![]() ![]() IRLANDA CABREADO ✏️ Blogs de Irlanda
Espantoso viaje con muy adversa climatología y por un destino de escaso interésAutor: Abaquo Fecha creación: ⭐ Puntos: 4.2 (29 Votos) Índice del Diario: IRLANDA CABREADO
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Etapas 1 a 3, total 7
IRLANDA He tardado 3 años en decidirme a escribir este diario, el viaje no había sido una buena experiencia y, de hecho, considero que ha sido el peor de mi vida, quizás a la par con el segundo que hice a Cabo Verde. La causa, fundamentalmente, la espantosa climatología de aquella Semana Santa de 2013, pero también el interés de gran parte de los sitios visitados. Desde luego, no considero que Irlanda sea un destino prioritario en Europa, lo pienso ahora y lo pensaba antes de conocer el país, por eso ha tenido que esperar mucho tiempo por mí. Pero sí era un país que quería conocer, antes o después. Aviso, a pesar de que Eire me sigue cayendo bien, este diario puede herir la sensibilidad de los Irlandaforofos y en general de aquellos que viajan en una burbuja a prueba de decepciones, chascos y otros contratiempos varios. Ya hay foreros que me han hecho comentarios en algún diario diciendo que parece que yo viajo cabreado, por tanta crítica. Y creo que no, mi actitud es siempre positiva hasta que algo negativo me pone de mal humor. Y lo comento. Lo que no entiendo es la falta de criterio de quienes, en cuanto salen de viaje, todo les parece bien, aunque no lo sea. Veamos. Hay un problema que tiene mucha gente a la hora de valorar las visitas, bastantes foreros no comentan su interés, ni siquiera en diarios, se limitan a decir lo que han visto. ¿De qué sirve eso? De nada. Otro grupo, lo ve siempre todo maravilloso, muy bonito y muy barato, aunque no lo sea. Esto se acentúa cuando es complicado, muy caro o lleva mucho tiempo acceder al sitio, entonces tiene que ser bonito y haber valido la pena por cojones, jamás reconocen que no vale la pena, ni se lo plantean. Ha costado demasiado esfuerzo y dinero venir hasta aquí, así que me ha compensado. Y se lo creen. Algunos solo dejan escapar un “jeje”, que en realidad dice mucho más de lo que piensan, siendo ese “jeje” la única palabra sincera de todo el comentario, por ejemplo: “la entrada era un pelín cara, 35 €, jeje, pero valió la pena”, que traducido sería: “menudo timo, ni se os ocurra ir ahí” o también: “la cena fueron 85 euros los dos, jeje, un poco caro, pero estaba muy rico”, traducción: “menudo sablazo nos metieron, no volvemos ni locos”. A veces hay desplazamientos de 7 horas y más en bus, que cuando es ida y vuelta suman 14, para ver una cosilla durante una o dos horas, pero no son capaces de hacer un balance real reconociendo que no compensa. No, el comentario es un “pero vale la pena, es un sitio especial” a veces, acompañado de un “jeje”. En fin, volviendo a mi penoso viaje a Irlanda, los vuelos fueron con Ryanair desde Tenerife Sur directo a Dublín, 248 €. Coche alquilado con Budget 9 días por solo 91 €. Llegada de noche, recogida de coche y a Dublín a dormir en el ABC House B&B, habitación pequeña, pero cómoda y bien puesta con un estupendo desayuno en una muy bonita casa. ![]() DUBLÍN No me atraen en general las ciudades, salvo las maravillosas como Roma o Praga, y prefiero dedicarles el menor tiempo posible para ver lo más destacado, coger el coche y carretera a explorar el resto: pueblos, castillos, monasterios, montañas, costa etc. En Roma hacen falta unos cuantos días para eso. En Dublín, basta con unas horas y no hay nada destacado. Por lo que había leído y oído, la capital irlandesa era para mí de las menos atractivas e interesantes de Europa. Y ha sido exactamente lo que me esperaba. No voy a ponerla al nivel de Podgorica, Vaduz o Andorra la Vella, las más insulsas de las 35 que conozco en nuestro continente. Comparadas con esas 3, es una ciudad de alto nivel, pero su puesto en el listado total, no es nada bueno. Hay quien le da mucho valor porque le parece un aliciente fundamental tomarse cervezas en un pub de ambiente en un barrio de ambiente y con música de ambiente. Como eso no me interesa en absoluto, Dublín la regalo casi completa, con todo su ambiente. Me impresiona que alguien haga un viaje solo para conocer Dublín. Y me impresiona aun más que vuelvan encantados. Lo que me atrae de las ciudades es, sobre todo, los cascos históricos antiguos con arquitectura tradicional, los monumentos como catedrales, iglesias, monasterios, mezquitas, templos animistas ![]() ![]() Decido dejar el coche en el alojamiento, nada recomendable ir a la ciudad con él, cogí el bus enfrente del B&B y directo al centro. Tras bajarme cerca de la aguja de 120 metros que ha sustituido a la columna de O´Connell, en la avenida del mismo nombre, la de más solera de la capital, entro en el famoso Trinity College, que pasa por ser uno de los principales monumentos de Dublín, una de las visitas imprescindibles en la ciudad, un símbolo y una auténtica birria. Entrar a ver eso es una pérdida de tiempo con todo lo que hay por el mundo adelante. Me acordé de los magníficos y atractivos colegios de Oxford y Cambridge. Este a su lado es una arquitectura pobre, simple y sin gracia. Solo tiene una cosa interesante, la biblioteca y el libro de Kells, una obra medieval de gran valor por su ilustraciones. Pero hay que pagar unos 8 euros, había mucha cola y además no te lo dejan ni llevar a casa para que puedas leerlo y verlo con calma, tomando una limonada fresquita en la tumbona del jardín en una cálida tarde primaveral, o una cerveza barata en el sofá de eskay del pisito un frío domingo de febrero, si eres menos afortunado. Yo pertenezco al primer grupo ![]() Paseo por las calles y avenidas del centro histórico, por decir algo, que es antiguo pero muy poco, vamos, que del XIX para atrás, solo el libro de marras. Los edificios, nada especial, algunos destacan un poco, un detalle modernista aquí, una pastelería mona allá o una vieja asomada en la ventana enseñando el canalillo, no del tejado, sino de las tetas. Vamos, lo de cualquier ciudad, pero nada llamativo ni artístico, el conjunto urbano es bastante pobre, otra decepción. Fui hasta el castillo, otro de los puntos fuertes, no entré, no tenía cambio para pagar la entrada...pero ya me lo imagino porque por fuera es una auténtica birria, similar a la anterior. A otro de los míticos e imprescindibles lugares de visita, la cárcel, ya no fui, no vaya a ser que no me dejen salir. Cuando un sitio así se convierte en una de las principales atracciones turísticas de una ciudad, señal de que apenas hay que rascar. ![]() Me quedé sin ver las dos catedrales, y mira que en general me gustan, pero no quise perder más tiempo con chorradas, porque me imagino ambos templos: aunque de origen medieval no queda nada de esa época, todo es requeterreconstruido, modificado y modernizado. Así que mucho mejor hacer lo que hace la mayoría de turistas en Dublín, ir a tomar una cerveza fresquita al súmum de los barrios de ambiente, el Temple, otro imprescindible...peeero resulta que hacía frío, no me interesan las cervezas, menos aun los bares y pubs y no me incluyo normalmente en la mayoría de turistas. Así que decidí ir a dos museos. Ambos cercanos entre sí y en el centro de la ciudad. El Museo Nacional, sin ser gran cosa tampoco, pero mejor que las 2 birrias anteriores, tiene algunas cosillas interesantes y atractivas de la Historia del país, como una piragua del 2500 a. C y otras ...e incluso piezas del Antiguo Egipto. La Galería Nacional ofrece una bastante completa muestra de pintura de todas las épocas, con cuadros de grandes maestros internacionales, vale la pena visitarla. Sin duda es lo mejor de la ciudad artísticamente hablando. Tras ambas visitas, la idea que tenía de Dublín mejoró algo, pero en general ha sido lo que esperaba, una ciudad bastante insulsa que no me atrae y no recomiendo, salvo...salvo...ehhhhhh, cuidadín, salvo que te chifle, claro, la … Y pensar que hay gente que hace un viaje solo para conocer esta ciudad y vuelve encantada… en fin cada uno... Estaba deseando recoger el coche y salir de la capital a ver la isla, iba con mucha ilusión para descubrir las maravillas que encerraba. Ejem...no sabía yo lo que me esperaba... Etapas 1 a 3, total 7
La primera visita fuera de Dublín sería Glendalough. Principal excursión desde la capital y uno de los puntos más visitados del país. Un lugar hipervalorado en el que monumentalmente no hay nada destacado, únicamente una iglesia medieval pequeñita, de lo más rústica y tosca, sin el menor interés y una torre románica alta, estrecha y circular que nos resulta exótica e interesante ya que en España no las hay con esa forma como de chimenea. Un río, bosques, montañas de escasa altura y unos lagos configuran un entorno atractivo en el que pasar un par de horas si el tiempo acompaña, especialmente para hacer el paseo hasta el lago que hay en la zona superior, dicen que es bonito. No pude comprobarlo, porque como había unos 6 grados, llovía a ratos y el viento era fuerte y helado, preferí meterme en el hotel. Había reservado, allí no hay mucha oferta, el The Glendalough Hotel, la individual por 48€, bien, recomendable. ![]() El día siguiente amaneció frío, gris, nublado, húmedo y lluvioso. Mi plan era recorrer las montañas Wicklow: según la guía Trotamundos, una ruta espectacular para hacer en coche. Como hacía muchísimo frío, llovía, el viento era fuerte y helado y además había una niebla más espesa que un yogur griego, para no ver nada, decidí no hacerla. Vamos bien. Decidí continuar camino de Killkenny. Cuando llegué a la cueva de Dunmore, seguía lloviendo, pero dentro de una cueva poco importa. Allí tomé una de las más trascendentes decisiones de mi vida. Después de echarle un vistazo al folleto con los lugares que incluía, muchos, por cierto, compré la tarjeta Heritage, que amortizas pronto si visitas unos cuantos puntos. La entrada a esta cueva son 4€, gratis con la tarjeta. Ya me empecé a animar otra vez. Me duró poco la euforia porque el sitio no vale la pena. Lo único que tiene es una gran estalactita, es decir, a quien vaya sin tarjeta, le sale a 4 euros la estalactita, ya que solo hay una. No lejos, hay un espacio natural en el que se pueden ver ciervos, se llama Jenkins Town Wood: te acercas a la verja de entrada y ellos vienen como si fueras a darles unas zanahorias o unas hojas de lombarda, hasta poderlos tocar a través de la reja. Son muy mansos, nada que ver con los tigres o leones. Bueno, no sé si es que ya todo quería salir mal o qué, pero los animalitos tenían un aspecto bastante desastroso, con la piel a tiras, los cuernos rotos, las hembras ni eso, claro, y cara de tristeza, o al menos la daban. Yo creo que los cuernos les habían salido porque sus parejas les engañaban, no parecían auténticos, y por eso también estaban tristes. No eran ciervos muy atractivos, la verdad. Para no desanimarlos, no se lo dije, pero me parece que me lo notaron en la cara. Intenté una mentira piadosa diciéndoles que Irlanda me estaba gustando mucho, pero no coló. Me contestaron “ya sabemos que nuestro país no te está gustando nada, ni nosotros tampoco. Y también estamos hartos de tanta lluvia y este clima horrendo". No supe qué decir, solo les sonreí un poco, asustado al escucharles hablar y me fui, era todo demasiado penoso. Me quedé con la duda de si serían hombres disfrazados. Pasé de largo Kilkenny, volvería después a visitarlo y a dormir y llegué, un poco más al sur, a las ruinas del monasterio de Jerpoint: entrada de pago, 4 €, gratis con la tarjeta. Por fin algo que me gustaba, las ruinas antiguas suelen tener mucho encanto. Aquí encontramos los atractivos restos de una iglesia gótica con parte de un claustro sencillo pero con algunos pocos relieves. Aunque todos los conventos que vi en Irlanda, cerca de unos 20, están en ruinas, conservan lo suficiente para resultar llamativos, principalmente por su origen medieval, por sus restos en un material noble como la piedra y porque suelen estar en medio de esos bonitos campos verdes de este húmedo país. Cerca, hay otro lugar que vale la pena conocer. Se trata de Kells: también un monasterio en ruinas del que destacan un largo recinto amurallado con varias torres defensivas, restos de la iglesia, arco de entrada etc en pleno campo. Parece más bien el recinto fortificado de un pueblo, pero sin el pueblo. Me gustó el sitio, no llovía, casi sin nadie, un tanto misterioso, sorprendente, romántico con la torre en ruinas y la hiedra trepando... muy recomendable y de entrada libre. ![]() Por último, me fui a Kilkenny, un pueblo con cierto encanto por sus casas de colores, sin llegar a ser tampoco gran cosa, seamos justos. Pero de todas formas, después de haber visto bastantes núcleos urbanos en el país, puedo afirmar que éste es el único al que le vi cierto interés. Tiene dos catedrales, una, la más antigua, gótica, por fuera vale la pena echarle un vistazo, aunque más bien se parece a una fábrica, ya que la torre exenta se asemeja más a una especie de chimenea. Quizás por la hora, al atardecer, ya estaba cerrada. La otra catedral, de aspecto moderno, ni por fuera se merece un vistazo. Me alojé en un B&B, el Rodini, una casa particular con solo un par de habitaciones, correcto y barato, 35€. Etapas 1 a 3, total 7
![]() Por el SuroesteDesde Kilkenny a Killarney pasando por Rock of Cashel, Cahir, Blarney, Mizen Head... ![]() El día siguiente amaneció frío, gris, muy nublado, húmedo y lluvioso. El principal atractivo de Kilkenny es su magnífico castillo, hoy día palacio, una gran construcción enmarcada por el río y algunos jardines con amplias extensiones de césped. Al día siguiente lo visité por dentro, pero no hay que esperar gran cosa, lo único destacado es la gran sala del siglo XIX con cuadros de relativo interés y un complejo entramado de madera que sujeta el tejado. Otro de los imprescindibles en un viaje por Irlanda es Rock of Cashel, todo el mundo lo recomienda como si fuera algo extraordinario que no debe uno perderse. Se encuentra en el pueblo, bastante pequeño, de Cashel: aquí está probablemente el más famoso castillo irlandés. Llegando desde el norte, el conjunto resulta muy llamativo con un recinto amurallado en lo alto de una colina y dentro los restos de una catedral, una capilla románica y la torre del homenaje. Unos andamios enormes afean la vista por el sur. Bueno, basta, una vez visto por encima del busto, la vista resulta vistosa a pesar del día malo que me tocó hoy también, estaba lloviendo bastante. La visita al interior en realidad es breve, ya que no hay mucho que ver, pero vale la pena. La capilla conserva unos frescos románicos que por restauración no estaban en las bóvedas, debieron trasladarlos a otro sitio, una pena, por la foto tienen buena pinta. Entrada de pago, 7€, caro para lo que es. Incluido en la tarjeta. Es recomendable acercarse a las ruinas del convento que se ve al oeste en un enorme prado, acceso libre. Como no paró de llover y hacía mucho frío y un viento helado se me quitaron las ganas. Suma y sigue ![]() Cahir: castillo con un atractivo exterior, pero que no compensa visitar ya que por dentro no vale nada de nada. Salvo que se tenga la tarjeta. 4€. En las afueras del pueblo, hacia el sur, hay un convento en ruinas. Como está cerca y es de entrada libre, vale la pena echar un vistazo, aunque hay poco que ver. Además, hacia el este, a un par de km e incluido en la tarjeta, está el Swiss Cottage, cerrado en esos días, mala suerte otra vez ![]() Para acabar la jornada, me acerqué, en las afueras de Cork a ver otro castillo, el de Blarney: solo lo vi desde lejos y en parte, ya que la entrada al recinto es muy cara, 13€, que seguramente no los vale. No entiendo que un castillito como ese tenga el mismo precio que el impresionante francés de Chambord, que visité este mayo pasado. Esa noche tenía reservado otro B&B en ese pueblo, muy buena opción. Gran habitación y bien puesta. Es el Muskerry Arms, también es pub y restaurante, 44€. Allí mismo cené y desayuné, pero no todo seguido, entre cena y desayuno subí a la habitación a dormir, recomiendo hacerlo así siempre ![]() ![]() El día siguiente amaneció frío, gris, nublado, húmedo y lluvioso. Me dirigí hacia la punta suroeste de Irlanda, a Mizen Head. Había leído que tenía una belleza sobrecogedora, qué bien me encantan los paisajes grandiosos y bellos, sin duda hay que ve-llos. Península de Mizen Head: es la más al sur del país. Tiene alguna buena playa, similar a las de Galicia, y un faro en la punta donde te cobran 6 € por pasar a los acantilados. Ocurrió un milagro y es que ahí no llovía. Pero olvidé que la lluvia es solo uno de los muchos aspectos negativos del clima irlandés y su ausencia no garantiza un buen día: hacía un viento tan fuerte que el acceso estaba cerrado y no se podía visitar por precaución , hay unas pasarelas y demás. Tampoco creo que valga la pena pagar los 6€ por ver el cabo y el faro. Y llegar hasta aquí tampoco, porque no hay nada especial que ver. Apuntamos otro fiasco, ya he perdido la cuenta, a tomar pol saco la belleza sobrecogedora de este lugar. Sin embargo, gracias a mi curiosidad y a pesar de la falta de información al respecto de la guía, volviendo al coche y siguiendo la carretera hacia el sur, encontré un buen mirador improvisado y no oficial sobre la costa, subiendo un poco por un camino en aceptable estado. Está en la zona de Crookhaven. Desde allí se ve un tramo de la muy recortada línea costera, que lucía muy bonita porque ¡¡¡al fin!!! había salido el sol ![]() ![]() ![]() ![]() ![]() ![]() ![]() Me dirigí rumbo al norte, porque hacia el oeste o el sur era imposible, al menos en coche, no hay más tierra, y barco o avión no tenía. Un par de horas después, ya nublado otra vez y lloviendo ![]() ![]() Llegando a Killarney, hay otra visita de supuesto interés, la cascada de Torc. La Trotamundos la califica de “impresionante cuando ha llovido antes”. La vi lloviendo, habiendo llovido, hubiera o hubiese llovido, lloviera o lloviese, llovería o llavería... y demás tiempos verbales, subjuntivo incluido, pero no la he visto nada nada impresionante. Y por falta de agua no sería. Ni foto hice. Para un 5 o 6, no le pongo más. Sin embargo, reconozco que los árboles, revestidos de un musgo espeso como pocas veces he contemplado, hacen que el sitio tenga su encanto. Como es gratis, el aparcamiento también, y está cerquita de la carretera, hay que parar y que cada uno juzgue según el criterio que Dios Nuestro Señor le ha dado. No visité la Muckross House, era de pago sin entrar en la tarjeta, pero sí metí las narices hasta el fondo en el monasterio abandonado y en ruinas, como todos, del mismo nombre y en el mismo recinto. Dios quiso premiarme por visitar tanto monasterio y permitió que el sol saliera un par de minutos para hacer un par de fotos con las ruinas entre la vegetación. Recuperé la Fe que había perdido 38 años antes. Duraron muy poco, tanto el sol como la Fe, porque en plena visita cayó tal chaparrón que el más intenso y ferviente agnosticismo volvieron a poseerme inexorablemente. Si sobra tiempo, vale la pena. Me quedaba todavía una última parada, el Castillo de Ross. Aunque se ve reconstruido, el aspecto es muy bueno y atractivo, de los mejores que he visto en Irlanda, realzado además por un emplazamiento especial a orillas del lago. Pese a dos intentos, por los horarios de las visitas guiadas, no pude hacer la visita al interior, está incluida en la tarjeta, pero creo que apenas tiene interés. Aunque sea por fuera, vale la pena acercarse a verlo, está a solo 3 km de Killarney y el sitio es bonito. Me fui al alojamiento, el Castle Lodge, sencillo, pero bien y barato, 36€ y a cenar una pizza en el único sitio de precio decente que encontré en todo el pueblo; los restaurantes, muy caros, casi como si fuera Noruega. ![]() Etapas 1 a 3, total 7
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