India: Un país de contrastes ✏️ Blogs de India

Dia importante el de hoy.
A pesar de tener que pegarnos un pedazo de madrugón y estár en pie antes de las 5 de la mañana, la ocasión lo merece.
Como creo que le pasa a casi todo el mundo que viene a India, la visita del Taj Mahal es una de las más destacadas e incluso en algunas ocasiones, la única imprescindible.
También era nuestro caso en un principio, pero nos sabíamos los lugares tan impresionantes que nos esperaban en este viaje, iguales o incluso más, que el propio Taj Mahal.

Desde España, nos había estado preocupando el tema de cuándo visitar el monumento. Sabíamos que el día anterior era una jornada muy larga de coche y que llegaríamos con el tiempo justo (el monumento cierra sobre las 7 en verano). Pero como habíamos visto el atardecer desde los jardines, ya teníamos buen "sabor de boca" así que sólo nos quedaba disfrutar intensamente la mañana. (Si os digo la verdad, ese momento atardecer fue uno de los más especiales del viaje...)

El coche nos acercó al parking del bus turístico que te lleva hasta el monumento, los coches privados tiene prohibido el acceso.
En ese lugar, debes comprar la entrada (la más cara que pagamos en toda India creo que unas 750 rps por pers) aunque sorprendentemente la cámara es gratis. Te dan también unos patucos y una botellita de agua, que tu crees que no vas a necesitar porque es muy tempranito...jajaja...pero que luego te bebes en 0,2 seg

El bus turístico tarda unos 10 min pero como no tiene mucho espacio da tiempo a que se cree una pequeña cola de gente. Supongo que en hora punta aquello debe ser horroroso, pero bueno, nosotros enseguida cogimos uno.
Llega hasta la entrada donde está el control de policía. Allí debes cruzar las filas dispuestas para hombres o mujeres y pasar el escáner de bolsos, cacheo, etc.
En muchos lugares, como por ejemplo los hoteles, se suelen pasar ese tipo de controles pero yo en realidad creo que sirve de más bien poco...Nosotros "pitábamos" siempre y nunca nos dijeron nada No tendríamos cara de terroristas...jejeje....

Bueno, una vez dentro vas andando por un corto paseo hasta la monumental puerta de entrada.
Era muy temprano, así que apenas habia gente pero la humedad y el calor empezaba ya a ser sofocante!!
Al fondo del arco ves la silueta del Taj Mahal y ante tanta belleza, guardamos silencio absoluto.
......
Creo que NADIE está preparado para ese momento!
Las millones de imágenes que todos hemos visto en libros de arte, películas y documentales, no le hacen justicia. IM-PRESIONANTE!!!

Peeero...tras el primer impacto me entró el estrés!!!
Quería hacerme fotos en todos los sitios antes de que viniera el mogollón de japoneses así que empezamos el reportaje fotográfico...
Delante del arco, detrás del arco, encima del banco, detrás del banco...
Niña ponte a hacer alguna tontería...vaaale....ahora tú que siempre salgo yo...vaaale...
Huy que mona esta foto...jajaja...
Esto es muy chulo, verdad? Si,es muy chulo...
A qué no te lo esperabas así? No, la verdad es que no me lo esperaba así...
Mira aquí que no hay nadie, pónte que te hago otra foto. Otra foto? Si, otra foto...
Huy! espera que se quite ese tipo tan feo...jajaja...etc, etc, etc...

En fin, antes de acercarnos a las fuentes creo que nos hicimos un millón de fotos, menos mal que no éramos los únicos haciendo tonteríassss...
Luego esperamos una cola para hacernos la típica sentadas en el famoso banco de LadyDi. Esa en la que aparece el Taj Mahal al completo por detrás.
Es una turistada pero desde luego si llego a España sin esa foto, mi madre me mata!!!!.
Además al final conseguimos que unas güiris nos hicieran una chulísima, que se ha convertido en el superrecuerdo de nuestro viaje. Ya la tengo enmarcada y todo...jajaja...

Tras la sesión de fotos empezamos a disfrutar de aquello.
El edificio es enoooorme y la mirada no alcanza a ver todo el conjunto desde abajo. El trabajo del mármol es finísimo y los detalles de pequeños relieves son maravillosos.
La luz iba cambiando y todas las fotos salen distintas. Finalmente, amaneció y el sol comenzó a hacer brillar intensamente las losas de mármol blanco pulido. Tuvimos que ponernos las gafas de sol!!!
Después de más de 2:30 de recorrer toda la zona: jardines, fuentes, entradas laterales, interior, etc...nos despedimos de lugar sabiendo que habíamos cumplido un sueño.
Y ahora qué? ¿Cuál será nuestro próximo objetivo?...Tendremos que saborear éste primero y ya lo decidimos el año que viene.

Volvimo al hotel a desayunar, pero ni siquiera habían abierto el buffet así que nos fuimos a la habitación a tiramos un rato en la cama y preparamos la maleta para hacer el check-out.

Nuestra próxima parada en ruta es Gwalior y luego llegaremos hasta Orcha.
Antes de nuestro viaje no tenía ni idea de estos sitios, pero recomiendo a todos que vayáis a verlos.
Son realmente impresionantes y aunque tienes que llegar en coche desde Agra por una carretera bastante mala llena de baches y pedruzcos, la visita merece muuuuucho la pena.
Ya nos estabamos acostumbrando a los largos recorridos en coche pero éste era también un "buen trecho". Se le podia llamar carretera pero creo que es exagerado...en realidad sólo algunos tramos de km están asfaltados, el resto es un camino de cabras!!
Hay que pensarse mucho llegar hasta aquí, pero creo que al final tiene su recompensa!

Gwalior se encuentra en una colina a la que se accede por una carretera llena de esculturas de budas construídas allí hace mucho tiempo.
Subimos para visitar la fortaleza. Está algo descuidada en algunos tramos pero que todavía mantiene una imponente muralla llena de torreones decorados con azulejos de color añil.
Cuando llegamos eramos los únicos turistas (esto es algo que nos ocurrirá a partir de entonces en este tramo del viaje. No parece que la época del monzón acompañe a la visita de turistas por esta zona).


Se nos acercó una especie de guía que estaba en la entrada recogiendo los ticket. Le dijimos que no queríamos guía, porque nos habíamos aprendido nuestro libro de memoria pero...el tipo siguió insistiendo amablemente.
La verdad es que menos mal que le hicimos caso porque las salas estaban completamente a oscuras y llenas de intrincados pasillos. Nosotros NO hubiéramos cruzado por allí sin su ayuda y nos habríamos perdido más de la mitad del recorrido.
El tipo sacó una linterna y nos llevó a una especie de pozo subterráneo donde nos contó las historias del edificio (que aquello era una piscina, que luego fue una cárcel donde torturaban a los enemigos, etc...). Incluso nos explicó la exitencia del primer teléfono inalámbrico mediante un complicado sistema de tubos y galerias. Fue muy interesante y el guía parecía disfrutar contándolo.
Además como TODOS los guías de India...pues nos hizo un nuevo reportaje fotográfico!!!...jajaja...
Increíble, el tipo manejaba la cámara como un profesional


Después de la fortaleza nos acercamos a unos templos jainistas cercanos. En este caso, no eran nada del otro mundo después de haber visto los de Ranakpur, pero bueno...no estuvieron mal.

La ruta del día seguía hasta Orcha, nuestro destino final.
El camino se hizo suuuuperlargo porque no parabamos de dar botes en el asiento de atrás, aquello parecía un infierno! Pero bueno, tras 4 horas de viaje y un millón de baches, por fin llegamos a nuestro hotel: el Amar Mahal.
El día había sido intenso y estabamos destrozados, así que necesitabamos descansar un rato.
El caso es que la entrada del hotel parece muy chula, es un edificio tipo heritage de una sola planta con un amplio patio lleno de arcadas.


Pero...si el conserje que viene a recogerte las maletas ya lleva un montón de "lamparones" en la camisa...tú qué pensarías???? Pues eso...
Que cuando dicen "hotel Heritage" quieren decir "hotel viejuno, viejuno".
A pesar de ser un 4* lujo, el lujo no se veía mucho por allí.
El edificio se notaba que había tenído tiempos mejores (así como en los años 60...jajaja...) pero vamos, ahora está bastante descuidado y sobre todo sucio.
Nuestra habitación era decepcionante. Eso sí, enorme con una sala de estar con sillones y un cuarto de baño también muy grande, pero... la mugre llegaba al techo!! No parecía que la hubieran limpiado en los últimos meses e incluso vimos excrementos de animalillos, que por precaución, no quise investigar
Una anécdota. Vimos entrar 6 tipos para limpiar una habitación con sus escobas, trapos, aspiradoras, en fin con todos los peregiles. Sería como el camarote de los hermanos Marx porque yo no me lo explico...jejeje...Vaya inútiles!!

Como no podíamos evitar aquello, después de unos minutos de shock decidimos olvidarnos del asunto y buscarle el lado bueno, al menos sólo era una noche.
Cenamos en el hotel viendo que la ciudad no tenía muchas opciones. Por lo menos la comida estaba buena y el restaurante parecía más limpito que todo lo demás...

Nuestro chófer, Gadjú, nos había aconsejado ver Orcha la mañana siguiente y luego salir hacia Khajuaho. Era una buena idea.

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Despertamos en Orcha.
La verdad es que después de la desilusión de ayer por las condiciones de nuestra habitación, hemos dormido bastante bien. Será por lo cansados que estabamos después de tanto bache...
El caso es que pudimos soportar el ruido incesante del aire acondicionado que por lo menos conseguía eliminar cualquier rastro de calor y humedad exterior.

Tras una ducha, nos vamos a desayunar. Nada del otro mundo, aunque la cena de ayer estuvo bien. En fin, unas galletitas y tostadas con mermelada para levantar el ánimo.
Habíamos quedado con el chófer sobre las 10:00 para salir camino de Khajuraho.
La visita de Orcha la tendríamos que hacer por nuestra cuenta, pero no importaba mucho porque el hotel estaba justo al lado del mercado y de la calle principal que lleva a los dos edificos más importantes de esta pequeña ciudad.

Cuando vamos hacia la puerta empieza a caer una suave lluvia. así que volvemos a por un paraguas porque no era plan de ponerse como una sopa.
Saliendo del hotel nuestro fantástico chófer nos viene a buscar. Por lo visto, viendo que llovía había decidido que no podíamos mojarnos y sacó el coche para recogernos.
Qué güayyyy!!! Este Gadyú es fantástico y está en todo!!!

Nos acercó hasta las puertas mismas del Raja Mahal, el impresionante palacio de Orcha.
Lo habíamos visto de lejos desde el hotel y era muy chulo, lleno de torreones.
Parece mentira que un sitio así, esté perdido en mitad de la nada. Pero es real!!!

La entrada es muy barata y allí mismo nos proponen hacernos de guía. Como siempre les decimos que no, pero bueno...se nos vuelve a acercar un tipo simpático que nos señala una puerta de acceso.
Yo no estaba muy convencida porque no tenía muy buena pinta, iba bastante descuidado y parecía un mendigo. Dónde quería que nos metieramos ese tipo??
No teníamos mucha escapatoria porque de nuevo eramos los únicos turistas del lugar, así que mejor hacerle caso. Le dijimos que apenas teníamos una hora para verlo todo y nos contestó "no problem, no problem"...
El sitio estaba bastante descuidado, una pena porque es un palacio enorme que con un poquito de inversión sería una auténtica maravilla.


Fuimos entrando en los distintos patios y salones, mientras el tipo nos iba explicando las salas una por una enseñando las increibles pinturas que todavía se conservan.
Qué bonito!!!

Subimos algunos tramos de escalera para acceder a unas terrazas desde donde se alcanzan una vistas impresionantes de la orilla del río. El paisaje es muy similar a las imágenes que he visto de Angkor, todo lleno de arboleda verde de la que sobresalen cúpulas de los templos y cenotafios.
Una pasada!!! En serio, el ambiente tranquilo, el sonido de los pájaros y ese paisaje tan fantástico hizo que mereciera mucho la pena nuestro hotel y todo lo que habiamos pasado para llegar allí.
Se nos quitaron todos los males!!! ...jajaja...

Tras la visita y la entrega del "donativo" por su labor de guía. Nos dirigimos hacia el mercado. El ambiente es muy auténtico, gente yendo y viniendo comprando fruta y todo tipo de cosas. Casi nadie nos miraba y seguían a su ritmo habitual.
Nos gustó mucho todo aquello. Había puestos de verduras, flores, cachibaches...
Todo bien organizado alrededor de una plaza cuadrada a los pies del templo principal.
En uno de sus laterales subimos por una escalera para acceder. Se llama Chaturbhuj Temple.
Desde el palacio lo habíamos visto porque sus cúpulas dominan toda la ciudad, pero es más bonito por fuera que por dentro.
Está bastante descuidado también y a penas dimos una vuelta. Por lo visto, existen una escaleras "secretas" para acceder a unas terrazas desde donde puedes ver las vistas del resto de las cúpulas. Hay unos santones que te invitan a que entres previo pago de un "donativo".
El caso es que no teniamos mucho tiempo así que decidimos no ir. Supongo que se verían las mismas cosas que desde el palacio y teníamos prisa. Espero que sí porque si no vamos a tener que regresar a Orcha otra vez!!!! jajaja....

Tras volver sobre nuestros pasos y perdernos de nuevo un poquito... :shock:, conseguimos llegar al hotel donde estaba el chófer para comenzar la ruta hacia Khajuraho.
Esa tarde veríamos los llamados "templos eróticos"... pero eso lo contaré en la siguiente etapa.

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Después de pasar la mañana en Orcha, nos pusimos en ruta hacia Khajuraho.
Esta vez la carretera que une ambas ciudades no era muy mala y se tarda poco tiempo en llegar.

De todas formas hicimos una parada en el camino para tomar un refresco. El sitio era muy parecido a los anteriores que habíamos estado. Restaurante con mesas y sillas de madera, manteles algo descuidados, etc...
Pero en este caso había una novedad: tenía tienda de turistas!!! Estaba claro que el sitio sería una parada obligada en los tour por la zona porque si no no se explica. Ese día no había nadie, excepto nosotros pero estaba preparado para recibir a los grandes grupos.

Como todavía andaba buscando regalos pasé un rato mirando los cachibaches que tenían.
Desde mi llegada a India había estado buscando una figura de metal con el dios krishna bailando, esa tan típica que hay en toda tienda chic que se precie.
El caso es que en el aeropuerto de Delhi habíamos visto una chulísima a un precio bastante bueno, pero como era el principio del viaje decidimos no comprarla todavía.
Bueno,... pues desde entonces, todo mi interés era en conseguir una!!!

En la tienda-restaurante había también, pero cuando miré el precio casi me da un patatús: 4500 rps!! Virgen del amor hermosos!!! Estamos locos o qué?
Era una baratija de mediano tamaño, mal hecha y sin ninguna gracia. No estaba dispuesta a pagar tanto, así que me volví a la mesa para tomarme mi coca-cola con cañita y mis naan (típico pan hindú que fue la base de nuestra dieta). Aquí os dejo una foto.


Cuando esa tarde llegamos a nuestro hotel en Khajuraho: el Taj Chadela, había comenzado a llover un poco y los árboles brillaban con un intenso color. Todo parecían buenos augurios.
Tras cruzar la valla de seguridad del hotel, llegamos al hall. No esperabamos gran cosa pero la verdad es que tenía buena pinta.
Se notaba que es de la cadena Taj (suelen cuidar los detalles como la toallita húmeda de bienvenida o los zumitos refrescantes) así que nos dió muy buena impresión. Ahora sólo quedaba ver la habitación...
Como estabamos escarmentados de hotel de Orcha, abrimos con mucho cuidadito la puerta. Esta vez la habitación estaba bastante bien y el baño era estupendo.
Así que una duchita rápida y salir a ver los templos. Dios mío, que estrés llevamos en este viaje!!! No paramos ni un minuto!!!

Los templos estaban bastante cerquita desde nuestro hotel así que llegamos enseguida. De nuevo no había turistas!!! Qué güay!!!
La lluvia era intermitente y a esas horas supongo que no era el momento de los buses turísticos
Los templos se encuentran reunidos en un recinto cerrado al que se accede tras cruzar un pequeño bazar de tiendas. El chófer nos dejó justo delante de la entrada donde compramos los tickets.
El chico de la ventanilla hablaba perfectamente español y nos aconsejó coger una audioguía, así que lo hicimos. Estuvo muy bien porque te van indicando todos los templos en orden siguiendo un plano numerado.
Te sirve además para buscar las esculturas y detalles más curiosos como: el dios jabalí hecho con figuras de cientos de budas, el elefante mirón, los obreros con sus herramientas, las bailarinas contorsionistas, las "posturistas acrobáticas" de los amantes...
En fin...que allí tienes para un buen rato. Sólo con buscar las figuritas eróticas te puedes llevar dos horas...

El ambiente era muy fresco y fuimos tranquilamente disfrutando de todos los templos.
El color de la piedra fue cambiando a medida que la suave lluvia los mojaba y al final parecía que todas las estructuras estaban hechas de corcho. El colorido era suave y las piezas encajaban a la perfección sin hormigón entre ellas, sólo por el peso de la gravedad. Increíble!!
Podías acceder al interior dejando los zapatos fuera como en todos los templos hindúes, pero dentro casi no se veía nada.


No lo había contado antes, pero para que no haya dudas dónde debes descalzarte suelen poner un cartelito con "Keep off your shoes, here". Suele estar al principio de las escaleras de acceso al interior del templo, así que allí mismo debes dejar tus zapatos.

Cuando terminamos la visita volvimos al hotel un rato hasta la hora de la cena. Nuestro chófer nos había aconsejado un sitio con vistas a los templos que por lo visto estaba muy bien. Se llamaba: La Terraza. Como también lo tenía en mi listado de restaurantes aceptamos la propuesta.

El caso es que lo habíamos visto antes cuando salimos del templo. Justo enfrente de la entrada al recinto hay unos cuantos restaurantes con terraza.
Desde fuera, ninguno parecía una maravilla...y cuando entramos en el nuestro, pues...tampoco Jooo,...de nuevo un cutre-restaurante! Vaya tela!!

No creo que hubiera muchas opciones mejores, pero aquello era bastante deprimente. Las sillas de plástico necesitaban un repasito de lejía y la cocina tenía como única puerta de acceso una cortina de flores...No coment!
Me estaba dejando llevar por la apariencias pero es que después de tantos días de viaje...una necesita algo de comodidad. Ya sabía a qué venía a India, pero el largo viaje me estaba haciendo mella.

El caso es que no era plan de decirle a Gadyú que preferíamos ir a otro sitio. El tipo parecía entusiasmado con el lugar, incluso conocía al dueño y se sentó con la familia tambíen allí arriba en la terraza. Para colmo, desde la terraza no se veían los monumentos porque...estaban apagados!!!
Al final, decidímos pedir pasta por si acaso, para evitar el picante. Después de un rato se me fue pasando el cabreo de niña pija y pudimos disfrutar.

Lo mejor de la cena fue como nuestro chófer junto con los demás hombres de la familia veían embobados una película en una minitele que tenían instalada en el mostrador.
Ahí los tienes, ocho tíos grandes como castillos emocionados con una telenovela de Bollywood que estaban poniendo a esa hora. Jajaja... la escena era de chiste...
En España pasa lo mismo pero con el fútbol, así que no somos tan distintos

Después de hacernos unas fotillos de despedida con Gadyú nos volvimos al hotel.
Mañana teníamos que coger el vuelo hacia Varanasi, la ciudad sagrada.

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