![]() ![]() 10 días por Irlanda en verano de 2024 ✏️ Blogs de Irlanda
Circuito por la mitad sur de Irlanda en coche de alquilerAutor: Lapilvi Fecha creación: ⭐ Puntos: 5 (6 Votos) Índice del Diario: 10 días por Irlanda en verano de 2024
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Etapas 10 a 12, total 12
Día penúltimo de nuestro periplo por Irlanda. Nos levantamos en el Four Seasons B&B de Galway. Como no tenemos el desayuno incluido, nos vamos a desayunar a una preciosa cafetería llamada Wylde, situada justo enfrente de la Estación de Autobuses de Galway (Galway Coach Station), a poco más de cinco minutos andando del B&B. La decoración de la cafetería es una maravilla; entramos incluso en los baños sólo por el gusto de ver lo bonitos que son. Eso sí, lo pagamos caro, porque por cada pieza de bollería y por cada café hay que entregar un riñón.
El motivo de desayunar aquí es que, en un rato, la Niña debe coger un autobús que la llevará de vuelta a Dublín. No puede acompañarnos hasta el final del viaje porque se le acaban los días libres y debe regresar ya a su lugar de residencia. Para quien le pueda interesar, desde Galway hay autobuses que en menos de tres horas te dejan en el aeropuerto de Dublín, y viceversa, con varias salidas diarias. KYLEMORE ABBEY Nos despedimos de la Niña y nos ponemos en camino hacia la región de Connemara, donde vamos a visitar Kylemore Abbey. Son cerca de 80 km, que tardamos casi hora y media en recorrer. El camino es precioso; mucho más bonito que las carreteras del sur. No en vano estamos atravesando una zona de montañas, ríos y lagos, con campos de un verde tan verde que no puede ser de verdad. De vez en cuando nos topamos con grupos de ovejas de lana blanca y cabeza negra que se interponen ante nosotros, haciéndome recordar aquel otro viaje que hicimos por las carreteras de Islandia. ![]() ![]() Región de Connemara
Llegamos al gran aparcamiento de Kylemore Abbey, que es gratuito. Ya desde el parking, antes de acceder al punto de información y taquilla, se tiene esta preciosa vista de Kylemore, absolutamente romántica. No en vano, esta edificación fue, ante todo, una obra construida por amor. ![]() Kylemore Abbey
Se pueden comprar las entradas online, o allí mismo, en taquilla. En ambos casos es precio es el mismo, 17 €. Ellos recomiendan adquirirlas anticipadamente para evitar colas, pero nosotros las compramos aquí, en taquilla (un martes en agosto), y no hay absolutamente nada de cola. No sé si los fines de semana habrá más problema. Kylemore Abbey debe su nombre de Abadía a que durante el S.XX fue utilizado como convento de monjas benedictinas, pero en origen fue realmente un castillo o mansión, residencia privada de la familia Henry. En 1852, Mitchel Henry, político con cargo de parlamentario en Galway, había pasado su luna de miel con su esposa Margaret en la región de Connemara. A ella le había gustado tanto el lugar que decía que sería maravilloso poder vivir allí siempre, así que dicho y hecho, Mitchel decidió cumplir el sueño de Margaret e hizo construir una mansión a orillas del lago Kylemore, al pie de unas verdes montañas, en una ubicación tan bucólica como esta: ![]() Kylemore Abbey a orillas del lago Kylemore
Cuando termino la construcción, en 1863, los Henry se trasladaron a su nueva morada, donde se cuenta que fueron tremendamente felices con sus nueve hijos. Sin embargo, la dicha duró poco, porque Margaret falleció en 1875. Sumido en el desconsuelo, Mitchel decidió que no quería seguir viviendo en un lugar que le traía tantos recuerdos. Mandó levantar junto al castillo una pequeña iglesia de mármol neogótica en memoria de su amada y un mausoleo donde ella descansaría para siempre, y vendió la propiedad, que fue pasando de mano en mano hasta que en 1920 se fundó el convento benedictino, que estuvo en activo hasta 2010. Cuando Mitchel murió, en 1910, fue enterrado en el mausoleo junto a Margaret. La entrada da derecho a visitar algunas salas de la planta baja del castillo, la pequeña iglesia gótica, el mausoleo, y todas las dependencias y espacios al aire libre que forman parte de la finca. Hoy nos advierten que no vamos a poder ver ni la iglesia ni el mausoleo porque están cerrados por obras, lo que me supone un cierto disgusto, porque hemos hecho muchos kilómetros para ir hasta allí y tenía ilusión de verlo todo. ¡Por lo menos podrían reducir el precio de la entrada! La edificación es imponente. No sé si es más adecuado llamarla castillo, palacio o mansión. ![]() Kylemore Abbey
Entre las estancias que se pueden visitar están la sala de baile, la sala de juegos infantiles, un comedor, una sala de billar, un cuarto de baño… Todas ellas decoradas tal y como lo estaban cuando la mansión era residencia de los Henry; incluso se conservan algunos de los muebles y objetos originales. También se exponen retratos de todos los componentes de la familia. ![]() ![]() ![]() ![]() ¡Qué bien viven los que viven bien!
Los bosques y jardines que configuran la finca de Kylemore Abbey son inmensos, pero es muy fácil explorar los puntos de interés siguiendo los caminos, prácticamente llanos todos ellos. Para los más perezosos, también hay autobuses internos gratuitos que van y vienen de una punta a otra de la propiedad. Como ya he comentado, la iglesia y el mausoleo están actualmente cerrados por obras, de modo que el camino que sale desde el castillo hacia ese lado está clausurado. Así pues, nos dirigimos hacia el otro lado, hacia el Jardín Victoriano Amurallado. Por el camino pasamos junto a una gruta, junto a una pequeña cascada, un refugio de pesca… ![]() Cascada en el bosque de Kylemore
El Jardín Victoriano Amurallado es precioso. Al menos en esta época del año está muy lindo, con parterres de flores llenos de color, todo muy cuidado. ![]() ![]() ![]() Jardín Victoriano Amurallado de Kylemore Abbey
Este enorme jardín, de 2,5 hectáreas de extensión, fue creado a finales del S.XIX y se conserva así de bonito gracias a la restauración que hicieron de él las monjas benedictinas. Dentro del recinto amurallado hay diferentes estilos de jardinería (parterres, rocallas, formaciones de arbustos, etc), así como huertos, invernaderos, cabañas de los jardineros y una casita muy mona que fue la vivienda del Jardinero Jefe. Éstas también se pueden visitar por dentro. ![]() ![]() Casita del jardinero jefe de Kylemore
Llegada la hora de comer, nos sentamos en unos bancos del Jardín Victoriano y, con la fantástica panorámica de las montañas tras los macizos de flores, nos zampamos los sándwiches que compramos ayer en un supermercado de Galway. Salimos ya del Jardín Victoriano y, en pocos metros, pasamos de la flora a la fauna. Aquí tenemos un corral donde viven Ken y Gloria, dos cerditos Kunekune muy regordetes y un poco huidizos. Un poco más allá, una pradera enorme es hogar de una manada de ponis de pura raza Connemara. Esta es la única raza de caballos originaria de Irlanda y destaca por su habilidad para el salto, por lo que se usa mucho en deportes ecuestres. Hay un horario señalado en el que les dan de comer a la vez que explican algunas curiosidades sobre ellos. ![]() Ponis Connemara en Kylemore
Además de lo descrito, en Kylemore hay áreas de picnic, restaurante, tienda de regalos, aseos, etc. Pero lo más bonito es pasear por los senderos entre enormes árboles centenarios y a lo largo de la ribera del río Dawros. ![]() Río Dawros en Kylemore
A lo tonto, a lo tonto, hemos hecho varios kilómetros paseando por los senderos de Kylemore y es ya media tarde. UPPER SKY ROAD Volvemos al aparcamiento de Kylemore Abbey y nos dirigimos ahora hacia el pueblo de Clifden, en la costa, a unos 18 km de Kylemore. Desde esta localidad parte una pequeña ruta escénica circular de carretera de 16 km, conocida como Upper Sky Road. Al igual que Slea Head Drive que ya hicimos hace unos días, forma parte de la gran Wild Atlantic Way y, por tanto, promete espectaculares vistas sobre el Atlántico. Veremos si la Upper Sky Road nos sorprende un poco más… El itinerario de la ruta es el siguiente (imagen extraída de la página oficial www.theirishroadtrip.com/ ...d-clifden/) ![]() Upper Sky Road
En la propia página oficial se indica que se siga la ruta en el sentido de las agujas del reloj, al igual que en la Slea Head Drive, para evitar cruces de vehículos, ya que es una carretera estrecha y con curvas. Una vez más, obecedemos las indicaciones para encontrarnos montones de coches que nos vienen de frente. ![]() A unos 5 km de iniciar la ruta hay un pequeño apartadero donde se puede dejar el coche. Hay un poste de acero Corten señalizando el mirador y, realmente, es el punto con las vistas más bonitas de todo el recorrido. ![]() ![]() Vistas desde Upper Sky Road
Para ser sincera, me gustan mucho más estas vistas (a las que mis fotos no hacen mucha justicia) que las que vimos en los 50 km de Slea Head Drive. Estuvimos dudando de si merecería la pena hacer esta pequeña ruta, pero ahora me alegro de haberla hecho y confirmo que sí, que es una de las más bonitas panorámicas que hemos visto en este viaje. Terminamos de cerrar el círculo de la Upper Sky Road y ahora entendemos por qué nos venían tantos coches de frente en el primer tramo. Una vez pasado el mirador, el resto de la ruta no tiene mucho más interés, por lo que muchos se dan la vuelta en ese punto. Regresamos a Galway sin novedad y cenamos bastante bien en un local llamado Seven Bridgestreet, uno de los pocos en el que encontramos mesa libre. Es increíble la cantidad de gente que hay llenando bares, pubs y restaurantes, un simple martes de agosto. Una ensalada César, unas gambas piri-piri, unas alitas de pollo, una cerveza y un postre para compartir nos sale por cerca de 60 €. Todo bastante bueno, como casi todo lo que hemos comido en este viaje por Irlanda. Nos acostamos en nuestra habitación del B&B con la tristeza de pensar que mañana se termina este viaje, pero con la satisfacción de que hoy ha sido uno de los días en que hemos visto los más bonitos lugares. ¡Ay, Niña, que te lo has perdido! Etapas 10 a 12, total 12
Segunda mañana que nos despertamos en Galway, y último día de nuestro viaje por Irlanda. Hoy tenemos que estar sobre las 18:30 en el aeropuerto de Dublín, porque nuestro vuelo de Ryanair despega a las 20:50, pero antes tenemos que devolver el coche a la agencia de alquiler en su oficina del aeropuerto.
Tenemos por delante 212 kilómetros de carretera, que afortunadamente es todo autopista. Pero por el camino vamos a dar los últimos coletazos del viaje parando en un par de lugares de interés. ABADÍA DE CLONMACNOISE A 80 km de Galway, por la M6 y luego tomando el desvío de la R357, llegamos a la Abadía de Clonmacnoise. Se trata de las ruinas de un conjunto monástico palocristiano fundado en el S.VI, una especie de pequeña ciudad de la que quedan restos de varios templos y otras construcciones, así como montones de cruces celtas. El precio de la entrada es de 8 € e incluye una visita guiada (en inglés). Desde ya, dejo dicho que es una de las cosas más interesantes que he visto en este viaje por Irlanda y que merece mucho la pena por el precio que cuesta. Sólo el enclave es ya una maravilla, junto al río Shannon y rodeado de inmensas praderas verdes. ![]() Abadía de Clonmacnoise
El guía nos cuenta que Clonmacnoise fue estratégicamente fundada precisamente en este lugar por ser una encrucijada de caminos: por allí pasaba una de las rutas terrestres comerciales más importantes de la época, que cruzaba la isla de este a oeste, y por otro lado el caudaloso río Shannon era también entonces una vía de comunicación entre el norte y el sur. Por tanto, esta ubicación no podía ser más oportuna. En su época de mayor apogeo (S. VIII a XII) Clonmacnoise llegó a ser una auténtica ciudad medieval de gran importancia, no sólo en el aspecto religioso sino también en lo cultural y comercial. En Clonmacnoise hubo una catedral, construida en el S.X, de la que hoy sólo quedan sus muros en ruinas, aunque en su portada norte aún se conservan algunos relieves góticos. ![]() Restos de la Catedral de Clonmacnoise
Todo el conjunto está salpicado de sepulturas señalizadas con grandes cruces celtas de piedra. La mayor de ellas es espectacular. Mide más de 4 metros de altura y fue esculpida en un único bloque de piedra arenisca en torno al año 900. Se considera una de las más bellas y mejor conservadas del país. ![]() ![]() ![]() Cientos de cruces celtas en Clonmacnoise
![]() La gran cruz celta ante los restos la Catedral de Clonmacnoise
Realmente, la cruz que vemos aquí es una reproducción exacta de la original, que se encuentra a buen resguardo en el museo que visitaremos luego, incluido en el precio de la entrada. En torno a la Catedral quedan restos de varios templos menores, así como de otras construcciones laicas. Algunos mejor conservados o más restaurados que otros. ![]() ![]() Restos de edificaciones en Clonmacnoise
En la foto anterior puede verse una ofrenda de flores frescas sobre un enterramiento. Se trata de la tumba de la última persona que ha tenido el privilegio de ser enterrada en Clonmacnoise, hace apenas un año. Desde 1954 no se admitían más enterramientos, pero se hizo una excepción con esta mujer porque su esposo, fallecido en 1951, está enterrado aquí. Otras de las construcciones que se conservan en bastante buen estado son un par de torres circulares que en su día fueron campanarios de sendos templos. Las torres circulares son elementos arquitectónicos característicos de Irlanda de los que ya quedan pocos ejemplos. ![]() ![]() ![]() Torres circulares en Clonmacnoise
El día acompaña con una temperatura perfecta y un cielo azul cristalino. Tras la visita guiada, que dura aproximadamente media hora, nos quedamos un rato explorando libremente todo el conjunto. Después entramos en el museo, donde se conservan a resguardo montones de piezas originales rescatadas del asentamiento de Clonmacnoise, entre ellas la gran cruz celta de más de 4 metros de altura de la que antes hablaba. ![]() Piezas originales en el museo de Clonmacnoise
Me ha encantado esta visita. Ha sido una de las cosas que más me han gustado de todo lo que hemos visto en Irlanda. ATHLONE Es la hora de buscar un lugar donde comer, así que conducimos hasta la localidad de Athlone, la más grande de los alrededores, donde esperamos encontrar más oferta. Se nos hace muy larga la media hora que tardamos en recorrer los 22 km que nos separan de ella, pero por fin llegamos y dejamos el coche en uno de los muchos parkings de pago que hay diseminados por la ciudad, concretamente uno llamado Fair Green Car Park. Esta pequeña ciudad presume de albergar el pub más antiguo de Irlanda. ¿Pero esto qué es? ¿No habíamos quedado en que el más antiguo era The Brazen Head, de Dublín? ![]() ![]() ![]() ![]() Supongo que todo son simples estrategias para atraer turismo. En fin... Éste se llama Sean’s Bar y está registrado en el libro Guinness de los Récords como el más antiguo, así que creeremos que éste el auténtico y verdadero. ![]() Vamos a ver si podemos comer en el Sean’s Bar. Para llegar allí tenemos que cruzar el río Shannon por el puente de Athlone Town, desde cuyo extremo tenemos esta bonita imagen de la iglesia de San Pedro y San Pablo y del Castillo del S.XII. ![]() Athlone
Realmente me sorprende la ubicación del castillo de Athlone, en terrenos bajos en vez de en un promontorio. Supongo que se construyó junto al río buscando un seguro abastecimiento de agua, como residencia en tiempo de paz, más que como fortaleza defensiva para tiempos de guerra. Pero sólo es mi teoría; realmente no tengo ni idea. Según he leído, la visita del castillo es bastante interesante, pero no tenemos tiempo. Queremos llegar cuanto antes al aeropuerto de Dublín esta tarde por si tenemos algún contratiempo con la devolución del coche a causa del problema que tuvimos con el pinchazo de la rueda. Llegamos al Sean’s Bar y ya antes de entrar vemos que ahí no vamos a poder comer porque no es restaurante. En cualquier caso, entramos unos segundos a echar un vistazo. El interior es muy oscuro y a los ojos les cuesta acomodarse, pero a través de la penumbra podemos constatar que está abarrotado de gente (¿bebiendo ya a estas horas?) y que parece una chamarilería, de tanto cachivache que hay colgado por las paredes. Entiendo que existir desde el año 900 conlleva como consecuencia toda esta acumulación de objetos. ![]() Sean’s Bar, en Athlone
Así pues, buscamos cualquier otro sitio en los alrededores donde no nos cobren en oro por comer, y acabamos en un local de al lado llamado River View Bistro, donde comemos los tres por 37 €. Correcto, sin grandes alardes, pero bien y barato. Es una pena no poder entretenernos más en Athlone, porque esta pequeña ciudad tal vez merezca un poco más de atención. Al menos me hubiera gustado dar una vuelta por el centro y ver el castillo, pero aún tenemos 135 km hasta el aeropuerto de Dublín. Poco más queda por contar de este viaje. Llegamos sin novedad a la oficina de Thrifty en el aeropuerto, no sin antes repostar en una gasolinera cercana para devolver el coche con el depósito lleno. Comentamos con el empleado el tema del pinchazo, pensando que esto desencadenaría un problema al haber cambiado el neumático afectado por un modelo diferente al de la otra rueda de atrás, o por cualquier otra circunstancia que se les ocurriera. Pero no; simplemente nos dice “vale” y así queda zanjado el tema. ![]() Como habíamos venido pronto al aeropuerto por si había algún problema en Thrifty con lo de la rueda, y no lo ha habido, ahora nos sobra un montón de tiempo aquí. Para colmo de males, en las pantallas de la terminal anuncian un retraso de dos horas en la salida de nuestro vuelo. Ryanair nos indemniza con un código de 4€ de descuento por persona, a canjear en algunos restaurantes y cafeterías del aeropuerto; importe que no alcanza ni para una magdalena, dados los precios de los aeropuertos. ![]() Por fin, sobre las 23:00 embarcamos a pie de pista en el vuelo que nos traerá de vuelta a Madrid. Vamos a llegar tardísimo a casa… y mañana hay que madrugar para trabajar. Sólo queda soñar con el siguiente viaje... ¡dentro de un año! ![]() ¡Adiós, Irlanda! Etapas 10 a 12, total 12
Hemos estado diez días en circuito por el sur de Irlanda (nueve y medio, realmente) y hemos ido casi todos los días a matacaballo, a veces con prisa y dejándonos cosas en el tintero por falta de tiempo.
Creo que un par de días más hubiera estado mejor. Para quien pueda permitírselo, le recomendaría un mínimo de 12 días para el circuito que hemos hecho nosotros. Si además se quiere visitar Irlanda del norte, no invertiría menos de 15 días. Aunque Irlanda parece pequeña y abarcable, no lo es tanto. Además, las carreteras son estrechas y con mucha curva y no se puede ir a gran velocidad, lo que supone invertir bastante tiempo en los trayectos. Por lo demás, como ya comenté en la primera etapa, el viaje me ha dejado buen sabor de boca y ha merecido la pena ![]() Etapas 10 a 12, total 12
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