Vaya noche mala he pasado. Se me ha descompuesto el cuerpo y me he estado levantando cada dos por tres al baño. En principio yo pensaba que había sido por el soleton que me cascó viniendo de Gilgit, pero mucho me temo que tuvo que ser la cena, he caído.
Aun con la mala noche y la cagalera he tenido las narices de, a las 6 de la mañana, al ver el cielo despejado, cogerme una barrita energética y un par de plátanos, y tirar a hacer la ruta que tenía pensada: Mansur Rock. La ruta está muy cerca de Skardu, se sube por una pista de tierra que serpentea hasta los 3000 metros, terminando en una aldea. Desde aquí yo sabía que eran 5 kilómetros ida y vuelta, pero con 700 metros de desnivel positivo.
He empezado la ruta bastante animado, con la ilusión de que la mala noche haya sido algo esporádico. Un valle bonito, el campo florecido, buen tiempo… Pero cuando ha empezado a ponerse cuesta arriba, me he empezado a notar que no estoy al 100%. Es mucho desnivel, y entre el cansancio acumulado y la noche que he pasado, me ha costado horrores. Pues aun así, como a cabezón no me gana nadie (y más yendo solo) he llegado hasta arriba en dos horitas y media. Al llegar arriba me he comido otra barrita energética y una Coca-Cola con unas vistas espectaculares. Mansur Rock es una piedra que sobresale en el acantilado, rollo Trolltunga en Noruega, tremendamente parecido, siendo trolltunga muchos mas grande pero ambas muy espectaculares.
La lengua de piedra te sitúa sobre todo el valle de Skardu, con una caída de más de 1000 metros y todo el desierto helado abajo, con los picos rodeándolo. Me ha costado dios y ayuda llegar, pero las vistas merecen mucho la pena. Muy épicas. El problema es que aquí la gracia está en echarse la foto en la lengua, y la cuestión es que estoy yo solo y no hay un alma alrededor qu eme la pueda echar. No sé poner el disparador automático más allá de 10 segundos, por lo que me he pegao unas carreras entre la cámara y la piedra para echarme las fotos que ya me han dejado reventado. Si me hubieran grabado desde fuera, la banda sonora de Benny Hill le vendría al pelo.
Tras echar un rato haciendo el subnormal, he empezado a bajar. En la bajada ya sí que me he notado que físicamente no estoy bien de forma oficial. A medio camino he tenido que evacuar tras una piedra, y la cuestión no tiene muy buena pinta. He tardado como dos horas en bajar, y es que no podía con mi alma. He llegado por fin a la moto medio mareado y con chiribitas en la barriga. La pista de tierra en la que tanto me flipé a la subida, ahora se me ha hecho un penar. Cada bache que pillaba me quería morir. No sé ni cómo he llegado al hotel, literalmente me he muerto en la cama. Pero no por mucho tiempo, porque oficialmente tengo diarrea del viajero.
Esto es una putada. He esquivado la diarrea en todos los viajes: India, Etiopía, Nepal, Uganda, Centroamérica, Filipinas… Pero antes o después tenía que pasar. He llevado un cuidado exquisito con la comida y el agua, pero al final uno se expone a tanta suciedad que con poco que el camarero le meta el dedo a la sopa estás vendido. No ya el camarero, uno mismo al tocarse la boca con la mano. La prevalencia en Pakistán de un parasito llamado Giardia es muy alta y aun siendo escrupulosos rollo TOC en cinco semanas haberla esquivado hubiera sido pasarme el juego.
La cuestión es que me he tirao la tarde agonizando, sin poder comer nada, con angustia y de cagueta en cagueta. Ayer ya me tomé el antibiótico por la noche, me lo he vuelto a tomar, me he dormido y aun así he tenido narices, a las 6 de la tarde, de irme con la motillo al pueblo de al lado, Shigar. Me está bien empleado, como diría mi madre, porque a medio camino me he tenido que dar la vuelta porque hasta se me ha nublado la vista de los retortijones que me han entrado. Un desastre.
Mañana era el día de colchón en Skardu que dejé por si había algún imprevisto. Tenía pensado aprovecharlo para subir a Deosai, un altiplano a 4000 metros. Serían 6 horas ir y venir con la moto, pero viendo el panorama, y que además hace dos días hubo un deslizamiento en la carretera y debe estar fatal el camino. Mañana me parece a mí que no me voy a mover de la habitación. De momento no tengo fiebre, solo un cansancio muy grande y la diarrea constante. La ruta de esta mañana no ha ayudado. Estoy bebiendo agua, suero y bebida isotónica como un animal y ni así meo, estoy totalmente deshidratado.
Antes o después tenía que pasar. Desde que llegué a Pakistán he estado todos los días con la barriga floja. El cuerpo ha llegado a un punto que, integralmente, ha dicho basta. Pakistan gana.