Volvemos a intentar conseguir plaza en el bus de subida a lago O’Hara. Hoy llegamos más temprano, serían las 7:15. Ya hay 10 personas en la parada. Pregunto que si están esperando para conseguir una vacante o tienen reserva. Ninguno tiene reserva, todos ellos, y dos más que me señalan en el otro lado de la carretera, están esperando para conseguir una plaza en el autobús. Hoy también ha amanecido un día esplendoroso y con buenos pronósticos. Dada la experiencia de ayer y el comentario de la chica de que todo estaba completo al 100%, decidimos irnos, era tontería aguardar con todos los que tenemos delante. Habrá que estar allí a las 5 o las 6, quizá quedarse a dormir en la parada para ser los primeros en optar por una vacante que no se sabe si se producirá.
Pensamos dedicarle el día al parque en el que hemos fijado nuestra residencia por 4 días, el Parque Nacional de Yoho.
Se encuentra ubicado en la provincia de Columbia Británica. Todos los días que anduvimos por la zona, cruzábamos la “frontera” de esta provincia y la de Alberta. Pasábamos del parque de Yoho al de Banff y viceversa. Forma parte del llamado Parque de las Montañas Rocosas Canadienses, declarado en 1984 Patrimonio de la Humanidad por la Unesco. La palabra yoho, en lenguaje Chippewa-cree, significa asombro o maravilla.
Su Visitor Centre se encuentra en el pueblo de Field, en un edificio de techo azul a la entrada del pueblo. Abre de 9 a 7. Nos acercamos hasta el mismo y tuvimos que esperar largo rato hasta que abrieran.
Delante hay una gran explanada que se utiliza como parking, incluso por algunas auto caravanas, ya que el edificio tiene unos baños bastante limpios que no cierran por la noche. Al lado de la explanada hay un pequeño lago de un bonito color verde que a esta hora tempranera funciona como un perfecto espejo del Mount Dennis. Delante un espacio abierto que hace las funciones de playa y como lugar de esparcimiento y juegos de los vecinos de Field y de los que detienen allí su caravana.
Fuimos los primeros en entrar al centro de visitantes. Y nos delegaron a la chica que yo creo era la más inexperta. Después de pedirle un folleto con las rutas posibles en el parque y alguna que otra información, paso al tema principal que nos había llevado hasta allí.
Le pido información acerca de algún guía de montaña que organice rutas de montaña al lago O’Hara, agencia turística o similar. Se me queda mirando como si le contara algún despropósito y me dice que eso no existe. Le insisto en el tema y entra dentro de una oficina. Sale acompañada de la chica que ayer llevaba el control de las reservas del bus de subida al lago. Me reconoce, le vuelvo a explicar el tema y recordarle lo que me habían ofrecido en el alojamiento Van Horme, que ella conoce y del que estuvimos hablando el día anterior. Estaba algo reacia pero finalmente fue a su oficina y volvió con una anotación de tres agencias que ella pensaba eran las mejores en el tema que estamos tratando, y que las llame yo por teléfono. Le pido que si pueden hacer el favor de llamar ellos por la dificultad del idioma. Accede y se lo encarga a la primera chica que nos atendió, la cual comienza a llamar con clara desgana. Con la primera agencia que habló, que tiene su residencia precisamente en la primera ciudad que llegamos, Cammore, al parecer le dicen que todo está completo. A las otras dos hace intentona de llamar pero nos dice que no contestan. Viendo su desgana y que el tiempo lo estamos perdiendo, ya son las 9:30, lo dejamos estar.
Comenzamos el improvisado programa del día saliendo de Field por la transcanadiense, pero dirección Golden. A los pocos kilómetros encontramos el desvío a la derecha de la carretera hacia el lago Emerald.
Y enseguida, menos de 2 km., aparece el aparcamiento para visitar el Natural Bridge, que se encuentra sin visitantes. En un corto paseo se llega a un puente construido sobre el río Kicking Horse desde el que se puede ver este puente natural. Las tumultuosas aguas lechosas de este río glaciar, así como la arena y gravilla que transporta, van erosionando la roca caliza y cambiando el paisaje. Anteriormente era una cascada. Ahora el agua fluye por debajo de la parte superior de la antigua cascada formando este puente natural. Con el tiempo el puente acabará cayéndose y el lugar quedará transformado en una garganta. El enclave es bonito, por el colorido del agua y el entorno en que se encuentra. Hay que echar una mirada también al río cuando sigue su curso.
El Lago Emerald es el más grande del parque nacional de Yoho. También es uno de los más bonitos, no sólo de este parque, sino de todas las Rocosas. Fue descubierto en 1882 por Tom Wilson y le puso este nombre por el color de sus aguas.
Cuando llegamos al parking lo encontramos con muy pocos coches. Pensábamos hacer el sendero marcado en su lado izquierdo porque la chica del centro de visitantes es el que nos indicó que se transitaba. Cuando nos acercamos al panel informativo colocado al inicio de este sendero, vimos que el sendero podía ser circular, rodeando todo el lago. Y sin pensarlo nos desviamos a la derecha, cruzando el puente sobre el río Emerald. El Emerald Lake Lodge tiene una pinta estupenda, así como todas las edificaciones que hay en este extremo del lago, bungalows, casas de madera. Me llevé la impresión de que se alquilan porque vimos salir a varias personas con maletas.
El sendero, una vez rebasadas todas estas edificaciones, se retira del lago y se adentra en zona de bosque y abundante vegetación. Y así siguió por un tramo grande. Muy bucólico, pero no nos aportaba nada nuevo. Además no veíamos a nadie caminando por allí. Estábamos pensando que quizá no había sido buena idea, pero seguimos un poco más. El sendero gira y se acerca hacia el lago. Alcanzamos a tres personas que lo estaban recorriendo tranquilamente y haciendo muchas fotos. Y así fuimos toda esta parte derecha del lago, adelantándonos y retrasándonos mutuamente en función de las paradas para hacer fotos.
El sendero ya transcurre siempre al borde del lago. A través de los huecos que dejan los árboles podemos distinguir el bonito color de sus aguas, tranquilas, remansadas. Hacen las delicias de algunas canoas que lo atraviesan mimetizándose con el paisaje.
Y lo bueno comienza a aparecer. Por encima de la parte opuesta del lago se alzan el monte Carnavon y las montañas de la cadena President, con el glaciar Emerald entre algunas de ellas. La vista del conjunto es impresionante, pero lo es aún más su reflejo en las aguas del lago. Una gozada total.
Cuando el sendero gira para rodear el otro extremo del lago, el paisaje comienza a cambiar. El bosque desaparece y en su lugar nos encontramos terrenos llanos, algunos pantanosos. Es como un gran delta formado por los diferentes arroyos del deshielo. Algunos fluyen aún, otros ya se van secando y el terreno se va cubriendo de una rica y especial vegetación. En el sendero nos vamos encontrando paneles informativos de los diferentes ecosistemas del lago y sus vicisitudes.
El camino de vuelta, por el lado izquierdo de lago, se nota realmente que es más transitado, ya hay más gente y de vez en cuando aparecen bancos de madera para descansar. Ahora las montañas que hemos visto reflejadas en el lago quedan por encima del camino. Las que vamos viendo que se elevan en el extremo del lago que hemos recorrido, son la montaña Wapta y el monte Burgess. En éste último es dónde se encuentra uno de los mayores depósitos de fósiles, el Burgess Shale. Hasta hay un panel informativo indicando la posición, pero a esta distancia y sin unos buenos prismáticos, no se distingue gran cosa. En este lado del lago ya no se observa el reflejo de estos montes en las aguas del lago.
Casi cuando el sendero está finalizando se nota a nuestra derecha, en las laderas de la montaña, zonas de avalancha cubiertas de frondosos pastos y bajos arbustos que son fuente de alimento de varias especies animales. Pero nosotros no vimos nada, quizá por la hora y porque este tramo ya está concurrido de gente. Había llegado un autobús de turismo asiático que tenían copado este tramo y la zona lindante al alquiler de canoas.
El circuito completo del lago es de 5,2 km. sin desniveles que superar. Es bonito todo el camino. Si hace un buen día no hay que conformarse con andar solo el lado izquierdo. Este es de 3.2 km., ida y vuelta, y solo añadiendo 2 km. más se hace la vuelta completa.
Justo desde dónde habíamos aparcado salía una ruta a la cascada Hamilton. Como era cortita, 1 km. ida y vuelta, decidimos echarle un vistazo. Toda la ida es cuesta arriba, sin demasiado desnivel. El camino parece que se pierde cuando se llega al arroyo. Hay que subir en una pequeña colina adyacente hasta tener una altura suficiente para distinguir la cascada. La misma se encuentra como escondida en una oquedad que forman las paredes rocosas por la que cae. Una cascada más, no tiene un atractivo añadido.
Desembocando de nuevo en la Hwy. 1, al poco de pasar la localidad de Field, hay un desvío a la izquierda para adentrarse en la Yoho Valley Road. Es una carretera escénica, con hermosas vistas en su recorrido.
La misma finaliza en el parking de Takakkaw Falls.
Desde el mismo aparcamiento ya se puede ver la cascada. Hay un sendero bien mantenido y bien indicado que llega hasta la misma base de la cascada. Aunque haga un día caluroso hay que llevarse un chubasquero porque conforme te vas acercando a la cascada te vas mojando y hace bastante fresquito. Tal es la potencia y fuerza con la que caen las aguas de esta cascada.
Las aguas del deshielo del glaciar Daly bajan por la cornisa de la montaña y al filo de la misma se desploman con gran intensidad en un salto de 254 m. Si bien su altura total es de 384 m. lo que la convierte en la segunda cascada más alta del oeste de Canada. La cascada se alimenta de las aguas del glaciar Daly y este, a su vez, del campo de hielo Waputik. Precisamente ayer los contemplábamos a ambos desde la cima de Litte Beehive.
Al lado del parking hay una zona de picnic con vistas a la cascada. Se ve la cascada y también parte del entorno montañoso que rodea el valle destacando el monte Wapta. Allí nos comimos tranquilamente el bocadillo sin perdernos detalle de esta colosal caída de agua.
Desde esta zona salen muchas rutas de senderismo por el valle de Yoho.
Vamos a caminar un ratito hasta Laughing Falls. Son 4,4 km. sólo de ida. El camino es prácticamente llano, tan sólo tiene un desnivel de 125 m. concentrados en una subida.
El sendero transcurre en paralelo al río Yoho pero no se ve el río, salvo al inicio y llegando al campamento que hay al lado de la cascada. Al inicio se pasa por un campamento y continua por entre terrenos de aluvión con algún que otro arroyo que necesita de puente o pasarela.
Luego se adentra en bosque de pinos. Había bastantes pinos tirados por el suelo, con todas sus raíces al aire. A los 2.2 km. hay dos desvíos para ver sendas cascadas. Nos desviamos a la Angel Staircase. En realidad es la caída de un arroyo de 300 m. de altura, al no tener volumen de agua su visión no resulta muy vistosa. La siguiente es la Point Lace de 13,5 m. de caída. Su visita la dejamos para la vuelta y luego se nos olvidó.
Cuando ya llevábamos un rato andando nos llegó el sonido fuerte del agua del río. Pensando que sería la cascada nos desviamos hasta la misma orilla del río Yoho. Sus aguas corren por aquí con mucha fuerza y velocidad formando rápidos y algunos saltos. Parece como si estuviera excavando una garganta. Aunque interesante nos quedamos algo decepcionados porque nos parecía una cascada muy simple. No conformes seguimos un ratito más andando hasta atravesar el campamento.
A la vuelta de un recodo, entonces sí, apareció Laughing Fall. Yo diría que es la hermana pequeña de la cascada Takakkaw, similar en su forma de caer. No es muy alta, 30 m. pero sí tiene mucho volumen de agua, esparciendo gotas a su alrededor. Precisamente los primeros exploradores le pusieron ese nombre porque “iluminaba toda el área”. El río Little Yoho discurre a más altura, formando un bonito valle que lleva su mismo nombre. Termina su recorrido en lo alto de una pared montañosa en cuya parte superior ha formado una garganta y de la misma sale disparado el potente chorro de agua. Enseguida estas aguas van a parar al río Yoho.
Estuvimos un rato contemplándola y remojando los pies en sus aguas heladas. El sitio para nada es concurrido. Al igual que el sendero, de vez en cuando te encuentras a otros senderistas, pero la mayoría del tiempo se anda en soledad.
A la vuelta nos desviamos en la indicación del Duchesnay Lake, distante 400 m. del sendero principal. Es un lago poco profundo, de un bonito color verde. Hay indicios de que ha tenido mayor superficie de agua pues algunos árboles están secos y al intentar acercarnos a su orilla pasamos por terreno blando y embarrado. Seguramente que más entrado el verano su superficie irá disminuyendo. Me gustó bastante el lago y el paisaje que lo rodea.
Finalizada la ruta, recorremos de nuevo la Yoho Valley Road y nos detenemos en el punto de confluencia de aguas del río Yoho y el río Kicking Horse.
El río Yoho, que nace en el glaciar Yoho, transporta las aguas lechosas por los sedimentos de este glaciar y de los tributarios que también tienen origen glaciar. El río Kicking Horse también tiene origen glaciar pero al nacer en el cercano lago Wapta, parte de los sedimentos se quedaron en el lago, por ello sus aguas son más transparentes y de color azulado. Aunque sea más grande y caudaloso el río Yoho es el tributario. El río que continua después de unirse se sigue llamando Kicking Horse, si bien el color dominante de las aguas es el color blanco lechoso del río Yoho.
Más adelante se encuentra el Alto mirador Espiral Tunnel que ofrece la oportunidad de ver el tren atravesar los túneles en las entrañas del monte Catedral. Tampoco coincidimos aquí con el paso de algún tren.
Aunque ya lo hemos visto varias veces al pasar para ir a nuestro alojamiento, no deja de sorprenderme la bella estampa que forma este río, el Kicking Horse, antes y a su paso por la localidad de Field. Al atravesar este amplio valle, toma el aspecto de un río desbordado, como un estuario, sus aguas blancas brillando bajo el sol. Un fuerte contraste con lo tumultuoso de sus aguas al unirse con el Yoho y luego más abajo cuando forma el Natural Bridge. Hoy me paro a la entrada de Field para fotografiarlo.
El Pueblo de Field en su origen era una estación del tren. Hoy día lo sigue siendo pese a que haya crecido un poco más. El tren hace una larga parada en esta estación. Mientras estamos parados contemplando el río, el tren llega lentamente. Tuvimos la oportunidad de verlo muy de cerca. Si nos hubiéramos esperado un poco más en el mirador del Tunel en espiral lo podríamos haber visto saliendo del túnel.
Esa tarde nos retiramos más pronto y aprovechamos para hacer alguna colada, lavarse el pelo, contestar mensajes… y disfrutar de lo que queda de sol en la pequeñita terraza. Con la compañía de unas olorosas y vistosas peonías y la imagen del monte Field, que es el que todas las mañanas nos da los buenos días.