![]() ![]() Fin de Año 2021 en Noruega ✏️ Blogs de Noruega
Viaje con amigos para pasar los últimos días de 2021 y los primeros de 2022 conociendo Noruega.Autor: Omaringa Fecha creación: ⭐ Puntos: 5 (4 Votos) Índice del Diario: Fin de Año 2021 en Noruega
Total comentarios: 5 Visualizar todos los comentarios
Etapas 7 a 9, total 9
La excursión para ver auroras boreales la contratamos con la empresa Northen Soul Adventures (www.northensouladventures.com) ya que Salva y Mary lo habían hecho con ellos cuando estuvieron la otra vez en Tromso y tenían buen recuerdo. Cuando reservas con ellos te ofrecen la posibilidad de incluir ropa térmica (monos, calzado) o trípodes para cámaras, lo que es muy conveniente si vas a hacer fotos de auroras boreales. Les mandé varios correos con dudas y siempre respondieron muy amablemente, y la reserva por la web es muy fácil también.
Por desgracia se cancelaron todas las salidas del día 2 debido al mal tiempo, tanto las que iban en minibus como en bus grande, así que tuvimos que cambiarla de fecha. Para el día 3 ellos no tenían disponibilidad (es una empresa pequeña) pero se encargaron de buscarnos otra empresa y ellos realizaron todos los trámites. Al final, como había una pequeña diferencia de precio entre ambas, nos devolvieron esa diferencia, así que fue todo muy profesional por su parte. La nueva empresa fue Enjoy The Artic (enjoythearctic.no/) y la verdad es que no tuvimos quejas de ellos tampoco. También nos proporcionaron trípodes para las cámaras y tenían monos especiales para ponerte encima de la ropa, aunque nadie lo usó. A las 5 de la tarde nos recogieron junto al Ice Bar, muy cerca de nuestro hotel también. Éramos un grupo de unas 12 personas en un minibus. El guía era un chaval joven, luego nos enteramos de que era moldavo, y también hacía de conductor. Nos llevó hacia el sur de Tromso, pero como era de noche no se veía por donde íbamos. Durante el trayecto nos fue contando información sobre las auroras, qué son, cómo se forman, etc., y sobre todo nos recalcó el carácter imprevisible que tienen. Hay apps que te permiten ver el factor Kp en una zona determinada, y se supone que cuanto más Kp, más facilidad, pero no es determinante. Hay un montón de factores que influyen y puede que con un Kp alto no veas nada, y con un kp bajo sí lo hagas. Nos dijo que las previsiones para ese día no eran demasiado buenas... así que nos desilusionamos un poco. En cierto momento se metió por una carretera estrecha que llevaba a una zona con pocas casas, y paró en el arcén. Allí estuvimos un poco parados pero sin bajar del minibús porque no se veía nada. Empezó a hablar por radio con compañeros de otras empresas ya que parece que entre todos se van ayudando para localizar puntos donde se vean las auroras, y nos movimos a otro sitio. Cuando llegamos ya se veían las luces verdes en el cielo!!!! ![]() ![]() ![]() ![]() También encendió una hoguera en un caldero de metal que llevaba y dispuso unas sillas alrededor para que pudiéramos sentarnos y poder entrar en calor un poco. Nos sirvió té, café y una tarta de zanahoria o chocolate para cada uno. Era bastante grande, así que con eso nos dimos por cenados. Al rato recogió todos los bártulos y nos volvimos a montar en el bus, íbamos a buscar otra localización. Esta vesz fue en una carretera que discurría junto al mar, y hacía un frío tremendo. Aquí fue donde más frío pasé en todo el viaje. Estuvimos también un rato haciendo fotos, aunque hubo gente que se quedó en el minibus porque hacía viento y frío. Mereció completamente la pena porque para mí fue el sitio donde más me gustaron las auroras y donde más me gustaron las fotos que tomé. Me encantó. ![]() ![]() ![]() La tercera parada la hicimos ya en el camino de vuelta hacia Tromso. También estábamos en una carretera junto al mar, pero debía estar en algún sitio más resguardado porque apenas había viento y no hacía el frío de la parada anterior. Al igual que en la anterior, nos dejó un rato libre a nuestro aire para poder hacer las fotos que quisiéramos. ![]() ![]() Después ya volvimos a Tromso y nos dejó en nuestro hotel. La excursión había durado unas 7 horas y volvimos cansados y con frío, pero muy contentos porque por fin habíamos logrado ver las auroras. Al final tuvimos suerte y el propio guía nos dijo que pese a no ser el día con las condiciones más adecuadas habíamos podido verlas muy bien. Si decidís ir alguna vez a ver auroras boreales, intentad reservar varias noches en el mismo sitio, ya que no siempre se ven. Muchas empresas te ofrecen la posibilidad de repetir otro día si la primera vez no ha habido suerte, gratis o pagando sólo una parte, y sobre todo, si hay malas condiciones te permiten cambiar la excursión a otro día, como nos pasó a nosotros. Mary y Salva no pudieron hacer esta excursión porque se habían ido por la mañana, al menos ellos las vieron la vez anterior. Hasta pudieron verlas en la propia ciudad de Tromso una noche paseando por la zona del puerto, cosa que nosotros no tuvimos esa suerte. Etapas 7 a 9, total 9
Para este día la actividad que teníamos planteada era la excursión de las cúpulas de hielo (Ice Domes). Fue la excursión que menos me gustó de todas las que hicimos. A las 10 de la mañana nos recogían en el punto de encuentro, que volvía a ser por la zona del Ice Bar, y nos montamos todos en un autobús. De nuestro grupo ya sólo quedábamos 4: Cira, Alejandro, Víctor y yo, ya que Silvia y Aarón se volvían a España esa misma mañana.
El trayecto hasta las cúpulas se hizo interminable. Empezamos bajando hacia el sur por la carretera por la que la noche anterior habíamos ido a ver las auroras boreales, y así pudimos ver con algo de claridad los paisajes de la zona: montañas, fiordos, nieve, casitas aisladas... Llevábamos dos horas de viaje y aún no habíamos llegado a nuestro destino. En ese momento un pasajero se levantó y fue a decirle al conductor que se había pasado el sitio, que había que dar media vuelta. No sabemos cómo pudo equivocarse, igual era la primera vez que iba, pero si no llega a ser por ese pasajero nos perdemos. El autobús tuvo que dar media vuelta en la carretera, una de doble sentido, todo nevado, maniobrando mucho. Menos mal que no había mucho tráfico. Deshicimos un poco el camino y por fin entramos en las cúpulas. ![]() Realmente se trata de un hotel de hielo que construyen cada año, ya que cuando llega el buen tiempo se deshace. Nos dividieron en dos grupos, unos pasaron inmediatamente a verlo y el resto nos quedamos esperando en una casa de madera que tenían justo al lado. Dentro había otra hoguera y mesas dispuestas como en un restaurante, y allí nos ofrecieron algo de beber (té, café, agua, etc) y un plato de un guiso con salchichas, que ésta vez sí que me comí entero. ![]() Cuando nos tocó el turno entramos al hotel. Primero te encuentras con una sala donde proyectan una película sobre cómo se construye el hotel, que dura unos 10 o 15 minutos. Te muestran todo el proceso, cómo levantan las cúpulas, el tallado de las esculturas que lo adornan, etc. Después pasas al bar, donde un guía te explica las distintas esculturas que hay talladas en las paredes y te dan un chupito sin alcohol en un vaso de hielo. Todas tienen que ver con la mitología nórdica: el árbol Yggdrassil, dioses, vikingos... y también de los samis. ![]() ![]() Después hay que pasar a la parte de las habitaciones, cada una de ellas está decorada de una manera diferente, con camas construidas en hielo y con más grabados en las paredes. La temática de cada una de ellas vuelve a ser mitología nórdica y el guía hace una descripción de cada una de ellas antes de entrar. Después ya te dejan tiempo libre unos 20 minutos y para que las recorras a tu gusto y hagas las fotos que quieras. La verdad es que para la gente que había el tiempo es muy escaso, podían haber dejado más tiempo porque al fin y al cabo fue problema de la empresa que llegáramos con tanto retraso. ![]() ![]() La vuelta se hizo también un poco larga. Nos dejaron en la zona del hotel y nos fuimos a descansar un rato, ya que no había mucho más que hacer a esas horas de la tarde estando todo oscuro fuera. Alejandro, Víctor y yo fuimos a tomar un café a la biblioteca y después quedamos con Cira para ir a cenar. La idea era ir a un chino que había cerca del hotel, pero estaba cerrado en esas fechas, así que tuvimos que buscar una alterativa. Elegimos el restaurante Egon, de la misma cadena que donde desayunábamos en Oslo, y cenamos muy bien allí. En este viaje nos quedamos sin una de nuestras tradiciones viajeras: probar los chinos de cada país donde vamos. Habrá que volver a Noruega. Etapas 7 a 9, total 9
Éste era nuestro último día en Noruega, y cómo no, teníamos planificada otra actividad. Esta vez seríamos sólo tres, ya que Alejandro tenía el vuelo de vuelta esta misma mañana. Fuimos todos juntos pero volvimos escalonadamente...
Se suponía que nuestro viaje terminaba el 5 de Enero, ya que los vuelos los compramos para este día, pero unas semanas después de comprarlos no llegó un correo diciendo que nos cancelaban el vuelo y que podíamos elegir el día 4 o el día 6. Algunos optaron por el 4, pero Cira, Víctor y yo nos quedamos un día más. Lo malo era que el nuevo vuelo era a las 6 de la mañana (Tromso-Oslo) y como ya teníamos contratado el hotel hasta el día 5 decidimos no hacer una reserva de una noche extra e intentaríamos ir al aeropuerto lo más tarde posible y hacer noche allí. La excursión que nos quedaba era la de ir en trineo tirado por huskeys. Al contratarla teníamos dos opciones, o las 9 de la mañana o las 13:30. Optamos por ésta última para sí poder levantarnos más tarde y desayunar a última hora y así teníamos gran parte de la tarde ocupada también. Por la mañana, antes de la excursión, visitamos Polaria, el acuario de Tromso. Se trata del acuario más septentrional del mundo (y otra...) y tiene un enfoque didáctico-científico sobre todo, el típico sitio para llevar a los alumnos de un colegio de excusión. No es muy grande, pero tiene exposiciones sobre el ártico y los glarciares, flora y fauna del ártico, un cine... y su atracción principal son las focas del estanque, que a ciertas horas se puede ver cómo les dan de comer. Además tiene una buena tienda de recuerdos. Después de ver el museo ya nos fuimos a la excursión de los trineos. Hubo un pequeño susto porque no encontraban nuestra reserva (uno de los cambios que hicimos fue quitar dos personas de esta actividad) y por un momento nos vimos fuera, pero tras una llamada que hicieron a la central nos dieron el visto bueno y pudimos subir al minibus. El lugar donde haríamos la actividad estaba Kvaloya (Arctic Adventure Tours), Lo primero nos hicieron pasar a unos vestuarios donde nos dieron monos para poner sobre nuestra ropa, botas y guantes, y además unos cascos con linterna delantera, ya que estaba empezando a oscurecer y parte del recorrido lo tendríamos que hacer de noche. Después salimos fuera y allí ya vimos a todos los perros. Estaban alterados y excitados, por lo que nos dijeron saben cuando les toca salir a correr y es algo que están deseando, ya que son perros que necesitan mucha actividad. Estos huskyes no son como los que conocíamos anteriormente, que son más grandotes. Eran más pequeños pero con una energía tremenda. Estuvimos unos minutos haciendo fotos a los perros y jugando con ellos y el monitor nos explicó como funcionaba el trineo. En la opción que contratamos nosotros vamos dos personas en cada trineo, y nosotros somos los que tenemos que conducir, así que era muy importante atender a las explicaciones para saber cómo ponerse en marcha, cómo acelerar, frenar o detener el trineo completamente. A una se señal que dieron todos los perros se pusieron a ladrar y aullar a la vez, eso era que empezábamos. Nos dieron un trineo a cada uno y fueron enganchando los perros, 6 perros por trineo. Salimos todos en fila y siguiendo un camino que había marcado en la nieve, los perros sabían por dónde tenían que ir así que sólo teníamos que controlar la velocidad para no quedarnos descolgados ni atropellar a los de delante. En nuestro caso Víctor empezó conduciendo y yo iba de pasajero para poder hacer algunas fotos mientras había luz, aunque más adelante cambiaríamos. Al poco de empezar ya vimos que nuestros perros daban problemas. Los dos del centro (iban formados en tres parejas) no paraban de ladrarse mutuamente y tiraban poco, así que el monitor nos pidió frenar y los separaron. A partir de ahí fue mucho más fácil controlarlos. Nos habían tocado los dos bullitas del grupo ![]() Un rato más adelante hicimos el cambio de conductor y me tocó a mí conducir. La verdad es que lo pasé un poco mal porque en algunos momentos hay que empujar también apoyando la pierna en el suelo, sobre todo cuando venía alguna cuesta arriba. En una de esas había mucha nieve acumulada y metí la pierna hasta la rodilla, y teniendo en cuenta que me duelen a veces... pues no fue precisamente agradable. Unos metros más adelante, ya en llano, el trineo volcó y nos caímos encima de un arbusto, afortunadamente sin incidentes graves. Nos ayudó uno de los monitores a levantarnos y seguimos el camino. De vez en cuando todo el grupo paraba para que los perros pudieran descansar, comer nieve para beber agua, hacer sus necesidades.... y luego vuelta al camino. En total estaríamos unas 2 horas con el trineo, atravesando parajes nevados y oscuros durante la mayor parte del recorrido. Al final se hacía un poco pesado, quizá una duración menor sería más adecuada, al menos si la actividad se hace de noche. Cuando llegamos al campamento base dejamos el trineo entramos en una cabaña de madera que tenían habilitada y allí nos sirvieron un café y unas porciones de tarta de chocolate que estaba bastante buena. Allí, una de las empleadas entró con uno de los huskeys y nos estuvo contando curiosidades sobre ellos, cómo viven, qué comen, cuánto ejercicio necesitan, etc. Estuvo muy interesante. Tras la charla estuvimos otra vez jugando con los perros y haciendo más fotos y ya nos quitamos los monos y la botas para volver a Tromso. La excusión nos había gustado mucho, aunque seguramente con más luz se disfrutará más. De vuelta en Tromso teníamos aún mucho tiempo libre hasta que diera la hora de cenar. Días antes habíamos visto que al lado del hotel estaba el Museo de los Trolls, y decidimos visitarlo. No es muy grande, pero está muy bien montado, con paneles, maquetas, etc., donde te van contando todas las leyendas nórdicas sobre estas criaturas. Lo más interesante son los trolls en realidad aumentada. Al entrar te dan una tablet que cuando lees ciertos códigos repartidos por el museo aparece un troll en movimiento e incluso puedes intentar hacer alguna foto graciosa con ellos. Echamos un buen rato allí. Además, tenían una minibiblioteca y una sala de juegos, y también estuvimos jugando un rato. Como ya era más o menos tarde al salir nos fuimos a cenar al Burger King de Tromso, y aunque queríamos tomarnos un café después fue imposible porque todas las cafeterías estaban cerradas. Así que nos fuimos al hotel y preguntamos a la recepcionista cuál era el último bus al aeropuerto, pero no lo tenía muy claro. Al final optamos por coger uno un poco antes de las 11 de la noche y tiramos para el aeropuerto. La noche allí se hizo larga y fría. Hay una zona con asientos sin respaldo pero hace frío, y en la zona donde está la calefacción tampoco hay mucho donde sentarse. Tampoco hay ningún establecimiento abierto, así que la espera se hizo tediosa. Nuestro vuelo era a las 6, y hasta las 5 no abrieron los mostradores de facturación. Por suerte estábamos de los primeros y lo hicimos rápido y no tuvimos que aguantar la cola que se formó en el control de seguridad. El vuelo a Oslo fue bien, y la conexión con el de Barcelona también, hasta dio tiempo a tomar un café. A Barcelona llegamos incluso un poco antes de tiempo. Allí Cira tenía que tomar otro vuelo a Málaga y nosotros recoger el coche de alquiler para ir hasta Zaragoza, y con eso poníamos punto y final a un viaje que nos había encantado por ser tan diferente, sobre todo la parte de Tromso. Etapas 7 a 9, total 9
📊 Estadísticas de Diario ⭐ 5 (4 Votos)
![]() Total comentarios: 5 Visualizar todos los comentarios
CREAR COMENTARIO EN EL DIARIO
Diarios relacionados ![]() ![]() ![]() ![]() ![]()
![]() |