Viaje por el centro-norte de Vietnam ✏️ Blogs de Vietnam

Vietnam es un país en claro desarrollo económico, que en unos pocos años, tal y como pudimos comprobar, llegará al nivel de China o Tailandia. Los azotes de las guerras que han marcado a las sucesivas generaciones (en especial la guerra contra los franceses y la tan archiconocida contra los americanos) han marcado al pueblo vietnamita dentro de la pobreza y el sufrimiento, por lo que ahora, en plena época voraz del liberalismo económico, los habitantes de Vietnam no han dudado en subirse al caballo de la globalización y sumarse con todas sus fuerzas al progreso económico. No obstante, aún son muchos los pasos que tienen que dar para considerarse un país plenamente desarrollado.
La sensación que tienes cuando viajas por Vietnam es que es un país a medias, es decir, que aún no han llegado a la estabilidad económica pero que ya ha dejado atrás cualquier rastro de verdadera pobreza y de desconexión con el mundo occidental. Hasta el vietnamita más pobre ya tiene un teléfono móvil, y en muchas casas destartaladas lucen antenas parabólicas con la más variada programación internacional. Que nadie busque ya en Vietnam las estampas del viajero de antaño, cuando los niños corrían descalzos al ver un automóvil, o cuando la gente miraba con ojos curiosos y inocentes la llegada del turista. El Vietnam comunista anclado en el pasado y de espaldas al mundo ya no existe. Todo el país, lo que en gran parte nos decepcionó, gira en torno al dólar y la llegada del turismo.
La ruta que realizamos durante veinte días incluyó los lugares más importantes del centro norte de Vietnam. Cronológicamente los lugares visitados fueron Hanoi,Pagoda del Perfume,Bahía de Halong,Sa Pa,Cuc Phuong,Van Long, Hue,Bach Ma,Hoi An, y la playa de China. Supongo que en lugares más alejados del turismo aún puede verse un Vietnam más auténtico, pero los accesos para estos lugares más remotos no són fáciles y la infraestructura para visitarlos (carreteras, transporte público, alojamiento) aún no está del todo desrarrollada.
La mayoría de los paquetes turísticos incluyen la visita al Sur de Vietnam (Saigon y delta del Mekong), pero al precio de conocer el norte más superficialmente (solamente Ha Long y Sa Pa). Mucha gente optaba también por completar el viaje tomando un avión desde Hanoi o Saigon hasta Siem Riep (Camboya) para visitar la ciudad antigua de Angkor. Las combinaciones son múltiples, y dependerá de la profundidad con la que queramos conocer los diferentes lugares el hecho de optar por un viaje u otro.


Bahía de Halong

Viajar por libre

Nosotros no contratamos desde España ningún paquete turístico. Fuimos simplemente con el billete de avión y el primer hotel en Hanoi. La opción de improvisar sobre la marcha es sin duda la mejor, ya que en todo momento tienes la libertad de cambiar planes o conocer nuevos lugares inicialmente no previstos. Hay que decir que viajar estrictamene por libre (sin depender de ninguna agencia de viajes local), como haríamos en Europa, es prácticamente imposible por varios motivos: los autobuses locales tardan muchísimas horas en llegar al lugar de destino, la señalización de los lugares turísticos es casi inexistente, conducir por libre es un auténtico suicidio, etc. Lo mejor sin duda es contratar cada excursión con una agencia local (ir a varias para comprobar los precios) y los sucesivos hoteles a través de internet (hay internet en cada hotel, de forma que puedes reservar de un día para otro sin problemas). Las agencias son completamente fiables. Nosotros contratamos en varias sin ninguna referencia y todas resultaron estrictamente competentes.
Una lástima, en lo personal, es que para visitar ciertos lugares, como los parques naturales (donde siempre me ha gustado ir de manera independiente ), no hay más remedio que contratar un paquete en una agencia de viajes. Para llegar a estos sitios no hay transporte público, y la señalización casi no existe (es posible que la falta de medios sea incluso intencionada , para que así te veas obligado a contratar un paquete turístico, ya que las agencias monopolizan todo lo relativo al turismo en el país). En estos casos, puesto que muy poca gente va en Vietnam a estos sitios, no tendras más remedio que contratar un tour privado, que consta de un coche que te lleva al sitio, con chófer y guía. Aunque la sensación que tienes es un poco rara, el precio es muy asequible y además no hay otra opción, así que no hay más remedio que adaptarse.

Desplazamientos

Moverse por Vietnam es sencillo. Para largas distancias lo mejor es el avión. Los vuelos domésticos, operados por Vietnam Airlines son impecables. Los billetes pueden conseguirse a través de cualquier agencia de viajes local. Nosotros, por ejemplo, contratamos con sólo dos días de antelación un vuelo de Danang a Hanoi desde una agencia de Hoi An. El precio, para un trayecto de algo más de una hora, fue de unos 30 euros, pero resulta incluso más barato si se reserva con más tiempo de antelación.
Otra opción son los autobuses para "turistas", que muchas agencias anuncian como "open bus". Se contratan en la propia agencia y te van a buscar a tu hotel, con un precio extraordinariamente barato. Llama la atención la comodidad de muchos de estos autobuses (¡ en vez de asientos tienen literas perfectamente dispuestas, con almohada, manta y todo!).
Para distancias cortas hay varias opciones. Por doquier hay lugares de alquiler de motocicletas y bicicletas. Alquilar una bici cuesta entre 1 euro y 50 céntimos por día. Ahora bien, hay que tener valor para llevar la moto por las calles o carreteras de Vietnam. No se respetan semáforos ni señalizaciónes, por lo que la circulación resulta todo un acto de temeridad. Vietnam es el pais de las motos, así que no solo para circular, sino ambién para cruzar la calle, hay que encomendarse a todos los santos conocidos.
El tren es ideal para ir de Hanoi a Sapa, y también para ir de Hanoi a Hué. Para distancias más largas es demasiado lento, y compensa sin duda el avión.
Por último, cabe señalar otras opciones como los taxis, mototaxis y ciclos. Los taxis són baratos hasta más no poder, y son ideales para distancias tipo hotel-estación de tren o aeropuerto-hotel. Los mototaxis o ciclos son más baratos (siempre hay que negociar), y aunque son más lentos constituyen una manera son una manera de ayudar a la economía local.

Seguridad

La seguridad que hay en Vietnam es sencillamente alucinante. Puedes pasear con total tranquilidad por la calle más perdida de Hanoi y tienes la sensación de que es imposible que te ocurra nada. No exagero si digo que incluso es más seguro que Madrid o Barcelona. También pudimos constatar (y eso es una virtud enorme de este país) que nadie te intenta engañar. Por ejemplo, en todas las agencias nos dieron todo lo que nos ofrecieron desde el principio. Los taxistas van incluso a toda velocidad para abaratar en lo que puedan el viaje. En todo lugar, incluso en los lugares alejados de turismo, tuvimos la sensación de estar plenamente seguros y respetados. Un guía local nos dijo que esto es debido a uno de los preceptos de la religión budista, que impide hacer daño alguno a los semejantes, a riesgo de renacer en una vida inferior.
Eso no quita que siempre hay que tener unas mínimas precauciones de sentido común, como tener siempre cierto recelo ante la gente que intenta venderte hoteles en el aeropuerto, o ofrecerte transporte hasta la ciudad. Siempre es mejor tenerlos contratados por internet por adelantado para evitar posibles estafas o malentendidos.

Cuándo ir

Según los propios vietnamentas, otoño es la mejor época para visitar Vietnam, en especial el mes de octubre. Fuera de esta época existe el riesgo de los monzones, y en verano el calor es sencillamente insoportable. Nosotros fuimos el mes de agosto y la temperatura media era de entre 30 y 35º, con sensaciones térmicas (por la humedad) de hasta 45º. Sudarás de la mañana a la noche, y vivirás encadenado a una botella de agua. Si padeces el calor, ya te adelanto que lo pasarás muy mal, especialemente en el centro de Vietnam, muy cerca del Ecuador, donde el calor se acrecenta todavía más.
Una opción (la ventaja de viajar por libre) es planificar el viaje yendo a las zonas de montaña (Sa Pa, Bach Ma) los días donde se anuncie mayor calor. Tambien en estos días se puede ir a la enorme playa de China, en el centro de Vietnam (aunque verás que el agua es un caldillo, siempre refresca algo). Donde peor lo pasamos, sin ninguna duda, fue en la bahía de Halong y en las ruinas de My Son, aunque supongo que eso variará de unos viajeros a otros en función de las temperaturas encontradas en los días de visita.


Arrozales de Sapa


Dinero

En Vietnam la moneda local es el dong (VND). 1 euro equivale a unoa 25000 VND. En todos los establecimientos turísticos se puede pagar en dongs. En muchos hoteles y restaurantes, también aceptan dólares. Nosotros, personalmente, casi no hallamos lugares donde pagar en euros. Lo normal en los hoteles y tiendas es encontrar las tarifas en dólares (para pagar en dongs el dependiente saca la calculadora y, lo más honradamente posible, hace el cambio correspondiente), mientras que en los restaurantes los precios suelen venir directamente en dongs.
Mi consejo es sacar dongs desde los cajeros automáticos que se encuentran por doquier y pagar siempre en dongs. Puede que a veces pierdas algo con el cambio dólar a dong, pero es sin duda lo más cómodo, pues viajas con una sola moneda, como harías en cualquier país de Europa. Los billetes más comunes son de 100000 VND, de color verde (4 euros), aunque también abundan los de 200000 VND, 50000 VND, 20000 VND , 10000 VND y 5000 VND. En un cajero lo normal es sacar dos millones de dongs (cerca de 100 euros), que servirán para unos cinco días de viaje.
Ejemplos de precios podrían ser:
- Botella de agua (1,5L): 8000 VND (30 céntimos). En zonas turísticas, entre 10000 y 15000 VND
- Hotel de calidad media-alta: 30 euros habitación doble.
- Comida en restaurante: entre 3 y 5 euros (con bebida)

Vacunas

Aunque ninguna es realmente obligatoria, las que nos aconsejaron desde sanidad exterior fueron: tétanos, fiebre tifoidea, hepatitis A y B y cólera. Para la malaria nos aconsejó el clásico Malarone, aunque nos dijo que en Vietnam sólo existe el mosquito en Sa Pa y delta de Mekong. Por otra parte, teniendo en cuenta que solo pica al amanecer y al anochecer (y a tales horas dormiríamos como benditos) al final decidimos no llevarnos las pastillas.

Visado

Hay mil informaciones en este sentido, pero nostros decidimos optar por lo más seguro (aunque también por lo más caro), que es sacarnos el visado desde la embajada de Vietnam en Madrid. Los impresos pueden descargarse por internet y hacerse todo por correo, aunque nosotros lo hicimos personalmente aprovechando que, aunque vivimos en Mallorca, tenemos familiares en Madrid. La embajada está en la calle Segre nº5 y el visado turista de una entrada (ojo si deseas visitar Angkor o ir a otro país, puede que necesites el visado de entrada múltiple) nos costó 60 euros cada uno. Tras entragar la documentación, te dejan una pegatina (el visado en sí) en el pasaporte ,que puedes ir a buscar al cabo de un mes.
También puede hacerse el visado en el propio aeropuerto de Hanoi, más barato, pero decidimos no exponernos ante cualquier situación. Era nuestro primer viaje a Asia y no teníamos mucha confianza por si surgía algun problema burocrático.

Turismo

Hay que señalar, por último, que Vietnam realmente es un país extremadamente masificado. A los 85 millones de personas que viven en el país, hay que sumar los miles de turistas que frecuentan, casi todos, los mismos lugares. La sensación en agunos lugares es realmente asfixiante. Ir a la estación de tren de Hanoi, o pasear (¿pasear?) por una calle céntrica puede ser un verdadero agobio para el que no esté acostumbrado, rodeado de gente por todas partes yendo y viniendo que, en muchos casos, además quiere llamar tu atención para venderte un producto turístico o un paseo en moto. Decididamente no es el viaje recomendado para los amantes de la soledad. Los lugares más turísticos como Ha Long o Sa Pa tambén son un hervidero de gente, tanto de vietnamitas como de turistas. Solamente encontraras algo de soledad si vas a los lugares que la gente apenas visita (como el parque natural de Bach Ma o la selva de Cuc Phuong), pues no disponen de tiempo material para completar la visita a todo el país (el 95 % del turista pasará muchos días en Saigón y delta del Mekong), así que son lugares de verdadero oasis y descanso si se busca algo de paz y silencio.


Cruzando las calles de Hue

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5-6 de Agosto

Para ir a Vietnam hay innumerables opciones desde España. Tras varios días de buscar las mejores ofertas, al final optamos por por Korean Air, que realiza el vuelo Madrid-Seul sin escalas, y después de Seúl a Hanoi. El precio fue de 759 euros ida y vuelta.
Para dormir optamos por el hotel Hanoi Elegance 2, una opción altamente recomendable (www.hanoielegancehotel.com/he2/), que nos costó 50 dólares la habitación de tipo Superior. El trato fue inmejorable, el desayuno francamente completo y lel alojamiento excepcional (incluso con ordenador con conexión a internet dentro de la habitación). El hotel está situado en Ma May Street , en pleno corazón de la ciudad.
Para trasladarnos desde el aeropuerto contratamos el servicio de traslado ofrecido por el propio hotel (16 dólares extra), así que en apenas media hora nos plantamos en el hotel, ya de noche para dormir.


7 Agosto

El día de hoy lo dedicamos a visitar la Pagoda del Perfume, una de las excursiones de un día que pueden realizarse desde Hanoi. La contrtamos via internet en la página del hotel, por un precio más caro que el de las aegncias de viaje de los alrededores. De todas maneras, el día anterior llegamos al hotel de madrugada y no teníamos ganas de ponernos a buscar excursiones el primer día, así que opamos por lo más práctico y sencillo, esto es, contratar a través del propio hotel. Hay que señalar en este punto que prácticamente todos los hoteles de Vietnam operan como agencias de viaje, de forma que puedes contratar la excursión que quieras (incluso para la otra punta del país) desde la propia recepción. La ventaja es la comodidad, aunque la desventaja es que los precios son más caros que en las agencias propiamente dichas.
Para ir a la pagoda nos recoge un coche privado con chófer y guía. Todos los guías que contratamos durante la ruta parecían cortados por el mismo patrón: muy poco inglés y muy poca explicación. Hay que decir que los guías de los hoteles son algo más "profesionales", por lo que la guía de hoy fue con mucho la mejor de todo el viaje.
La pagoda en sí no es gran cosa (una cavidad rocosa con motivos budistas), pero sí lo es el trayecto en barca que se hace a través de las quietas y misteriosas aguas del Ría Pefume.
Llaman la atención las tumbas que hay a lo largo del río. La guía nos explicó que es costumbre en Vietnam enterrar a las personas para luego, al cabo de tres años, recoger los huesos y depositarlos en sus tumbas definitivas, unas construcciones que encontraremos salpicando constantemente el campo vietnamita.


Río Perfume


8 Agosto

El día de hoy lo dedicamos a visita la ciudad de Hanoi. Los lugares que recomiendo visitar son:
- Mausoleo Ho Chi Minh: aquí está enterrado el famoso militar victorioso de la guerra de Vietnam, liderando las tropas de Vietnam del Norte (Vietcong) contra Vietnam del Sur (apoyada por los americanos). En 1975 consiguió la reunificación del país y convertir Vietnam en una de las naciones del eje comunista asiático.
- Pagoda del Pilar Único: está cerca del complejo de del mausoleo. Es de pocas dimensiones y no es nada espectacular, pero llama la atenión al construirse sobre un estanque y al estar apoyada (como indica su nombre) por un único pilar circular.
- Templo de la literatura: sin duda lo que más me gusto de Hanoi. Es una especie de "retiro" dentro de la ciudad, aunque asediada por los turistas. Consta de una serie de estanques y templos que por un momento te hecen olvidar el agobio de la gran urbe que se encuentra más allá de los muros.
- Lago Hoan Kiem: está en el centro de la ciudad, y es una de las pocas zonas verdes que hay. En el centro, unido por un puente, está el templo Ngoc Son.
- Teatro de marionetas de agua: otra de las atracciones por excelencia de la ciudad y que merece ser visitada. Comienza con un breve concierto y después, durante una hora, se suceden un sinfin de marionetas (hadas, bueyes, soldados,...) que danzan sobre un lago artificial. Si se quieren hacer fotos la entrada cuesta un poco más que la general.

Moverse por la ciudad: ir a pie es una temeridad, no sólo por el tráfico impresionante, sino por que las aceras están ocupadas por las motos y es casi imposible caminar. Dar un paseo, en el sentido literal del término, es toda una aventura en la ciudad (es posible, pero hay que armarse de paciencia al cruzar las calles y esquivar todos los obstáculos de las aceras). Lo más sensato es desplazarse en ciclotaxi (regatear siempre hasta al menos el 50 % del precio inicial), o incluso, dado lo irrisorio del precio, en uno de los numerosos taxis que circulan por las atestadas calles.

Comer: para comer hay innumerables opciones. Un buen sitio, cerca del templo de la Literatura, es el restaurante KOTO, que además es una ONG que dedica parte de sus ingresos a ayudar a los niños de la calle. Como comida occidental qudamos muy satisfechos con la pizzería Mama Rosa (6 Le Thai To) , que está muy cerca del Teatro de las Marionetas, bordeando el lago Hoan Kiem.

Seguridad: es absoluta. Caminamos por calles completamente alejadas del centro y del turismo y pasamos completamente desapercibidos, con una sensación total de seguridad.

Agencias de viajes: para contratar excursiones una opción segura (al menos nosotros salimos satisfechos con todo lo que contratamos) es Sinh Adventure Travel (98 Ma May). Allí reservamos los viajes a Halong, Cuc Phuong y Van Long, así como gestionamos los billetes de tren a Sapa y a Hué.



Marionetas de Agua


9, 10 y 11 de Agosto

Estos tres días los dedicamos a la visita de la bahía de Halong, declarada Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO y principal visita por excelencia de todo Vietnam. Reservamos un paquete de 3 días y dos noches en la agencia anteriormente mencionada, por un total de 89 dólares (la más barata de todas las que consultamos, que se movían entre los 90 y 120 dólares). En función de lo que se desee (más o menos noches en barco, excursiones en tierra, rutas más solitarias dentro da la bahía) el precio va oscilando. En nuestro caso, el paquete incluía lo siguiente:
- Primer día: recogida en el hotel y viaje en autobús hasta la ciudad de Halong (unas tres horas). De allí crucero por las islas rocosas, comida en el barco, por la tarde piragüismo y visita a una de las cuevas kársticas, y por la noche desembarco en la isla de Cat Ba, para embarcar poco después en corto trayecto a la Monkey Island, donde pernoctamos. Cena en el resort, una serie de bungalows muy bien equipados (ducha, mosquitera y aire acondicionado).
- Segundo día: día de relax en la isla, para nadar en la playa o hacer piagüismo para visitar las islas cercanas. Comida en el resort y por la tarde excursión a una playa cercana. Por la noche subimos al barco y dormimos en uno de los camarotes (cama de matrimonio, ducha, aire acondicionado). Cena a bordo.
- Tercer día: crucero por otra parte de las islas y visita a uno de los pueblos flotantes de pescadores. Desembarco y comida en Halong, y por la tarde retorno en autobús al hotel.

Algunas conclusiones que sacamos del viaje fueron:

a) El conjunto de islotes rocosos es absolutamente impresionante. A lo largo de decenas de kilómetros se suceden esta cadena de islas rocosas, resultado del modelado kárstico durante miles de años. En la base de las islas se depositan playas de arena blanca, mientras que en las entrañas se horadan cuevas profundas con las más variadas formaciones. En la superfície, el bosque impenetrable araña hasta el último rincón de tierra sobre el que aposentarse.

b) No todo es idílico en este privilegiado rincón del planeta. Hubo tres cosas que no nos gustaron nada:

- La masificación del lugar es sencillamente agobiante. Cuando se llega al muelle de la ciudad de Halong miles de turistas se entremazclan con los guías y la gente local y la sensación de caos es impresionante. Los barcos son como hormigas al principio de la ruta, con muy poco espacio entre ellos, mientras que en las primeras cuevas reina la masificación. Solamente cuando a partir del atardecer o del segundo día los barcos se dispersan por los islotes se acrecenta la sensación de soledad y se permite disfrutar con mayor intensidad.

- No solamente la masificación, sino que la contaminación de los barcos y la suciedad en las islas más visitadas son dos problemas que el gobierno vietnamita tiene que reconsiderar seriamente. El lugar es patrimonio de la humanidad y debería contar con más atención por parte de las autoridades locales si se quiere mantener el encanto y el equilibrio natural de la zona. Si es necesario, merece la pena poner un número límite para el acceso a los islotes, como pasa en muchos parques naturales durante la época de mayor afluencia, si con ello se consigue disminuir el flujo de visitantes y preservar en mayor medida la ecología de la zona.
Tampoco nos pareció bien que el guía diera alimentos a los monos para que los turistas les fotografiasemos (deben buscar alimentos por sí mismos y no depender así de la presencia humana)


Bahía de Ha Long


12, 13 y 14 de Agosto

La noche del 11 al 12 de Agosto la pasamos en el tren de Hanoi a Sapa, cuyos billetes los compramos en la misma agencia donde reservamos el paquete turístico a Halong. Para comprar los billetes el sistema es un poco peculiar. Tras abonar el importe nos dan un bono en el que figura el día y la hora del viaje, que hay que canjear por los billetes "auténticos" en el mostrador de la estación de tren.
La estación de tren para Sapa no es la misma que la estación del expreso de la Reunificación para Saigon. Es una estación muy pequeña y absolutamente abarrotada, por lo que no hay que perder los nervios a la hora de llegar el mostrador y canjear los biletes de la agencia de viaje. Absolutamente recomendable reservar los billetes en primera clase y litera blanda. Un taxi desde el centro de Hanoi (lago Hoan Kien) hasta la estación nos costó 20000 VND. El tren sale cada día a las 20.15 y llega a Sapa a las 5.15.
Si se reserva el hotel de Sapa con antelación, el hotel seguramente ofrecerá servicio de transporte gratuito desde la estación de Lao Cai hasta Sapa (hay que señalar que el tren no lega a Sapa propiamente dicho, sino a la ciudad de Lao Cai: desde allí es necesario coger un autobús que en largo ascenso y en una hora de trayecto llega a la ciudad de Sapa). Este servicio de transporte es un autobús que pone la oficina de turismo , que reúne a todos los turistas que han contratado el servicio y los reparte luego por los distintos hoteles de Sapa. Nosotros reservamos dos noches en el Fansipan View Hotel (28 USD la noche), y he de decir que la elección fue todo un acierto, no sólo por la ubicación céntrica y la magnífica relación calidad-precio, sino por el trato extraordinariamente amable de la familia que regenta el hotel.
Una vez en Sapa, nos sentimos desbordados por los H'mong, la etnia de las montañas mayoritaria de la zona (con su clásica vestimenta negra), que nos "persigue" sin descanso para (previo pago) enseñarnos la ciudad, realizar alguna excursión por los alrededores, o simplemente vendernos algo de artesanía. La táctica es muy fácil, primero de preguntan "Where are you from?" o "What's your name?" para iniciar lo que parece en principio una conversación desinteresada. Cuando ya han hecho "gancho" con el turista, es cuando sacan todo el arsenal de venta. Al principio resulta gracioso, incluso pintoresco, ppero al cabo de unas horas es un auténtico suplicio. No puedes caminar más de diez segundos (literalmente diez segundos) sin que te salga un H'mong con su treta comercial. Realmente una acaba pensando si realmente Vietnam conserva sus etnias y tradiciones o aquello se ha convertido en un "parque temático" para sacar al turista todos los dólares posibles.
La ciudad de Sapa en sí no es gran cosa, su interés turístico radica en que es el punto de comienzo de las rutas de montaña hacia los arrozales y las aldeas de los alrededores. Merece la pena, eso sí, entrar en el parque de Ham Rong y ascender en fácil caminata hacia el mirador de la cumbre. Las vistas sobre Sapa y el macizo del Fansipan (el monte más alto de Vietnam con 3143 metros) son absolutamente espléndidas.


La etnia H'mong

Al dia siguiente (13 de Agosto) decidimos hacer por nuestra cuenta un trekking por los alrededores, lo que fue bastante complicado. Hay que decir que no encontramos ningún mapa senderista de la zona mínimamente decente, por lo que hacer la ruta resultó más bien aventurado y nos orientamos por nuestra propia cuenta. Por otra parte, por todos lados "brotaban" H'mongs que se ofrecían a guiarnos (siempre previo pago), por lo que la experiencia fue inevitablemente incómoda. Entiendo que contratar un guía es una manera de apoyar la economía local, pero una parte de nosotros pretendía recorrer las montañas con libertad y por iniciativa propia. Por otra parte, el 99 % del los turistas no realizaban el recorrido por libre y contrataban guías, así que ser una excepción tampoco resultaba un excesivo cargo de conciencia.
Tras hacernos con un mapa muy poco detallado, decidimos hacer una ruta remontando el río desde las inmediaciones de Ta Van, a partir de un puente desde donde se llega a una cascada (no recuerdo el nombre). Para llegar allí contratamos por 12000 VND una furgoneta-taxi, tras negociar largamente el precio. Esta lleno de estas furgonetas, que ofrecen por unos 100000 VND el trayecto de Sa Pa a Lao Cai.
Una vez en el puente remontamos el valle hasta Sa Pa, tomando caminos inciertos, a veces cruzando los arrozales campo a través. Nos cruzamos con H'mongs extrañados de vernos en solitario, y que continuamente nos ofrecen una visita guiada por sus poblados. A veces incluso nos siguen en silencio durante más de media hora para que les contratemos, lo que nos dejó una sensación muy incómoda. El trayecto fue bastante largo, duró unas ocho horas, tras extraviarnos un montón de veces. Quizá, a toro pasado, hubiera sido más lógico contratar uno de los innumerables paquetes turísticos que ofrecen senderismo por los alrededores, pero nos sentimos más libres al ir por nuestra cuenta y así descubrir rincones y poblados alejados de la marabunta turística y comercial.


Caminando por los arrozales

El 14 de Agosto lo dedicamos a visitar el poblado de Cat Cat y sus alrededores. Es una ruta sencilla, que no requiere la contratación de ningún guía, señalizada desde Sa Pa. Para entrar en el poblado hay que pagar una tasa de entrada (20000 VND), que el gobierno vietnamita utiliza para mejorar la economía local. La aldea en sí son casas situadas a lo largo del camino, transformadas ahora en tiendas de artesanía y alimentación. Merece la pena comprar algún artículo H'mong, siempre reganteando al menos al 30% del precio inicialmente demandado. Al final del camino se llega al río y a unas bellísimas cascadas, que caen vertiginosa y ruidosamente creando un ambiente sobrecogedor. Tras las cascadas un sendero se interna en la selva en los márgenes del río. Merece la pena seguirlo al menos una media hora, ya que alcanza parajes preciosos y , cosa rara en este lugar de Vietnam, incluso solitarios.
Para regresar a Hanoi volvemos a coger el autobús que ponen a disposición de los turistas los hoteleros locales. En el propio hotel te informarán de la hora de salida (sale desde la misma oficina que a la llegada), hacia las 17,00. Otra opción es alquilar una furgoneta-taxi, que abundan por doquier en cualquier calle de Sa Pa y que tienen carteles que señalizan su ruta Sa Pa-Lao Cai. El autobús llega a Lao Cai y desde allí tomamos el tren nocturno que sale a las 20,15 y llega a las 4,30 a Hanoi.


15 - 16 Agosto

Todavía con el sueño a las espaldas por la hora temprana de llegada del tren, nos dirigimos a nuestra agencia de viajes (Sinh Adventure Travel, 98 Ma May St) para contratar el siguiente paquete turístico. En un principio queríamos ir a los Ba Be Lakes, al norte de Vietnam, pero el precio es bastante caro y el trayecto de viaje (unas 5 horas con coche privado por malas carreteras) nos disuade de nuesta intención inicial. Optamos al final por ir a una zona poco frecuentada de Vietnam, pese a a que todas las agencias de viajes lo ofrecen en sus paquetes, que es el parque natural de Cuc Phuong. Al final optamos por coger un tour de dos días, con chófer y guía, para Cuc Phuong y el áera de Van Long (zona que llaman la "bahía de Halong sin agua", por la simillitud de sus formaciones calcáreas, pero en este caso muy lejos del mar). El precio fue de 127 dólares todo incluído (excepto como siempre la bebida y posibles propias). Por los sitios que conocimos y la soledad de la que disfrutamos, he de decir que la elección que tomamos fue más que acertada.
Seguimos la A1 hacia Saigon (la principal carretera de Vietnam) y a unas 2 horas de trayecto el coche (por cierto, que los coches de los tours privados son fenomenales, tipo clase D de un vehículo de alquiler), gira hacia Nho Quan para dirigirse al parque natural de Cuc Phuong. Este parque se estableció en 1962, y fue de las pocas zonas naturales que se salvaron de las atrocidades norteamericanas, con sus bombardeos directos sobre la selva virgen y la acción del agente naranja (unos herbicidas extremadamente tóxicos con los que rociaron y destruyeron miles de hectáreas de bosque). Está a 120 km al sur de Hanoi y cuenta con más de 133 especies de mamíferos, entre los que destacan leopardos, osos negros asiáticos y unos monos llamdos langures. Desde el centro de visitantes (la entrada de 15000 VND está incluída en el precio del paquete) salen numerosas rutas a través del parque, que deben recorrerse siempre con guía. La dificultad varía desde una senda de 25 km que se recorre en dos días hasta el pequeño recorrido turístico de unas dos horas que es el que nosotros contratamos. Era la primera vez que veíamos una selva virgen, y he de decir que nos impresionó absolutamente. El festín de lianas, helechos, árboles enormes, insectos de las más variadas y extrañas formas, la visión fugaz de algún langur y un largo etcétera colmaron nuestras aspiraciones naturalísticas. Para dormir nos alojaron en el Van Long Resort, un área turística bastante bonita, con parques y jardines, cerca de Nho Quan y en el límite del área natural de Van Long.
Al día siguiente hacemos un recorrido primero en bicicleta y luego en barca por esta área natural. Se trata de una zona de escarpados farallones rocosos, no tan espectaculares como los de Ha Long, cuya base se encuentra inundada por el ascenso permanente de las aguas freáticas. De esta forma puede hacerse un recorrido en barca de una hora entre las montañas kársticas, remontando los valles inundados y entrando, en ocasiones, en alguna de las numerosas cuevas escondidas. El lugar respira una paz asoluta y es de una calma extraordinaria, ya que apenas hay turistas en la zona. El contraste con la aglomeración de Halong es enorme, y uno siente verdaderamente que se encuentra en un Vietnam más natural y auténtico. Solamente el omnipresente calor y la humedad asfixiante nos separan de un lugar que podría pasar por ser el paraíso.


Reserva Natural de Van Long


17 de Agosto

El día de hoy lo dedicamos a visitar la ciudad de Hué, famosa por ser la antigua capital de Vietnam y por poseer una de las joyas arquitectónicas del país, la ciudadela, declarada patrimonio mundial por la UNESCO.
Para llegar de Hanoi a Hué decidimos tomar el tren, el Expreso de la Reaunificación, así llamado por que une a través de una línea férrea las antiguas Vietnam del Norte y Vietnam del Sur. El tren tarda 35 horas en llegar de Hanoi a Saigon, por lo que cualquier medio de transporte utilizado que no sea el avión para llegar al sur de Vietnam es un signo claro de masoquismo. El límite para ir en tren a nivel de comodidad es llegar hasta Hué, ya que la duración del trayecto es de doce horas y se puede pasar la noche en una cabina (siempre primera clase y litera blanda), ahorrando así una noche de hotel. El precio es de 45 dólares por persona para una litera en compartimento de cuatro plazas. El tren sale a las 23,00 y llega a Hué a las 10,45.
Al salir de la estación de Hué hay que estar preparado para dos cosas: el calor mucho más intenso que en Hanoi (ahora estamos en una latitud casi coincidente con el ecuador) y la inmensa cantidad de gente que se nos abalanzó (ni que fuerámos estrellas de cine), para ofrecernos hoteles, paquetes turísticos y trayectos en moto o ciclotaxi. Aquí hay que armarse de paciencia. Si bien en Hanoi pasas relativamente desapercibido aquí la ciudad gira en torno al turismo, así que cualquier persona con rasgos occidentales no podrá caminar ni cincuenta metros sin que alguien le pare para vendrle algo. Además son bastante insistentes, pero en el momento en que contestamos una y otra vez "No, thank you" en seguida desisten y se van a por su siguiente "víctima". De todas formas la seguridad sigue siendo absoluta y se peude pasear sin ningún problema. Hay que comprender que esta actitud es su manera de ganarse la vida, y que un dólar para ellos es la comida diaria para toda su familia.
Por otra parte Hué nos sorprende por ser bastante bonita. Hay varias zonas verdes, y el paseo desde la estación hasta el centro al margen del río Perfume (aquí todos los ríos, no sé porqué, se llaman Perfume) es sumamente agradable.
Para el alojamiento ya habíamos reservado previamente por internet habitación doble en el Ngoc Huong Hotel (8-10 Chu Van An St.), por 40 USD la noche (los precios siempre incluyen el desayuno). La construcción no es especialmente bonita (tiene aspecto de edificio alto al estilo de los hoteles turísticos de las playas mediterráneas), pero la habitación esta muy bien y el desayuno también.
No entraré en detalles para describir la ciudadela de Hué . Sólo diré que su conjunto nos impresionó absolutamente, y que puedes deambular durante varias horas por sus templetes, jardines y hermosas puertas decoradas. Es una lástima que el bombardeo francés haya dañado gran parte del lugar, así que desgraciadamente mucha parte de su estructura está reducida a escobros, aunque lentamente se está restaurando.



Ciudadela de Hué


18 de Agosto

El día de hoy lo dedicamos a visitar el parque natural de Bach Ma. Para llegar a él contratamos un tour privado en la agencia An Thai (Le Loi St.38), situada cerca del hotel. No hay mucha gente que visite este lugar, por lo que es casi imposible encontrar algún paquete organizado con mayor número de gente (y por tanto con precio más reducido). Por tanto, no hay más remedio que contratar el sempiterno tour privado (chófer y guía para dos personas) para llegar hasta allí. Ir por libre es imposible, pues la carretera que asciende hasta Bach Ma (unos quince kilómetros de ascensión) es muy estrecha y relativamente peligrosa, por lo que en la mayoria de casos cabe tan sólo un vehículo. El paquete nos costó 46 USD por persona, con salida a las 7,30 (recogida como siempre en el hotel) y llegada a las 15,30 (sin incluir comida). El trayecto dura aproximadamente una hora desde Hué.
Bach Ma es una estación de veraneo que construyeron los franceses en 1932, a fin de huir del calor sofocante que hace en estas latitudes. Construyeron unas pocas casas a unos 1200 metros de altura, aunque la mayoría de ellas se encuentran hoy en día en ruinas. Fue una importante base aérea para los norteamericanos durante la guerra, ya que el frente se encontraba unos pocos kilómetros más al norte. Y lo que son las cosas, al ser territorio ocupado por el ejército no fue bombardeado como otros lugares paradisíacos de Vietnam y así ahora podemos disfrutar de miles de hectáreas de selva virgen.
El Parque Natural de Bach Ma es bastante pequeño en cuanto esxtensión, aunque conserva una red de caminos bien señalizados que se internan por los distintos recovecos de la selva. En este caso el bosque es menos espectacular que el de Cuc Phuong, siendo las formaciones arbóreas más abiertas y adapatados a menores precipitaciones. La excursión más conocida es la "Ruta de los cinco lagos", los cuales realmente son ensanchamientos del río, hermosas pozas salpicadas por cascadas que resuenan atronadoramente en el silencio del bosque. Sin lugar a dudas, el lugar más espectacular es el "Rhododendron Fall", un salto de agua de unos 300 metros de altura, a cuya base se puede llegar siguiendo un peligroso sendero escalonado en su margen derecha.



Los "Cinco Lagos"



Parte superior de la Rhododhendron Fall


19 de Agosto

El día de hoy lo dedicamos a buscar lo imposible: encontrar por nuestros propios medios algun lugar turístico sin depender de ninguna agencia de viajes. Decidimos vistar las tumbas reales (la segunda atracción turística de Hué, junto a las montañas del Mármol, que no visitamos), sin más ayuda que un par de bicicletas, nuestra orientación y el mapa que creíamos suficiente de la guía de la Lonely Planet. Así alquilamos dos bicicletas de paseo (en Vietnam se desconocen las bicicletas con marchas) por 30000 VND cada una para todo el día, en un lugar cerca del hotel, en la propia calle Le Loi.
Al principio todo va sobre ruedas. Una vez se vence el miedo a circular por las calles atestadas de tráfico, llegamos sin problemas a la pagoda Tien Mu, también declarada Patrimonio de la Humanidad. El lugar está a la orilla del río Perfume, a unos 4 kilómetros de la ciudadela. Los problemas vienen a continuación, cuando retornamos a Hué para encontrar el resto de las tumbas reales. Al margen de que las bicicletas no están adaptadas para el recorrido (al no tener marchas, nos cuesta Dios y ayuda enfilar las empinadas cuestas), ninguna señal indicadora nos orienta en la dirección correcta. El mapa de la guía resulta incompleto e insuficiente, y las señales que preveíamos brillan por su ausencia. Al final retornamos a Hué con la sensación de fracaso, cansados y agobiados por el calor. En definitiva, vista la experiencia, cabe concluir tres cosas fundamentales:

- Para visitar las tumbas reales no hay más remedio que contratar el paquete turístico correspondiente, que constan de cruceros por el río Perfume con paradas en las diversas tumbas.
- Se confirma una vez más que en el país la infrestructura está diseñada para dificultar al máximo a quien quiera ir por libre (no hay señales, ni accesos, ni buenos mapas). Las agencias monopolizan todo lo relativo al turismo en el país, así que para visitar cualquier lugar no hay más remedio que pasar por "caja".
- Es infinitamente más recomendable alquilar una moto (quien se atreva) que no una bicileta. Tampoco llegarás a los sitios que planeaste, pero al menos el enfado te pillará descansado.


20 de Agosto

Los próximos tres días los vamos a pasar en Hoi An, otro de los destinos turísticos por excelencia de Vietnam. Para ello decidimos ir en autobús, ya que la distancia (4 horas) no es excesivamente larga. Desde la agencia de viajes compramos el billete. Hacia las siete de la mañana, una furgoneta nos lleva a un punto de Hué desde donde varios turistas, recogidos en los hoteles cercanos, aguardan el autobús hacia Hué. Éste resulta ser extraordinariamente cómodo, con asientos en forma de cama (sí, he escrito cama), con manta y todo para hacer más confortable el viaje. Así pues descendemos por la A1 hacia Hoi An, con el mar siempre a la izquierda y las montañas de Bach Ma a la derecha.
El auobús nos deja en un hotel en el centro de Hoi An. Nosotros habíamos reservado por internet en el Southern Hotel unos días atrás. La elección fue acertada en lo que respecta a la calidad del hotel (oferta de 30 USD habitación doble, la tarifa oficial era de 49 USD), ya que la habitación era fantástica, así como la piscina y el desayuno. Sin embargo, la ubicación era muy alejada del centro de la ciudad, así que teníamos unos 25 minutos a pie (aunque el hotel ponía un minibús al centro al servicio de los clientes). Si reservas un par de días antes encontrarás llenos los hotels del centro de Hoi An, así que si quieres disfrutar de una estancia en el centro tendrás que reservar con semanas de antelación.
Hoi An me deja sensaciones contradictorias. No digo que el lugar no sea bonito (los templos chinos son una maravilla), pero para ser patrimonio de la Humanidad esperaba algo más. La ciudad son una serie de casas fundadas por los comerciantes (la mayoría chinos), algunas de ellas muy antiguas en lo que respecta a su arquitectura original. Fue hacia el siglo XVIII uno de los puertos más importantes del Sudeste asiático, con una riqueza comercial extraordinaria. Presenta también el aliciente de ser uno de los pocos lugares de Vietnam con centro peatonal, así que (aunque las distancias no son muy largas y pueden recorrerse perfectamente a pie) mucha gente alquila bicicletas para desplazarse con tranquilidad.
Aunque las guías dicen que el lugar rebosa de historia y encanto, la verdad es que a mi me decepcionó bastante, ya que las antiguas casas señoriales (no dudo de su importancia histórica) eran bastante sencillas. El famoso puente japonés también es bastante discreto. La prostiución turística se ve refrendeda una vez más con el concierto "tradicional" vietnamita, que acaba con una canción al estilo nortemaericano, a coro y echando palmas, ante el asombro de los turistas.
El lugar, realmente, se ha vuelto famoso por las innumerables tiendas de sastería que rebosan por los cuatro costados, donde la gente se harta a comprar todo tipo de vestimenta (trajes, zapatos, vestidos de noche) a precios muy asequibles y hechos a medida.
Para visitar la ciudad el sistema es bastante curioso. En la oficina de turismo se debe comprar un bono por 75000 VND que te da derecho a visitar cuatro "atracciones": uno de los cuatro museos, una de las cuatro casas antiguas (nosotros visitamos la de Tan Ky y nos decepcionó, quizás las otras son más sorprendentes), una de las tres salas chinas de reuniones (la de Fujian era muy interesante), el concierto tradicional (qué horror), y el puente japonés.
Con esa sensación extraña, entre un mar de turistas cargados de bolsas y más bolsas de ropa vietnamita, regresamos al hotel, ya de noche. Sólo cuando salimos de la ciudad y volvemos a ver las motos yendo y viniendo, los niños montados en bicicleta con sus espaldas increíblemente rectas, y los vietnamitas sentados en cuclillas disfrutando de su cena a base de un buen bol de com, me doy cuenta de que seguimos realmente en Vietnam, ajena al espíritu globalizador del turimo de masas.


Templo chino de Hoi An


21 de Agosto

Hoy visitaremos otra de las principales atracciones de Vietnam, que es la ciudad antigua de My Son. Se trata de una antigua ciudad-santuario del reino champa, con construcciones que datan del siglo VII al X, también reconocida como patrimonio de la Humanidad. Para ello reservamos en la agencia Nga (22 Phan Boi Chau St) una excursión organizada de un día, con ida en autobús y vuelta en bote a través del río Thu Bon por 110000 VND. La entrada a My Son se paga aparte y son 60000 VND. Hay que señalar que esta agencia, pequeña y algo apartada del centro de Hoi An, fue de lo más competente, pues aquí reservamos también sin ningún problema el billete de avión de Danang a Hanoi para dos días más adelante.
En apenas una hora llegamos a las ruinas de My Son. Realmente las ruinas son muy interesantes, aunque hay que señalar que, al ser brutalmente bombardeadas por el ejército americano (pues los lugareños se escondían dentro de los templos), apenas quedan en pie un par de ellos, mientras el resto se han visto reducidos a escombros salpicados aquí y allá por los cráteres que dejaron las bombas.
Quien haya estado en Angkor sin duda esta ciudad le sabrá a poco, en comparación con la extensión y el buen estado de conservación de los templos camboyanos, pero para quienes tienen su primer contacto con este tipo de ruinas, realmente aparecen como construccines impresionantes.
La vuelta en bote, aunque no es nada del otro mundo, también es bastante recomendable, ya que al menos el contacto con el río sofoca relativamente la horrible sensación de calor (este fue uno de los peores días, con guarismos cercanos a los 45ºC de sensación térmica).


My Son


22 de Agosto

Hoy es nuestro último día en Vietnam. Lo dedicamos a relajarnos paseando una vez más por las calles de Hoi An, deambulando entre las tiendas de sastrería y las calles adoquinadas del centro antiguo. Nos sentamos en los bancos en torno al río, en plan observador, dejándonos llevar por el ir y venir de ese curioso mundo fusionado, quizá forzado, entre el turista occidental y el vietnamita todavía tradicional, aún desconocedor de que sus nietos (quizá ya sus hijos) se enredarán en pocos años en el mundo monocorde del capitalismo global.
El calor es asfixiante, agobiante en su aliento de cuarenta grados. La humedad succiona con vehemencia todos los poros de nuestra piel. Decidimos así ir a la playa de China, que queda a escasos kilómetros de Hoi An, a fin de culminar nuestro viaje, al menos, lo más refrescados posibles. Tomamos un taxi que en apenas un cuarto de hora nos deja en una especie de parada de taxis junto a la playa. El trayecto nos cuesta 60000 VND.
Nada más bajarse, aperece una chica embutida en todo tipo de vestimentas, que se encamina hacia nosotros con paso lento pero decidido. Tiene todo el cuerpo cubierto por prendas, incluso las manos están enguantadas. Esta es la tónica de las mujeres vietnamitas, como tantas otras de los países de Asia. El cánon de belleza estriba en tener la piel lo más blanca posible, de forma que cuanto más morena sea la piel más rechazada será por los hombres. Sin duda es una reminiscencia medieval (también en nosotros imperaba durante la Edad Media y la Ilustración). La piel blanca se asociaba a la nobleza, a la persona que se ocupaba de sus labores dentro de castillos y palacios, mientras que la piel oscura se asocia al campesino, a la persona de baja clase social que se dedica a trabajar en el campo, a pleno sol, durante toda su vida. Así en Vietnam la blancura de piel es un signo que denota una elevada clase social, por lo que cuanto más pálida sea su piel, más atractativa aparaecrán a los ojos de los hombres (los cuales, ay, el machismo, pueden ser todo lo morenos que quieran).
El caso es que esta chica-sin-piel se nos acerca para ofrecernos una tumbona cerca de la playa, al amparo de una sombrilla que nos guarece de la furia del sol. Nos hace muchas preguntas, parece simpática, aunque llega un punto en el que no sabes si la simpatía es forzada a fin de ganarse la mayor propina posible.
Nos instalamos en la tumbona y pasamos la tarde contemplando una playa que podría pasar por ser cualquier resort mediterráneo. Palmeras, hoteles en las orillas, chiringuitos, vendedores ambulantes vendiendo comida y gafas de sol. Y por lo que vimos en el trayecto desde Hoi An al aeropuerto de Danang, toda esta franja está siendo urbanizada con mastodónticos hoteles y resorts, como si quisieran levantar un triste Benidorm oriental. Las compañías hoteleras occidentales no han tardado en agarrarse a esta franja ilimitada de arena, levantando sus monumentos al dinero. Y la antigua playa, desierta, rodeada de campos de cultivo, en la que los soldados norteamericanos se bañaban en pelotas preguntándose si volverían a hacer lo mismo al día siguiente, desaparecerá para siempre, perdido en el remordimiento de un mundo que quizá pudo evolucionar de forma diferente.



Playa de China, en Hoi An

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