![]() ![]() MÁGICO Y ENIGMÁTICO PERÚ/2016. ✏️ Blogs de Peru
16 días conociendo el Valle Sagrado, Machu Pichu y una parte del norte de Perú.Autor: Oblomgo Fecha creación: ⭐ Puntos: 4.8 (31 Votos) Índice del Diario: MÁGICO Y ENIGMÁTICO PERÚ/2016.
01: ITINERARIO, DATOS PRÁCTICOS, PRESUPUESTO.
02: LLEGADA A PERÚ, RUINAS DE CUSCO.
03: POR EL VALLE SAGRADO, DE CUSCO A OLLANTAYTAMBO
04: DE OLLANTA A AGUAS CALIENTES POR LA HIDROELÉCTRICA
05: INCREIBLE MACHU PICHU
06: DESHACIENDO CAMINOS, DE AGUAS CALIENTES A CUSCO
07: VISITANDO CUSCO Y A TRUJILLO PASANDO POR LIMA
08: TRUJILLO: HUACAS, MUSEOS Y CHAN CHAN
09: TRUJILLO, DAMA DE CAO Y HACIA CHICLAYO
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Etapas 4 a 6, total 18
Hoy tiene pinta de ser un gran día. Iremos en bus hasta la hidroeléctrica y desde ahí caminaremos durante doce kilómetros al lado de las vías del tren hasta llegar a Aguas Calientes, la antesala del Machu Pichu, una de las maravillas del mundo moderno y un sueño viajero.
Como no teníamos mucha prisa, remoloneamos un poco más y vamos a desayunar arriba, a la terraza del hotel, un buen tazón de fruta pelada, huevos revueltos o tortilla, zumo recién exprimido, café, panecillos, mantequilla y las vistas. Pagamos en recepción, es pronto, así que volvemos a la plaza, la antesala de entrada al complejo arqueológico. Tiramos las últimas fotos y compramos en los puestos los que a la postre han sido los imanes más bonitos del MachuPichu que vimos en todo el viaje. Entramos en una panadería y compramos 4 empanadas de carne y pollo, dos cruasanes de chocolate y un par de botellas de agua para el largo camino que teníamos por delante hasta llegar a la hidroeléctrica. Fueron 16 Soles. A las diez y media en punto, montábamos en el autobús de 19 plazas que nos llevaría a través de carreteras de vértigo a nuestro destino. El autobús estaba completo, así que nos tocó sentarnos en sitios separados pero a mí me toco en los asientos del fondo el del centro, por lo que el viaje no fue de los mejores de mi vida. Nada más salir, los paisajes son dignos de ver, estrechas carreteras de montaña, lagunas, picos a uno y otro lado, barrancos y curvas, muchas curvas. Seguimos ascendiendo en busca del paso de montaña Abra Málaga, situado a 4.300 metros. Un colombiano empieza a sentirse mal con el mal de altura, paramos y parece que se recupera. Volvemos a hacer una parada al poco de coronar. Tenemos unas vistas magníficas del Monte Verónica (5.682 metros). Hay empresas que ofrecen un tour, te transportan junto con la bici hasta el puerto y desde allí, todo para abajo. Vimos un par de valientes. Afrontamos ahora un vertiginoso descenso, que nos llevará hasta Santa María. El camino es muy llamativo. Y en Santa María tomamos el desvío hasta Santa Teresa (este trayecto sólo se realiza durante la época seca, con lluvias el camino se vuelve muy peligroso por los derrumbes y deslizamientos de tierras). Hasta aquí hemos tardado unas tres horas por carreteras montañosas y llenas de curvas, atravesando varios pueblos que cuentan con multitud de badenes, y llegan a ser muy molestos. De aquí en adelante abandonamos el asfalto para tomar una estrecha pista de tierra, que discurre entre las amenazadoras faldas de las montañas y un inquietante precipicio por donde serpentea el rio Urubamba. Baches que golpeaban los bajos de la furgoneta, curvas pronunciadas, cruce de riachuelos, maniobras….. De Santa María a Santa Teresa, tardamos una hora. Aquí se hizo una parada de 30 minutos para comer. La mayoría del grupo entró en un restaurante concertado. Nosotros nos alejamos un poco, compramos dos cocas colas bien fresquitas, buscamos una sombra y nos comimos las empanadas. Ahora ya afrontamos el último tramo de diez kilómetros hasta la hidroeléctrica, el camino no mejora, vamos bajando hasta el río. Finalmente son las 15:30 horas (unas cinco horas desde Ollanta) cuando nos bajamos del autobús junto al check-point de la hidroeléctrica, que es donde todo el mundo queda registrado. Hemos tardado 30 minutos desde Santa Teresa (10 kilómetros) hasta el punto donde comenzaremos a caminar. Nos damos protección contra el sol ,repelente para los mosquitos y nos colgamos las mochilas. Nos separan 12 kilómetros de Aguas Calientes. A estas horas llegan la mayoría de las furgonetas desde Cusco, así que no hay pérdida, se siguen las vías del tren. Al principio hay bastantes puestos que ofrecen bebidas frías y comidas calientes, pedes aprovisionarte allí si necesitas algo. Hay dos tramos donde se acaban las vías, pero hay senderos muy marcados por los que vas ascendiendo hasta encontrar de nuevo el camino. El camino es muy bonito, al lado de la jungla, hay tramos con pozas, puentes, túneles, y el ir acercándote a Machu Pichu lo magnifica. La ruta va en leve ascenso, se ascienden 240 metros en los casi 12 kilómetros. Ya va quedando menos Las vistas no decaen El puente ruinas, estamos cerca de Aguascalientes. Tardamos dos horas y media en llegar al pueblo. Lo primero que hicimos fue comprar los billetes de autobús para subir al día siguiente a Machu Pichu (sólo compramos ida porque nuestra intención era bajar andando, y si cambiábamos de opinión lo compraríamos arriba). Fueron 79 Soles. Buscamos nuestro hotel, nos dimos una ducha y buscamos una lavandería donde dejar una bolsa de ropa sucia que recogeríamos al día siguiente. Nos sentamos en la terraza de un bar y pedimos dos cusqueñas, nos atizaron bien, 25 Soles. Esta zona es de lo más caro del país. Cenamos una pizza que estaba correcta y dos cervezas en uno de los restaurantes por 47 Soles. Volvemos al hotel, hay que preparar la mochila para mañana. De camino, entramos en una tienda y compramos galletas, frutos secos, agua y pan. Hoy ha sido un día duro pero intenso. Nos ha parecido una forma excitante de llegar. Y mañana visitaremos uno de los lugares más fascinantes de la tierra. Cuando estuvimos organizando el viaje, intentamos conseguir información para hacer el trayecto Ollantaytambo-Santa María- Santa Teresa- Hidroeléctrica a través de transportes locales, pero la información se consigue con cuentagotas y no nos parecía demasiado fiable, así que en Ollantaytambo, contratamos directamente el transporte con una agencia. El viaje se hace un poco pesado, muchas horas de curvas, de carreteras dignas de aparecer en el programa de las carreteras de la muerte, a cambio obtendrás de paisajes de vértigo, por lo que hacerlo mediante combis, buses y colectivos locales puede ser un poco agobiante/estresante, porque además tienes que planificar muy bien los horarios para llegar a una hora decente al comienzo de las vías. Si me preguntan si recomendaría llegar a Machu Pichu de esta manera, sin duda diría que sí. Hay que tener en cuenta que se invierte tiempo en llegar de esta manera, pero nosotros nos lo tomamos como una parte más del viaje y nos encantó hacerlo así. Teníamos claro que es lo que queríamos ver del país y nos encajaba esta forma de hacerlo. Otra gente preferirá rascar más lugares a visitar, así que esta opción no se ajustará a su planning de viaje. Pero hay que tener en cuenta que Machu Pichu es el plato fuerte del viaje, con lo que no se debería escatimar tiempo en disfrutar de él todo el tiempo posible Etapas 4 a 6, total 18
A las cinco y cuarto de la mañana (no lo servían antes), estábamos desayunando en la recepción del hotel, allí coincidimos con Mark, un holandés que está de viaje por Sudamérica, un tío majo. Había una cola kilométrica para coger los autobuses que nos llevarían al Machu Pichu, eran las seis menos veinte de la mañana. Mientras esperábamos, se nos acercó una guía para ofrecernos sus servicios, pero dijimos que preferíamos esperar a llegar arriba. Empezamos a hablar con una pareja de argentinos que estaban delante de nosotros y así fuimos avanzando hasta montarnos en nuestro autobús. En 25-30 minutos de zigzagueantes curvas, llegamos al aparcamiento, allí nos toca esperar otra buena cola de entrada, mientras seguimos charlando con los argentinos, se nos ofrece una guía oficial, nos ofrece un tour privado de dos horas, por 160 Soles (80 Soles por pareja) y aceptamos ir con Rosita los cuatro. Queríamos empaparnos bien de todo. Mostramos nuestras entradas sacadas por internet junto con los pasaportes. A la entrada indican que está prohibido introducir comida, bebida en botellas de plástico, etc.. pero la mayoría de la gente lleva barritas, frutos secos, agua. Nosotros también, pero todo, lo comimos fuera del recinto. Está permitido salir hasta tres veces con tu entrada. Faltaban unos minutos para las siete de la mañana, mientras íbamos atendiendo las explicaciones de Rosita (quedamos encantados con ellas, lo bien que lo explicaba, la cantidad de fotos que nos hizo a los cuatro, lo simpática que era, íbamos a nuestro ritmo). Cuando lo vimos Nos enamoró. Ya con esa primera visión nos cautivó, la bruma, el ambiente, el lugar…,estamos a más de 2.400 metros. ![]() Aprovechamos que no tenemos gente delante ni detrás y nos hacemos un montón de fotos, continuamos la visita. Llegamos al templo del sol, lo vemos por debajo. Con la boca abierta con la majestuosidad del lugar. Preguntamos muchas cuestiones que se nos vienen a la cabeza, atendemos a todo lo que nos dice. Para nosotros, es absolutamente imprescindible contratar los servicios de un guía, para intentar entender todo lo que estás viendo. Vemos el templo de la Madre Tierra, la casa del inka, caminamos por sus calles. Hacia abajo, el puente ruinas Seguimos, hipnotizados con todos los sitios que vamos viendo. El templo principal. El Templo de las Tres Ventanas, un mirador espectacular. La Plaza, el lugar es pura magia. Echamos la vista atrás, la cantera y al fondo la montaña Machu Pichu. La Roca Sagrada. El Intihuatana, el lugar más importante de Machu Pichu. El sitio se presta para tirar fotos a todos los sitios Aquí, nos para Rosita y nos cuenta que antes en ese lugar había un monolito que arrancaron para que aterrizara el helicóptero de los anteriores Reyes de España. Vamos ya de vuelta a la entrada principal, vemos los espejos del agua, ya hay mucha gente en la ciudadela. Pasamos por el templo del Cóndor. En la roca, con un poco de imaginación, se puede ver la figura, con la cabeza y el pico. Habían transcurrido dos horas y diez minutos de visita guiada y se nos había pasado el tiempo volando. Recorrimos la ciudadela a nuestro aire, aprendimos mucho y tuvimos la suerte de congeniar todos durante el recorrido por este impactante y enigmático lugar. Pagamos lo convenido y salimos fuera, fuimos al baño (1 Sol por persona) y los cuatro buscamos una sombra donde poder sentarnos y comer y beber algo. Seguiríamos un rato más todos juntos, porque teníamos las entradas para el turno de acceso al Huayna Pichu a las 10:00. Volvimos a entrar, había mucha gente a la entrada, seguían llegando grupos. Según nos contaron, aunque el acceso está limitado a 2.500 personas, entra un grupo concertado de 25 personas, y a efectos oficiales consta un boleto. Oficiosamente se comenta que la afluencia media en temporada alta puede pasar de 5-6 mil personas. Puede ser que por eso, el Machu se esté hundiendo, y dentro de no muchos años, tengan que tomar medidas serias. Deshacemos el camino y vamos a la entrada de acceso, hay que registrarse a la entrada y a la salida. Entramos a la 10:40. La subida a la montaña, (son 300 metros de desnivel) es una mezcla de zetas, con algún paso con una cuerda para agarrarla y escalones empinados. No tiene dificultad alguna, más allá de lo que te cueste subir. Y por supuesto, merece mucho la pena, por las vistas que ofrece. Los cuatro llegamos arriba en una hora, parando a hacer fotos, dejando bajar a gente, tomando aire. El paisaje es de quitar el hipo Todavía hay que subir un poco más, hay que seguir la flecha Al otro lado, tampoco desmerece… Y llegamos al punto de la típica foto aérea de la ciudadela, con las zetas por donde suben los autobuses, la montaña Machu Pichu….. Nos hacemos un montón de fotos, seguimos con los chicos argentinos, son muy majetes, el chico controla de fútbol español una barbaridad. Empezamos la bajada. El principio es por otro lado diferente al de subida, aunque sigues teniendo que bajar los escalones que están un poco empinados, hay que atravesar una pequeña cueva. Con cuidado, no tiene ninguna complicación Luego ya enlazas con la pista por la que subimos anteriormente y vas disfrutando de las vistas. Tardamos una hora en bajar tranquilamente. Llegamos al punto de salida, nos volvemos a registrar, son las 13:15 horas. Hemos estado entre subir, estar en la cima y bajar, dos horas y media. Ahora sí nos despedimos de nuestros amigos argentinos, vamos a disfrutar de esta maravilla cada uno por nuestra cuenta. Nos dirigimos de nuevo a la salida, vamos a dar cuenta de nuestro jamón ibérico envasado al vacío, traído especialmente para la ocasión. Y así hacemos, el pan no acompaña, pero da igual, almendras, chifles (plátano frito, que bueno estaba), chocolate, galletas, algún cruasán con mucho agua. Un festín. Entramos de nuevo, se nota que mucha gente empieza a irse, muchos grupos, todos los que tienen que estar a las 15:00 horas en la hidroeléctrica. Pinta bien que se vacíe un poco de gente. Aprovechamos que no hay nadie en la cola para estampar el sello del MachuPichu en los pasaportes. Y entramos de nuevo, vamos a la casa del guardián. Posiblemente la mejor vista (y la más reconocida) del MachuPichu. Decidimos ir al Inka Bridge, un paseo más corto, se nos hacía tarde para ir a la Puerta del Sol (Intipunku). Hay que registrarse a la entrada y a la salida. Tardamos unos cuarenta minutos en ir y volver. Tenemos vistas al valle por el que ayer vinimos y mañana volveremos. Es un paseo agradable por una senda con buenas vistas hasta al poco rato llegas y ves el puente inca. Hicimos unas fotos y nos dimos la vuelta rápidamente para disfrutar lo que nos queda en esta maravilla de sitio. Regresamos a la zona de la Casa del Guardián, nos apetece sentarnos y disfrutar del complejo. A estas horas (son las cuatro de la tarde) se respira mucha paz, la mayoría de la gente ya ha abandonado el recinto, es lo malo de estar sujeto a los horarios de los trenes o de los grupos organizados. Las sombras empiezan a envolver la ciudadela, tiene otro aspecto. Apenas estamos ocho o diez personas en esta zona, descalzos, tumbados en la hierba, recuerdo estar muy a gusto. Contemplando, disfrutando. Pensaba en la suerte que habían tenido los que hace años podían quedarse a dormir. Es de esos sitios de los que no quieres irte. Pero todo tiene un principio y un final. Teníamos que ir abandonándolo, emprendimos el camino de vuelta, apurando nuestros últimos momentos en el MachuPichu. Como no podía ser de otra forma, una última mirada atrás. Habíamos pasado más de diez horas dentro del complejo y nos hubiera hecho falta más tiempo, para ir a la puerta del sol, para pasear entre las calles, los templos. A nosotros nos fascinó, la primera vista, la visita guiada, la subida al Huayna Pichu, disfrutar de sus vistas desde la casa del guardián, el enclave en el que está. Llevábamos las expectativas muy altas y las cumplió sobradamente. Un sitio mágico y enigmático. Desde ahora, ocupa un lugar privilegiado dentro mi ranking particular. Decidimos bajar en autobús, ya era tarde para bajar andando y estábamos cansados, compramos allí mismo los boletos (80 Soles) y en menos de cinco minutos estábamos bajando hacia Aguas Calientes. De camino al hotel, recogimos en la lavandería la colada que dejamos ayer, nos cobran 8 Soles y vamos al hotel a pegarnos una merecida ducha. Fuimos a visitar el mercado, curioseamos un poco y nos volvimos al centro a cenar en un restaurante, un plato de pasta y otro de pollo con salsas junto con una cusqueña de 650 ml, fueron 81 Soles. Etapas 4 a 6, total 18
Desayunamos sobre las siete y media en la recepción, hoy nuestro plan consiste en deshacer el camino paralelo a las vías del tren que hicimos hace dos días, a una hora prudencial, para disfrutar del camino, parar en todos los sitios, ir sin prisas. Una vez que lleguemos a la hidroeléctrica tendremos que esperar a que llegue nuestro autobús que nos devolverá bien entrada la noche a Cusco.
Pagamos la cuenta en el hotel y nos vamos a dar una vuelta por el pueblo. No nos dice gran cosa Aguas Calientes, más allá que es la puerta de entrada a MachuPIchu. Entramos en una panadería-restaurante y compramos 4 empanadas y tres botellas de agua (61 Soles). Y sobre las nueve y cuarto de la mañana nos vamos hacia la estación, para seguir las vías del tren que nos llevarán a la hidroeléctrica. Al poco de salir atravesamos dos túneles Hoy vamos solos, muy de vez en cuando, nos cruzamos con algún local que va en dirección a Aguas Calientes. En el camino, hay algún tenderete, en los que venden agua, algún bocadillo, etc… Llegamos a las vías donde tienen estacionados los trenes, un poco más adelante están los jardines de Mandor, hemos recorrido unos cuatro kilómetros hasta aquí. Para entrar hay que registrarse en el hotel que hay enfrente y pagar la tasa de entrada, 10 soles por persona. El chico nos dijo que si queríamos podíamos dejar allí las mochilas, mientras visitábamos los jardines, y así lo hicimos. Nos untamos bien de repelente y para adentro. Es un agradable paseo entre la flora local, con algún mirador, y en el que si tienes suerte puedes ver diferente fauna local, sobre todo aves. Cruzamos un pequeño puente tibetano, el camino va junto al río. Y termina cuando se llega a la catarata de Mandor. Tardamos unos 45 minutos ida y vuelta. Cogemos las mochilas, nos registramos de salida y emprendemos nuestro camino tranquilamente. Miras hacia arriba e identificas…. Estamos disfrutando un montón, paramos, hacemos fotos, picamos algo. Y a las 13:30 llegamos al aparcamiento en el que hemos quedado con nuestro autobús para volver a Cusco. Hemos tardado cuatro horas y cuarto en hacer el camino. Nos ha gustado mucho hacerlo así, sin el trasiego de gente del primer día cuando llegas. Comemos las empanadas que compramos en Aguas Calientes, empieza a llegar toda la gente que ha estado en el MachuPichu y tienen que estar de vuelta aquí a las tres. Un poco estresante para mi gusto. Finalmente, salimos a las tres y media, previamente de haber cogido esta vez, unos buenos asientos en el autobús. Volvemos a Cusco. Buenas vistas. El camino es muy entretenido. Nos pusimos en la parte derecha del autobús para tener estas vistas Atravesamos el riachuelo, vemos los cortados que hay a nuestro lado. Miras a un lado y da respeto Y de frente la cosa tampoco mejora Hasta que llegamos primero a Santa Teresa y después a Santa María en hora y media, a partir de aquí ya volvimos a retomar el asfalto y a subir de nuevo a los 4.300 metros del puerto del Abra Málaga. Un poco antes de iniciar el tramo final de subida, paramos en un restaurante de carretera, fuimos al baño, comimos y bebimos algo, mientras veíamos la puesta de sol. A las 21:40 nos dejaba en la plaza de San Francisco, allí mismo cogimos un taxi que nos llevó a nuestro hotel en San Blas por 4 Soles. Nos duchamos y en la habitación nos comimos alguna empanada que nos había sobrado y con patatas fritas, chifles y coca-colas, improvisamos nuestra cena de esa noche. Etapas 4 a 6, total 18
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