La Toscana 2022: entre termas y cipreses ✏️ Blogs de Italia

Era domingo, preveíamos que todo estaría a tope de turismo y decidimos visitar una zona menos turística, el VALLE DE CHIANTI, con campos típicos toscanos y sus viñedos, los más famosos de la zona.
A nosotros la zona no nos encantó. Para mí sería prescindible teniendo en cuenta la cantidad de destinos que hay en La Toscana, pero es cierto que pasamos un domingo súper tranquilo, sin apenas gente, pero la cantidad de kilómetros que hicimos no merecieron la pena, quizá nuestras expectativas sobre este valle eran muy altas, no sé...

El primer pueblo que visitamos fue GAIOLE IN CHIANTI, donde lo más destacado lo encontramos en su plaza, Vía Ricasoli, su iglesia y su castillo, y es que Gaiole nació como mercado para abastecer a los castillos de los alrededores.




Desde allí seguimos hasta RADDA IN CHIANTI. Radda tiene sus calles con forma de elipse, con lo cual todas ellas van a dar a la Piazza Ferrucci, donde está el Palazzo Pretorio. Además, está rodeada de grandes murallas de piedra.
La verdad es que fue una visita interesante y nos gustó el sitio así que buscamos donde comer, pero a pesar de que no había un exceso de gente por sus calles, sus restaurantes estaban todos llenos y necesitabas reserva. Así que compramos unas botellas de Chianti para cenar en el agriturismo y continuamos hasta el siguiente destino.





Antes de irnos, descubrimos esta máquina para rellenar las botellas de agua gratuitamente, me pareció cuanto menos, curioso.


El último de los pueblos que visitamos fue GREVE IN CHIANTI, llegamos hambrientos y lo primero que hicimos fue comer en uno de los muchos restaurantes de su plaza, la Piazza Matteotti, con una sorprendente forma triangular, aunque los andamios y las obras en una parte no hacen justicia en las fotos.




Hacía muchísimo calor, así que regresamos a nuestro alojamiento a disfrutar de la piscina y a última hora dimos un paseo por los alrededores viendo otros agriturismos.

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Hoy queremos una jornada tranquila, no queremos hacer demasiados kilómetros, así que decidimos conocer los alrededores de nuestro agriturismo, y a las 9 de la mañana ya estábamos en SAN GIMIGNANO, aparcamos muy bien, arriba del todo, junto a Porta San Giovanni. Nosotros aparcamos en plaza de movilidad reducida pero de subida encuentras varios parkings de pago, a esas horas había bastantes plazas libres.

Las tiendas aún estaban cerradas y las hordas de turistas todavía no habían llegado. Era maravilloso pasear por sus calles cerradas al tráfico, aunque los vehículos de reparto afean las instantáneas.

San Gimignano presume de ser la ciudad mejor conservada de la zona desde la Edad Media. En su día llegó a tener 72 torres, ya que sus habitantes rivalizaban por mostrar sus riquezas y poder levantando torres; hoy solo quedan en pie 14. Hay que imaginarse la ciudadela como un auténtico Manhattan en sus buenos tiempos.



Nos deleitamos paseando por sus calles y en cuanto abrió la heladería DONDOLI, allí estábamos, desayunando helado.
Esta heladería ha sido galardonada varias veces como mejor heladería del mundo, y sus helados artesanos además están registrados. Como acababan de abrir el dueño estaba en la barra, un tipo súper especial, con sus gafas moradas, que nos sonrió y nos preguntó de dónde éramos. Mi marido que le falta tiempo para ponerse a hablar le empezó a preguntar por el futbolista Joaquín, y para qué más!! El dueño le conocía personalmente (de cuando Joaquín jugó en la Fiorentina), y allí estuvieron un rato de charla.
Yo probé el helado de mora y lavanda, y era como tener la flor en la boca, literal, una delicia.




Nos tomamos los helados tranquilamente sentados en la plaza, como los italianos, viendo la vida pasar. Me flipa como la gente mayor se sienta en las ciudades y allí pasan media mañana, viendo turistas, contemplando los alrededores o charlando.


Después terminamos de recorrer la ciudadela, calle arriba, calle abajo, siguiendo las indicaciones de miradores, torres e iglesias. Compramos algunos recuerdos y nos fuimos, aquello empezaba a masificarse sobre manera. La cola de la heladería ya era importante y bajando las calles se veían grupos y grupos de gente subiendo.
He de decir que volvimos otro día más solo a Dondoli a probar otros sabores.






Nuestro siguiente destino, por cercanía, fue CERTALDO y su pequeña villa medieval, porque la ciudad de Certaldo es muy grande, pero a nosotros solo nos interesaba la zona histórica, y para ello, había que subir en funicular (breves reminiscencias suizas de nuevo... )
Conocimos este destino gracias a Mery, de MI VIAJE EN LA TOSCANA, os dejo su web porque para nosotros ha sido nuestra gurú del verano, gracias a ella hemos descubierto esta y otras muchas maravillas que ya iréis descubriendo. Di con ella a través de instagram y sus consejos siempre fueron rápidos y certeros.
Mery es guía turística, así que no os perdáis sus recorridos si viajáis allí próximamente. Nosotros no hemos podido debido a que se encontraba en la recta final de su embarazo, pero vuelve a estar operativa para ayudaros a descubrir los preciosos paisajes toscanos.


Como os decía un funicular te lleva de Certaldo Basso a Certaldo Alto, el precio no lo recuerdo pero fue irrisorio, vamos que merece la pena sí o sí. También se puede subir andando, pero con el calor que hacía, ni lo pensamos.
Esta pequeña villa no tiene una plaza principal como el resto de ciudades, todos sus edificios importantes se concentran en un par de calles. Visitamos el Palacio Pretoriano, intentando buscar algo de sombra, era media mañana y el sol apretaba; merece la pena la visita. Recorrimos sus calles y terminamos visitando la tumba de Bocaccio (porque en Certaldo nació, vivió y está enterrado) en la iglesia de los Santos Jacobo e Filippo. Ojo porque su cuerpo no está bajo el gran mármol, sino más adelante, bajo un pequeño azulejo, apunte de Mery también!







Al bajar paramos en el coop, compramos algunas cosas, comimos en casa y tarde de piscina, el calor era horroroso y la mejor forma de combatirlo era a remojo.

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Hoy salimos de casa casi a media mañana, tocaba no madrugar, poner una lavadora, un baño en la piscina... y hoy toca paliza de km, así que amanecemos con calma y comenzamos la jornada con
VOLTERRA, sede de la saga Crepúsculo (que no he visto porque no me gusta esta temática) y construido sobre una colina. Es además conocido por su producción de alabastro, que se puede encontrar en casi todas sus tiendas de recuerdos.
Esta vez nos toca pagar parking privado porque había mucha gente y las horas no eran las mejores para visitar una ciudad.
Como siempre, nos dejamos llevar por sus calles y sus plazas y fuimos descubriendo su catedral, su Baptisterio y sus famosos palacios.



Pero lo que más nos llamaba la atención era su Teatro romano, situado fuera del casco histórico. Nosotros lo vimos desde las alturas, hacía mucho calor para recorrerlo y en nuestra lista teníamos todavía muchos destinos.





Para finalizar la visita a Volterra localizamos varios miradores en los que casi había que hacer cola para sacar fotos, un poco agobiante.





El día continuó con MONTERIGGIONI.
Esta visita me decepcionó un poco, todo hay que decirlo. Es cierto que las altas temperaturas jugaron en contra a la hora de recorrerla, pero además encontramos en obras y con andamios prácticamente toda la muralla.
Se trata de una villa circular, rodeada de casi 600metros de muralla con 14 torres, y una calle que la recorre de norte a sur. Tiene 2 puertas principales, una orientada a Roma y otra a Siena.




Dicen, además, que Monteriggioni fue escenario de películas como Gladiator y La vida es Bella, aunque no localizamos las escenas.

Estamos muy cerca de SIENA, así que decidimos tener una primera toma de contacto con la ciudad y parar un ratito antes de seguir nuestro camino hasta los verdaderos escenarios de la peli de Gladiator. Y otro día le dedicaríamos más horas a completar la visita (ese día nunca llegó, no llegamos a encajar Siena de nuevo en nuestros planes, una pena, queda pendiente para otra ocasión).
Empezamos mal la visita, tardamos mil en aparcar, súper lejos de las puertas de entrada; tuvimos que caminar mucho hasta llegar al meollo de Siena (con lo que conlleva, mil paradas para que Hugo descansase) y no paraba de protestar. Además hacía muchísimo calor.

No me voy a meter ni en la historia ni en las curiosidades de la ciudad porque como os digo, pasamos más rato intentando aparcar y llegar al centro que lo que estuvimos allí.

Por supuesto empezamos con su súper plaza, la Piazza del Campo, el corazón de Siena, famosa por su fiesta del Palio que tantas veces habíamos visto en la tele.
Tiene forma de concha y antes de ser plaza, era un mercado, y ya solo entrar en ella te quedas ensimismado ante tanta grandiosidad y su imponente torre del Ayuntamiento.





Tras recorrerla fuimos a refrescarnos a la famosa heladería La Vecchia Latteria , en Via San Pietro 10 vicino Duomo, con unos helados artesanos riquísimos, aunque sigo prefieriendo Dondoli.

Muy cerquita estaba su famoso Duomo y desde su plaza nos tomamos el helado mientras contemplábamos maravillados el mármol de la catedral, con una fachada plagada de detalles. No entramos dentro, la cola era importante, el calor sofocante y teníamos otro destino en mente, así que deshicimos el laaargo camino hasta el coche prometiendo completar la visita.

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