![]() ![]() INCAS, SELVAS, MONTAÑAS Y DESIERTOS ✏️ Blogs de Peru
PERÚ, BOLIVIA Y CHILE en TRES SEMANAS: Machu Picchu, la selva amazónica, el lago Titicaca, el salar de Uyuni y el desierto de Atacama.Autor: Zaiby Fecha creación: ⭐ Puntos: 5 (17 Votos) Índice del Diario: INCAS, SELVAS, MONTAÑAS Y DESIERTOS
01: El ombligo del mundo
02: El valle Sagrado
03: Una cita con Machu Picchu
04: Vinicunca
05: Sobrevolando el Amazonas
06: La selva amazónica
07: Lago Sandoval y Reserva Natural de Tambopata
08: Amanecer en el río Madre de Dios
09: Puno, una ciudad a orillas del lago Titicaca
10: Copacabana
11: La Paz
12: El Alto
13: El valle de la Luna
14: El salar de Uyuni
15: Lagunas y montañas en Potosí
16: Adiós Bolivia, hola Chile.
17: Lagunas escondidas y el Valle Arcoiris
18: Lagunas altiplánicas y el cielo de Atacama
19: Rumbo a Santiago
20: Valparaíso
21: Hasta pronto, Sudamérica.
22: Preparativos e Itinerario
23: Presupuesto
24: Comer en Perú, Bolivia y Chile.
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Etapas 19 a 21, total 24
![]() Rumbo a SantiagoTras un polémico vuelo, llegamos a la ciudad de Santiago de Chile, que conoceremos en profundidad gracias a un interesantísimo Free Tour. Nos despertamos para estar listos a las 7:30, que es a la hora a la que en teoría viene a buscarnos el autobús que cogimos antes de ayer para ir al aeropuerto. Normalmente, aquí te dan un margen de media hora para recogerte, pero este aparece casi 45 minutos más tarde, por lo que estamos ya de los nervios cuando llega. Por suerte no tarda mucho en llegar a Calama y, a las 8:45, estamos en el aeropuerto. Nuestro vuelo de Calama a Santiago de Chile con SKY airlines no puede ser peor. La low cost chilena es tan nefasta que, a su lado, volar con Ryanair es hacerlo en primera clase. Para que te sitúes: En el mostrador de facturación le pedimos amablemente al azafato que si nos puede cambiar a ventanilla, ya que nos han dado dos asientos centrales separados. No nos importa no ir juntos pero, si es posible, queremos poder disfrutar de las vistas del desierto de Atacama desde las alturas. El tipo nos dice que sí, que sin ningún problema, y nos cambia los asientos con una sonrisa. Nos vamos tan contentos, pensando que hemos tenido una suerte enorme. Ingenuos. ![]() Cuando llegamos al avión no damos crédito: el tipo nos ha sentado en los únicos sitios de todo el vuelo que no tienen ventanilla. Tal cual. Nos quedamos con cara de tontos, sintiendo que alguien en la terminal debe estar aún riéndose de nuestra ingenuidad a carcajadas. Nos sentimos estafados. Hemos pedido el cambio de asiento con amabilidad, hubiera bastado una negativa, pero esto nos parecen ganas de ridiculizarnos y humillarnos de manera innecesaria. Para colmo, tras quejarnos a una de las azafatas, esta no solo no nos da ninguna solución, sino que nos invita a callarnos y no protestar. Parte está vacío y hay muchísimos asientos de ventanilla, pero no nos ofrecen ninguna solución. De hecho, en una ocasión me levanto para asomarme por una de las múltiples ventanillas vacías y poder hacer alguna foto y la azafata se sitúa a mi lado, amenazándome con cobrarme no se cuántos pesos si se me ocurre sentarme aunque solo sea el segundo que tardo en disparar. De locos, de verdad. Un trato absolutamente incomprensible y degradante del que, por supuesto, nos quejamos por todas las vías posibles sin obtener ningún tipo de respuesta ni disculpa. Obviamente, no os recomendamos para nada volar con esta compañía. Su competidora directa es Jet SMART, que ofrece precios similares. Me cuesta creer que puedan tratar peor a sus clientes. Aun con todo, conseguimos sacar alguna foto chula:) Santiago de Chile Aterrizamos en Santiago sin mayores contratiempos en una terminal moderna y bien puesta. Para ir al centro de la ciudad optamos por el autobús de Centropuerto -3200 pesos por persona ida y vuelta-. El autobús se coge en la salida 5 y tarda unos 25 minutos. Hay varias opciones, pero este os deja bastante cerca de nuestro hostal -unos 10 minutos a pie-. El hostal Cacao nos encanta desde el principio: la chica que lo lleva es amabilísima y nos da un montón de facilidades e indicaciones. Salimos a toda prisa hacia el centro ya que a las 15 horas empieza el Free tour en la Plaza de Armas, frente a la Catedral. Por el camino nos compramos una empanada para llevar en una panadería y después, en un local llamado El Rápido cerca de la plaza, un barros Lucos y otra empanada de pino (No nos gustan apenas, como puedes ver xD). Como para el tour aún quedan 15 minutos, aprovechamos para coger un chilenito de postre (una especie de sándwich de galleta relleno de dulce de leche). El resto del tiempo lo invertimos en echar un vistazo rápido al interior de la Catedral de Santiago de Chile, hasta que empieza el tour a las 15:10. ![]() La verdad es que el tour es de lo más completo: dura 4 horas, y nuestro guía -Israel-, pese a ser brasileño, conoce muy bien el país y la ciudad. En la Plaza de Armas nos habla de la fundación de Santiago de Chile por el conquistador extremeño Pedro de Valdivia. Una estatua del mismo preside la plaza -irónicamente es un regalo de la colectividad española residente en Chile, por los 150 años de su independencia-. A lo largo del recorrido veremos múltiples estatuas, regalos de diferentes países, también como motivo del aniversario de su independencia. ![]() En esta plaza también se encuentran el bonito edificio de Correos, antigua residencia de Pedro de Valdivia y la Municipalidad de Santiago (es decir, el Ayuntamiento de la ciudad). Lo siguiente que visitamos es el antiguo Congreso de Chile -el actual se encuentra en la vecina Valparaíso- y, después, el Palacio de la Moneda, sede del Presidente del Gobierno. Uno de los capítulos más importantes de la historia de Chile tuvo lugar aquí, ya que fue en este lugar en el que el general Pinochet dio el golpe de Estado de 1973. El edificio fue bombardeado intensamente debido a que el presidente Salvador Allende se negó a abandonarlo. Hoy día, una estatua de Allende preside la plaza en la que se encuentra el palacio. ![]() Llegamos caminando hasta los pies del cerro de Santa Lucía, uno de los más famosos de la ciudad y que no visitaremos hoy. Bautizado con este nombre por Pedro de Valdivia, este cerro fue utilizado por los españoles como punto de vigilancia. ![]() El barrio de Lastarria, la zona más bohemia y moderna de la ciudad, es nuestra siguiente parada. Aquí hacemos una pequeña pausa para ir al baño y comer algo, no en vano el tour dura la friolera de 4 horas y se agradece un pequeño descanso… aunque nosotros nos hubiéramos hecho las 4 horas del tirón sin problemas. ![]() Paseamos por el parque Forestal hasta llegar al barrio de Bellavista, zona conocida por ser el área universitaria y más fiestera de Santiago, así como por sus murales. Aquí visitamos la Chascona, la casa donde vivió Pablo Neruda, a los pies del Cerro de San Cristóbal. Justo en la puerta nos encontramos una performance de baile moderno y, con eso, terminamos la visita, que a nosotros se nos ha pasado volando. Aprovechamos que estamos en Bellavista para cenar algo y tomarnos una copa en una de las terrazas del Patio de Bellavista, que esta iluminado precioso y tiene mucho ambiente. Pedimos unos terremotos, la bebida chilena por excelencia. Se trata de un vino dulce con helado de piña o mango y granadina… una bomba que está buenísima! Como ya ha anochecido y estamos algo cansados, emprendemos el regreso a casa a pie. Etapas 19 a 21, total 24
![]() ValparaísoDejamos temporalmente Santiago para visitar la cercana ciudad de Valparaíso, famosa por sus impresionantes murales y su arte urbano. Dejamos temporalmente Santiago para visitar la vecina ciudad de Valparaíso. Para llegar, vamos en metro hasta la terminal de autobuses de Alameda. Desde hace unos meses, para acceder al metro de Santiago es necesario disponer de una tarjeta BIP que, en nuestro caso, nos prestan en el hostal. asta el hostal para caer rendidos en la cama. En infraestructuras como el metro se aprecia el gran contraste entre Chile y sus países vecinos. Santiago es una ciudad que bien podría ser una capital europea -nada que ver con La Paz, que es pura Sudamérica-. Algo así sucede con todo el país: Chile está más cerca de Europa que de Sudamérica. Salvo pequeños detalles que te hacen percatarte de que están en este continente, a nivel de infraestructuras, organización y edificación están más próximos a nosotros. El precio de un billete de ida y vuelta a Valparaíso es de, aproximadamente, unos 6400 pesos. El trayecto dura algo menos de 2 horas. La zona de la estación de autobuses de Valparaíso es una de las áreas marcadas como rojas en la ciudad. Es decir, se han producido atracos y hay carteristas, por lo que se recomienda precaución. Es algo que se siente en el ambiente desde que llegamos: así como en Santiago caminamos despreocupados por completo, aquí notamos como nos miran con preocupación cuando ven que llevamos la cámara,. Tanto que decidimos guardar la reflex cuando un hombre nos dice que no nos recomienda que la llevemos tan a la vista. ![]() En materia de seguridad, debemos decir que no hemos sentido peligro en ninguna zona del viaje, salvo quizás en El Alto y aquí. Más que miedo a que nos pase algo grave, nos inquieta que puedan robarnos sin que nos demos cuenta o darnos un tirón. Es por ello que vamos con mil ojos y mucho control de nuestras pertenencias. La cámara la tenemos asegurada, pero las fotografías que guardamos en la tarjeta de memoria son irreemplazables. Tardamos una media hora aproximadamente en llegar al centro de Valparaíso, que recorremos con calma: tenemos que hacer tiempo hasta las 15 horas que comienza el Free Tour (Repetimos con la compañía de ayer, después de la buena experiencia que tuvimos). Hay bastantes parques y actividad por las calles pero, en general, la ciudad no nos dice mucho. Damos una vuelta por el centro y subimos al cerro Alegre, donde nuestra percepción de Valparaiso comienza a cambiar. No solo por las bonitas vistas de la ciudad, si no por que empezamos a ver la razón por la que la ciudad es famosa: sus increíbles murales. ![]() ![]() Paseamos tranquilamente entre autenticas obras de arte. Callejeando un poco encontramos un sitio para comer en el que tienen chorrillana (nuestro segundo plato favorito de Chile después de las empanadas!). Tras la comida, vamos al punto de encuentro del Free Tour, que comienza en la Plaza de Aníbal Pinto. Ya acompañados, llegamos caminando hasta el ascensor de Reina Victoria, que cogemos para subir a Cerro Alegre. Los ascensores se utilizaban para conectar la parte baja de la ciudad con los cerros. Muchos de ellos desaparecieron a causa de incendios o terremotos, quedando actualmente solo 16 de ellos. Este en concreto es de propiedad municipal, pero otros son privados, subir en él cuesta 100 pesos. Los ascensores de Valparaíso son Monumentos Históricos Nacionales, siendo el más antiguo el de Concepción, construido en 1883. Seguimos por cerro Alegre, donde nuestro guía -Hache- nos habla de los distintos murales de la ciudad. Las calles están plagadas de arte urbano, con obras que realizan denuncias sociales o cuentan peculiaridades de la ciudad y del país, como un mural cercano al ascensor de Concepción en el que se habla sobre la jerga chilena. La importancia de los murales para la ciudad es tal que la gente paga por tenerlos en sus fachadas, siendo el precio aproximado de un edificio completo de apenas 800 euros. Hay murales muy conocidos, de artistas reputados y muy apreciados por los visitantes de la ciudad. La verdad es que es una maravilla pasear por las calles de Valparaíso y deleitarse con este museo al aire libre, lleno de obras de gran calidad y mucho colorido. ![]() ![]() En sus orígenes, la ciudad de Valparaíso solo tenía cerros. La parte llana se fue ganando poco a poco al mar, ya que era necesario contar con una zona donde poder comerciar. Esta ciudad era un importante puerto, fuente principal de ingreso y salida de mercancía en Chile. Por tanto, era una ciudad económicamente muy fuerte. Es por ello que la primera Bolsa de Sudamérica está ubicada aquí. Sin embargo, la vida en los cerros no es fácil: al ser Patrimonio de la Humanidad, está absolutamente prohibido tirar o modificar nada. Esto implica que las calles siguen siendo tan estrechas como en sus orígenes, en absoluto adaptadas para el paso de vehículos -y no hablemos ya de camiones de bomberos o ambulancias-. Esto hace que los incendios sean un verdadero problema aquí (por lo mencionado previamente y porque la mayoría de las construcciones son de madera). ![]() Otra cosa que nos llama la atención de Valparaíso, y de Chile en general, es la cantidad de perros callejeros que hay. En Santiago no se ven tantos, pero aquí es alucinante. Nos cuentan que son perros “comunitarios”. Es decir, no pertenecen a nadie pero todo el barrio se encarga de cuidarlos y alimentarlos. No son tan problemáticos cómo cabría esperar, ya que son muy mansos y tranquilos, pero ciertamente que nadie tenga la responsabilidad de recoger sus deposiciones hacen de la ciudad un auténtico campo de minas. Terminamos el tour en el puerto, después de tres horas intensas de caminata y con bastante tiempo antes de que tengamos que regresar a la terminal de autobuses. Si bien el puerto no es especialmente bonito, la plaza que se abre hacia el si que lo es. Además, está cargada de historia. ![]() ![]() Después de un rato, volvemos tranquilamente paseando hasta el centro. La verdad es que Valparaiso no está especialmente bien iluminado por la noche, pero sus plazas rebosan de vida. De hecho, nos encontramos un grupo de bailarines vestidos como de carnaval bailando frenéticamente. ![]() Nos tomamos un helado de lúcuma en una heladería llamada Emporio de la Rosa, que en su publicidad asegura ser una de las 25 mejores heladerías del mundo (esta plaza también está amenizada por un grupo de música con sus correspondientes bailarines pero, en esté caso, es de música tradicional). Después cogemos un autobús (no queremos caminar de noche por la zona de esta mañana) que nos lleva a una velocidad vertiginosa hasta la estación. Compramos algo de cena en un puesto callejero de los que rodean la estación y nuestro bus sale puntualmente a las 20:15. En apenas dos horas estamos en Santiago, pese al enorme atasco que hay a la entrada de la terminal de Alameda y al ajetreo de pasajeros que tiene a esta hora. Desde ahí, regresamos en metro h Etapas 19 a 21, total 24
![]() Hasta pronto, Sudamérica.Nos despedimos de este maravilloso continente recorriendo por última vez la ciudad de Santiago de Chile y viendo desde las alturas cómo la rodean los Andes. Nuestra última mañana en Chile, en Santiago y en Sudamérica. Nos da una pena enorme irnos, así que queremos aprovechar al máximo y exprimir esta ciudad como despedida. Es una sensación que siempre tenemos cuando un viaje acaba, la de querer apurar los últimos instantes. Como si todo se volviera más valioso, más relevante de repente. Como si el saber que podría ser la última vez que estemos en este lugar lo dotara de repente de mayor valor. Es una especie de nostalgia anticipada, una sensación como de pérdida de lo que aún no hemos perdido. Algo que nos produce mucha pena, pero también nos hace saborear con más ganas cada segundo que se va alargando esa despedida forzada. Empezamos nuestra caminata por el Palacio de la Moneda. Aunque ya lo vimos ayer, no nos cansamos de este paseo. De ahí seguimos hasta la Plaza de Armas pasando por la calle de la Bandera, cuyo suelo se encuentra estos días pintado con los colores del arcoíris, con motivo de la celebración del Orgullo. ![]() Callejeamos por Santiago hasta llegar al cerro de Santa Lucía, donde esta vez sí subimos. Es curioso porque a la entrada hay un libro de visitas donde es necesario registrarse (no tenemos claro por qué razón, ya que a la salida no hay ningún control). Es un lugar muy agradable, una zona ajardinada con unas vistas muy bonitas de la ciudad. La pena es la increíble contaminación que hay aquí, que apenas permite ver los Andes. Según nos contaron ayer, el hecho de estar encerrada entre las montañas impide que la contaminación pueda disiparse, teniendo como consecuencia una ciudad con unos niveles alarmantes, estando en alerta constante. ![]() Bajamos por el otro lado del cerro y nos vamos a pie hasta el GAM -el Centro Cultural Gabriela Mistral-, un edificio muy chulo que cuenta, además, con enchufes, wifi y baños gratuitos. Esta lleno de niños bailando y , en general, se respira un ambiente de actividad y de modernidad bastante llamativo. De ahí nos vamos hasta el barrio Lastarria, puerta de entrada al Cerro de San Cristóbal, nuestra última parada del día y uno de los puntos más importantes de la ciudad. Subir al cerro de San Cristóbal en fin de semana tiene un precio de 2600 pesos (ida y vuelta). También es posible subir en teleférico, pero es algo más caro. Optamos por subir en funicular, porque nos pilla justo donde estamos y el precio es algo más bajo. Nos hubiera gustado subir a pie, pero vamos cortos de tiempo. El funicular tiene dos paradas, una en el zoológico y la otra en la parte alta del cerro, desde donde se tiene una perspectiva alucinante de la ciudad de Santiago. En esta zona hay un viacrucis hasta llegar a la virgen que hay en la cima. La verdad es que es una pena que vayamos con tanta prisa, puesto que el parque en la cumbre es inmenso y las vistas merecen más de los 20 minutos que les dedicamos. ![]() ![]() Casi a la carrera, dejamos el cerro y regresamos a pie al hostal, pasando por el Parque Forestal y por el Mercado central, muy conocido por su marisco. Probamos, además, el mote con huesillo, que es algo muy típico de aquí que aún no habíamos degustado. Para comer, acabamos de nuevo en El Rápido, almorzando unas empanadas y otro delicioso sándwich de Barros Lucos, que nos encanta. Nuestro último bocado Chileno no podría haber sido mejor. ![]() Con toda nuestra pena, volvemos al hostal a recoger nuestro equipaje y de ahí al aeropuerto. Nos marchamos de un continente que nos ha conquistado por completo. Durante muchos años renegué de Sudamérica y hoy sé que no podía estar más equivocada. Nos hemos encontrado con gente amable, paisajes increíbles, comida deliciosa y una cultura enriquecedora. Hemos descubierto el otro lado de una historia que nos hermana y, a la vez, nos separa. Hemos aprendido nuevas palabras, nuevos sabores, nuevas sensaciones. Nos hemos superado a nosotros mismos, superando límites que creíamos imposibles. Hemos conocido cuatro de los lugares más fascinantes de este Planeta. Hemos disfrutado, nos hemos agotado y nos hemos divertido. Sudamérica nos ha sorprendido y nos ha cautivado. Perú, el increíble Perú, un país al que no le falta absolutamente de nada. Un país completo donde los haya, intenso, inmenso, perfecto. El país al que volveríamos mil veces. La bella Bolivia. Un país que avanza hacia el futuro sin perder de vista su pasado. Un país repleto de colores, de sabores, de olores. Un país que pone a prueba tus sentidos, que te reta, que te conquista. Chile, increíble Chile. Con el maravilloso desierto de Atacama y todas las estrellas del Universo atrapadas en su cielo. Un país que nos regaló el adiós más dulce, que nos robó un trocito de corazón casi sin intentarlo. Nos vamos, pero volveremos. Sudamérica nos ha atrapado, nos ha ganado, nos ha conquistado. Etapas 19 a 21, total 24
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