No hace falta ni que suene el despertador. Nos despierta el escándalo provocado por la lluvia tropical. Llueve todo lo que puede llover y más. Diluvia. Jarrea. El cielo se desploma sobre nuestras cabezas

Vamos tristes a desayunar. No nos mojamos mucho ya que el Palladium tiene unos caminos cubiertos por techado que protegen tanto del sol como de la lluvia.
*** Imagen borrada de Tinypic ***
Por los bafles del restaurante la Catedral suena un disco con una música de piano tristísima. Esa música intensifica aún más nuestra depresión. Estoy a punto de coger una piña y lanzarla contra el bafle. Esa mañana fue el peor momento del viaje. Qué bajonazo!! Intenté encomendarme al espíritu del famoso paraguas de Loli_47, que propone siempre tomárse la lluvia con humor, pero ni por esas…. Para uno de Bilbao no es tan fácil. Nuestro invierno es larguísimo y en verano nos cuesta mucho ver 3 días seguidos de sol. A Punta Cana vamos a hartarnos de sol y no encontrarlo fue un golpe bastante duro.
Así que nos pasamos esa mañana en el lobby, cada uno dedicado a la lectura de un libro. El lobby estaba a tope. Gente de charla, jugando a las cartas, aprovechando el wifi con el portatil, escribiendo postales (aún se escriben postales!!).
Imagen inusitada: el lobby abarrotado a media mañana


Los de animación organizaban juegos y bailes y bastante gente se animaba a tomar parte pero llovia a mares. Sin parar. Cataratas

A eso de las 14:00 por fin paró. Bajamos a comer hasta el Arrecife (buffet del Bávaro junto a la playa). Mientras comíamos empezó a salir el sol. Por fin

A toda pastilla a por las toallas y cremas y a tostarnos en la playa. Como ya he comentado, yo no paro mucho tiempo quieto, así que tras un ratito en la tumbona, me voy a dar una vuelta por ahí.
Foto del mismo día del diluvio, pero a la tarde
*** Imagen borrada de Tinypic ***
*** Imagen borrada de Tinypic ***
No se cómo, sería casualidad, pero acabo en la barra húmeda del Palace

Vuelvo donde mi señora y le doy novedades de los valencianos. Se alegra.
A la hora convenida nos reunimos en el Hemingway. Un consejo: a mi mujer le encantan un cocktail que preparan en el Hemingway y que no aparece en la carta. Se llama “mimosa” y tan sólo consiste en cava con zumo de naranja. La verdad es que está muy bueno. En ocasiones, en los desayunos del buffet la Catedral también ponen botellas de cava y jarras de zumo de naranja. Es una manera ideal de empezar el día.
Fuimos al Rodizio. Estaba a tope y nos dieron un beeper. Para quien no lo sepa el beeper es un aparatito redondo que te llevas y te avisa con luces y vibración cuando tu mesa está libre. Muy práctico.
Nos fuimos con nuestro beeper al lobby del Palace a tomarnos algo y esperar nuestro turno en amena charla.
Un asunto muy importante y muy interesante de los temáticos del Palladium es que no tienes tope de cena en dichos restaurantes como pasa en otros hoteles. Puedes acudir cuantas veces quieras.
Bueno, volvamos al beeper, que no tardó en sonar.

El Rodizio, excelente como siempre. Como todos los temáticos tienes un buffet de ensaladas y embutidos. Después los camareros empiezan a pasar con grandes pinchos en los que traen ensartada carne de pollo, de ternera, de cordero, verduras, pescado, chorizos….. Todo muy bueno. Los camareros muy amables. Cuando ya no puedes más, has de dar la vuelta a una tarjeta verde que tienes sobre la mesa y ponerla roja, a modo de semáforo.
Estupenda la cena y estupenda la compañía. Lástima que ellos tenían que madrugar para una excursión a Saona, así que nos despedimos.
Camino a la habitación entramos en la discoteca y allí estuvimos un ratito. Lo cierto es que estaba de lo más animada. Allí el que más y el que menos hacía sus pinitos con la bachata, el merengue o lo que se terciase.

Me acordé que mi mujer es inflexible con respecto a la hora a la que suena el despertador, las 6:30 (¿ya os lo he dicho, verdad?), así que recordando que una retirada a tiempo es una victoria, nos fuimos a acostar.