PARIS ALSACIA SELVA NEGRA HOLANDA Y BELGICA 2014 ✏️ Blogs de Europa Central

Nuestro recorrido siguió por la Iglesia del Norte


Volvimos a la zona de la estación central porque a un costado de esta se encuentra la Iglesia de San Nicolás que antes la habíamos encontramos siempre cerrada, una pena como afeaba el conjunto la obra que estaban haciendo justo delante.


A la salida, algo confundidas por el camino que debíamos tomar, sacamos el mapa para consultarlo y se repitió una situación que tuvimos a lo largo de todo el viaje, un muchacho muy bien vestido, amablemente detuvo su camino para preguntarnos si necesitábamos ayuda. Durante todo el viaje, en cada uno de los lugares que visitamos, ya sea que nosotras preguntáramos o como en este caso espontáneamente, siempre encontramos personas dispuestas a ayudarnos con una calidez y paciencia que nos asombra, al menos a nosotras, y que por supuesto agradecemos infinitamente.
El destino que nos habíamos fijado estaba en la zona del barrio rojo, la Iglesia Nuestro Señor en el Ático, la entrada parece una casa más pero por dentro es una joya escondida. Hay que pagar entrada pero realmente vale la pena, se recorre la iglesia y la casa, incluso la cocina, me llamo mucho la atención, un lugar asombroso. Acá tampoco se permite sacar fotos. Recomiendo la visita a esta Iglesia es un lugar muy bonito con una historia muy interesante.


Después fuimos a otro lugar aún más sorprendente, el Begijnhof, si no prestas atención no te das cuenta que estas frente a la entrada. De la calle sólo se ve una fachada igual a cualquier otra, pero al pasar la puerta se entra a otro mundo.


No podía creer lo que mis ojos veían, absolutamente precioso. Cruzar esa puerta fue como transportarse a otra dimensión dentro de la misma ciudad. Es en realidad un conjunto de primorosas casas alrededor de un gran patio.


Con una hermosa capilla, todo muy cuidado, muy tranquilo, sin ruidos, sin bicis, sin autos. Uno de los lugares que más me gustaron de Amsterdam.

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Nos dirigimos al mercado de las flores, que son muchos puestos estacionados sobre el canal, que, más allá que había flores y tulipanes muy bonitos, me pareció algo armado sólo para sacarle a los turistas sus euros y me dejó sabor a poco.


Caminamos hasta el Rijksmuseum, atravesamos la entrada pero no entramos al museo, paseamos por el parque que está detrás, intentamos sacarnos una foto decente con las letras típicas de I AMSTERDAM, lo cual es prácticamente imposible con la cantidad de gente que intenta hacer lo mismo.


Descansamos en la plaza del museo mirando la fuente con juego de aguas, en la que podes meterte y no mojarte para nada, lógicamente si entras y salís antes que suban las aguas.


Ya bastante agotadas ponemos rumbo al departamento, disfrutando por última vez de los canales que atraviesan la ciudad y de las bellas construcciones de Amsterdam, tanto de las que hay en las calles como de las flotantes de los canales.


Paseamos por el canal Singel para ver las casas flotantes, algunas realmente muy bonitas. Acá toca confesar que antes de viajar yo le insistía a Amalia en alojarnos en una de estas casas flotantes pero no la pude convencer, sigo convencida que hubiera sido toda una experiencia y se hubiera ahorrado el golpazo de la escalera en el apartamento JAJA


Para terminar el día fuimos a dar una vuelta por el barrio rojo, todavía era de día así que nos perdimos una de las postales de la ciudad con las luces rojas encendidas, pero no nos importó demasiado la verdad, el barrio rojo funciona de día y de noche, nadie se sorprende por lo que se ve, mujeres en ropa interior en algunos casos con cuerpos para nada esculturales, algún hombre cerrando trato con alguna de ellas recostada en el marco abierto de la puerta, hombres, mujeres y niños pasando por delante sin cara de espanto de ninguno de los dos lados, y todo eso sucediendo justo al lado de la iglesia Old Kerk. Pintoresco sin lugar a dudas. Por supuesto, no es recomendable sacar fotos, sólo de la estatua callejera que simboliza una mano sobre un pecho femenino.

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Desde Amsterdam fuimos a Edam, Volendam y Marken. Compramos la 'WATERLAND TICKET' que te permite subir y bajar en bus en los tres pueblos.
Fuimos primero en bus a Edam, luego a Volendam y en barco, que hay que pagar aparte, a Marken para volver desde ahí en bus a Amsterdam.
No puedo decidir cuál de los tres pueblos me gustó más. Edam es muy pintoresco, y creo que como era muy temprano no encontramos casi turistas, cosa que se agradece, pero le quita algo de vida a un lugar que se nota turístico.


El queso que nos daban a degustar en cada una de las tiendas especializadas estaba delicioso, cualquier sabor, nada económicos pero todos riquísimos.


Personalmente me encantó este pueblo, sus casas, sus canales


La iglesia, la estatua característica del comercio de queso de la ciudad.


Todo me pareció tan bonito, tan genuinamente holandés que disfruté como un crio caminar por sus calles.

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