TAILANDIA EN DICIEMBRE ✏️ Blogs de Tailandia

Nos levantamos muy temprano y como el desayuno empieza a las 7 bajamos a desayunar. El buffet está bastante bien, como en la mayoría, los zumos de polvos, tienes comida típica tailandesa, algo de pan, fruta y sobre todo la estación de los huevos dónde te hacían unas tortillas de las mejores que probamos en todo el viaje.



Una vez desayunados subimos a recoger las cosas y como tenemos que ir andando hasta la playa de las fiestas y aunque suponiendo que no se tarda mucho por si acaso nos perdemos algo y no llegar tarde salimos andando con bastante tiempo.
De camino, las playas desiertas


De hecho llegamos un buen rato antes y aprovechamos para pasear por la playa qué a esas horas estaba desierta quitando algún borracho por ahí tirado por la arena

Y acercándose la hora a la que habíamos quedado y tras mandarle un whatsapp a Miguel para decirles que estábamos allí, al rato llega y otra vez nos vuelve a soltar toda la perorata de que no podían salir con menos de 5, cosa que me parece genial, pero vuelvo a insistir que deberían de habernos avisado en vez de enterarme de chiripa al haberle escrito yo. Esperamos a otra pareja de españoles que también había reservado para el día de hoy y que como nosotros había pasado con la otra empresa. Al rato llegó el chico de la otra empresa que me imagino que serían amigos y habrían hecho algún tipo de Cambalache entre los dos porque cuando llegamos a la otra empresa no tenían ni idea de quién era Miguel. Pero bueno el dinero que habíamos adelantado por PayPal lo llevo el chico que nos acompaño que me imagino que se lo habría dado Miguel y nosotros pagamos el resto de la excursión allí mismo. La excursión que hicimos fue con Pura Vida. Casualmente yo también había leído de ellos por Internet una vez que había hecho la reserva con la otra empresa. la Excursión son dos calcos ya que son excursiones todas en español, con guía españo,l con comida, bebida, visitando playas y rincones de las islas para acabar ya anochecido, nadando con el fitoplancton luminiscente. La oficina está al lado del muelle principal con lo cual en unos minutos andando estamos en el long tail. Lo primero descalzarse para entrar y nos guardan las zapatillas ahí a tropel en una bolsa de basura. El guia que nos acompaña es catalán y aunque estas excursiones te las venden como de grupos pequeños, éramos como unos 13 o por ahí en la barca, lo que significa que la barca iba llena prácticamente. Además nos habían vendido la moto de que la excursión se hacía dependiendo del volumen de gente que hubiese en los sitios para intentar evitar la masificación y para nada en ningún sitio se hizo así, ya que seguían el plan establecido yendo en orden de una cala a otra independientemente de si había mucha gente o no. Empezamos la excursión bordeando los preciosos acantilados de koh Phi Phi don





Nos vamos acercando hasta una cala llena de monos en sus acantilados que trepan de un lado a otro como auténticos escaladores. Y desde donde saltan al agua buscando la comida que le tiran desde los barcos

La siguiente parada es en Viking cave

Y de ahí derechitos a la bahía de Pileh. Una bahía preciosa totalmente encajonada entre acantilados enormemente altos y una laguna verde esmeralda. Preciosa si no fuese por la cantidad de barcos que hay por todos sitios, de hecho a la hora de bañarse hay que estar un poco atento ya que te puede entrar un barco por cualquier sitio en cualquier momento y no darte cuenta. Eso le quita un poco el encanto al lugar.




Estuvimos aquí un buen rato bañándonos. Al subir al barco nos ofrecieron unas hamburguesas como tentempié que nosotros nos comimos un poco más adelante.
Y después de un rato aquí parados nos volvemos a poner en movimiento. Más y más acantilados a cuál más bonito



Llegamos a otra zona donde hacemos el primer snorkel del día. Una zona en la que además es posible ver pequeños tiburones de punta de aleta negra. Lo malo es que el tiempo es bastante corto, estuvimos sobre una media hora. Cosa que si te gusta el snorkel como a nosotros se nos hizo muy muy muy corta. Y encima antes de tirarte al agua hay que mirar bien cuál es tu barco ya que desde lejos todos son literalmente iguales. Yo me fijé en los colores de las cintas que cuelgan de la proa porque si no era una odisea encontrarle. En cuanto nos dieron el pistoletazo de salida mi marido y yo de cabeza al agua los primeros para ponernos a patear. Por esta zona si pudimos ver más peces, tampoco un montonazo pero si más de los que habíamos visto aunque de nuevo el agua vuelve a estar algo turbia, no lo transparente que yo me esperaba. Además el suelo está lleno de muchísimos trozos de coral roto imagino que por el tsunami ocurrido hace años. Pero aún así disfrutamos de los peces que vamos viendo




Hasta que conseguimos toparnos con los pequeños tiburones


Pasado el tiempo volvemos de nuevo al barco. Decir que para subir al barco aunque te ponen una escalerilla esta resbalaba que te matabas con lo cual hay que subir con bastante tiento ya que encima está bastante alta.
Ahora ponemos rumbo a la isla de enfrente. Koh Phi Phi lee. Antiguamente no sería nada conocida ya que estás islas y en concreto esta isla es mundialmente conocida por la película de Leonardo DiCaprio, la playa. La famosa playa en concreto es Maya Bay. Una playa preciosísima que hoy en día solamente puede visitarse desde la lejanía en el bote y hay unas boyas que cortan el paso para no poder acercarse a cientos de metros de la playa ya que se encuentra cerrada al público, debido a la gran afluencia, cada año más a esta preciosa playa y el deterioro que estaba sufriendo el coral en ella. Las autoridades decidieron cerrar la al público así que ahora hay que conformarse con verla desde lejos. Aunque se ve de lejos también es verdad que se ve preciosa y completamente virgen porque la verdad verla llena de barcos y de gente por doquier tampoco tenía que ser demasiado bonito. Es la pega del turismo que dónde vamos arrasamos
Así que imágenes y fotos desde el barco!


Justo enfrente de Maya Bay hacemos otra parada para hacer snorkel y acercarnos nadando hacia una pequeña cala



Desde aquí nos dirigimos a loh Dalum beach, dónde Albert nuestro guía baja a por la comida. Andando literalmente por el agua hasta la cintura ya que el barco no se acerca a la orilla.


Así que estamos un rato esperando hasta que vuelve con la comida y nos ponemos rumbo hacia otra pequeña cala dónde pensábamos que íbamos a bajar

pero al contrario nos quedamos metidos en el barco comiendo. La verdad que esto me pareció un poco cutre, ahí metidos sentados cada uno en su huequito comiendo encima con el meneo de las olas. Entre que el barco estaba lleno, para pasar de un lado a otro tenías que ir saltando los bancos que estaban puestos a lo ancho, el barco en general tampoco fue ninguna maravilla ya que las maderas y algunas zonas de plástico estaban rotas incluso yo llegue a rozarme con alguna, durante toda la excursión disponías de agua pero no embotellada cosa que me pareció fatal. Quise pensar que sería agua embotellada al menos aunque eso no lo puede saber ya que el agua está en botellas de plástico rellenas, todas metidas en la nevera, con lo cual tú coges una y a lo mejor esa misma la coge luego otro y luego otro. Me pareció una guarrada para lo que vale la excursión y lo que vale el agua que no fuesen botellas individuales para beber cada uno la suya. Y la comida más de lo mismo ya que eran unos cacharritos de acero en los que venía un arroz que estaba soso, frío y nada bueno. Estaba mucho más buena la hamburguesa a comparación de la comida principal.
Y desde aquí ya ponemos rumbo hacia la última visita de la tarde, bamboo Island.

Había leído mucho sobre esta isla y había visto muchas fotos y tenía muchas ganas de conocerla y por fin aquí pudimos ver aguas turquesas muchísimo más claras que todas las que habíamos visto y unas arenas blancas muy bonitas. La verdad que esta isla nos gustó mucho y en la que estuvimos sobre unas 3 horas o así aprovechando hacer snorkel o a lo que cada uno quisiese. Nosotros obviamente nos echamos al agua




Y al final yo me salí un rato a ver un poquillo de la zona de la isla en la que estábamos




mientras mi marido seguía pataleando en el agua. Y tanto pataleo le dejo algunas imágenes muy bonitas y algunas visitas inesperadas


Es una isla muy bonita aunque algunos chicos nos dijeron que habían estado dando la vuelta por detrás y que esa zona que no es visitada por el turismo estaba bastante sucia. Una pena no cuidar estos trocitos de paraíso!.
A un tris estuvimos de no poder salir de allí ya que nuestra barca no quería arrancar y entre nuestro capitán y el de otra barca se pusieron a hacer ahí peripecias con las baterías que yo pensaba que se iban a quedar pegados, ponemos rumbo aunque muy despacito hacia la última parada de la excursión mientras el sol se iba poniendo en el mar e iba anocheciendo para hacer el snorkel para ver el fitoplancton luminiscente. La verdad que da un poco de yuyu echarte al agua sin ver nada y yo de hecho es la primera vez que me meto en el mar y encima en alta mar no en la orilla completamente de noche, pero ya que estábamos allí por supuesto que no me lo iba a perder. Es verdad que cuando me tiré al agua y abrí los ojos mirando hacia abajo era todo una inmensa negrura y ahí me entraron un poco los sudores de la muerte aunque se me pasó un poco cuando moviendo las manos y los pies veías cientos de lucecitas brillar con tus movimientos. Fue una experiencia muy chula y que en pocos sitios puedes disfrutar!
Así que de nuevo en el barco y abrigados, ya que mojados y con el vientecillo corre un poquito más de marea, nos dirigimos hacia el muelle principal de nuevo para acabar nuestra excursión. Son sobre las 19:30 de la tarde. Ha sido un día muy largo qué en general nos ha gustado mucho aunque con esas pequeñas salvedades que creo que podrían mejorar por el precio que se paga. Ha sido una forma perfecta de conocer lo más importante de Phi Phi en un solo día. Así que bajamos del barco y tras despedirnos de la gente, nos vamos hacia el hotel a darnos una ducha y sobre todo, yo a rebozarme de aloe vera porque a pesar de ir con la protección de 50 y haberla repetido varias veces a lo largo del día, estoy como un cangrejito. Así que tras la ducha reparadora nos vamos a cenar de nuevo hacia el muelle principal. Hoy vamos a cenar en otro restaurante que traía mirado del que la gente habla bastante bien llamado Cosmic. Igual un restaurante totalmente abierto a la calle con ventiladores en el techo y la verdad que si no hubiese sido por las críticas seguramente no me había dado por sentarme en el. Pero aún así el servicio fue bueno, los camareros bastante agradables y la comida bastante buena. Toda la comida nos costó 460 THB, unos 14 €. pedimos de beber agua y para comer un pad thai, una pizza y de postre un mango sticky rice y un crepe de banana y chocolate.





Ya con la tripa llena volvemos de nuevo hacia el hotel a descansar ya que el día de hoy ha sido muy largo y sobre todo el sol a mí me tiene muerta. Sueño reparador y mañana más ya que mañana nos cambiamos de hotel y de playa!!

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no me quiero marchar de esta zona sin subir a visitar el viewpoint del que tanta gente habla que tiene unas vistas super bonitas. Y como en cuanto sale el sol este pega que flipas, asi que nos levantamos muy temprano, apenas ha acabado de Amanecer y nos ponemos rumbo hacia el otro lado de la playa, mientras pasamos por las playas que a estas horas estan totalmente desiertas

hacia la playa de las fiestas que es por dónde se encuentran los cientos de escaleras que hay que subir hasta llegar a la entrada al viewpoint. Y aunque es muy temprano y el sol apenas está asomando hace un calor ya de narices con una humedad de pelotas. Pero llegamos arriba cuando solamente hay 2 personas más. Aunque yo había leído que solamente había que pagar por llegar al segundo mirador esto no es así , ya que nada más llegar arriba antes de poder entrar tienes que pagar ya 30 THB por persona, 60 centímos.
El primer mirador que nos encontramos es este

Y subiendo un poquito más está el segundo mirador que tiene una vista muy bonita de las dos bahías

Hay un tercer mirador pero este ya está un poquito más lejos y por tiempo nosotros no llegamos hasta el. Volvimos sobre nuestros pasos para desayunar en el hotel antes de abandonarle. Así que una vez desayunados subimos de nuevo hacia la habitación a recoger las maletas y llamamos para que suban a recogernos con el carrito y bajar las maletas hasta la recepción. Preguntando en recepción para que nos lleven las maletas hacia el muelle nos dicen que en 10 minutos salen pero ya que pasados esos 10 minutos seguimos allí todavía volvemos a preguntar y ahora nos dicen que hasta las 10:30 no van hacia el muelle, así que cogemos nuestras maletas y andando nos vamos hasta Tonsai pier.
Preparando el viaje me tope con un hotel que solamente con la primera imagen me encapriche de él y como justamente estaba en esta isla decidí que al menos una noche pasaríamos en el. Estaba bastante alejado del muelle principal y en una playa que decían que era muy bonita y muy aislado de todo, de hecho solamente se podía llegar en barco. Así que cuando llegamos al muelle buscamos al personal del hotel ya que me habían mandado un mail diciéndome cómo iban vestidos para poder encontrarlos fácilmente. El Hotel, el phi phi Island Village Beach Resort. Así que una vez allí nos ponemos en contacto con ellos y les decimos que entramos hoy en el hotel. Para llegar al hotel puedes ir por tu cuenta contratando un Long Tail cosa que en el hotel del que salíamos, el u rip, me ofrecían llevarnos por 1000 THB, 30 €. Cosa que me pareció excesivo. Cuando hice la reserva con el hotel te mandan un montón de información sobre el hotel y cómo llegar a el. Así que cogiéndolo con ellos mismos el trayecto nos costaba 201 thb por persona que al cambio son 6 €. Caro, pero nada que ver con los 30 que nos pedían en el otro hotel. Si bien los horarios de estos transportes son muy cortos ya que el primero sale a las 11 luego había otro sobre la 13:30 y el último a las 15:30. Pero a pesar de que todavía quedaba para las 11 les pregunté si era posible marchar ya hacia el hotel y nos dijeron que en 5 minutos estaba el barco aquí y nos llevaban así que sobre las 10:15 entrábamos en el barco solo para nosotros dos y en unos 20 minutos podíamos ver la bonita playa de loh ba kao bay dónde se encontraba nuestro hotel en primera línea de playa.
Nos reciben con una toallita húmeda y tomando asiento en la bonita recepción al aire libre frente al mar nos traen un cóctel de bienvenida.


Tras el riguroso checking y demás explicaciones sobre el funcionamiento del hotel en el que también nos dan un bono para tomar en el bar del hote,l dos refrescos, tes o cafés gratuitos. La entrada la habitación no se puede hacer hasta las 2 de la tarde así que nos guardan nuestro equipaje y nos vamos a visitar el hotel quedándonos con la boca abierta cada dos pasos. Es el típico hotel de Caribe o zonas similares lleno de palmeras con un montón de bares, restaurantes todo abierto y todo de cara al mar. Aunque es caro para esta zona es totalmente recomendable, de hecho nosotros estuvimos incluso mirando quedarnos otra noche más pero por el plan ya nos fue imposible. Tiene dos piscinas preciosas, los caminos son super bonitos y las vistas increíbles.




Decidimos hacernos propio una bonita cama huevo enfrente de la playa y con la piscina a nuestras espaldas. Como en la misma piscina nos dieron dos toallas, nos tumbamos allí con el mar delante de nuestras narices. Se estaba pero la mar de bien!

Y la piscina de detrás una piscina infinity con el agua un poco más fresquita pero muy agradable desde la que no te cansabas de mirar al horizonte


Además si quieres no te hace falta moverte para beber o incluso para comer ya que en la misma cama en la que nosotros estábamos el camarero nos acerco una carta de dónde pedimos unas bebidas y un picoteo que luego se sumo a la cuenta de la habitación. Los cócteles estaban muy buenos, la comida que pedimos que eran unos pinchos variados también estaban muy ricos pero con muy poca cantidad y algo caros. La bebida y los pinchitos nos costaron algo más de 700 THB que al cambio son 21 €.


Allí tan cómodamente pasamos la mañana hasta que a las 2 nos marchamos hacia la recepción para poder entrar a la habitación a la que nos llevaron en un cochecito, pero nosotros teníamos suerte de que estaba muy cerca de la recepción. La habitación era una doble superior y era un bungalow separado con el techo de palmera y por dentro inmensa con un baño súper grande y al lado un vestidor y con una cama king size también muy cómoda. Aquí también tenemos agua embotellada gratis y unos plátanos de cortesía.






Después de flipar un rato con la habitación dejamos todos los trastos allí y nos vamos de nuevo hacia la playa que allí nos está esperando nuestra cama huevo. Y ahora nos vamos de cabeza al mar. Si bien en toda la isla se nota mucho las mareas que tiene, en esta playa se nota un montonazo ya que cuando la pleamar está alta ,el agua se mete literalmente en la arena del hotel y sin embargo con la bajamar tienes que andar pero muy buen trozo para llegar al agua y aquí sí que son imprescindibles escarpines porque el suelo está lleno de piedras que mientras estás andando por zona sin agua se ven pero cuando ya empiezas a meter los pies en el agua puedes llevarte un mal corte. Pasamos un buen rato haciendo snorkel que en esta playa nos pareció también muy bonito. La pena era la marea tan fuerte que había que te hacía de estar haciendo fuerzas para no irte de golpe contra los corales.



Tras un rato haciendo snorkel nos dirigimos hacia la otra punta del hotel,pasando por sitios preciosos

donde se encontraba otra de las piscinas del mismo, inmensa, muy bonita, con un bar dentro de la piscina y también un tobogán que nos tuvo entretenidos un rato .Está piscina era también fabulosa y las vistas impresionantes


La tarde se iba echando encima así que volvimos hacia la habitación para darnos una ducha y salir a cenar. La comida en este hotel había leído que era bastante cara pero gracias a Dios detrás del hotel había como un pequeño pueblecito . Yo había mirado por la web y había visto un restaurante del que hablaban magníficamente bien justamente detrás así que totalmente de noche y con la linterna del móvil puesta ya que no se ve ni un pimiento nos dirigimos hacia ese pueblecito y llegamos al restaurante que estaba lleno pero enseguida nos buscaron una mesa. El restaurante se llamaba pad Thai restaurant. Típico restaurante tailandés abierto a la calle con mesas y bancos de madera y la cocina totalmente a la vista justo en la entrada del mismo restaurante. La verdad es que olía fantásticamente bien y los platos que había en las mesas tenían una pinta fabulosa. De hecho fue la mejor comida de las islas y una de las mejores de todo el viaje. Para beber pedimos unos batidos como siempre de fruta, y para comer unas gambas super grandes rebozadas en tempura que estaban muy buenas y de segundo mi marido un arrocito en piña que era tan grande que incluso se salía del plato y que estaba muy rico y yo un pad thai con gambas que estaba súper bueno y con un montonazo de gambas. De postre el mango sticky Rice que también estaba muy rico. La verdad que sí como nosotros te gusta el mango, Tailandia es tu lugar, ya que tiene mangos por doquier y la mayoría están súper buenísimos y genial de precio. La comida estuvo fantástica, nos encantó todo, tanto su sabor como la cantidad que estaba genial como el precio. En total fueron 760 THB que al cambio son unos 23 €. Obviamente en puestos callejeros cuesta algo menos comer pero para nada la misma calidad que en los restaurantes y además pensando que 23 € por cenar los dos lo bien que cenamos no es para nada caro ni de lejos.







Volvimos andando hacia el hotel ahora más derechos que cuando salimos que dimos más vueltas que un tonto. teniamos que haber visto antes el mapa del hotel


y llegamos justamente al frente de la orilla donde el mar ahora con la pleamar alta golpeaba los diques de la playa. Ahora ya de noche con las pequeñas luces alumbrando íntimamente toda la orilla el hotel se veía súper bonito





Cómo preciosas también las mesas que habían montado en la orilla del mar para cenar.

Tras dar una vuelta y visitar el hotel con las pequeñas lucecitas que alumbraban la noche volvemos de nuevo a la habitación a descansar.

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Amanecemos bastante temprano y aprovechamos para salir a hacer unas fotos del hotel mientras el sol despunta en el horizonte. Estamos totalmente solos lo cual le hace más bonito todavía, si cabe más aún.







Nos acomodamos de nuevo en nuestra cama huevo. Nuestra intención era bañarnos en el mar a primera hora para después, un poco más tarde ir a desayunar pero a esta hora la pleamar está muy alta y además el mar está bastante embravecido. En esta zona debe de hacer siempre bastante aire, los 2 días que nosotros estuvimos desde luego lo hizo. Así que tras probar en el mar y ver qué hay muchísima corriente con mucha fuerza y que además muy revuelta la arena y no se ve nada decidimos pasar la mañana en la piscina. Sobre las 10 o así nos vamos al restaurante a desayunar. Es tipo buffet y fue el mejor desayuno que tuvimos en todo el viaje. El buffet espectacular, tan grande que no sabías ni siquiera que escoger para comer. Había de todo, comida tailandesa, comida más continental, te hacían tortillas, huevos Benedict, tenías repostería que estaba muy muy rica, te estaban haciendo en el mismo momento gofres y crepes, había embutido, panes, yogures, cereales…. Vamos complicado elegir! De hecho yo desayuné como si no hubiese un mañana, tanto que me valió esa comida para todo el día!







Tras una buena comilona volvemos a la habitación para hacer el check out ya que hay que dejarla aunque nosotros todavía no nos vayamos. Y de vuelta hacia la habitación nos encontramos con una visita inesperada. Tan tranquilo el tío como Pedro por su casa!


Recogemos las maletas y las llevamos a recepción para hacer el check out y pagar lo que nos resta qué son las bebidas y los pinchitos de ayer y los dos transportes tanto el de entrada al hotel como el de salida de hoy que le cogeremos a las 14:30. Así que aprovechar lo que nos queda de día entre la playa y la piscina.
Acercándose la hora, nos vamos hacia la recepción hasta que salga nuestro barco. Como a la hora de salir ya hay bajamar para llegar al barco nos acercan en un tractor que daba mucha impresión verle meterse directamente en el agua para llevarnos hasta el barco.

Así que de aquí saltamos al barco, yo precisamente cuando pasaba una ola lo que me dejó bastante fresquita, y de ahí en 20 minutos estamos de nuevo en el muelle principal para coger nuestro ferry hacia la siguiente parada. Ao nang. El ferry zarpaba a las 15:30 horas y nada más llegar un poquito antes de las 15 horas nos dejan empezar a embarcar. Este era el último ferry que zarpaba de las islas y como quería aprovechar todo el día allí fue el que elegí y lo cogí a través de la página web Phuket ferry. com. Y gracias a Dios este no era lancha rápida, era un ferry que tardaba unas 2 horas en llegar pero vamos ni punto de comparación. Aquí vamos sentados en el interior, en nuestras butacas con aire acondicionado, con sitio para guardar las mochilas, las maletas van colocadas en el interior perfectamente y si quieres tomarte algo incluso hay un bar y si quieres salir afuera para ir viendo la costa puedes hacerlo tranquilamente cosa que en el otro entre los golpes y los salpicones o más bien baños de agua no podías abrir ni los ojos.


Y encima por la mitad de precio, ya que este ferry nos costó los dos poco más de 20 €. La primera parada que hace el ferry es en railay.



El barco atraca en Rada, o sea que se para en mitad del mar y hasta el barco se acercan los long Tails adónde la gente monta dependiendo de si van hacia la zona de phra nang o hacia la playa de Railay oeste. Desembarcados unos pocos la siguiente parada es la nuestra ya que vamos a Ao Nang beach. También nos recogen en mitad del mar con unos barcos más grandes ya que aquí vamos más gente. El trayecto hasta la playa es corto. Y desembarcamos en una zona en la que bajamos directamente a la arena ya que no hay ni puerto ni nada solamente cientos de Long Tails varados en la arena ya que a estas horas la marea está muy baja. Así que salimos del barco y directamente saltamos a la arena y nos bajan las maletas que sacamos hasta fuera. Al salir hay un montón de gente y un montón de coches ofreciendo sus servicios. Nos preguntan que a qué hotel vamos y al decir que vamos al deevana Krabi resort nos acompañan hasta una furgoneta en la que nos dicen que nos llevan hasta el hotel gratis. Así que esperamos mientras la camioneta se llena y nos ponemos en marcha. Se nota que estamos ya en Costa y que además esta zona se puede asemejar más alguna de la costa del Mediterráneo. Hay más jaleo y más bullicio y muchas tiendas y restaurantes. Después de repartir a unos pocos, nos toca a nosotros. Nos dejan en el hotel y vamos directamente a hacer el check-in.

Pagamos directamente en recepción con tarjeta y tras darnos las instrucciones pertinentes nos acompañan hasta nuestra habitación que se encuentra en la parte más alta del hotel. Me llamo mucho la atención este hotel y me gustó que a pesar de estar en el pueblo todo el hotel estaba embutido dentro de la naturaleza ya que todas las habitaciones están rodeadas de verde. La nuestra estaba justamente en la parte de arriba justo al lado de la piscina superior del bar y encima del restaurante. La habitación es súper amplia y el baño también , a un lado el váter ,en el medio los lavabos y al otro lado la ducha con su puerta. También con su bebida gratis. Unos caramelos típicos de allí de cortesía. Y también para poder usar toallas de playa con una cestita para llevarlas y unas chanclas. Las camas eran muy cómodas, más blanditas que duras, eso si tienes que entrar gateando por qué están puestos los colchones como si fuese en un altillo encima del suelo pero estuvimos muy agusto en este hotel.




Dada la hora que era ya y ya prácticamente noche decidí buscar un sitio donde aprovechar para darme un masaje. Y tras navegar por Internet me decidí por un sitio que además no estaba muy lejos del hotel aunque venían a recogerte con una furgoneta que se llamaba massage corner. Así que tras ponerme en contacto con ellos vía mail al cual contestaban enseguida, quedaron en recogerme a las 9 de la noche y como todavía daba tiempo y mi marido tenía hambre salimos a la calle ya que justo al lado del hotel se encontraba el mercado nocturno. Mucho más pequeño que los de Chiang Mai pero con bastantes puestecillos donde poder comer y mesas en el centro para sentarte. El mercado nocturno cerraba sobre las 22 horas. Además en el centro había un pequeño escenario donde dos niños estaban bailando interpretando danzas típicas para luego pasar por las mesas pidiendo dinero. Para cenar mi marido pidió un batido de mango que nos costó 50 THB que al cambio son 1,50 euros. 3 brochetas tipo satay de pollo también 50thb Las tres. También un pad thai seafood por 80 THB, 2,40 euros. Y dos crepes de banana y Nutella por 120 THB, 3,60 euros.



Una vez cenado volvemos al hotel ya que en poco iban a pasar a recogerme para irme a dar un masaje. Como mi marido no venía conmigo volvía a quedarse en la habitación. Así que una vez dejado a buen recaudo, bajo a la recepción que es donde vienen a buscarme y no tardan mucho en llegar. Me recogen a mí y a otra pareja y en nada estamos en el sitio. Cuando la furgoneta aparca y yo veo que nos metemos por un callejón lo primero que pienso es a dónde voy y la verdad es que si no hubiese sido por las buenísimas críticas que tenían por internet, si hubiese pasado por allí ,cosa imposible ya que está al final de un callejón nunca habría entrado ya que las pintas son un poco cutres. Te pasan a la entrada, te dan un vasito de agua mientras eliges el masaje que quieres. Yo iba a volver a repetir con el masaje tradicional tailandés que aquí me costó una hora 250 THB, 7,50 euros. Y una vez elegido como siempre con las zapatillas quitadas en la calle, te dan unas sandalias y lo primero es lavarte los pies y de ahí ya pasar a desvestirte y ponerte la ropa que te dan y tumbarte. Como el anterior yo me le había dado de intensidad media también se lo dije a la chica aunque ella me dijo que ella me daba el masaje y que si en algún momento me dolía que se lo dijese y bajaba la intensidad. Y aquí es donde entendí porque la gente decía que el masaje tradicional tailandés te molía. Porque madre mía qué paliza me pegó la muchacha! Pero aguante estoicamente, menos en algunos sitios que la tenía que decir que un poquito más flojo porque parecía que me iba a meter el brazo, el codo, el pie o lo que sea con lo que empujase hasta sacarle por el otro lado!!! Me meneo, me apretó y me estiro todo lo que creía yo imposible hacer! La verdad que fue una hora de tortura! Que luego sales bien pero parece que te están matando! Eso sí la chica en todo momento me preguntaba si estaba bien y si todo iba bien. Así que no me extraña nada que después de un masaje así acaben baldadas, porque la fuerza que tienen que emplear es monumental. Después de terminado el masaje tortura me ofrecieron un té y unas pastas mientras esperábamos a la otra pareja que acabase para devolvernos de nuevo al hotel. Cuando volví después de explicarle a mi marido la diferencia de este masaje con el otro que me había dado en chiang Mai, aunque los movimientos básicos son más o menos los mismos, hace que en cada sitio los emplean de una forma y la fuerza igualmente en unos sitios no es igual que en otra. Así que un poco dolorida por tanto meneo nos vamos a la cama. Lo malo que tenía nuestra habitación al estar tan alta es que justo por detrás pasa una carretera de la que se oye bastante ruido del tráfico aunque a partir de ciertas horas ya no pasa ni un alma así que pudimos descansar bien. Eso sí, en la puerta de la habitación por fuera justo encima una luz que no hay manera de apagarla y que está toda la noche encendida con lo cual entra mucha iluminación a la habitación pero nada que te haga imposible dormir.

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