![]() ![]() Pakistán: Trekking y Moto. ✏️ Blogs de Pakistan
Un mes de viaje haciendo el trekking del Baltoro hasta el campamento base del K2 y el paso Gondogoro, recorrido por el valle de Hunza hasta la frontera con China, y final en Lahore.Autor: Daniorte Fecha creación: ⭐ Puntos: 5 (10 Votos) Índice del Diario: Pakistán: Trekking y Moto.
01: Preparación
02: Día 1: Islamabad
03: Día 2: Islamabad - Skardu
04: Día 3: Skardu - Askoli
05: Día 4: Askoli - Jhula (Trekking Baltoro)
06: Día 5: Jhula - Paiyu (Trekking Baltoro)
07: Día 6: Paiyu - Khorbutse (Trekking Baltoro)
08: Día 7: Khorbutse - Urdukas (Trekking Baltoro)
09: Día 8: Urdukas - Goro II (Trekking Baltoro)
10: Día 9: Goro II - Concordia (Trekking Baltoro)
11: Día 10: Campamento Base K2 (Trekking Baltoro)
12: Día 11: Descanso en Concordia (Trekking Baltoro)
13: Día 12: Concordia - Ali Camp (Trekking Baltoro)
14: Día 13: Gondogoro La - Khuspang (Trekking Baltoro)
15: Día 14: Khuspang - Saicho (Trekking Baltoro)
16: Día 15: Saicho - Hushe (Fin Trekking Baltoro)
17: Día 16: Hushe - Khaplu - Skardu
18: Día 17: Skardu - Raikot Bridge
19: Día 18: Fairy Meadows I
20: Día 19: Fairy Meadows II
21: Día 20: Fairy Meadows - Minapin
22: Día 21: Rakaposhi BC
23: Día 22: Karimabad
24: Día 23: Lago Attabad - Valle de Hopar
25: Día 24: Passu
26: Día 25: Paso de Khunjerab
27: Día 26: Valle de Naltar
28: Día 27: Valle de Naltar - Gilgit
29: Día 28: Gilgit - Skardu
30: Día 29: Skardu I
31: Día 30: Skardu II
32: Día 31: Lahore I
33: Día 32: Lahore II
34: Día 33: Lahore III
35: IMPRESIONES
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Etapas 1 a 3, total 35
Normalmente, al terminar un viaje cuelgo el diario que he ido realizando día a día y el vídeo con lo mejor que he podido sacar de la cámara. Lo dejo por aquí para que os hagáis una idea de lo que relato en el diario.
El viaje lo he realizado solo. El objetivo principal del viaje era hacer el trekking del K2 pero ya puestos terminé yéndome un mes. La primera parte del viaje ha sido el trekking del Baltoro hasta el Campamento Base del K2 y el paso de Gondogoro. El trekking es necesario hacerlo si o si guiado, no se permite por libre. La segunda parte del viaje estuve recorriendo el norte de Pakistan con la clásica moto pakistaní, la Honda CG125, de forma independiente. Terminé con tres día en Lahore. PREPARACIÓN DEL VIAJE La seguridad del país El principal problema de Pakistán es que es un país que suele tener algún frente abierto a nivel geopolítico. Es prácticamente imposible visitarlo sin que haya alguna tensión de fondo. Y, si por casualidad hay estabilidad, esta se puede ir al garete en lo que dura el vuelo de España a Pakistán. En mi caso, viajé en julio de 2025 y a finales de mayo hubo un conflicto fuerte con India, con cierre del espacio aéreo durante un par de días, que me hizo dudar seriamente sobre ir o no. La realidad es que la tensión con India es perpetua y el problema de terrorismo un mal historicamente recurrente. No voy a ir aquí de analista político, pero mi sensación es que, una vez estás en el país, podría estallar una guerra con India y, probablemente en ciertas regiones, no notes un cambio drástico inmediato. El mayor problema sería el cierre del espacio aéreo, pero históricamente suele durar muy poco y ya sería mala suerte que te toque justo el día que tienes que volar. Hay un grado de incertidumbre que uno debe asumir al viajar a Pakistán, esto no es Europa. En España hay mucha más sobreinformación sobre Pakistán que la que uno recibe estando allí. Además, la información que llega a España suele ser sesgada para mal y, sobre todo, sensacionalista. Los clics y likes no se ganan diciendo que la vida es bonita, si no hablando de guerra nuclear y terrorismo. Hay zonas de tensión y peligrosidad muy claras, como el suroeste (Baluchistán) o áreas de la frontera afgana, que concentran el mayor porcentaje de atentados terroristas. Son zonas que no son turísticas y en muchas directamente ni te permitirían entrar. Están realmente muy lejos de la parte que suele visitar el viajero. Básicamente, no ir al norte de Pakistán por eso sería como decidir no viajar a Cabo de Gata porque ha habido un atentado en Bruselas. Dos lugares completamente distintos y sin conexión directa. La zona más turística es Gilgit-Baltistán, que en mi opinión es muy segura. Es un ambiente tremendamente rural, con un nivel de desarrollo bajo, pero si hay algún peligro, no viene de guerras o terrorismo, sino de fenómenos naturales (de eso hablo más adelante). En todos los recorridos por carretera encontrarás numerosos checkpoints militares o policiales, sobre todo al entrar y salir de valles. No hay que verlos como un problema, al contrario: su función es controlar quién entra y sale de la zona y garantizar que los turistas están localizados en caso de emergencia. En todos los que pasé, el trato fue siempre amable, sin una sola muestra de corrupción, y con un cuidado hacia el turista, en mi caso, exquisito. Si viajas con tu propio vehículo, es habitual que te pidan rellenar un registro con tus datos y destino. En ningún momento se me obligó a ser escoltado ni nada por el estilo. Si sirve de algo, una vez que compres los billetes, no te obsesiones viendo YouTube o noticias en la tele, porque entonces no vas. Estando allí, hablando con la gente, era muy común que muchos pakistaníes ni siquiera supieran que en mayo estalló un conflicto con la India. Allí la vida es muy centrada en lo local: pueblo, trabajo, familia y subsistencia diaria. Internet apenas llega y las preocupaciones son otras. Epoca para viajar Aquí es donde está, para mí, el mayor peligro del país: los fenómenos naturales en forma de inundaciones, lluvias y deslizamientos de tierra. Por un lado, si buscas cuál es la mejor época para realizar el trekking del Baltoro, en todos lados pone julio y agosto… Eso no es así. Se suele decir que el monzón no afecta al Baltoro. Es cierto que no afecta tanto como en el sur, pero sí condiciona logística y seguridad. Con la infraestructura tan precaria que hay, unas lluvias torrenciales o la crecida de un río se llevan por delante las dos carreteras que puedan existir, dejándote incomunicado o cancelando vuelos. El aeropuerto de Skardu, por ejemplo, depende completamente de que no haya nubes para poder operar. Hablando con mi guía y con otros guías de la zona, todos coinciden: cuanto más te metas en agosto, peor tiempo hace. Lo ideal para el trekking del Baltoro es la última quincena de junio o la primera de julio. A finales de julio, el monzón ya está bien instaurado. A finales de agosto por ejemplo, normalmente el paso de Gondogoro suele estar cerrado. En mi opinión, con el esfuerzo físico y económico que conlleva el trekking en Agosto no me la jugaría a hacerlo. Otro riesgo asociado, que coincide con la época de monzón, son los GLOF (Glacial Lake Outburst Flood). Son auténticas avalanchas de agua y lodo provocadas por la ruptura de lagos glaciares, capaces de arrasar aldeas, puentes y carreteras en cuestión de minutos. En Hunza y Gilgit-Baltistán ocurre todos los veranos, y julio y agosto son los meses malditos. El calor derrite los glaciares, el monzón los golpea y el cóctel resultante puede cortar la Karakórum Highway como si fuera de papel, dejando pueblos enteros aislados y viajeros atrapados sin salida. Uno puede pensar que ya habría que tener mala suerte de que le toque pero es que es algo que pasa cada verano en Gilgit Baltistan, no es inusual. La parte del viaje que hice en moto fue la segunda quincena de julio y, aunque el tiempo me respetó, ya empezaban las inundaciones y derrumbes un poco más al sur. Para que te hagas una idea: visité Fairy Meadows el 16 de julio y, apenas una semana después, una lluvia se llevó por delante la famosa carretera, dejando atrapados a todos los turistas que tuvieron que ser evacuados en helicoptero cuando el gobierno buenamente pudiera. En la última semana de julio, abrías las noticias y aparecían muchas relacionadas con inundaciones y deslizamientos en Chitral e incluso en Skardu. Yo mismo pillé un deslizamiento, pero por suerte llegué cuando ya estaban terminando de despejar la carretera. Este tipo de cortes puede bloquear rutas principales durante varios días y desmontarte el viaje entero. Entre el deshielo glaciar y el monzón es una época complicada. En un principio, tenía pensado hacer una ruta circular en moto para conocer la zona de las tribus Kalash, en Ayun, pero lo tuve que descartar por las inundaciones brutales que hubo a principios de julio allí. Al final fue un acierto, porque el valle de Gupis estuvo bloqueado por deslizamientos y en Ayun las inundaciones fueron gravísimas. Para recorrer el país en moto, lo ideal es fuera del monzón, evitando de julio a septiembre. Si quieres hacer el combo que yo hice (Baltoro + moto), lo idílico es segunda de junio y primera de julio. Aunque yo hice julio entero sin problemas, hay que contar con algo de suerte y la probabilidad de lluvias aumenta. Pakistán es un país de montaña, y lo bonito es ver los picos, si te pasas días con lluvia, pierdes esas vistas espectaculares, así que la clave es reducir al máximo la probabilidad de comértela. Luego está Lahore, que es tema aparte. Lo visité lo último, a finales de julio, y puedo decir que es el infierno en la tierra: 40 grados, monzón y caos nivel India… un clima tremendamente hostil. Aun así, quería visitarlo y tuve que lidiar con ello haciendo las visitas por la mañana y por la tarde, y refugiándome al mediodía en el hotel mientras rezaba para que no se cayera el cielo encima. Lahore no es para visitarlo en época de monzón salvo que, como me pasó a mí, no te quede otra. Después de visitar India en 2023 y Pakistán ahora, no pienso volver a esa zona en bastante tiempo, así que era ahora o nunca. Visado El visado puede cambiar cada año, así que aquí pongo brevemente lo que implicó para mí en 2025. Para hacer el trekking del Baltoro hay que pedir visado especial de trekking. Tardan unos 2 meses en aceptártelo y me costó 35€. Importante hacerlo con mucha antelación. Una pareja suiza que conocí sacó el visado normal (que prácticamente te aceptan en el día) y, una vez en Pakistán, decidieron hacer el trekking del Baltoro. Perdieron tres días en Islamabad pidiendo y esperando el permiso. Así que si tienes claro que vas a hacer el trekking, mejor con antelación. De todos modos, esto puede cambiar de un año para otro, así que lo mejor es revisar siempre la web oficial de visados electrónicos de Pakistán o preguntar a la agencia/guía con la que vayas a contratar el trekking. Vacunas Las típicas para viajar a países de este estilo (tétanos, fiebre tifoidea, hepatitis A y B…) más la poliomielitis. Ojo con la polio: si el viaje excede el mes, te la pueden exigir a la salida del país, así que es mejor llevarla puesta para evitar problemas. En cualquier caso, lo más sensato es pedir cita en el Centro Internacional de Vacunación y resolver dudas allí. Trekking Baltoro y Campamento base K2 El trekking del Baltoro es para mí el trekking de alta montaña más espectacular que existe junto con el del Campamento Base del Everest. El trekking del campamento base del Everest es también de una espectacularidad inmensa, muy pocos lugares en el mundo te permiten caminar entre montañas de 8.000 y 7.000 metros tan míticas. Si el Everest BC tiene el punto mítico de Kala Patthar, en el trekking del Baltoro tienes Concordia. En Concordia plantas la tienda de campaña frente al Broad Peak y el K2, rodeado de 7.000 que rozan los 8.000 como el G4. Es un punto único y mítico en el montañismo y llegar allí es la aventura en sí. En Concordia quien está allí es porque se lo ha currado. El trekking del Everest BC es un trekking muy cómodo, con teahouse, durmiendo en cama, cultura budista… el trekking del Baltoro es muchísimo más salvaje. Aquí no hay comodidades más allá de las que te proporcione tu campamento, haces dos semanas en tienda de campaña y, si bien no está esa cultura budista tan presente en Nepal, aquí la cultura musulmana se hace presente y le da también un plus al trekking. El trekking en general es fácil salvo dos días que son muy difíciles. El día que se visita el campamento base del K2 desde Concordia, son 22 kilómetros a 5.000 metros de altura, se hace físicamente muy exigente y terminas destrozado. Luego el punto más complicado es el cruce del Gondogoro. El cruce del Gondogoro es un collado de montaña a 5.600 metros. Cruzarlo hace que el trekking sea lineal, empezando en Askoli y terminando en Hushe. Si no haces el cruce el trekking es ir y volver de Askoli a Concordia. Es un poco bajón ya que repites las zonas por donde pasas y te pierdes el valle de Hushe. Un valle verde, precioso, con el campamento de Khuspang que es de los más bonitos del trekk, bajo el mítico Laila Peak. El problema que tiene Gondogoro es que es muy dependiente del clima. A mí me tocó muy malas condiciones pero, al ir solo y mi guía verme bien, tiramos para adelante. Fuimos el único grupo que cruzamos ese día, ya que el resto se dio media vuelta porque los guías no se fían cuando llevan grupos numerosos y las condiciones son malas. Una cosa buena es que la empresa con la que fui, el equipo era de Hushe, por lo que van motivados para cruzar Gondogoro. Si el equipo que llevas es de Askoli o Shigar, la motivación evidentemente será menor. En mi caso me tocó cruzar el día que peor tiempo me hizo. Muchísima nieve suelta acumulada sin base y una ventisca tremenda, ese día dejó de ser trekking y se convirtió en una jornada más alpina que otra cosa. Básicamente, necesitas subir con cuerda fija, arnés y crampones de noche para empezar una bajada de infarto al amanecer, para evitar desprendimientos con el calor de la mañana. Me resultó tremendamente exigente pero sin duda merece la pena. Si encima lo pillas con buen tiempo y hielo en vez de nieve, la subida ya no es tan técnica, siendo un trekking duro pero con unas vistas escandalosas. Tienes que tener en cuenta eso, estar dispuesto a hacer una subida algo técnica en caso de mal tiempo e ir bien aclimatado. Yo hice el trekking con una empresa que no puedo dejar de recomendar: High Mountains Treks Contacto: Isaaq · +92 346 8483121 · 1988hassanjan@gmail.com El precio va por el número de personas. A más personas, mucho más económico. Yendo solo se va un pico importante, la verdad. Cuando yo pedí precios, esto fue lo que pedían (2025): i) 01 person 3000 USD ii) 02 per person 2499 USD iii) 03 per person 2299 USD iv) 04 per person 2199 USD v) 05 per person 2099 USD vi) 06 to 07 per person 1999 USD Ahí incluían todo, hasta los aviones de Islamabad a Skardu y Skardu a Lahore, así como los hoteles en Skardu e Islamabad. A la hora de elegir agencia, sobre todo tener en cuenta algunas cosas importantes: Hay muchas que, para abaratar precios, te meten en grupos. Los grupos, sobre todo si son de desconocidos, están abocados al fracaso. No sabes cómo va a reaccionar cada uno a la altura y si tu idea es cruzar Gondogoro, si vas en grupo lo más probable es que no cruces. Físicamente es exigente y si alguno ha llegado a duras penas a Concordia, descartan ir por Gondogoro. Otro punto importante es que te proporcionen tienda de campaña para ti solo. Compartir tienda de campaña ya tiene que ser con tu pareja para que puedas estar cómodo. En un trekking así, la tienda de campaña se vuelve tu refugio y me parece clave que sea individual. Otro aspecto, que vi que otros grupos no tenían, es que el campamento incluya una carpa comedor. Pensad que se pasa un calor enorme; tener una carpa donde pasar las horas muertas de la tarde y no comer bajo el sol o la lluvia es vital. Vi que otras empresas no lo incluían y es un error. Por último, el tema de la comida. Si eres aprensivo con el tema animal, tened en cuenta que los animales se llevan vivos para garantizar la frescura, algo habitual en zonas remotas sin refrigeración. En mi caso iba con cuatro gallinas vivas. Esto funciona así: no existe un Mercadona donde vengan en pechugas fileteadas para reducir la culpabilidad. Los grupos grandes llevan hasta una cabra y en expediciones al k2 vacas. Yo, por ejemplo, no podría hacer todo el trekking a Concordia con una cabra viva para luego comérmela cuando ya le habría puesto hasta nombre a la pobre. El tema de las gallinas, como seas muy urbanita, también te va a costar, por lo que tenlo presente por si quieres pedir menú vegetariano. Al final, la comida es algo repetitiva: arroz con pollo de diferentes maneras. Ya en Concordia el pollo pasa a ser latas de sardinas o atún. Con mi compañía la comida estuvo bastante bien, e incluso tuve fruta durante todo el trekking. Respecto al material de montaña, allí se puede alquilar todo bastante económico. Es un trekking que se puede hacer en zapatillas. Yo mismamente lo hice todo con unas zapatillas del Decathlon de 35 euros. Pongo el enlace porque, si bien siempre he sido escéptico con el material del decathlon, ESTAS ZAPATILLAS me parecen el culmen de la comodidad. Me llevé botas buenas de montaña y al final solo las usé para el día de Gondogoro y encima se me metió nieve, y la bajada la hice con mis zapatillas del Decathlon. No os volváis locos con eso porque se llega a andar con muchísimo calor y el Gore-Tex y la caña alta de la bota te puede recocer el pie la mitad del trekking y hacerte un destrozo. Yo me llevaría unas zapatillas cómodas que transpiren bien y algo más impermeable para el día de Gondogoro. Respecto al abrigo, solo lo vas a usar desde el campamento Goro 2 para arriba: las noches en Concordia y la subida a Gondogoro. Es algo que se puede alquilar sin problemas y te ahorras destrozar el tuyo o cargar con él todo el viaje. ENLACE a wikiloc con el track de la ruta Alquiler de la moto El tema de la moto es algo ya personal, pero a mí me parece un plan perfecto para recorrer el norte de Pakistán. Alquilé la moto en Skardu y me ayudó la agencia del trekking, Isaaq de High Mountains. Allí tienes opción de alquilar motos grandes por unos 20 € al día, pero yo fui a lo auténtico y alquilé la que lleva el 90 % del país: la Honda CG125. Es una moto que va muy justa de potencia, pero que a cambio te ofrece movilidad y seguridad plena. Si tienes algún problema, allí todo el mundo sabe arreglarla, ya que prácticamente nacen con esa moto debajo del brazo. El tema del contrato de alquiler imagino que habrá empresas especificas de eso pero lo mas frecuente son alquileres muy informales sin apenas contratos de por medio. Yo intenté buscar una empresa que me hiciera un contrato formal y me fue imposible. Solo encontré una que me alquilaba motos enormes que excedían mis pretensiones (y dudo que el contrato fuese muy formal pero allí de primeras te dicen a todo que si), empresas formales de motos de 125 en Skardu no hay. La Honda 125 es una moto de marchas. Yo nunca había conducido moto de marchas, pero me puse con Isaaq y en 10 minutos le coges el truco. Es acostumbrarse al embrague y listo, tremendamente sencillo. La moto no pasa de 70 km/h en rectas perfectas (cosa rara), por lo que tampoco te va a matar la velocidad. Con ella subí hasta el paso de Khunjerab a 4 700 metros, uno de los días más épicos que ya contaré en el diario. Con esa moto se puede hacer todo el norte del país sin problema. Iba con una mochila pequeña, con lo justo para dos semanas, enganchada en la parte de atrás con dos cuerdas de montaña. En mi caso coincidió que, por culpa de bloqueos de carreteras y huelgas, no había apenas turismo local ni camiones, por lo que encontré poquísimo tráfico y fue una auténtica gozada. Tuve mis problemas, que siempre se resolvieron en un momento (lo relataré más adelante). Sin duda, una experiencia 100 % recomendable. Conocí a una pareja de chicos que viajaban en transporte local y autostop y también me relataron muy buena experiencia. Eso sí, es todo más lento y no te da la libertad de la moto, aunque a cambio la inmersión cultural debe ser mayor. De todos modos, yendo en moto la inmersión cultural ya es un tsunami, así que no creas que te vas a librar de hacerte mil selfies cada vez que pares. La moto me costó 15 $ al día. La gasolina es baratísima y hay más mecánicos que panaderos. El único problema pueden ser bloqueos de carreteras por huelga o deslizamientos de tierra, pero ahí estás vendido igual, ya sea en moto o en transporte público. En cuanto a la documentación, pasas por muchos check points y en ninguno me pidieron nada relacionado con la moto. En Pakistán no es necesario carnet de conducir para las motos de 125, y verás incluso a niños conduciéndolas. El alquiler es muy “a la paquistaní”: en ningún momento firmé nada. Me mandaron el carnet de la moto por WhatsApp y listo. Nunca me pidieron ningún papel, y pasé al menos dos o tres controles cada día, en los que solo te piden el pasaporte, lo apuntan y continúas. Aun así, hay que extremar el cuidado y no fliparse. Si tienes un accidente pequeño estoy seguro que tiene fácil solución al momento pero en caso de accidente grave, especialmente si hay heridos o daños serios, estarías muy vendido a nivel legal y asegurador. Un seguro internacional tipo IATI, InterMundial, Chapka, etc. podría agarrarse a la letra pequeña para no cubrir nada, alegando ausencia de contrato o sin autorización formal. Incluso aunque la moto sea de 125 cc, el problema no es la cilindrada sino que la estás usando sin un acuerdo legal escrito mas alla de una conversacion de whatsapp con suerte. Importante aún así llevar copia digital de todos los mensajes y pruebas de acuerdo, por si acaso. En resumen: es un riesgo asumido. Si vas con cuidado y sin buscarte líos, lo más probable es que no pase nada… pero si pasa, podría complicarse mucho más que en un país con alquiler formal. Al final, cada viajero debe tener la madurez suficiente para valorar si ese grado de riesgo encaja con su forma de viajar, y asumir la responsabilidad que ello conlleva. Planificación del viaje y rutas El viaje lo he planificado con podcast, especialmente el de Un Gran Viaje de Pablo Strubell, Chatgpt, google maps y wikiloc. Sin mas misterios. ChatGPT ha facilitado la organización de los viajes de una manera revolucionaria sin duda alguna. Aquí en losviajeros en los foros hay tambien buena información pero de diarios poquitos. Espero con mi diario contribuir a enriquecer un poco mas esto. Internet Es, sin exagerar, uno de los países con peor internet que me he encontrado hasta la fecha. En Gilgit-Baltistán la única compañía que funciona mínimamente es SCOM. Durante el trekking no hay internet alguno. Solo en Concordia llegué a pillar un poco de cobertura que me permitió recibir WhatsApps (pero no enviarlos) y solo durante unos 10 minutos… de los tres días que estuve allí. En el resto del viaje, el internet es muy malo incluso en los hoteles. Según me dijeron, un deslizamiento de tierra en Chitral cortó la fibra óptica… pero si fue así, la cortó durante dos semanas, porque no llegué a tener internet decente en ningún momento, ni con mi móvil ni en los alojamientos. En Lahore e Islamabad, SCOM no funciona. Allí tienes que comprar una SIM de Jazz, que en esas ciudades iba algo mejor, pero aún así, muy lejos de la velocidad europea. Importante: las SIMs, ya sean de SCOM o de Jazz, tienes que comprarlas en las oficinas centrales de las compañías. Las sucursales pequeñas, los puestos de los aeropuertos o los callejeros no sirven para turistas, ya que necesitan tu visado y activarte la línea. Me parece increible que en los aeropuertos no puedas pero es así. SCOM tardó más de 24 horas en activarme la tarjeta, Jazz solo una media hora. Aquí las cosas sin agobio. Electricidad: Con el enchufe de españa vale en cualquier sitio, no hace falta adaptadores. Durante el trekking pude cargar con una placa solar que llevaba la agencia. Durante el resto del viaje es muy común que no haya electricidad en los alojamientos o si la hay que sea muy inestable por lo que es bueno llevar mínimo un powerbank Dinero: Allí todo funciona en metálico. Solo usan billetes. No manejan monedas porque, con la inflación, su valor es nulo y han desaparecido. Para que te hagas una idea el billete más pequeño, de 10 rupias, equivale a 3 céntimos de euro, y el billete más grande, de 5000 rupias, son unos 15 €. Los cajeros casi nunca permiten sacar con tarjeta extranjera. El único que nunca me dio problemas fue Bank Alfalah. El máximo que te permite sacar de una vez es de 25.000 rupias, unos 75 € al cambio, con una comisión ridícula. Puedes sacar 75€ tantas veces como quieras, según tu banco, claro. Con Revolut, sin problema. Lo mejor es llevar euros desde España y cambiarlos en Islamabad. Fuera de Islamabad es muy difícil encontrar casas de cambio, y bancos Alfalah solo vas a encontrar en poblaciones grandes como Skardu, Gilgit o Sost. Pakistán es muy barato: puedes viajar sin problema con 20 € al día. Eso sí, en zonas remotas lleva siempre más efectivo del que creas que vas a necesitar. Un corte de carretera, un cambio de planes o un imprevisto te pueden dejar sin cajero ni cambio a mano durante varios días. Voy a ir subiendo las etapas poco a poco, que lleva su trabajo. Tened en cuenta que el diario lo he ido escribiendo día a día durante el viaje. Etapas 1 a 3, total 35
Pues por fin llego a Pakistán. Un destino que siempre me llamó la atención pero nunca me imaginé visitar. La verdad que no es un destino al que hubiera venido solo. Pero al final se ha dado así. Es difícil encontrar no ya a alguien que se quiera venir a Pakistán, sino a alguien que se quiera venir el mes entero, así que son destinos que, como estés esperando ir con alguien, no irías. Si siguiera esperando a alguien para irse a Nepal como hace 10 años, no habría ido.
Llegar a Pakistán es tremendamente sencillo. La verdad que Turkish es probablemente la aerolínea más cómoda, con mejor comida y espacio entre asientos. Básicamente son 5 horas de Valencia a Estambul y otras cinco de Estambul a Islamabad. Lo malo es que no te da tiempo a dormir en condiciones en ninguno de los dos. He llegado a Islamabad a las 3:30 de la noche. La aduana ha ido rapidísima, pero la recogida de la maleta me ha liado 40 minutos... Me veía que me quedaba sin la maleta. A las 4:30 he salido del aeropuerto y me he encontrado con dos chavales de la compañía. Me han puesto un collar de espumillón en la cabeza, me han saludado y han echado a andar. Yo como pollo sin cabeza los he seguido bajo un calor asfixiante a medio amanecer y destrozado. Nos hemos metido en un coche Suzuki microscópico reventado y 30 minutos de carretera hasta el alojamiento. En el camino hasta el hotel llama la atención las constantes banderas de Pakistán, alusiones al ejército, muchísimas motos y todo bastante hecho polvo. Pero me llama la atención que si esto fuera India estaría petadísimo de gente, y para nada: sin apenas tráfico hemos llegado al hotel a las 5:30. Mi guía me ha dicho que me acueste a dormir, que con el calor que hace por la mañana no se puede hacer mucho, y que sobre las 13:00 vendrá a recogerme para visitar la ciudad. Me he echado un sueño que es como si me hubiera acostado en España a las 3 de la mañana. He dormido 6 horas del tirón y me he despertado nuevo. Para comer me he sacado mi bocadillo de jamón con queso que llevaba desde España para este momento en concreto, especial. A las 14:00 ha venido mi colega junto con su hermano y un pakistaní en un coche. El nivel de conversación con mis dos amigos nuevos es bastante básico, pero algo hemos podido hablar. Ellos son de Skardu, donde voy mañana, y entre ellos hablan un idioma que es el baltí. El hermano mayor es musulmán y el pequeño parece ser que le da bastante igual la religión. Lo primero que hemos hecho ha sido ir a cambiar dinero, y de ahí me han llevado al Museo de Pakistán. Un museo gigante sobre la cultura pakistaní que termina llamando más la atención por la gente que lo visita que por el contenido. El museo no está mal, tiene una zona de la ruta de la seda con un guerrero terracota de china original y espacios dedicados a todos los tanes, Irán y Turquía. Al ser mi primera inmersión en el país no puedo evitar que me llamen más la atención los grupos de escolares, jóvenes, las familias y demás. Además, es recíproco, porque de vez en cuando se me acerca un niño pequeño y me saluda. Los mayores me miran pero guardan respeto. Fuera del museo se puede ver un análogo de mercado medieval en España, con su alfarero, pintores, tómbolas cutrisimas y demás. Todo lleno de monos que van rapiñando lo que puedan y la gente comprando mazorcas de maíz para darles. A 40 grados y una humedad escandalosa. Al ser todo tan nuevo se lleva bien. Del museo hemos subido a un mirador en lo alto de la ciudad. Islamabad es una ciudad rarísima. Las calles no son manzanas de edificios, es como si las calles fueran por en medio del monte, todo verde y de vez en cuando asoma algún edificio o mezquita. Un puntazo son los camiones pakistaníes. Aquí tienen toda su propia cultura. Al igual que los autobuses guatemaltecos, cada camión va decorado de la forma más barroca posible. No recuerdo ver esto así de exagerado en la India. Están muy chulos. Desde lo alto del mirador se ve Islamabad entera, y para nada parece una ciudad. Es como ver un bosque cuadriculado con edificios grandes salteados y algún bloque de viviendas. Se ve que la gran mayoría de la gente vive en la zona antigua, Rawalpindi, e Islamabad ha quedado como un centro político, de negocios y turístico. Nuevamente, aunque las vistas, con la gran mezquita a un lado, son muy bonitas, no puedo evitar flipar con la gente. Es el sitio más musulmán en el que he estado. Lo más parecido quizá sea Jordania, con la diferencia de que aquí hay mucha más gente. Aunque sea un ambiente muy musulmán, me lo esperaba más radical. Si bien se ven muchos niqabs y la gran mayoría de las mujeres van veladas, se ven muchas mujeres jóvenes y mayores sin velo. En los hombres yo diría que más de la mitad llevan atuendo tipico pakistaní, pero muchos visten totalmente occidentalizados. Como yo, vamos. Si doy el cante es porque soy el único imberbe en todo Islamabad, no por la vestimenta. En el mirador un hombrecillo se ha puesto a tocar una especie de guitarra con doscientas cuerdas, y al verme a mí se ha alegrado muchísimo y se ha puesto a cantar una especie de canción popular pakistaní a la que se han unido los que estábamos mirando. El hombre bien sabía que mi propina no son 20 míseras rupias. Del mirador hemos ido ya al punto fuerte de Islamabad: la mezquita Faisal. La mezquita es un disparate de grande y de bonita. Es moderna, construida en los 70. Llama la atención que no es de cúpulas, sino que imita una gigantesca carpa beduina. Tiene capacidad para 300.000 personas y el ambiente es total. Miles de personas se juntan en los jardines de alrededor, en la explanada frente a la mezquita los críos corren, la gente se hace sus selfies y demás. Justo en la explanada ha comenzado el canto a la oración y cada vez más feligreses iban metiéndose dentro de la mezquita. Un río de gente. Muy bonito. Aquí también los niños pequeños se me acercan a darme la mano e incluso me piden que les haga una foto. Algún otro me habla y como no les entiendo nada, les doy la mano y se van contentísimos. Mi guía se ha echado su rezo mientras su hermano y yo hemos estado sentados en la explanada esperando. El fervor que genera el islam aquí es impresionante. En España, cualquier ritual cristiano suele tener una media de edad de 70 años. Aquí, en cambio, lo raro es ver a alguien mayor. Hay jóvenes y niños por todas partes. Entre los mayores de 50 es común ver la marca en la frente fruto de años de rezar, algo muy característico en países musulmanes. De la mezquita, para las 19 hemos vuelto al hotel. El ambiente la verdad que si se parece a algo es a la India, pero no llega a ser ese agobio infernal de India. Se ve tráfico, también pobreza, pero nada exagerado. Es curioso que en los semáforos nos hemos encontrado con personas que a la vista parecen trans pidiendo, les llaman Hijras según me dice el chaval que me acompaña. Ya las había visto en India, pero me ha sorprendido encontrarlas también en Pakistán, un país tan conservador. Están, eso sí, en la marginalidad. También se ve pidiendo personas con secuelas de polio, aunque en mucha menor proporción que en India. Lo de la India es salvaje. Pakistan de momento no me ha resultado nada desbordante, bastante asumible. En el hotel he descansado y me he animado a pillarme un Yango (el Uber pakistaní). Por apenas dos euros me ha llevado hasta la zona de los restaurantes en todo el centro de Islamabad y me he metido en uno que había leído que tenía fama: New Kabul Restaurant. En Pakistán hay una población afgana importante, refugiada de Afganistán de los talibanes. Se han asentado y su comida se ve que es famosa. Me he sentado y me he pedido unas brochetas de ternera estilo afgano y un arroz con albóndiga y carne que he cenado como un rey. Hay que decir que en todo el día solo había comido el bocadillo de jamón a las 12 del mediodía, por lo que el hambre que llevaba quizá haya influido en que me hayan sabido a gloria las brochetas afganas y el arroz. 7 euros que me ha costado con un trozo de pan afgano enorme, una Coca-Cola y un agua. Y viendo la gente que está en el restaurante, debe ser de los caros. Esto es como en India que por muy poco dinero puedes darte un auténtico festín. Ya cenado, vuelta al hotel, diario, capitulito y a dormir. El día se ha dado perfecto y mañana, si tengo suerte, duermo ya en Skardu, lejos del calor. Y digo suerte porque el vuelo de Islamabad a Skardu tiene una tasa de cancelación del 40%. Se ve que el aeropuerto de Skardu depende de la visibilidad para aterrizar y no siempre es buena. Si no se pudiera volar es un fastidio porque toca carretera, y mejor ni pensarlo para no gafarlo. Etapas 1 a 3, total 35
El avión lo tenemos a las 10. Hemos desayunado de buffet medio decente y con un Yango hemos ido al aeropuerto. La terminal de salidas nacionales es pequeñita pero debe ser bastante nueva. Hemos pasado todos los controles y con una hora de antelación hemos llegado al embarque. Parece que el avión finalmente sale, así que al menos me voy a librar de perder dos días en carretera, menos mal.
Hemos subido al avión y aquí es donde me ha dado el primer microinfarto (o infarto completo) del viaje. Subo a mi asiento. Coloco la mochila en la parte de arriba, la otra mochila en el asiento y... Mierda. Las botas, no están las botas. He entrado en pánico y ya las he visualizado en el hotel... Me he sentado, quedaban 10 minutos para salir y de repente se me ha iluminado la imagen de cómo las había metido en el carrito y las había pasado por el control de equipajes, por lo que me las tengo que haber olvidado ahí. Me he levantado y he hablado con el azafato, un tío amabilísimo. Se ha puesto en contacto con los de seguridad y en un minuto me han dicho que vuelva corriendo, que efectivamente, hay una bolsa verde sin identificar en el control de equipajes. Despistes míos... Con una sonrisa me han dejado pasar todos los controles y en diez minutos estaba entrando al avión para sentarme y despegar. El vuelo a Skardu es de los más épicos que he hecho. Sin duda el que hice en su día en Nepal hasta el inicio del campamento base del Everest, Katmandú - Lukla, está en el top, pero este no se queda atrás. A diferencia del de Nepal, en que volaba en un Bombardier de dos hélices, aquí se vuela en un Airbus A320 normal y corriente, lo que hace que sean más bestias las maniobras que tiene que hacer, ya que es un avión grande. El avión va volando por el valle del Indo y a los 20 minutos el piloto nos anuncia que a nuestra derecha vamos a ver el Nanga Parbat, un ochomil de 8.126 metros (Imagen última del video que he puesto en la etapa de preparación). Por la ventanilla aparece imponente el pico. El piloto además se luce y se nota que se aproxima adrede. El vuelo sigue por el valle del Indo para, cuando llega a la altura del valle de Skardu, hacer un giro pronunciadísimo de casi 90 grados y meterse dentro del valle rodeado de picos de 6.000 metros. Al fondo del valle se ven las pistas y todo rodeado de montañas. No llego a imaginar cómo narices aterriza hasta que sobrepasamos las pistas para acto seguido el avión girar 180 grados y volver por el valle rozando las laderas de la montaña. Llega al final del valle y cuando parece que te vas a comer las montañas vuelve a girar 180 grados para ya sí, enfilar la pista. Chulísimo. Con razón se cancelan tantos vuelos. Es un aterrizaje puramente visual, no hay ningún tipo de ayuda más que la pericia de los pilotos, y para poder aterrizar aquí tienen que pasar una acreditación especial con no sé cuántas horas en simulador. Lo difícil está hecho, ya que para despegar parece ser que no es tanta historia. La bajada del avión sigue aumentando la épica. La gente antes de subir al autobús que nos lleva a la terminal sale loca echándose fotos y terminan todos dispersándose en un sin Dios que nadie intenta controlar. Una bandera gigante de Pakistán en la ladera y un desierto con dunas rodeado de picos nevados. Un poco más pequeño el valle y no cabe el aeropuerto. En la salida nos estaba esperando Isaaq (el dueño de la empresa) y Musa (el que será mi guía). De camino a Skardu me van contando que Musa ha hecho de guía de Edurne Pasaban y que la empresa sale en El filo de lo imposible. Mi guía la verdad que me da seguridad, el tío con sus pantalones Ternua y su camiseta de la Caja Rural diciéndome “amigo” y “hostia” cada dos por tres. Mucho hacer de la Ñ símbolo nacional, pero en todo el mundo conocen a España por el hostias. Hemos llegado a Skardu en 20 minutos. Un pueblo rodeado de montañas y una calle principal llena de tráfico. Aquí son chiíes y me fijo que en las mezquitas hay banderas negras y que muchísima gente va vestida de negro. Hasta las niñas pequeñas van vestidas de negro con su velo y todo. Por todo el pueblo se escucha una música on cante, como si fuera un cante jondo. Una llamada a la oración pero como con más pesambre. Resulta que están en Muharram: el primer mes del calendario islámico. Para los chiíes es un mes de duelo en memoria del martirio del imán Husayn en la batalla de Karbala. De ahí las banderas negras, la música triste y el ambiente lúgubre, tan lúgubre que parece que impone respeto. Aún así no se ven malas caras y la gente me ve y me sonríe. Una vez en el hotel he descansado un rato y para las 14 he pedido de comer y me han traído la comida a la habitación. La habitación es cutrecilla pero las vistas no están mal, hace buen tiempo y he comido bien a gusto. Después de comer me he ido a ver si me consigo hacer una SIM. Yo creo que me han timado porque me han dado la SIM a las 15:00, me han dicho que tardaba cuatro horas en activarse... Son las 21:30 y esto no funciona. Volviendo de la SIM me he pasado por la mezquita que tienen en el pueblo y ya en el hotel el dueño de la empresa me ha dicho que me pille una moto y me vaya a ver el desierto helado. Ha parado a un mototaxi que por 4 euros me ha llevado hasta lo que llaman el desierto helado, Sarfaranga. Se va recorriendo todo el pueblo con mucha gente de negro, las mujeres llevan dulces y los hombres montan carpas donde reparten refrescos gratis, todo con música melodramática a todos los que da. Para nada parece una celebración, literalmente parece un entierro todo el pueblo. Al salir del pueblo la carretera bordea el valle del Indo con unas vistas espectaculares. Se va serpenteando hasta llegar a un puente colgante y por fin a la zona del desierto. Lo llaman desierto helado por tener dunas, aunque realmente, con la cantidad de precipitaciones que hay aquí, no se podría considerar desierto. Hay una zona donde los turistas locales vienen a calmar las ansias a base de jugarse la vida en jeeps a 200 por las dunas subidos en el capó y en quads. Montar en ultraligero, galopar en caballo por la llanura de tierra o tirar con el arco. Es un desierto enorme y se juntan todos en el mismo punto. A poco que se ha alejado mi mototaxi, nos hemos metido en una zona solitaria donde el hombrecillo me ha llevado media hora andando hasta unas vistas bonitas del valle y las dunas. De vuelta al pueblo me he ido a echar las cuentas con Isaaq del viaje. La tontería al final me ha salido cara. Antes de pagar hemos estado hablando y me ha contado la cantidad de alpinistas que han venido y enseñándome fotos con Edurne Pasaban. Me ha contado que por una expedición al K2 de Islamabad a Islamabad de dos meses de duración con todo incluido cobra, para una persona sola, unos 25.000 euros. Suena un disparate pero el Everest es fácil el doble. Hemos estado una hora larga hablando, me ha puesto mi inglés al límite y a veces la conversación caía en el punto muerto típico de cuando te preguntan algo, tú no te enteras de una mierda, le respondes “yes” y se ve que lo que te preguntaba no era una pregunta de yes or no... En fin. Cansado se me licua el cerebro. Ya de noche, poco más. Hace fresquete y en la terraza del hotel me he comido unos noodles con los cantes funerarios de fondo (que me van a dar la noche me parece a mí) y fin. Mañana a las 7:30 salimos para Askoli, donde se comienza el trekking. Etapas 1 a 3, total 35
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