![]() ![]() INDOCHINA 2010: DEL CIELO AL INFIERNO ✏️ Blogs de Asia Sudeste
Nuestro periplo de 33 días pasando por KL, Camboya y Vietnam.Autor: Scorpi Fecha creación: ⭐ Puntos: 4.8 (9 Votos) Índice del Diario: INDOCHINA 2010: DEL CIELO AL INFIERNO
01: Capítulo 1º: La decisión
02: Capítulo 2º: Haciendo camino
03: Capítulo 3º: Kuala Lumpur, la ciudad de las Petronas
04: Capítulo 4º: Siem Reap, el triste impacto del turismo de masas
05: Capítulo 5º: Phnom Penh, donde perdimos la inmunidad
06: Capítulo 6º: El Delta, donde los milagros se llaman Karin
07: Capítulo 7º: Hacia Dalat, la ciudad de la Eterna Primavera
08: Capítulo 8º: De tránsito hacia la costa central
09: Capítulo 9º: Hoi An, la pequeña aldea china donde el tiempo se detuvo
10: Capítulo 10º: Danang y el tren panorámico hacia Hue
11: Capítulo 11º: Hue, donde el cielo no sabe llover
12: Capítulo 12º: Hanoi, la utopía del silencio
13: Capítulo 13º: Ha Long, la bahía de las 2.000 perlas (FALTAN FOTOS)
14: Capítulo 14º: Crucero a la Pagoda del Perfume (FALTAN FOTOS)
15: Capítulo 15º: Hoa Lu y Tam Coc, bellezas del Norte (FALTAN FOTOS)
16: Capítulo 16º: KL, el regreso (FALTAN FOTOS)
17: Capítulo 17º: Caminando hacia casa
18: Epílogo: Caminante no hay camino...
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Etapas 10 a 12, total 18
El taxi nos recoge en el hotel y dejamos atrás Hoi An. Unos 28 km nos separan de Danang y antes de llegar a la ciudad (unos 12 km al oeste) se encuentran las famosas Montañas de Mármol (también llamadas Son Ngu Hanh o Montañas de los 5 Elementos): Son Thuy (agua), Son Moc (madera), Son Kiim (metal), Son Tho (suelo) y Son Hoa (fuego).
Hemos pactado con el taxista unas 2 horas para visitarlas. Suponemos que tendremos tiempo suficiente. Se adivina que estamos llegando por la cantidad de negocios dedicados a las esculturas en mármol que vemos. Hay verdaderas maravillas pero no caben en nuestras mochilas. El taxi estaciona frente a una de las tiendas y dice que nos esperará allí. Una de las chicas de la tienda nos acompaña hasta la entrada de la montaña. Pagamos los tickets y nos quieren colar los folletos explicativos pero no estamos para muchos dispendios. Con la información que llevo nos basta ![]() Y ahora a subir escaleras. La verdad es que hay un buen tramo pero con buena voluntad vamos avanzando. Parece que quiere llover un poco pero vamos preparados con sendos paraguas. Si tiene que caer, que caiga fina! ![]() ![]() ![]() Llegamos al final, la vista es fantástica aunque asoman los inicios de futuros macrohoteles que rompen bastante el encanto de la playa virgen. Al girarnos nos encontramos con la pagoda Than Thai y un pequeño "jardín". Cuatro mujeres sentadas bajo un árbol intentan vendernos cosas. Lo rechazamos amablemente, tampoco insisten mucho. Hay que ir con cuidado de no saltarse la entrada a la cueva Huyen Khong que hay detrás de la pagoda en la que se encuentra el Buda Gigante y algún que otro santuario budista. Estas cuevas con numerosos túneles sirvieron de base también para los revolucionarios vietnamitas durante la guerra desde donde espiaban a los americanos. ![]() ![]() ![]() ![]() La visita continúa subiendo más escaleras y entrando en diferentes cuevas-santuario que nos evocan a una especie de catedrales naturales. No hay mucha gente haciendo turimos así que las recorremos en la más completa de las soledades. Algunas cuevas más pequeñas no están prácticamente iluminadas por lo que una linterna resulta muy útil. Hay mujeres en la entrada para "prestarte" una en caso de no confiar en tu visión nocturna. Desde el punto más alto hay unas formidables vistas de los alrededores, las formaciones, el mar y toda la industria del mármol que se extiende a los pies de la montaña. Hay también una especie de mirador-descansillo donde varios enamorados contemplan las bellezas naturales que los rodean. ![]() ![]() ![]() ![]() Iniciamos el descenso por el otro lado. Como todas las bajadas la hacemos más ligeros pero con diligencia puesto que es más fácil caer de arriba a abajo que de abajo hacia arriba. Regresamos al coche y como no tenemos que comprar nada, damos un rápido vistazo a la tienda y nos vamos. Vemos poco de Danang mientras la atravesamos con el taxi pero se nota que es una ciudad próspera e importante (tiene unos 900.000 habitantes) siendo la mayor ciudad portuaria de la Costa Central de Vietnam. Fue a partir del siglo XIX cuando rápidamente suplantó a Hoi An como puerto comercial y durante la guerra de Vietnam representó la mayor base aérea tanto para las fuerzas survietnamitas como americanas operando más vuelos diarios que ningún otro aeropuerto del mundo en aquel momento. No tardamos en llegar a la estación, la mayor a lo largo de la ruta Norte-Sur del conocido como Expreso de la Reunificación. Lamentablemente no hay ningún restaurante ni dentro ni por los alrededores por lo que hacemos un poco de régimen y echamos mano de las provisiones que llevamos. La estación está muy bien, hay varias salas con asientos bastante cómodos y tenemos hasta pantallas de televisión. Están retransmitiendo una especie de campeonatos asiáticos. Así que hacemos como los locales, tomamos asiento y esperamos el tren alucinando con las habilidades de los deportistas. Solo pasa el tren que va hacia el Sur y el que va hacia el Norte (que es el nuestro). Las puertas de acceso a los andenes permanecen cerradas y solo se abren en el momento que va a llegar el tren. Me resulta sorprendente a la vez que práctico. Primero llega el del sur y, con un poco de retraso, llega el nuestro. El tren va lleno y a diferencia de los de la India con los que viajamos, está en peores condiciones y bastante más sucio. Cuando entramos en el vagón nuestros asientos están ocupados, intentamos ponernos en otro lugar por no molestar pero es imposible. Al final acude en nuestra ayuda el revisor y nos despeja el sitio. Los de la fila de atrás llevan a un niño pequeño y le están dando una especie de papilla, huele a un mix de gluten y lácteos que dan ganas de echar la primera que me dio mi mama hará unos cuantos siglos. Pienso en el problema que tendré si al niño se le ocurre hacer lo mismo sobre mi cabeza. Esperemos que no ![]() Cuando terminan de alimentar al crío, el papa de la criatura decide ponerse cómodo descalzándose y situando sus pinreles en las barras en las que Jose y yo tenemos los brazos apoyados. Total que allí estamos los dos con sus pezuñas a dos palmos de nuestras narices. Un placer para los sentidos pero cualquiera dice algo. Si es costumbre del país, habrá que aguantarse y llevarlo con dignidad ![]() El viaje continúa y realmente las vistas son espectaculares. Llueve y el día no está claro, sin embargo, igualmente merece la pena. Las vías transcurren paralelas al mar entre escarpadas montañas de densa vegetación que apenas deja espacio para el paso del tren, por la que se precipitan riachuelos y cascadas cristalinas mientras, lentamente, el tren va avanzando al borde de acantilados infinitos y pequeñas bahías vírgenes. Al niño de atrás le ha sentado bien el mejunje, sin embargo, la que vacía su estómago y lo libra de la digestión es una pasajera varias filas más hacia adelante. Finalmente no nos hemos librado de mareo a la vietnamita, y eso que el tren no debe ir ni a 20 km/h. Para mayor alivio de Jose llegamos a Hue antes de tiempo por lo que las 2 horas y pico de viaje no se hacen muy pesadas esquivando los calcetines del papa aplicado. Antes de abandonar el andén, en la puerta de salida, controlan que realmente la gente ha pagado ticket. Al cruzarla vemos a un chico sujetando un cartel con mi nombre. Los del hotel han venido también a buscarnos (servicio gratuito). Qué maravilla! ![]() En estos momentos no llueve pero no hace mucho que lo ha hecho con fuerza porque las calles están bastante encharcadas. El trayecto hasta el hotel no lleva ni 5 minutos. Es el Hotel Orchid una especie de Bed and Breakfast con encanto. Nos dan una habitación superior a la contratada en la que incluso tenemos ordenador con internet gratis. Increible ![]() ![]() ![]() ![]() Es ya de noche y llueve. No es plan de investigar mucho. Los restaurantes que hay en la misma calle son algo más caros de lo habitual pero encontramos uno en la calle principal (junto al río) con mucho encnato y nos damos un homenaje ya que la comida en la estación fue realmente frugal. Cenamos mientras cae la lluvia a nuestro alrededor, a la sombra de las tenues luces que cuelgan de la especie de entoldado que nos protege. Etapas 10 a 12, total 18
7 a.m. y sigue lloviendo. Contemplamos el cielo en busca de algún pequeño claro pero ante nosotros solo se extiende un opaco muro de grises nubes. Temporada de lluvias, es lo que hay!
![]() Tras el completo desayuno buffet en el pequeño comedor salimos dispuestos a enfrentarnos a las inclemencias del tiempo. Los del hotel nos prestan sendos paraguas, mejores que los plegables que llevamos nosotros. Visto el panorama acuático que nos rodea, dejamos nuestras botas montañeras y nos calzamos unas chancletas más acorde con la sana costumbre local. Al poco de salir a la calle ya vamos haciendo CHOF CHOF! ![]() No hay una gran distancia andando desde el hotel hasta la Ciudad Imperial, así que pese a la lluvia, mapa en mano, vamos siguiendo el curso del río Perfume. Lo cruzamos por el primer puente con el que nos encontramos. Las vistas son estupendas: el ancho y el caudal del río, las barcas tradicionales que lo surcan a la espera de turistas... lástima que la lluvia y ese gris perpetuo que lo invade todo deslucen la bucólica estampa; sin embargo, motos y bicis siguen su camino ajenas a las inclemencias. Pero eso forma parte de Hue también, al fin y al cabo. Sopla viento lateral por la derecha y llegamos al otro lado del puente mitad mojados o mitad secos (depende de cómo se mire). Al momento se nos ofrecen conductores de ciclorickshaws pero los rechazamos amablemente. Nos dicen que es muy barato y nos hacen el recorrido completo. Les respondemos que estamos pobres y solo podemos aceptarlo si nos pasean "for free". Se rien y dicen que es barato pero no gratis ![]() ![]() Uno de los del ciclo (que supongo no termina de creerse que estamos en plan de ahorro total) nos va siguiendo. Supongo que imagina que tarde o temprano nos cansaremos de mojarnos. Le dejamos hacer. Entramos por una de las calles que da al río. Al momento vemos una especie de campo de "fútbol" en el que un grupo de chicos está jugando un partido. A cada lado 2 bicicletas marcan las supuestas porterías. Entre las hierbas, descalzos y patinando sobre la tierra encharcada los 10 chicos nos hacen ver que no se necesita mucho para divertirse un rato pese a la lluvia. Los observamos desde la distancia vigilando que los coches que pasan no nos alcancen con el agua que ya sobresale por las aceras. Uno marca un gol y lo celebra tirándose en plancha. Se desliza velozmente sobre el chocolate de tierra y agua que lo rodea. Aplaudimos para participar también de la fiesta. A los pocos minutos termina el partido. Cruzan la calle y en el campo que hay frente al Museo de la Guerra los vemos tirarse sobre el agua que lo sigue cubriendo todo. Chapotean en los charcos de agua limpia para desprenderse de todo el barro que envuelve su cuerpo y sus ropas. Desde luego aquí, quien no se ducha es porque no quiere. Flanquean los límites del terreno diferentes tipos de tanques y vehículos militares abandonados por los americanos tras la guerra. Me siento un poco como Gene Kelly en "Cantando bajo la lluvia" y chapoteo yo también bailando con el paraguas (lo de mojarse ya no importa, jajja). El del ciclorickshaw, que continúa siguiéndonos, se ríe un poco (supongo que debe creer que estamos algo "idos") ![]() Continuamos por la misma calle y en escasos minutos alcanzamos los muros tras los que se esconde la Ciudad Imperial. Hue fue la capital del país entre 1802 y 1945 y su patrimonio arquitectónico fue declarado Patrimonio de la Humanidad por la Unesco en 1993. Antigua capital de los reyes Nguyen, la ciudadela fue la fortificación más grande construida por la monarquía vietnamita, protegida por una muralla de más de 10.000 metros con 10 puertas flanqueando el acceso a este mundo restringido para la mayoría y accesible para muy pocos. Su extensión y estilo eran similares a la Ciudad Prohibida de Beijing. Tras la abdicación del último soberano en 1945 la Ciudadela subrió el devastador impacto del paso del tiempo y la guerra, especialmente cruel con la ciudad ya que fue bombardeada por la aviación survietnamita y la artillería americana, arrasando la Ciudadela por completo. Seguimos paralelos a la muralla hasta que alcanzamos la puerta de entrada. Precio: 5 dólares. Nuestro plan de ahorro nos obliga a negociar: Jose, creyendo que solo hay un edificio para ver y con la que está cayendo vota por no entrar; le enseño el plano y le digo que, aunque reconstruido, el interior esconde pequeños tesoros y... ya que hemos llegado hasta aquí... sería una pena no verlos. Si no hay que cenar, pues no se cena! Además puede ser divertido y aunque no tengamos fotos (porque hemos dejado a la cámara de Karin en la caja fuerte del hotel para que no se constipe) estoy convencida de que siempre lo recordaremos. Tras unos minutos de debate y exposición de argumentos, decidimos entrar ![]() ![]() Y ahora... ATENCIÓN: Jose paga las 2 entradas con un billete (que como todos los DONGS) tiene muchos ceros. Como vamos avisados de "la poca aptitud" de los vietnamitas para las cuentas, jejeje, revisa bien las vueltas. RESULTADO: Un billete que tenía que ser de 100.000 Dongs, se ha convertido en uno de 10.000. Total, qué más da un cero más o un cero menos, no? ![]() ![]() ![]() ![]() ![]() El acceso al recinto es realmente majestuoso, espectacular pese a la lluvia torrencial que no cesa de acompañarnos en nuestro tour. Como siempre que voy a lugares de semejante trascendencia histórica, trato de imaginar el boato, la pompa, toda la fastuosidad de los solemnes ceremoniales que allí tuvieron lugar. Tras la puerta una pasarlea cruza el estanque en el que un grupo de turistas se distrae dando de comer a la multitud de peces que lo habitan. Un ligero cosquielleo me acompaña mientras seguimos avanzando hacia el Salón del Trono, el primero de los monumentos que vamos a visitar. Le seguirán la Sala de los Mandarines, el Teatro, las diferentes residencias y lo poco que queda de la Ciudad Púrpura Prohibida, a la que sólo podía acceder el Emperador. Seguimos chapoteando entre edificio y edificio, recorriendo con cuidado el terreno resbaladizo que los circunda y aprovechando los momentos de abrigo bajo las galerías que están siendo reconstruidas, entre alguna que otra gotera caprichosa. En cierta forma me parece estar andando entre decorados hechos de cartón-piedra. A pesar de ello, no dejan de seducirme las reminiscencias de un pasado que ya no volverá. La visita nos lleva unas cuantas horas. cada vez llueve más pero ya no importa. Hay unas pagodas no muy lejos de allí pero no se si merece la pena acercarse. De regreso al hotel paramos en todas las agencias que encontramos preguntando precios de transporte hasta Ha Long y tours hacia Sapa. Ir a Ha Long en bus desde allí es imposible (dicen), nadie me ofrece una slución satisfactoria. Hay que ir a Hanoi. Lo tienen montado de esa forma y no hay otra posibilidad. Con la información materializada en folletos nos vamos a comer mientras decidimos qué hacer. Otra opción es llegar hasta Ninh Binh en tren y una vez allí buscarnos la vida, pero a estas alturas no estamos por la labor y más si recordamos al amigo de los calcetines ![]() ![]() ![]() ![]() Por la tarde vamos a contratar el bus. Regateamos bastante con el de la agencia y nos aseguramos del tipo de autobús de que se trata y del tipo de asiento. La planta baja de literas está toda ocupada, así que elegimos la superior, tercera fila para ir lo más hacia adelante posbile. Descartamos contratar la excursión a las tumbas reales porque la situación climatológica es realmente adversa. Ya que nos han dado una supersuite, disfrutaremos de habitación, de conexión a internet gratis y de superpantalla plana con DVD. En recepción hay cantidad de películas en diferentes idiomas para elegir. Así que nos aprovisionamos de unas cuantas y noche de cine! ![]() A la mañana siguiente la situación no es que haya mejorado pero parece que llueve menos. No podemos tener la habitación más horas porque está reservada, así que apuramos hasta lo permitido. A las 12 horas bajamos con las maletas y las dejamos en recepción. Ahora no llueve, vamos a ver si podemos visitar alguna pagoda. Los paraguas con nosotros, por supuesto. Aún no hemos recorrido ni 2 metros que comienza a llover. Cada vez lo hace con más fuerza. Vemos una especie de bar-restaurante con posters del Che, una guitarra flamenca y nos refugiamos en él. Tomaremos unas cervecitas mientras esperamos que la lluvia amaine. Al decirles que somos españoles suena al momento un fandango por los altavoces del local. Les lanzamos miradas cómplices. Cuando termina el fandango sigue una buena selección de música española. El "DJ" desde el ordenador ha abierto la carpeta MADE IN SPAIN. De maravilla: todo el local para nosotros, cerveza barata y clásicos españoles. Le comento que si quiere le hago una lista de más cantantes para ampliar la colección. A la primera cerveza le sigue otra. En la calle, la lluvia no cesa. Delante del bar están construyendo un edificio. Los trabajadores van con la única protección de un chubasquero; ni casco, ni arnés. El diluvio tampoco les impide seguir con sus tareas y saltan de andamio en andamio con presteza. ![]() Casi es la hora de comer, así que pedimos la carta al son de Maná. desde donde estamos sentados vemos la cocina; la familia entera está allí comiendo. Afuera, el diluvio continúa. No importa que cante las letras de las canciones; más agua, ya no puede caer. ![]() ![]() Cuánto me equivoco! ![]() ![]() Esperamos en el hall mientras consulto páginas de internet en el ordenador disponible para los clientes; nos van sacando tazas de te y galletitas, gentileza de la casa. Jose sentado ante los ventanales que dan a la calle se relaja viendo como el agua sigue cayendo incansable. Los de la agencia vienen a buscarnos en furgoneta justo en el momento en que para de llover. Qué bien! Así no se mojarán nuestras bolsas. La alegría dura poco pues al momento el cielo descarga otra tromba sobre nuestras cabezas. Yo así no salgo de la furgoooooo! Por suerte la agencia tiene toldo y al bajar no nos mojamos mucho. En la oficina ya hay unos cuantos esperando, la mayoría locales y una pareja occidental. Se supone que el autobús no tardará mucho, así que esperamos de pie. Ya es la hora y el bus no llega. Cuando ya llevamos 15 minutos de retraso le pregunto a una de las chicas. Me responde que ha habido un problema con el bus y lo están tratando de resolver. Hay que esperar unos 45 minutos más. Bueno, pues a esperar! Por la calle la gente ya va con el agua hasta las rodillasaceras y está a punto de entrar en la oficina. En la agencia de al lado que es más bajita ya le tienen dentro. Veo que el panorama se está poniendo negro y temo que si el autobús se retrasa mucho nos quedemos bloqueados sin poder salir. Decidimos ponernos las chancletas y quitarnos las botas ya que al salir a la calle el agua las cubrirá por completo. Así lo hacemos y nos subimos los pantalones todo lo que podemos, jejeje. Un poco antes de lo anunciado llega el autobús como una arca salvadora. Me pongo en la cola mientras Jose vigila las mochilas. El agua sigue cayendo vorazmente. El estilo del bus es similar al del otro día aunque con algunas diferencias. Sitúo las cosas de Jose en su litera (le ha tocado pasillo central) y yo y mis piernas mojadas nos subimos a la lateral derecha. Lo bueno llega cuando Jose intenta poner las suyas en el pequeño orificio creado para tal cometido. Ni su flexibilidad, ni su altura se adaptan al modelo vietnamita. Está un rato con las piernas colgando, otro con las piernas dobladas, otro con las piernas semiestiradas aprovechando que el de delante es tan elástico que puede hasta subirse el respaldo. Mientras todo este movimiento de piernas tiene lugar, los locales se tronchan con la serie que han puesto por la tele a un volumen ensordecedor. Debe de ser buenísimas porque se descoj... PIP PIPPPPPP ![]() He pillado posición dentro del encogimiento y permanezco impasible como si me hubieran embalsamado. Veo mucho ir y venir del responsable del autobús hacia la litera que hay bajo la mía. Primero no le doy importancia; luego, ya me comienza a preocupar y sigo atentamente sus andares desde mi postura recostada. Tanto me entrego al espionaje que mi sentido olfativo detecta algo. NOOOOOO! NO PUEDE SER, POR FAVORRRRRR! Llamo a Jose que va ya por la sexagésima postura y le pregunto si es posible que tenga bajo mi litera a algún viajero mareado... La respuesta es afirmativa: chica vietnamita evacuando estómago de la misma nacionalidad. Bueno, parece que esto se convertirá en un clásico de nuestros desplazamientos por Vietnam ![]() ![]() Paramos a las 2 horas para cenar y la chica aún sigue igual. Con lo pequeñita que es y lo que guarda en su interior, ay señor! Pobre, la verdad es que su cara es un poema y aún quedan como 12 horas más de viaje. Si continúa así se deshidratará! ![]() ![]() ![]() Salto por encima de la litera de Jose y bajamos del bus. Como nosotros no tenemos problemas de mareos nos zampamos unos buenos platos de tallarines con verduras. Estiramos un poco las piernas y de nuevo al autobús. Siguen con la serie cachonda, pero ahora con menos volumen. Me tomo la pastillita de los dulces sueños y a dormir. Espero que me ayude para que no se me haga muy pesado el trayecto. Vuevlo a la "momia position". GOOD NIGHT, SLEEP TIGHT! ![]() ![]() ![]() EPÍLOGO: Dos días después de salir nosotros de Hue nos enteramos por otros turistas que las autoridades desaconsejan firmemente dirigirse hacia allí y que se está desalojando a los habitantes de la ciudad a causa de las inundaciones. Así como también que se están repartiendo pastillas contra la malaria y otras enfermedades entre la población. ![]() Etapas 10 a 12, total 18
Tras 15 horas en el autobús
![]() Los del hotel dijeron que vendrían a buscarnos pero allí no hay nadie ![]() El hotel es el Hanoi Manor. Había reservado otro pero debido a nuestra política postorbo decidí cambiarlo para poder pagarlo online a través de AGODA y así ahorrar dinero en efectivo. Otra razón por la que lo elegí es porque leí comentarios positivos sobre las excursiones que organizaban. No es tan moderno como el de Hue pero no está mal y la gente es muy amable. Hablamos con los de las excursiones para informarnos sobre precios y recorridos. La que nos interesa es la de Ha Long. Nos ofrecen 3 categorías diferentes de barcos pero me parece caro. Respondemos que nos lo pensaremos. Nos presiona un poco diciendo que solo está libre la salida de mañana. No pasa nada, tenemos tiempo! Decidimos investigar por las agencias de los alrededores. Tras preguntar en varios sitios lo reservamos en una cercana al hotel que tiene muy buena pinta (tengo que buscar la dirección). El barco que más se nos ajusta es el "Golden Lotus". La chica que nos atiende dice que está muy bien porque está de promoción ya que lo han reformado recientemente. Confiamos en que así sea. ![]() A la vez que buscamos agencias, recorremos las estrechas calles del casco antiguo con sus tiendecitas distribuidas por gremios, sus mercados, sus restaurantes callejeros y sus cientos y cientos de motos que emiten pitidos sin cesar mientras esquivan magistralmente a peatones intrépidos. ![]() ![]() ![]() ![]() ![]() Por supuesto uno de los primeros lugares que visitamos es el lago Hoan Kiem y su famoso puente rojo que conduce al templo Ngoc Son o templo de la Montaña de Jade (previo pago) situado en una isla del lago. Al fondo distinguimos la silueta de la Torre de la Tortuga. Prácticamente frente al puente se encuentra el famoso Teatro de las Marionetas de Agua (amigos que han estado anteriormente nos han hecho toda clase de comentarios, como todo es cuestión de gustos). ![]() ![]() ![]() El día siguiente lo dedicamos a callejear: nos adentramos en el barrio gubernativo hasta el Mausoleo de Ho Chi Minh, con parada ante la estatua de Lenin, donde un grupo de chicos ensaya una coreografía hiphopera. La explanada en la que se sitúa el Mausoleo es espectacularmente grande y, al fondo, elevado, se encuentra el cubo de mármol en el que reposan los restos embalsamados del dirigente vietnamita (quien quería ser incinerado para que así sus cenizas fueran repartidas por todo el país). El lugar es sitio de culto; sin embargo, de octubre a diciembre el Mausoleo permanece cerrado ya que el cuerpo de Ho Chi Minh es enviado a Rusia para "labores de mantenimiento". A pesar de ello, sigue custodiado por guardias con toda la pompa y con un perímetro de seguridad a su alrededor que no puede ser traspasado. ![]() ![]() Junto al Mausoleo se encuentra un Museo dedicado a Ho Chi Minh que repasa su vida y trayectoria. A escasos metros se yergue la Pagoda del Único Pilar, reliquia histórica de Hanoi, a la sombra de una arboleda que invita al descanso. Nos sentamos un rato en uno de los bancos. No hay prisa, no hay horario ![]() ![]() Desde allí al Templo de la Literatura hay un pequeño paseo. Si eres estudiante tienes descuento en la entrada. Lamentablemente nuestros carnets estudiantiles volaron en Phnom Penh ![]() ![]() ![]() ![]() ![]() ![]() ![]() ![]() ![]() ![]() Al salir comemos algo en un restaurante cercano. No es de las mejores comidas que hemos hecho, pero... para salir del paso sirve! ![]() ![]() Seguimos andando, deshaciendo camino. Nos aproximamos al Barrio Francés. Las calles de esta zona son amplias. Hay tráfico pero no es el caos de la parte antigua. Aún así ver a las motos esperando la salida en los semáforos es todo un espectáculo. Pasamos por delante de un escaparate y distinguimos rollos de etiquetas de marcas conocidas amontonadas, esperando que alguien las compres para engancharlas de las famosas falsificaciones. No deja de sorprendernos y entramos a echar un vistazo por si hay alguna que nos interesa ![]() ![]() El semáforo se pone en verde y entre la multitud de motos adelanta una cargada con bolsas de plástico llenas de peces de colores. Merece la pena pararse y observar todo lo que puede llevarse en la parte trasera de una motocicleta. ![]() Vamos siguiendo por el Barrio Francés mientras nos acercamos a la Ópera. Veo una pastelería-restaurante llamado París Deli. Ya sé dónde voy a merendar ![]() ![]() ![]() Y ahora a disfrutar también un poco de los sabores de Francia. La vitrina con los diferentes tipos de "gateaus" me hace salivar hasta límites insospechados. La tarea de decidir cuál de todos los tipos de calorías meterme en el cuerpo resulta angustiosa. Si las pudiese probar todas sin morir por sobredosis de azúcar ![]() ![]() ![]() En las calles que desembocan en la Casa de la Ópera se encuentran las tiendas de las grandes firmas del glamour. Los precios, son los de siempre; el prestigio internacional no conoce de fronteras. Al final de la calle se encuentra el hotel más emblemático de Hanoi: el Sofitel Metropole, claro ejemplo de la arquitectura colonial. En el parque que hay justo al lado, unos chicos juegan a badminton. Y de repente, sin transición, las anchas avenidas proyectadas por los franceses se convierten de nuevo en las estrechas y lúgubres calles del Old Quarter de Hanoi, donde los puestos callejeros de comida invaden cada centímetro de acera que no se encuentra ocupado por las ya ineludibles motos. ![]() Mañana por la mañana salimos hacia Ha Long. Espero con gran ilusión y nerviosismo el momento de encontrarnos en el barco y confío en que , como nos han asegurado, las condiciones del mismo sean buenas. He leido tantos comentarios negativos sobre los barcos que surcan las aguas de la bahía ![]() Etapas 10 a 12, total 18
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