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DIA 7: MORON - CAYO SANTA MARIA - REMEDIOS

Nuestra próxima parada sabíamos que sería el Cayo Santa María, pero no teníamos claro cómo llegaríamos allí o si haríamos noche o no. En una de nuestras charlas con Pedro, nos recomendó quedarnos en Remedios que era el pueblo más cercano al Cayo. Así que le hicimos caso, y después de nuestro habitual desayuno Pedro nos recogía con su hijo Yainel. Salimos a las 8 de la mañana y tardamos unas 3 horas y media en llegar al Cayo. Fuimos a la parte que está protegida, que no hay absolutamente nada, todo es natural: Playa Las Gaviotas. Para entrar hay que pagar 4CUC/persona, pero merece muchísimo la pena, ya que es una playa vírgen, lo único que tiene son como unas pequeñas cabañitas naturales para proteger del sol y hamacas. Y menos mal que antes de salir de Morón compramos tortas de guayaba y coco (buenísimas, por cierto) y que también llevábamos agua y fruta del desayuno, porque no había ni sitios para comprar nada. Para los que no sepáis dónde está, se encuentra en la parte más al este del Cayo.



A nosotros nos tocó un día con un poco de viento y habían algas en la playa, pero sinceramente hay veces que a hasta se agradece que sople un poco el aire, porque sino no se podría aguantar el calor. Disfrutámos muchísimo en esta playa, había poquísima gente y pudimos relajarnos bastante.


Sobre las 5 dejamos la playita para dirigirnos a Remedios (unos 45 minutos). Y aquí llegaba el momento más agridulce de todo nuestro viaje: tocaba despedirse de Pedro. Se me hizo durísimo, le cogímos mucho cariño y yo lloraba como una niña pequeña. Es tan bueno que hasta vino con nosotros a hablar con la señora de la casa, Xiomara, para decirle que nos cuidara que éramos muy buenas personas. (Cuánto te queremos, Pedro!).

Tenemos que decir, que éste fue el sitio más espectacular en el que nos quedamos en todo nuestro viaje. Todo estaba novísimo, la señora, su hijo Henry y su nuera nos contaban cómo lo habían montado todo. Y es que llevaban apenas 1 semana con el negocio y Xiomara había traido todos los materiales desde Estados Unidos. Tenían champú y gel, y hasta pasta de dientes! Nos estuvieron contando que también van a ponerle secador y caja fuerte, osea que quien esté pensando ir a Remedios, no dudéis en quedaros ahí! Además, la familia es encantadora. Tuvimos un problema con la ducha y nos pusieron de cenar gratis! Comimos fritura, que por cierto estaba muy rica.

Henry nos llevó al centro del pueblo (con su hija pequeña) y nos enseñó dónde se celebraban las fiestas principales de allí: "Las Parrandas", donde tiran muchísimos petardos. Aquello nos recordó un poco a Las Fallas Valencianas. Fuimos también a una heladería, y 3 bolas de helado valían 10MN, baratísimo. A la vuelta Henry iba pegando en las casas que conocía por si había algún turista alojado interesado en compartir viaje a Santa Clara, pero no hubo suerte. Al llegar a la casa llamó por teléfono al taxista y finalmente nos consiguieron otra pareja para compartir taxi.

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DIA 8: REMEDIOS – SANTA CLARA – LA HABANA

El desayuno nos costó 5CUC/persona, pero éste si que fue un suuuper desayuno. A las 8 nos recogía el taxi colectivo para llevarnos a Santa Clara. Nos costó 15CUC/pareja, un poco más caro de lo habitual, que normalmente es 25CUC en total, pero como llegamos un poco tarde el día anterior, teníamos que aguantarnos con eso.


La pareja con la que íbamos eran italianos, ellos iban para La Habana, pero no querían visitar Santa Clara.

Cuando llegamos, una avalancha de cubanos se vinieron para nosotros ofreciéndonos taxi para ir para La Habana, y ya avisamos que no iríamos para allá, que visitaríamos primero la ciudad. Fue un poco agobiante, y los italianos como querían irse directamente pagaron un dineral por ello.

El mismo taxi que nos llevó hasta allí nos dejó en el Museo del Ché. Antes de entrar hay que bajar adonde se encuentran las taquillas, y allí hay que dejar las mochilas. Es una pena que no se pudiese entrar con cámaras de fotos, porque el museo es realmente impresionante. Están los restos del Ché, su bata de médico, los instrumentos que utilizaba en medicina, escopetas, libros, su boina... Al salir a la plaza le preguntamos a uno de los militares las dudas que teníamos y tuvimos bastante suerte porque nos contó casi toda la historia del Ché, muy interesante y con bastante detalles.



Y con nuestras mochilas a cuestas nos dirigimos a ver el resto de Santa Clara, sabiendo que la distancia desde dónde estábamos a dónde queríamos llegar era un poco grande. Justo bajando para llegar a la carretera principal nos encontramos con un carro de caballo que por 6CUC nos llevaba a ver el tren blindado y de vuelta a coger el taxi colectivo hasta La Habana, con la condición de que "nos protegiera" de todos los cubanos ofreciéndonoslo.

Para entrar al tren se supone que hay que pagar 1CUC/persona, pero nosotros habíamos visto casi todo entero cuando se acercó la señora a decírnoslo, así que le dimos las gracias y con las mismas nos fuimos.


En ese momento ya pensamos que no nos apetecía llegar demasiado tarde a La Habana y que preferíamos irnos ya.

El mismo cubano que había venido en avalancha, se acercó sólo (porque el muchacho del carro les decía que nos dejaran un poco tranquilos) y regateando conseguimos conseguir el viaje por 20CUC/persona. Luego descubrimos que eran taxis ilegales, pero allá que fuimos!

Compartimos viaje con una pareja también jovencita cubana. En el camino paramos en El Rancho y nos tomamos una cerveza por 2CUC. La comida tenía buena pinta, pero teníamos el estómago bastante lleno y no podíamos comer nada más. Como anécdota tengo que decir que después de ellos comer, le tuve que decir a Álvaro que le diera un poco de charla al conductor que se estaba quedando dormido!!!

Y después de 4 horas muy largas, llegamos a la magnífica Habana. La casa en la que íbamos a quedarnos estaba ocupada, porque la cogimos desde Morón para el día siguiente, así que nos llevaron a la casa que yo os voy a recomendar a vosotros. Víctor era muy amable, nada más llegar nos puso un cafelito y estuvimos casi 2 horas charlando. Sin duda nos hizo sentir como en casa.

Y era el momento de dejar todas las cosas en la que sería nuestra habitación y perdernos literalmente por La Habana. Llegamos a la Feria del Libro y compramos 2 por 18CUC.

El agua embotellada cuesta un poco de trabajo encontrarla aquí, y una botella mediana nos costó 1CUC.
Cenamos hamburguesa de pollo por 40MN (muy rica), con una Heineken por 45MN.

Todo el mundo nos pareció muy amable y la idea que teníamos de que los cubanos nos molestarían bastante ofreciéndonos de todo, cambió positivamente.

Nos encantó nuestro paseo, disfrutamos bastante viendo todos los monumentos y todas las calles tan ambientadas.

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DIA 9: LA HABANA VIEJA

Victor nos preparó un buen desayuno, como en la mayoría de las casas, bastante completo.

Nos llevamos una pequeña desilusión al abrir las cortinas de la habitación y ver que estaba lloviendo bastante, pero bueno, ya sabemos que nada se puede hacer en contra del tiempo.

Una vez desayunamos, cogimos las mochilas y fuimos a casa de Jorge, que por cierto en las dos casas nos cobraron 30CUC la noche y 5CUC el desayuno.

Y sin paraguas ni nada nos dispusimos a recorrernos La Habana. A pesar del tiempo, sus calles seguían repletas de gente. Tenemos que admitir que cada rincón enamora. Este sitio "tiene un no se qué, que qué se yo" literalmente!


Los sitios que vimos fueron la Plaza Vieja, la Plaza de la Catedral, la Plaza de Armas, el Gran Teatro (que nos cobraron 5CUC/persona por la entrada guiada en español), el Capitolio (que lo pillamos en obra) y los almacenes San José (el sitio más recomendable en relación calidad-precio para comprar souvenirs).



Mientras seguíamos andando me acordé que llevaba apuntado en mis notas que el Paladar de San Cristóbal había sido recomendado en alguno de los muchos blogs que leímos antes de viajar, así que decidimos ir a buscarlo y probar. Cuando llegamos, tuvimos muchísima suerte, porque no sabíamos que aquello era tan famoso y que había que reservar antes de llegar. Pudimos hablar con el dueño y nos dijo que sin ningún problema esperasemos un poquito y nos acomodarían pronto. Enseguida vino nuestro camarero y nos llevó a nuestra mesa. El sitio es precioso, la comida es exquisita y el servicio bastante destacable.


Comimos un variado de tapas, cordero con puré de patatas y pescado a la plancha con puré de magala. Los purés van aparte, pero sinceramente con uno hay de sobra para 2 personas. Todo eso más 2 bebidas (con alcohol) cada uno nos costó 36.50CUC, pero merece, y mucho, la pena. Estando allí, entré al servicio y me gustó tanto que me puse a hacerle fotos! Me encontré con una chica americana y me dijo uy! Lo siento! Sólo venía a hacerle fotos al servicio en el que había estado Michelle Obama... Yo me giré y dije: ¿cómo? ¿Michelle Obama? Rápidamente volví a la mesa a contárselo a Álvaro, y ya estabamos deseando que llegase el camarero para preguntarle. La americana llevaba razón, el chico nos contó que la familia Obama había estado allí y nos enseñó la foto que se hicieron con ellos, la copa en la que tomó café Michelle y la botella de vino que bebieron, que por cierto, fue un Ribera del Duero! Además descubrimos que no sólo ellos habían pasado por el paladar, artistas como Beyonce también había estado allí, e incluso más miembros políticos de Estados Unidos. Ahora entendíamos por qué era necesario reservar antes de ir! Cuando terminamos la comida, el camarero nos trajo un puro a cada uno y nos invitó a una copa de ron, es que son tan amables!


Como podéis imaginaros, con el estomago lleno y como buenos andaluces que somos, nos apetecía echarnos una siesta.

Sobre las 19:30 estábamos listos para ir a ver El Cañonazo que empezaba a las 21:00. Para ir había dos opciones, una es en autobús y la otra en taxi. Jorge, el dueño de la casa, nos recomendó que cogiésemos un taxi porque vaya que perdiésemos el autboús y no llegasemos a tiempo. El taxi sólo ida desde El Capitolio nos costó 5CUC, y la entrada para ver el espectáculo 8CUC/persona. También habíamos leído que había que llegar un rato antes porque va bastante gente, aunque puede ser que no estuviese tan lleno porque aún seguía lloviendo. El Cañonazo nos gustó, pero lo pasamos regular porque hacía bastante viento, así que en un día soleado me imagino que sería mucho más bonito. A la vuelta volvimos a pagar lo mismo por el taxi.


No habíamos pensado que sería un poco tarde para buscar algo para cenar y casi todos los sitios estaban cerrados y lo que nos recomendaban todos los jineteros era el típico sitio para comer y ver un espectáculo, algo que no nos interesaba para nada. Estábamos muy ambrientos y queríamos algo rápido. Buscando y buscando llegamos al Callejón del Chorro y allí comimos en Bianchini. Pedimos una baguette de pollo, una pizza margarita, 2 Coca Colas y un mousse de chocolate, todo por 16CUC. Estaba todo riquísimo.

Teníamos en mente salir a tomar algo pero como ya he mencionado, todo estaba cerrando porque era tarde, así que fuimos directamente a casa.

DIA 10: LA HABANA

Cuando nos despertamos estuvimos barajando la posibilidad de ir a Cayo Blanco o Cayo Largo, y luego preguntando en la calle nos recomendaron ir a los Lobbys de los hoteles que es desde donde se contratan las excursiones. El precio de la excursión a Cayo Blanco eran 134CUC/persona. Después de un tiempo pensando, decidimos cancelar el plan, porque el dia estaba bastante nublado y el precio no era muy asequible. Básicamente no queríamos malgastar un día y no poder disfrutarlo.

Como queríamos ir al otro lado de La Habana, cogimos un coco taxi por 20CUC durante 1 hora y media.


Nos llevó a la Plaza de la Revolución, al Parque de Jhon Lenon, a los Jardines del Hotel Nacional y al Callejón de Hamel, que tuvimos la gran suerte de ver al autor de todas las obras, Salvador y pudimos incluso hacernos una foto con él.


Para el almuerzo volvimos a ir a la hamburguesería enfrente de la Casa del Son. La hamburguesa de cerdo valía 24CUC.

La pareja con la que coincidimos yendo a los Cayos nos recomendaron ir a ver el Mirador de La Plaza Vieja, que curiosamente se nos había olvidado ver ayer. El precio de la entrada es de 2CUC/persona. La verdad es que merece bastante la pena, son imágenes en tiempo real de toda La Habana y las vistas desde allí arriba son impresionantes.


Después fuimos al Hotel Ambos Mundos porque queríamos ver la habitación en la que se había alojado Hemingway, pero era tarde y el horario de visitas se había terminado.

En la pastelería justo al lado del hotel pedimos unos dulces que nos costaron 0.35CUC cada uno de merengue y mermelada de guayaba. Particularmente hubiese preferido de chocolate, pero la gente había arrasado con todos. Aún así estaban muy ricos.

Por la noche fuimos a cenar al restaurante Van Van, recomendado en Trip Advisor. La decoración está chulisima y la comida también estaba buena: ropa vieha, spaguetti a la bolognesa, una Cristal y una piña colada. Todo por 16.20CUC. Todos los camareros eran muy amables. Después nos fuimos a Patchanka, donde pagamos 3CUC por una caipirinha.

DIA 11: LA HABANA

Supuestamente hoy íbamos a dejar La Habana, pero es que os prometemos que no podíamos irnos. Este sitio te invita directamente a quedarte.

Fuimos a la playa Santa María en un taxi colectivo por 2.5CUC/ persona. Sabíamos que deberíamos haber pagado solo 1/persona, pero como queríamos llegar pronto no nos importó pagar un poco más.

Increiblemente cuando estábamos poniendo nuestras toallas en la arena y levantamos la cabeza descubrimos que allí estaban nuestros amigos Flor y Jurys! Y es que el mundo es taaan pequeño!

Allí disfrutamos de un día de sol, aunque la playa no es nada espectacular cuando la comparas con las demás que hemos visto, pudimos coger un poquito de color que era nuestro principal objetivo del día.


Nuestros amigos nos contaron que para la vuelta podíamos hacerlo en el autobús por 0.40MN/persona. Aunque para llegar hasta la parada de autobús hay que andar un poquito y subir una pequeña colina, y se encuentra a la derecha. Nos bajamos en la estación de ferrocarril, justo al lado de Los Almacenes porque queríamos buscar algunos regalitos. Compramos 13 detallitos, mezclados entre imanes, llaveros y bolígrafos por 5CUC 2 abanicos grandes por 5CUC y una camiseta que a la luz se veía de colores por 10CUC.

Después de todo el día llegaba la hora de la comida, nos comimos en un puesto que encontramos en una casa una pizza por 10MN, un bocadito (o mejor dicho un bocadazo) de bisté por 25MN y un vaso de refresco por 2MN.

De camino a casa nos encontramos con una crepería y nos pedimos un crepe de chocolate por 3CUC.

A las 20:00 habíamos quedado para salir con nuestros amigos, y en el camino a la discoteca, que por cierto fuimos andando, paramos a comer un sandwich de pollo por 3CUC y un cóctel por otros 3CUC, aunque no recuerdo el nombre del sitio, lo siento! Y por fín llegamos a La Gruta. La discoteca está bastante chula, y aunque no había música en directo, nosotros nos lo pasamos en grande. Toda la noche bailando salsa y regetón! El sitio estaba lleno de cubanos, es bastante recomendable. La entrada costaba 3CUC/persona.

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