![]() ![]() 9 días de camping en Noruega por 1000€ por persona ✏️ Blogs de Noruega
Nuestra ruta por Noruega en agosto 2017, durmiendo en camping y gastando lo mínimo :)Autor: Xpaulax Fecha creación: ⭐ Puntos: 4.6 (5 Votos) Índice del Diario: 9 días de camping en Noruega por 1000€ por persona
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Etapas 7 a 9, total 12
Habíamos cogido la excursión por el glaciar Styggevatnet con la empresa Ice Troll y ese era el plan para todo el día. Lo de los glaciares fue un poco dilema para nosotros, porque por tiempo no nos iba a dar tiempo a ver dos como hace mucha gente y no sabíamos qué hacer con las excursiones. Nosotros ya habíamos estado en Nueva Zelanda y ya habíamos visto un par de glaciares impresionantes y habíamos hecho la excursión de caminar por el hielo en uno de ellos. Buscando información vi que había la opción de hacer una ruta en kayak hasta un glaciar con paredes verticales gigantes y me cautivó. Era cara, pero es una de esas cosas que sí que creo que no íbamos a tener muchas posibilidades de volver a repetir en otro viaje. Con los glaciares hay que darse prisa. El que visitamos en NZ ya no hace la excursión que nosotros hicimos porque con el retroceso ya es peligroso y aquí en Noruega cualquiera que haya visto fotos del pasado y el presente flipará. Así que para allí fuimos con Ice Troll, fue nuestro capricho del viaje. Nos reunimos en el punto de visitantes de The Breheimsenter y firmamos nuestros papeles de delegación de responsabilidades. Lo que no sabía es que aún nos quedaba un buen trecho de carretera en nuestros propios coches hasta el punto de partida de la excursión. Llegamos a una presa y allí nos quedamos. Caminamos un rato y ya llegamos al lago, que resultaba estar retenido por una presa. Y mirabas al fondo y veías un glaciar enorme, que a diferencia de los que se visitan normalmente que acaban en “tierra”, acababa en agua con unas paredes verticales de 20 y pico metros de hielo, aunque de lejos no parecían tan grandes. Y el glaciar parecía que estaba relativamente cerca. Nos dijeron que eran 2 horas de remo y nos pareció que estaban exagerando y que ese sería el tiempo para los turistas “domingueros”, pero luego te pones a remar y sí que está lejos la cosa. Pues nada, nos subieron en los típicos kayaks de plástico de dos personas y llevamos 3 monitores que se fueron separando por grupos según las velocidades que íbamos cogiendo al remar. Por supuesto llevábamos chaleco salvavidas y unos guantes de neopreno. El día estaba nublado, rezamos para que no lloviera, aunque nos dijeron que raro era el día que no llovía en esa excursión. Sólo de pensar en la posibilidad de caerse en ese agua me daba escalofríos, aunque es realmente difícil caerse porque el agua es totalmente mansa. Y nada, a remar que nos pusimos. Había pocos icebergs y eran pequeñitos, pero alguno vimos. Y al final sí que eran cerca de 2 horas de remo. Debímos hacer hora y media o así porque el grupo iba a buen ritmo. Llegamos a la orilla del glaciar y nos paramos allí a comer un bocadillo antes de irnos hacia el hielo. Esa vista allí sentados es otra de las que no voy a olvidar en mi vida. Ahí sí que se veían las paredes de metros y metros de hielo, impresionantes al compararlas con la gente que se veía ya encima del glaciar. Una vista increíble. Y después del bocata, crampones, cuerda, piolet por si acaso y al hielo. Como digo, nosotros ya habíamos hecho una excursión de ese tipo, y además nos habíamos metido por cuevas y tal, (este glaciar tiene paredes de hielo enormes pero luego es muy plano así que no hay cuevas ni recovecos) así que no flipamos tanto como si fuera la primera vez, pero aún así es genial estar encima de semejante maravilla de la naturaleza. No sé cuánto estuvimos por el hielo, supongo que sobre una hora o así. Luego la putada fue la vuelta, otras dos horas remando. La putada de la vuelta esta que ya estás de espaldas al glaciar, así que el paisaje no es nada motivante, y encima ya estás cansado, así que sólo quieres llegar de una vez. Para más fastidio se nos puso a llover, aunque por suerte paró al rato y no llegó a ser desagradable. Una vez terminada la excursión, no estábamos tan cansados como cabría esperar, así que era ahora o nunca: o íbamos entonces hasta el glaciar Nigardsbreen, o no lo veríamos nunca. Y para ahí que fuimos. Movimos el coche hasta el parking de pago y arrancamos a caminar. Volvimos a pecar pensando que estaba ahí al lado y que no se podía tardar tanto en llegar como decían, pero sí, sí que se tardaba. Nos quedaba poco tiempo de luz y ya no había nadie por allí. Hicimos la caminata prácticamente solos. Tanto que me dio hasta un poco de miedo porque hubo un momento que perdimos las flechas que indican el camino y pensé que tendríamos que quedar a dormir allí ![]() Etapas 7 a 9, total 12
Hoy cambiábamos glaciar por fiordo y nos íbamos hasta Geiranger cruzando dos carreteras turísticas y media: Sognefjellet, Gamle Strynefjellsvegen y parte de la Geiranger – Trollstigen. La Sognefjellet, es el paso de montaña más alto del norte de Europa hasta los 1434 metros de altitud. Y poco más hay que decir. Una carretera de montaña, eso sí, preciosa, como todas las de Noruega. Vas viendo nieve, montañas enormes y glaciares a lo lejos y todo es precioso y Noruega sigue impresionando. Cuando terminamos esa carretera, llegamos hasta Lom y vimos nuestra primera (y última) iglesia de madera. Son bonitas, pero esta concretamente está en medio de un pueblo con su cruce de carreteras y no es tan bucólico como debería. Si podéis ver otra, escogedla en vez de esta. Después, en vez de coger el camino corto hacia Geiranger, decidimos coger la carretera turística Gamle Strynefjellsvegen porque estas carreteras no decepcionan. Por lo que he visto, no es una ruta que suela escoger la gente, porque en verdad es rodear y echarte kilómetros a la espalda, pero en eso consiste el viaje a Noruega, en hacerte kilómetros y kilómetros por paisajes increíbles. Y esta carretera, sin ser de las más populares tampoco decepciona. Es muy distinta a las demás porque es una carretera histórica construida en el s. XIX con sus quitamiedos hechos por piedras y con mucho encanto. Es como pasar por un paraje olvidado. Apenas hay tráfico y ni siquiera casas. A nosotros nos pilló nublado y las nubes bajaban casi hasta tocar los lagos y era muy bonito. Por momentos parecía que estabas camino a Mordor, pero en plan bien, paisajes que daban un poco de miedo porque parecía que estaban súper aislados y que nadie había pasado por allí hacía tiempo. Y después entramos en la primera parte de la Geiranger–Trollstigen y volvió la Noruega verde y más turística. Es que poco más puedo decir que no sea que todo es precioso. El trozo en el que empiezas a descender para acercarte al fiordo, es increíble. Empiezas a meterte entre montañas verdes bajando sin saber a dónde vas pero seguro de que va a ser un sitio increíble. Y eso que ese día estaba nublado y las nubes tapaban parte de las montañas. Cuando llegamos a la zona del mirador de Flydalsjuvet estaba el cielo totalmente encapotado y no se veía absolutamente nada. Un señor que había allí nos dijo que hacía 15 minutos estaba precioso. Es la putada de los fiordos, que se te meten las nubes allí y no hay manera de sacarlas. Así que nada, continuamos bajando por un paisaje aún precioso, hasta el llegar a Geiranger, que nos recibió con otro transatlántico que nos estropeaba las vistas. El mayor fallo que tuvimos a la hora de hacer la maleta, fue que no metimos unas buenas almohadas, así que llevábamos días durmiendo con almohadas inflables terribles y teníamos el cuello hecho polvo. Mi novio estaba agotado y quería dormir de una vez en una cama, así que teníamos como objetivo conseguir una cabaña para esa noche. Al llegar al pueblo como estaba tan feo el tiempo y no había nada que hacer, comenzamos la ruta de alojamientos (que hay muchos por la zona) en busca de una cabaña, pero sin éxito. No había ni una libre en la zona. Así que terminamos durmiendo otra vez en el coche, en el camping Vinje, que nos pareció el más bonito de los que habíamos visto. En realidad no estaba tan bien porque casi todas las parcelas libres tenían una ligera inclinación y la cascada que había dentro del camping era muy bonita pero por la noche el ruido constante del agua cayendo no era tan bucólico como parecía. Me desperté varias veces creyendo que estada diluviando otra vez, pero en verdad era la cascada, jajaja. Etapas 7 a 9, total 12
Otra vez teníamos unas 5 horas y media de carretera por delante hasta el destino que habíamos planificado, así que nos despertamos temprano. Además, queríamos volver hasta el mirador del fiordo para ver si se habían ido las nubes y podíamos disfrutar las vistas que no tuvimos el día anterior. Efectivamente se habían ido casi todas y nos acercamos a la clásica silla de la reina, que me costó un huevo encontrar, aunque en realidad era bastante fácil, a hacernos la foto de rigor. La opción aventurera para coger la otra perspectiva la descartamos. Después continuamos por la carretera, dirección Trollstigen (uno de los puntos a los que le tenía más ganas) parando en otro mirador increíble como el de Ørnesvingen, aunque para mí, después de las vistas del Nærøyfjord, esto me supo a poco. Esta carretera fue emocionante porque tenía muchas expectativas puestas en Trollstigen, tenía muchas ganas de llegar, pero aún así, el camino fue increíble y cuando pensabas que ya no vas a encontrar nada más bonito hasta llegar a la carretera del troll, ahí te daba en las narices otro paisaje precioso. Increíble esta carretera también. Y finalmente llegamos al famoso mirador de Trollstigen, con el cielo má cubierto de nubes de claros. Y me voy a repetir, pero es que no tengo otra cosa que decir. El sitio es precioso. La carretera es impresionante por si misma, pero es que el enclave es alucinante, y la arquitectura del mirador (de los miradores en realidad), chulísima. Otra vez me tuvieron que arrancar de allí por la fuerza y cogimos la carretera cuesta abajo. Al terminar las curvas hay un pequeño apartadero con unas mesas y decidimos que no había mejor sitio para comer que allí. Desde ese punto vimos que partían rutas de senderismo. Nosotros continuamos en dirección Andalsnes, aunque hay mucha gente que desde allí tira hacia Alesund. Dimos una vuelta por el pueblo (que es como la capital noruega de la escaleda) y nos fuimos hacia Trollveggen, la pared vertical más alta de Europa, meca de escaladores y saltadores BASE. Había mucha nube y niebla y cuando llegamos no se veía la cima. Echamos un buen rato en el centro de visitantes, que tiene paneles explicativos del sitio y te cuenta algo de su historia en la escalada, los hitos y las muertes que ha habido. Hay una proyección de un documental, pero es de pago. Al salir del centro se había ido las nubes y por fin pudimos ver la pared entera, bastante impresionante, sobre todo pensar en la gente que abrió las primeras vías para llegar allí. Seguimos con destino Gjende, al pie del parque nacional Jotunheimen y al lado del punto de partida de la famosa ruta de la cresta de Besseggen. Para llegar hasta allí me comí el trozo de carretera más aburrido y feo de toda mi ruta por Noruega. Muy poco que reseñar desde Trollveggen hasta que ya te acercas al parque de Jotunheimen, lo único fue descubrir que mi coche tenía hasta 7 marchas y no 5 como uno normal y ver montones de estaciones de esquí con cero nieve. Es muy raro, yo al menos era la primera vez que pasaba por delante de remontes y cabinas de esquí sin que hubiera una gota de nieve alrededor. Y era gracioso mirar a lo lejos y ver una montaña repleta de árboles, y de repente unas líneas taladas casi en línea recta que eran pistas. Llegamos casi al anochecer a Gjende y nos quedamos en el camping Maurvangen y disfrutamos de la puesta de sol. Esa noche pasamos frío como tontos. Estábamos en la montaña al fin y al cabo, y no nos podemos quejar mucho porque fue el único día que lo pasamos mal por la noche. Etapas 7 a 9, total 12
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