A Chachapoyas llegamos a las siete de la mañana, a mí el viaje se me hizo eterno, creo que no conseguir pegar ojo en toda la noche. Muchas curvas y los asientos tuvieron su parte de culpa.
Éramos los únicos turistas que se bajaban allí y había un chico de una agencia que nos ofreció hacer la excursión a Kuelap, no teníamos ganas de negociar, por lo que aceptamos el precio de guía y transporte por 100 Soles las dos personas. Las entradas eran 20 Soles por persona y la comida 15 Soles por persona si la reservabas al llegar allí, como hicimos nosotros. Así que hubiera sido mejor si hubiéramos aceptado el precio que nos ofreció él, de 160 Soles por persona con todo incluido.
El chico nos acercó en el land rover a nuestro hotel y quedamos en encontrarnos sobre las ocho y cuarto de la mañana en la plaza.
Nos duchamos, dejamos una bolsa de ropa sucia para lavar en la recepción (pagaríamos 12 Soles) y nos vamos a desayunar a una panadería cercana. Nos tomamos unas pastas y unos chocolates (nada que ver con lo que nosotros conocemos por chocolate, estaba bastante malo) y unas empanadas para llevar, pagamos 15 Soles por todo.
Fuimos caminando, está todo muy cerca, a la plaza de armas de Chachapoyas, es muy tranquila, se está a gusto, nada que ver con el ruidoso Chiclayo.
Viene la Van a recogernos, somos los últimos pasajeros en montar y lo hacemos atrás, junto con Jefry, nuestro guía para Kuelap. Nos esperan 70 kilómetros por delante en los que tardaremos no menos de dos horas.
Al cabo de una hora más o menos paramos frente a los restos de Macro, al otro lado del rio Uctubamba. Se pueden apreciar los restos de murallas, cuevas en las rocas, etc…
Reanudamos la marcha, un rato después paramos en el sitio en el que a la vuelta pararemos a comer, encargamos la comida, de primero es sopa y de segundo trucha o pollo.
Se aprecia por dónde irá el teleférico, tenían previsto que empezara a funcionar en julio/2016 (aunque los peruanos en general son muy optimistas, a todo lo que le preguntas te dicen que sí, que mañana empiezan las obras, o mañana se arregla). Este teleférico saldrá desde Nuevo Tingo, llegando a Kuelap directamente en unos veinte minutos por lo que te ahorrarás cerca de cuarenta minutos y muchas curvas en carreteras estrechas.
→ Parece ser que la fecha prevista de inauguración es noviembre/2016
Las vistas son muy bonitas. La carretera no es muy buena, pero después de venir por la hidroeléctrica, tampoco nos impresiona.
Y sobre las once de la mañana, llegamos a Kuelap, importante fortaleza preinca, compramos las entradas, 20 Soles cada una, nos inscribimos en el libro de registro y caminamos un cuarto de hora en ligero ascenso hasta llegar a las murallas, estamos en lo alto de una montaña a unos 3.000 metros de altitud.
Es impresionante la altura de las murallas (en algún punto llegan hasta los 20 metros de altura) y el grosor (hay puntos que alcanzan los tres metros).
No podemos entrar por la entrada principal ya que la están restaurando, así que lo hacemos por otra entrada secundaria en el mismo lado de la muralla (hay 3, dos en el este y una en el oeste). A medida que vas entrando, va haciendo forma de embudo
Observamos los restos de las típicas construcciones circulares de los Chachapoyas. Hay más de quinientas viviendas dentro de las ruinas.
Atendemos las explicaciones de nuestro guía sobre la cultura chachapoyense, nos fijamos en los diferentes detalles
Las vistas que se tienen desde la fortaleza abarcan hasta donde se pierde el horizonte. No se puede negar que buscaban buenos emplazamientos para sus ciudades
Vemos la reconstrucción de una de las viviendas.
Y llegamos a unas de las construcciones más reconocibles e importantes de Kuelap, el tintero o templo mayor.
Continuamos la visita, viendo misteriosas figuras
Visitamos el pueblo alto y el pueblo bajo, con buenas vistas.
Esa es la carretera por la que se llega a Kuelap.
Y unas dos horas y media más tarde regresamos al punto inicial por el que entramos. Salimos a la parte exterior y volvemos por el mismo camino, paralelo a la muralla. En esta zona hay puestos que venden empanadas, agua, etc.
Los caballos que alquilan para subir y bajar.
Nos despedimos de Kuelap, la verdad es que el emplazamiento es perfecto, el sitio es grande, las murallas son impresionantes y no está nada masificado (tal vez, esto empiece a cambiar cuando funcione el teleférico).
Nos gustó, el sitio es chulo. Pero no se puede comparar con el Machu Pichu
Y deshicimos el camino, hasta que llegamos a comer al pueblo. La comida nada del otro mundo, lo peor es que nos la sirivieron fría. Durante la vuelta, hablando con Jefrey, nos enteramos que Gocta estaba cerrada porque el día anterior se había caído un coreano por el precipicio de la cascada superior y todavía no habían encontrado el cuerpo.
A eso de las seis y media estábamos de vuelta en Chachapoyas, nos acercamos a la plaza de Armas, pagamos la excursión en la agencia y preguntamos por la situación de la catarata Gocta. Nos aseguró que estaría abierta para el día siguiente, ya habían localizado el cuerpo y se podía acceder hasta la base del salto inferior, nos ofreció un taxi que nos llevara, nos esperara y nos trasladaría a Cuispes. Nos pareció muy caro, dijimos que no, y nos fuimos.
Dimos un agradable y tranquilo paseo por Chachapoyas después de ducharnos en el hotel. Había un pequeño mercado callejero, compramos unas pulseras y continuamos. Teníamos anotado “El Batán de Tayta” para cenar. El sitio merece mucho la pena, está ambientado en la selva y no le falta detalle. Y cenamos muy bien, un sitio muy recomendable.
Mientras esperábamos la cena nos trajeron un jugo de papayas y no sé cuantas más frutas macerados en hormigas…

Nos pedimos dos platos de pasta, que estaban buenísimos y dos cervezas. En esta zona en casi todos los lados nos ponían cervezas cristal.


La carta de bebidas
Y para acabar un pisco sour y una piña colada, muy buenos. Fueron 80 Soles. Nos pareció un sitio muy recomendable

Dimos un paseo hasta el hotel y al llegar allí, preguntamos a la señora si sabía algo del cierre de Gocta, llamó por teléfono a un par de conocidos y terminó diciéndonos lo mismo que el chico de la agencia, habían localizado el cuerpo y abrirían hasta la base de la catarata.
Nuestros planes del día siguiente eran ir hasta Cocachimba en transportes locales y desde allí ver si es el acceso, está permitido.