Había leído que era un pueblito encantador y realmente eso fue lo que nos pareció también a nosotras.

Un pueblo tranquilo de puertas abiertas, ni hizo falta pedir permiso estaban las puertas abiertas literalmente

Almorzamos ahí y recorrimos todo el pueblo, hermosa construcción típica, lindo centro comercial, hermoso paseo.

Unas vistas desde las calles del pueblo de los alrededores que cortan el aliento.

Muy recomendable, en tres horas lo tienes recorrido.

Esperamos el bus que nos llevó de vuelta a la estación de tren y de ahí a Estrasburgo a descansar que mañana cambiamos de país.