los prados siguen alfombrando la tierra a los lados del sendero, con vegetación cada vez más baja y adaptada a la altura y condiciones climáticas. Las marmotas de gran tamaño hacen acto de presencia y cuando no, las oímos silbar. Llegamos hasta uno de los denominados lagos Minnestimma. Palabra en lenguaje indio que significa “agua durmiendo”. Hermoso nombre y hermosos lagos que no se les presta mucha atención. Es un buen lugar para hacer una pequeña parada. Contemplar este lago y alguno más en una hondonada cercana, rodeados de bonitos prados de flores. El fascinante telón de fondo de los diez picos, todos de más de 3.000 m. de altura, con sus restos glaciares colgando, es una imagen difícil de olvidar. El monte Fay con su cima cubierta por un atractivo y brillante glaciar. Los escarpados riscos de Wenkchemna Peaks, el monte Bowlen, el Allen, el Babel…. También podemos ver ya las curvas cortadas en el pedregal de rocas que conducen hacia arriba, hacia Sentinel Pass. Aunque desde aquí bien parece una alta pared difícil de escalar. Estamos ya en la base de Pinnacle Mountain (3067 m.), a la izquierda, y de Mount Temple (3544 m.), a la derecha. Entre las verticales paredes de ambos se encuentra el elevado paso de Sentinel Pass (2605 m.). El estrecho sendero transita por encima de materiales de derrubio de ambas montañas. Se inicia por una prolongada cuesta sobre la baja ladera del monte Temple. Hay restos de neveros sobre el sendero, pero se pasan sin dificultad. Cuando aún queda como un km. el camino comienza a zigzaguear y a elevarse para superar los 200 m. de desnivel hasta la cima. Me maravilla comprobar que aún en terreno tan inhóspito algunas plantas y flores luchan por sobrevivir. Como el Selene morado, casi invencible ante la adversidad. Cuando llegas a la cima el cansancio se te evapora en un instante. En cuanto pones el primer pie ya estás viendo al otro lado Paradise Valley. El valle que hace honor a su nombre se extiende allá en lo hondo. Accesible desde este punto mediante una empinada bajada de 500 m. de desnivel a través del pedregal de roca que conforma la otra vertiente de Sentinel Pass. El valle también se encuentra rodeado de altas y escarpadas montañas. La cima de Sentinel Pass es un paso estrecho, cubierto de piedras de distintos tamaños y colores, verdes, rosadas, grises..Dado que dichas rocas han caído de las dos montañas entre las que se encuentra el paso, son un claro testimonio de los distintos estratos y composición de los mismos, que configuran estas moles montañosas. Aquí arriba ya no hay tanta gente, 10 – 15 personas. Todos hemos buscado alguna roca en la que sentarnos para comernos el bocadillo e ir asimilando el grandioso espectáculo de la naturaleza que tenemos a la vista, en ambas vertientes del paso. El camino que nos ha traído hasta aquí, los lagos Minnestimma, minúsculos en la distancia, el valle de los Diez Picos, picos a los que, por la altura que estamos, ya podemos tutear. Sobre nosotros se eleva, imponente, la cara sur del Mount Temple, considerado como uno de los más importantes en las Rocosas. Desde aquí se puede subir a su cima. En la distancia distinguimos a unos cuantos que lo están intentando. La erosión ha creado extrañas formas rocosas como pináculos que se elevan sobre la vertiente al Paradise Valley de la montaña Pinnacle. De ellos precisamente deriva el nombre de la montaña, Pinnacle. Y también de estas altas torres rosadas, pináculos, chimeneas, o como quiera verlas cada uno, el paso recibe su nombre. La más alta de ellas tiene el nombre de Grand Sentinel. No quiero olvidarme de otra figura rocosa similar que olvidada y solitaria se alza en la ladera erosionada del Mount Temple. Ella sí que otea sobre el paso, vigilando en solitario a todo el que ha tenido la osadía o la buena idea de subir hasta aquí. Y así me siento yo. Como un centinela afortunado y ocasional que otea el horizonte, a izquierda y derecha, delante y detrás y sobre los precipicios de vértigo que se extienden bajo mis ojos. Tendrá que pasar muchísimo tiempo para que yo pueda olvidar estos mágicos momentos. Comenzamos el regreso, muy contentos con todo lo que el día nos está ofreciendo. Con cierta nostalgia. Pero nos queda por delante toda la bajada por entre los lagos, los prados de Larch Valley, la vista de los “picos” delante y presente en gran parte del camino, sin tener que girar la cabeza, fijándonos en más detalles pequeños. En el cruce con el sendero que lleva a Eiffel Lake hay un banco de madera. Como no está ocupado nos sentamos un ratito a echar un trago de agua. Me pregunto cómo estará este sendero. Parece que lo que queda del mismo es en llano. Serían las tres de la tarde. Propongo adentrarnos en el sendero para investigarlo un poco y recorrerlo en su primer kilómetro. Acabamos haciéndolo completo, 3,2 km. desde el cruce y otros tantos de vuelta. El sendero discurre a media altura, enfrente de los Ten Peaks, con espacios abiertos que muestran las montañas, el valle, las brillantes y azules aguas del lago Moraine. Las montañas se aprecian más cercanas, con más detalle de sus escarpadas laderas, de sus cimas, de los glaciares que cuelgan de ellas y los que tienen a sus pies. También se atraviesan preciosos prados repletos de flores vistosas. Entre estos glaciares, mirando hacia el valle, se ve muy bien el glaciar Wenkchemna como acomodado y amoldado a los pies de las montañas. El hielo se distingue en algunos de sus extremos, pero la mayoría de su superficie se encuentra cubierta por los grandes taludes de roca y arena caídos de los acantilados que sobre el mismo se elevan. Esta cobertura de arena ha protegido el hielo de los rayos solares y ello ha propiciado que estos glaciares hayan soportado mejor la recesión que otros muchos han sufrido en el último siglo. En el último tramo se atraviesan laderas de enormes taludes caídos de las montañas que se elevan a la derecha del sendero. Los árboles y la vegetación casi han desaparecido. Pero alguna se mantiene, luchando por sobrevivir en estos pedregales. En este entorno se llega al punto desde el que ya se comienza a ver el lago y continúa hasta que casi estamos encima de él. Al borde del lago no se llega. Se ve desde arriba. El lago se encuentra en una depresión 200 m. más abajo del sendero, rodeado de rocas y montones de piedras, en medio de un panorama duro e inhóspito. Rocas que se rompieron y deslizaron masivamente desde Neptuak Mountain. Nada que ver con la formación de la mayoría de los lagos alpinos al ocupar la bien formada cuenca horadada por un glaciar. Sus aguas son de un color gris metálico. A mí que me da por inventar cosas, pienso que su nombre quizá se deba a este color metálico. Pues no. El lago y el monte Eiffel, que se alza por encima de él, reciben su nombre porque en el monte, cerca de su cima, hay una formación rocosa que recuerda a la torre de París. Cuando Walter Wilcox y sus compañeros llegaron hasta el lago quedaron impresionados por lo duro del paisaje. Le pusieron de nombre Desolation Valley. El escribió que era muy difícil encontrar un lago de pequeño tamaño en un asentamiento tan salvaje. Que sus orillas eran los bordes angulosos de las piedras en perfecta armonía con las salvajes montañas que lo rodean. Y, que salvo una pequeña ladera verde, el rugoso terreno era completamente inapropiado para que crecieran plantas y árboles. Ya ha pasado más de un siglo y aquello tiene parecido con lo que él escribió. Pero, no del todo…. Como ya he dicho antes, en algunos lugares, árboles pequeños y otras plantas se empeñan en crecer. El sendero continúa hasta el Wenkchemna Pass por otros 4 km. más. Este paso se encuentra a la misma altura que Sentinel Pas, 2605 m. Pero el día ha sido completito, así que nos volvemos por dónde hemos venido. La ruta hasta la cima de Sentinel Pass es de 5,8 km., de ida, con un desnivel de subida de 725 m. La ruta a Eiffel Lake es de 5,6 km., de ida, con un desnivel de 385 m. que se hacen en los primeros 2,4 km. compartiendo sendero con Larch Valley. Este sendero también merece mucho la pena hacerlo pues, aunque decepcione un poco el último tramo y la vista del lago, transcurre en medio de unas vistas cercanas e instructivas del Valle de los Diez Picos. A las cinco llegamos al lago Moraine, al que echamos un último vistazo. Es de lo mejorcito que se puede ver en las Rocosas de Canada. Pero eso ya lo saben todos lo que quieren viajar allí. Queríamos haber subido en la góndola de Lake Louis, en realidad es como un telesilla, porque en la mañana cuando visitamos su oficina vimos que no era una atracción tan turística como creíamos. Aunque su precio es alto, $31,95, desde el punto que alcanza se pueden hacer algunas rutas hasta el Kicking Horse Pass Viewpoint, de 1,7 km. y al Ptarmigan Valley Viewpoint, de 3,4 km. Además en su publicidad asegura de que verás osos y otros animales salvajes desde el telesilla. Pero cerraba a las 5:30. Así que nos tomamos algo en una cafetería del Samson Mall, hicimos algunas compras en el super y para casita. Era nuestra última noche en Field. Etapas 4 a 6, total 20
Nos despedimos de nuestro pisito en el sótano de la casa Van Horme. Ayer lo hicimos de Josephine, su dueña. Patrick sigue en Francia con sus hijos. Como hemos tenido un clima benévolo todos los días, finalmente nos acostumbramos y no lo sentíamos tan húmedo ni tan frío. También decimos adiós al pueblo de Field. No es que lo hayamos recorrido mucho pues desayunábamos y cenábamos en la casa, pero lo que he visto me ha gustado bastante. Y sí tiene un par de sitios dónde comer y tomarse algo.
En el cruce con Lake Louise comenzamos nuestro recorrido, con múltiples paradas, por la que es considerada como una de las carreteras escénicas más bonitas del mundo. La Highway 93, Icefield Parkway. La carretera de los campos de hielo. 232 km. la separan de Jasper, nuestro destino final de la jornada de hoy. Es una vía de dos carriles que circula paralela a la Great Divide, la gran divisoria continental, atravesando paisajes agrestes de las Rocosas canadienses pertenecientes a los Parques Nacionales de Banff y Jasper. Recibe su nombre por los lugares que atraviesa como el campo de hielo Columbia, el campo de hielo Wapta, el campo de hielo Waputik y numerosos glaciares visibles desde la carretera. Fue construida para dar empleo durante la gran depresión, desde 1931 a 1940. Primeramente se llamó “la carretera a través de las nubes”. Queriendo ser fieles a todos los puntos destacados en mi mapa “Best of the Icefield Parkway”, a los 6 km. estábamos parando en Herbert Lake. Es un pequeño y bonito lago con una zona de picnic y que también se usa para pescar. El lago ofrece una perfecta refracción de su entorno pudiéndose obtener lindas fotos. Pero creo que nosotros no escogimos bien el sitio para hacer las fotos. Se nos escapó otro punto de vista con las montañas reflejadas en el lago. Hector Lake. 19,7 km. Es el segundo lago más grande de Banff N.P. después del lago Minnewanka. Sus aguas heladas provienen del glaciar Vulture y del campo de hielo Waputik. Viniendo desde Lake Louise no se encuentra indicado. En esta, nuestra segunda parada, nos despistamos algo para llegar a su mirador. Calculando que estaríamos cercanos vimos un aparcamiento al lado de la carretera con varios coches aparcados. Paramos y vimos un letrero que indicaba “sendero al lago”. Cerramos el coche y comenzamos a caminar pensando que el lago estaría al final del sendero. Pero el sendero se adentra en zona de bosque y sigue a través del mismo. Estábamos algo sorprendidos porque fuera tan largo el camino y no ver a nadie. Dudábamos si volvernos o seguir adelante. Cómo a 1 km. del inicio oímos voces y al acercarnos nos encontramos a tres señores sentados tranquilamente, descansando del transporte de una gran canoa. Les pregunto que si es el camino al lago y me dicen que sí. Cuanto falta?. Una hora, quedan 4 km. y para llegar al lago hay que atravesar el río, sin puente, el agua llega hasta la rodilla. Agradecemos la valiosa información y, lógicamente, nos damos media vuelta. Seguimos carretera y al poco vimos otro aparcamiento situado en el lado izquierdo de la carretera que si que era el mirador. El lago es de un bonito color turquesa pero, pese a ser tan grande, desde el mirador no es mucho lo que se ve de él. No obstante la visión del telón de fondo de las montañas Waputik te compensa la parada. Crowfoot Glaciar. 35,8 km. Glaciar pata de cuervo. Se encuentra también sobre la cordillera Waputik. Hay una foto de 1918 en el mirador. Para que compares con el estado actual del glaciar. Recibió este nombre porque se asemejaba perfectamente a la garra de un cuervo. Con la imagen que presenta actualmente, quizá no tendría ese nombre. La lengua inferior ha desaparecido y la de en medio ha retrocedido visiblemente. Bow Lake. 37,2 km. Es la cabecera del río Bow. Es otro lago glaciar con el bonito color azul-turquesa originado por los sedimentos del glaciar Bow y el campo de hielo Wapta que lo alimentan. Desde el lago se puede ver a ambos. También el pico Bow, el monte Thompson, la montaña Crowfoot y el glaciar del mismo nombre que acabamos de ver. El siguiente punto nos lo saltamos. Nun-Ti-Jah Lodge. 38,6 km. Es uno de los más bonitos lodge históricos de Banff N.P. Ofrece desayunos, comidas y cenas. También desde aquí parte una ruta a las cascadas del glaciar Bow. Como no es hora de comer y no hacemos esta ruta, hacemos una foto rápida del edificio y seguimos camino. La carretera va ascendiendo y se pasa el punto más alto de la misma, a 2069 m. en el Bow Pass, poquito antes de llegar a la desviación para lago Peyto. Peyto Lake. 43,4 km. Tiene un desvío de 0,6 km. hasta un amplio parking. Hay otro parking más arriba que tiene un camino muy corto para llegar al mirador, pero está reservado para minusválidos y autobuses. Esta es otra de las mayores atracciones de la Icefields y de las Rocosas en general. Así que estaba muy concurrido, era de esperar. Desde el parking hay que subir un sendero asfaltado que resultaría algo pesado si no fuera porque tiene varios paneles explicativos de las flores, árboles y fauna de la zona, del color del lago….. Se llega a un mirador de madera dividido en dos plataformas que tienen una posición excelente para ver el lago.., si no fuera porque se encuentra atestado de gente. Y no había tanta gente subiendo el sendero. Del camino que conecta con el aparcamiento superior salían en manada, había varios buses de turistas asiáticos que tenían copado el mirador. Yo quería proseguir por el camino hasta el lago y glaciar Peyto para encontrar otro punto de vista sin tanta gente. Pero tenemos una agenda muy apretada como para perder tiempo investigando. Al final hicimos una pequeña trampa. A mí no me gusta salirme de los senderos marcados para no perjudicar la vegetación. Si bien este no tenía flores ni plantas creciendo en el suelo, atravesaba una zona entre bosque consolidado. Antes de llegar al mirador, hay un pequeño desvío, no oficial, que pasa entre los abetos y desemboca en las rocas que hay debajo del mirador, al filo del precipicio. El mirador queda detrás, algo más subido, por lo que no te interpones en las fotos que desde allí se echan y… toda la panorámica libre de obstáculos. No obstante hay que tener cierto cuidado porque son rocas sin ninguna protección. El lago Peyto se extiende 250 m. más abajo, ocupando este valle glaciar entre las montañas de la cordillera Waputik. Su longitud es de casi 3 km. y luego continua formando otras pequeñas lagunas y un río que se extiende por el valle Mistaya hasta desembocar en el río del mismo nombre. En tiempos remotos este valle estaba ocupado por el glaciar Peyto. Hoy día este glaciar ha quedado reducido a una lengua del campo de hielo Wapta. Ha retrocedido dos kilómetros en el pasado siglo. El deshielo de este glaciar, junto con las aguas del lago Caldron, es el que da vida y color a este precioso lago. Y es precioso no sólo por su forma y colorido sino también por el entorno que lo rodea. Hermosas montañas le dan cobijo, el Pico Cladron, el Pico Peyto, el Monte Jimmy Simpson. A los pies de estas montañas, exuberantes bosques de abetos, pinos, álamos.. componen verdes mantos que contrastan vivamente con el azul turquesa de las limpias aguas del lago. El conjunto es una visión sobrecogedora, de las que te dejan sin palabras. Te embarga una sensación difícil de describir. Según indica uno de los paneles el nombre tiene su origen en el personaje de Bill Peyto (pronunciado pi-to), conocido por su carácter excéntrico, que fue primero guía de cazadores y luego fue unos de los primeros guarda parques del parque de Banff. Waterfowl lakes. 58,7 km. Poco señalado. Se aparca en un ensanche de la carretera que se encuentra antes del campamento del mismo nombre. Para acceder a ellos hay que andar un corto sendero, como unos 10 minutos. El sendero desemboca en la ribera del lago superior. En realidad son dos lagos. Es otra vista bonita y tranquila de aguas azules con el fondo incomparable de las montañas, sobre las que cuelgan dos glaciares y entre las que destaca la figura puntiaguda del monte Chephren. Por el borde del sendero vimos unas rosas silvestres, de color rosa, que me recuerdan el eslogan de las matrículas de la provincia de Alberta, “Wild Rose Country”. Es en el único sitio que vimos estas rosas. Mistaya Canyon. 74,2 km. Hay un corto sendero de medio kilómetro que lleva hasta un puente sobre el cañón. Las aguas que ocupan el lago Peyto, no satisfechas con formar esta maravilla natural, en su andadura y en complicidad con el río Mistaya, al que se unen, se han dedicado durante años a erosionar este cañón aprovechando la debilidad de la piedra caliza, para formar otro enclave natural digno de visitarse. Es un cañón muy profundo. A veces apenas si se distingue el agua en la profundidad, de color verde, como si descansara. La más veces, el agua ruge contorsionándose entre las paredes, con tanta fuerza que solo destaca el color blanco de su bravura. Siguiendo adelante desde el puente hay un sendero que sube hasta Howse Pass, considerado Lugar Hostórico. Si se inicia este camino y desviándose al poquito hacia las rocas que caen sobre el río, hay unas vistas preciosas del río, sus rápidos y extendiéndose hacia el horizonte el monte Sarbach, con más de 3.000 m. También se puede ver el inicio del cañón así como otros ángulos y recovecos del mismo. Con buen tiempo caminar por estas rocas no representa un gran peligro pero mojadas o con hielo tienen que ser una trampa fatal ya que no tienen protección. Se aconseja no pasar del puente. La palabra mistaya en lenguaje Cree significa oso grizzly. A los pocos kilómetros (79,7 km. desde Lake Louise), se llega a Saskatchewan River Crossing. En este lugar se ofrecen servicios básicos y tiene la única gasolinera que hay hasta llegar a Jasper. Por ello dicen que tiene los precios altos. Nosotros no necesitamos parar y seguimos camino. No obstante tiene que ser interesante ver la unión de tres ríos, el North Saskatchewan, el Mistaya y el Howse. Recorrimos varios kilómetros sin pararnos. Como a los 94 km. aproximadamente desde Lake Louise se sube una gran pendiente que ofrece unas grandes vistas del tramo de la carretera recorrido anteriormente, rodeado de montañas. Enseguida se llega a varios puntos interesantes: mirador de Cirrus Mountain, mirador Weeping Wall y algo posterior el mirador de Bridal Veil Falls. Los detallaré en la etapa del día 8, cuando volvamos de Jasper. Paramos en el mirador de las Bridal Veil Falls, pero casi ni nos bajamos. Había dos autobuses de turismo asiático y otro que estaba llegando. Estaba a tope de gente y lo dejamos para la vuelta. Parker Ridge trail. 120,7 km. Esta caminata y el Lago Peyto eran mis preferidos del día de hoy. Este punto también suele estar muy concurrido pero nosotros lo encontramos con poquísima gente. Quizá la hora, pasado el mediodía, influyera en ello. Es una ruta de 2,7 km. de ida, con un desnivel de 250 m. En algunos sitios la califican de fácil, en mi mapa la indicaban como extenuante y de color negro. Ni lo uno, ni lo otro. No es un paseo, es una subida importante. Pero la misma se hace de forma gradual, con varios zigzag que ayudan a ello. Y como es tan bonita ni siquiera te das cuenta de que vas subiendo. Las vistas del valle que vamos dejando abajo, por donde discurre la carretera, con las montañas que lo cobijan, el Sunwapta Pass.., son estupendas. La vegetación alrededor del sendero es de lo más atractivo. Es una vegetación frágil. Abetos y piceas son de crecimiento, también abedules. Una zona de la subida es terreno de avalancha. Hermosas y vistosas flores silvestres van haciendo su aparición. Hay infinidad de carteles para que se proteja la vegetación y no se hagan atajos, y aún así hay bastantes atajos marcados por los pasos de la gente. A partir de los 2000 m. (la cima se encuentra a 2275 m.) la vegetación subalpina va dando paso a la vegetación alpina. Los prados de tundra mezclados de florecitas van rodeando el sendero y se extienden hacia arriba y por toda la cresta, ya en la cima. Una vez finalizada la subida, el sendero al poco tuerce a la izquierda para seguir en paralelo al filo de la cresta. Hay varios atajos que se dirigen al frente. No son el camino oficial. Se han ido marcando por las pisadas de los muchos visitantes impacientes por acercarse a la vista del glaciar, impidiendo que la frágil tundra se desarrolle en ellos. A la derecha el camino puede seguir hasta Hilda Ridge. En el cruce del sendero y los atajos hay una planta solitaria de selene cuyas flores comienzan a despuntar. Alguien, con buen criterio, la ha rodeado de piedrecitas, para llamar la atención y que no sea pisoteada. Y sin embargo las vistas completas del glaciar están siguiendo el camino oficial y más adelante hasta el final de la cresta. Cuanto más lejos se va, mejor se ve todo el conjunto visual. El glaciar Saskatchewan descansa en la cabecera del valle que durante miles de años ha ido excavando. Es una de las seis lenguas importantes del campo de hielo Columbia y la más larga de ellas. Por encima del glaciar se alzan elevadas montañas que forman parte del campo de hielo, también cubiertas con algunos glaciares colgantes. Como el monte Castleguard, a su izquierda, y el Monte Athabasca y pico Hilda a su derecha. El río North Saskatchewan nace de este glaciar y se distingue en el fondo del valle con sus aguas lechosas surcando las morrenas laterales dejadas por el glaciar. Las montañas que se alzan sobre el valle enfrente de Parker Ridge llegan a alcanzar los 600 m. en estas paredes casi verticales. Parker Ridge no es una de estas altas montañas. Podría considerarse como una colina. Pero ofrece a lo largo de su cresta inmejorables puntos de vista. Inimaginables cuando subes la colina. La sorpresa es total. Nos tomamos nuestro tiempo, parándonos en cuantos salientes de la cresta nos encontrábamos. En uno de ellos nos tomamos el bocadillo. Casi que te puedes sentir pájaro de todo lo que abarca la vista. La grandeza del paisaje traspasa a tu interior creando una agradable sensación de libertad y plenitud. Ya en carretera se pasa el Sunwapta Pass, (2035 m.) y se entra en el Parque Nacional de Jasper. Wilcox Pass trail. 126,8 km. Esta ruta la hicimos a la vuelta. La describo en la etapa del día 8. Columbia Icefield Centre. Glaciar Athabasca. 129,3 km. Directamente nos dirigimos hacia el glaciar. En la desviación te encuentras un par de aparcamientos, creo. Pero nos llegamos hasta el último que está más cercano al filo del glaciar y allí aparcamos pues había sitio de sobra. El glaciar Athabasca es otro de los seis brazos importantes del campo de hielo Columbia. Es el glaciar más visitado de toda Norteamérica. Quizá porque se encuentra accesible a pie desde la carretera escénica más bonita y visitada en las Rocosas Canadienses. Desde este último aparcamiento es un corto trayecto hasta el límite permitido para ver la lengua glaciar. La subida se encuentra jalonada con muchos paneles contándote lo que es una morrena terminal y lateral, lo que ha retrocedido el glaciar, y, sobre todo, los peligros que conlleva acercarse al glaciar. Incluso te cuentan el accidente de un niño que quedó atrapado en una grieta. Cerca del glaciar hace fresquito. Para la vuelta se puede hacer como un círculo, para no volver por el mismo camino, que tiene vistas a algunas morrenas laterales que no son tales. Bajo la capa gris de gravilla se puede ver que aún queda hielo. Por ello es peligroso acercarse a los glaciares. Lo que parecen morrenas puede ser aún la lengua glaciar cubierta de fragmentos de roca. También se ve desde arriba el lago Sunwapta cuyas aguas son el principal aporte para el río del mismo nombre. Por encima del glaciar asoman los montes Athabasca y Andrómeda. De frente y al otro lado de la carretera el pico Wilcox. El área de acceso al glaciar tiene un aspecto gris y poco atractivo debido a los fragmentos de roca arrastrados por el glaciar. Pero la vida pugna por restablecerse en estas zonas aparentemente áridas. Cerca del lago bonitas flores han crecido poniendo la nota de color entre tanto gris. Una de las cosas que más impresiona es el rápido retroceso del glaciar. Ha retrocedido más de 1,5 km. en los últimos 125 años, amén de haber perdido más de la mitad de su volumen. Va disminuyendo de 2 a 3 metros por año. Será el cambio climático. En uno de los paneles indica que hay evidencias científicas de que la principal causa del retroceso son las actividades humanas. Me parece una ironía que metros más arriba tengan montado tamaño tinglado. Las visitas guiadas al glaciar en el llamado Snow coach. En verano, cuando el sol más aprieta, se tienen que contar a cientos los viajes que hace dicho autobús especial en su ruta al centro del glaciar. Todo ese peso machacando una y otra vez el hielo. Eso no influye en el deshielo del glaciar?. Bueno, como no entiendo mucho del tema es mejor no polemizar. Pero estimo que a la postre lo que dice el panel, es totalmente cierto. El Tangle Creek Falss y Stutfield Glacier Viewpoints los dejamos para la vuelta el día 8 Sunwapta Falls. 49 km. desde Columbia Icefield Centre. Faltan 55 km. para Jasper. Hay que desviarse y recorrer 0,6 km. por la carretera que lleva también al Sunwapta Falls Resort. Y desde el parking un sendero muy corto llega hasta un puente desde dónde se ve la caída de 18,5 m. del río Sunwapta. Este nombre es una palabra Stoney que quiere decir “agua turbulenta”. El cauce del río se estrecha en un profundo cañón y las aguas que discurren tranquilas se vuelven turbulentas al tener que caer en esta garganta. La caída tiene un buen telón de fondo, una isla en medio del cauce del río cubierta de árboles. Se pueden ver otros puntos de vista de la caída y el cañón bordeando dicho cañón por detrás de las vallas de seguridad. Por aquí veo indicado un camino a las cascadas bajas. Desconocía que hubiera otras cascadas, así que me dispongo a investigar. El sendero está solitario. Al poco me encuentro a dos chicas que vienen de vuelta. Me indican que el camino es de 4 km., ida y vuelta. Son tres caídas similares a la caída superior. Como tengo al conductor del coche esperándome, decido darme la vuelta. Cascada Athabasca. 69 km. desde Columbia Icefields Centre. 31 km. hasta Jasper. Hay que desviarse un poquito ( 200m ) en la carretera 93A. Su visita la dejamos para la vuelta. Y ya nos fuimos directamente hasta Jasper, adónde llegamos pasadas las 7. Un par de kilómetros antes de llegar a la ciudad vimos en el arcén de la carretera una hembra de wapiti. Nos alojamos en Blue Jay's. Es una casa particular en la que viven sus dueños y dedican una pequeña parte de ella a alquilarla. Un dormitorio, un baño y un pequeño recibidor con frigorífico, microondas y minúsculo armario. Nos gustó mucho. Aunque pequeño era muy luminoso, nuevo y limpio. Y no era un sótano. El resto de la tarde la dedicamos a explorar algo de Jasper para tener localizados un supermercado, la lavandería, algunos restaurantes. Cenamos en un italiano, Miss Italia. Comida buena a precios de Canada. Etapas 4 a 6, total 20
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