Hoy tiene pinta de ser un gran día. Iremos en bus hasta la hidroeléctrica y desde ahí caminaremos durante doce kilómetros al lado de las vías del tren hasta llegar a Aguas Calientes, la antesala del Machu Pichu, una de las maravillas del mundo moderno y un sueño viajero.
Como no teníamos mucha prisa, remoloneamos un poco más y vamos a desayunar arriba, a la terraza del hotel, un buen tazón de fruta pelada, huevos revueltos o tortilla, zumo recién exprimido, café, panecillos, mantequilla y las vistas.
Pagamos en recepción, es pronto, así que volvemos a la plaza, la antesala de entrada al complejo arqueológico. Tiramos las últimas fotos y compramos en los puestos los que a la postre han sido los imanes más bonitos del MachuPichu que vimos en todo el viaje.
Entramos en una panadería y compramos 4 empanadas de carne y pollo, dos cruasanes de chocolate y un par de botellas de agua para el largo camino que teníamos por delante hasta llegar a la hidroeléctrica. Fueron 16 Soles.
A las diez y media en punto, montábamos en el autobús de 19 plazas que nos llevaría a través de carreteras de vértigo a nuestro destino. El autobús estaba completo, así que nos tocó sentarnos en sitios separados pero a mí me toco en los asientos del fondo el del centro, por lo que el viaje no fue de los mejores de mi vida.
Nada más salir, los paisajes son dignos de ver, estrechas carreteras de montaña, lagunas, picos a uno y otro lado, barrancos y curvas, muchas curvas.
Seguimos ascendiendo en busca del paso de montaña Abra Málaga, situado a 4.300 metros. Un colombiano empieza a sentirse mal con el mal de altura, paramos y parece que se recupera. Volvemos a hacer una parada al poco de coronar. Tenemos unas vistas magníficas del Monte Verónica (5.682 metros).
Hay empresas que ofrecen un tour, te transportan junto con la bici hasta el puerto y desde allí, todo para abajo. Vimos un par de valientes.
Afrontamos ahora un vertiginoso descenso, que nos llevará hasta Santa María. El camino es muy llamativo.
Y en Santa María tomamos el desvío hasta Santa Teresa (este trayecto sólo se realiza durante la época seca, con lluvias el camino se vuelve muy peligroso por los derrumbes y deslizamientos de tierras). Hasta aquí hemos tardado unas tres horas por carreteras montañosas y llenas de curvas, atravesando varios pueblos que cuentan con multitud de badenes, y llegan a ser muy molestos. De aquí en adelante abandonamos el asfalto para tomar una estrecha pista de tierra, que discurre entre las amenazadoras faldas de las montañas y un inquietante precipicio por donde serpentea el rio Urubamba.
Baches que golpeaban los bajos de la furgoneta, curvas pronunciadas, cruce de riachuelos, maniobras…..
De Santa María a Santa Teresa, tardamos una hora. Aquí se hizo una parada de 30 minutos para comer. La mayoría del grupo entró en un restaurante concertado. Nosotros nos alejamos un poco, compramos dos cocas colas bien fresquitas, buscamos una sombra y nos comimos las empanadas.
Ahora ya afrontamos el último tramo de diez kilómetros hasta la hidroeléctrica, el camino no mejora, vamos bajando hasta el río.
Finalmente son las 15:30 horas (unas cinco horas desde Ollanta) cuando nos bajamos del autobús junto al check-point de la hidroeléctrica, que es donde todo el mundo queda registrado. Hemos tardado 30 minutos desde Santa Teresa (10 kilómetros) hasta el punto donde comenzaremos a caminar.
Nos damos protección contra el sol ,repelente para los mosquitos y nos colgamos las mochilas. Nos separan 12 kilómetros de Aguas Calientes. A estas horas llegan la mayoría de las furgonetas desde Cusco, así que no hay pérdida, se siguen las vías del tren. Al principio hay bastantes puestos que ofrecen bebidas frías y comidas calientes, pedes aprovisionarte allí si necesitas algo. Hay dos tramos donde se acaban las vías, pero hay senderos muy marcados por los que vas ascendiendo hasta encontrar de nuevo el camino.
El camino es muy bonito, al lado de la jungla, hay tramos con pozas, puentes, túneles, y el ir acercándote a Machu Pichu lo magnifica.
La ruta va en leve ascenso, se ascienden 240 metros en los casi 12 kilómetros. Ya va quedando menos
Las vistas no decaen
El puente ruinas, estamos cerca de Aguascalientes.
Tardamos dos horas y media en llegar al pueblo. Lo primero que hicimos fue comprar los billetes de autobús para subir al día siguiente a Machu Pichu (sólo compramos ida porque nuestra intención era bajar andando, y si cambiábamos de opinión lo compraríamos arriba). Fueron 79 Soles.
Buscamos nuestro hotel, nos dimos una ducha y buscamos una lavandería donde dejar una bolsa de ropa sucia que recogeríamos al día siguiente. Nos sentamos en la terraza de un bar y pedimos dos cusqueñas, nos atizaron bien, 25 Soles. Esta zona es de lo más caro del país. Cenamos una pizza que estaba correcta y dos cervezas en uno de los restaurantes por 47 Soles.
Volvemos al hotel, hay que preparar la mochila para mañana. De camino, entramos en una tienda y compramos galletas, frutos secos, agua y pan. Hoy ha sido un día duro pero intenso. Nos ha parecido una forma excitante de llegar. Y mañana visitaremos uno de los lugares más fascinantes de la tierra.
Cuando estuvimos organizando el viaje, intentamos conseguir información para hacer el trayecto Ollantaytambo-Santa María- Santa Teresa- Hidroeléctrica a través de transportes locales, pero la información se consigue con cuentagotas y no nos parecía demasiado fiable, así que en Ollantaytambo, contratamos directamente el transporte con una agencia.
El viaje se hace un poco pesado, muchas horas de curvas, de carreteras dignas de aparecer en el programa de las carreteras de la muerte, a cambio obtendrás de paisajes de vértigo, por lo que hacerlo mediante combis, buses y colectivos locales puede ser un poco agobiante/estresante, porque además tienes que planificar muy bien los horarios para llegar a una hora decente al comienzo de las vías. Si me preguntan si recomendaría llegar a Machu Pichu de esta manera, sin duda diría que sí. Hay que tener en cuenta que se invierte tiempo en llegar de esta manera, pero nosotros nos lo tomamos como una parte más del viaje y nos encantó hacerlo así. Teníamos claro que es lo que queríamos ver del país y nos encajaba esta forma de hacerlo. Otra gente preferirá rascar más lugares a visitar, así que esta opción no se ajustará a su planning de viaje. Pero hay que tener en cuenta que Machu Pichu es el plato fuerte del viaje, con lo que no se debería escatimar tiempo en disfrutar de él todo el tiempo posible