Llega el día del cambio de lugar, saldremos por un par de días de Transilvania haciendo la gran ruta centro-norte (unos 400 km). Visto lo visto después de la visita a Sighisoara salimos sobre las 9:00 armados de paciencia. Nos da mucha pena irnos, confiamos en volver alguna vez.
Nuestra idea es hacer una parada en el Lago Rojo para comer, y haciendo gala de un buen cálculo rumano conseguimos llegar al lago a las 14:00.
Los campos han ido cambiando a medida que subimos, suavizándose las crestas de los Cárpatos y encontrando más tierra de cultivo de mayor extensión y con maquinaria agrícola. Pasamos un par de zonas muy turísticas y agradables: las del lago Santa Ana y el lago Ciuca, con grandes extensiones de bosques y muchas actividades de naturaleza.
El Lago Rojo (Lacul Rossu) es muy bonito, pero decepciona mucho a los niños porque ¡no es rojo! es de un terragoso color marrón, los prometidos troncos fosilizados, aunque muy abundantes, no son más que viejos árboles hundidos, y no podemos montarnos en las barquitas porque una (oportuna) tormenta amenaza con descargar toda su fuerza justo encima del lago. A nosotros nos agobia un poco el barullo porque hay muchos puestecillos, restaurantes y gente, pero de cualquier modo se está bien y comemos (sin dejar de mirar el cielo) en un banco rodeados de mansos perros que esperan que les echemos algún trozo de bocadillo.
Nuestra idea es hacer una parada en el Lago Rojo para comer, y haciendo gala de un buen cálculo rumano conseguimos llegar al lago a las 14:00.
Los campos han ido cambiando a medida que subimos, suavizándose las crestas de los Cárpatos y encontrando más tierra de cultivo de mayor extensión y con maquinaria agrícola. Pasamos un par de zonas muy turísticas y agradables: las del lago Santa Ana y el lago Ciuca, con grandes extensiones de bosques y muchas actividades de naturaleza.
El Lago Rojo (Lacul Rossu) es muy bonito, pero decepciona mucho a los niños porque ¡no es rojo! es de un terragoso color marrón, los prometidos troncos fosilizados, aunque muy abundantes, no son más que viejos árboles hundidos, y no podemos montarnos en las barquitas porque una (oportuna) tormenta amenaza con descargar toda su fuerza justo encima del lago. A nosotros nos agobia un poco el barullo porque hay muchos puestecillos, restaurantes y gente, pero de cualquier modo se está bien y comemos (sin dejar de mirar el cielo) en un banco rodeados de mansos perros que esperan que les echemos algún trozo de bocadillo.
*** Imagen borrada de Tinypic ***
[size=9]El veraniego Lago Rojo (en invierno es un lago de patinar)
[size=9]El veraniego Lago Rojo (en invierno es un lago de patinar)
Seguimos camino y, al poco, atravesamos la espectacular Garganta de Bicaz. (cheile Bicazului) Un estrecho paso de 10 km, una maravilla natural, impresionante, como impresionante era ver, justo en los sitios más impactantes, los puestecillos de bagatelas, los coches mal aparcados, la gente por cualquier sitio, un desorden tremendo que no nos deja disfrutar lo más mínimo del lugar. Una pena.
*** Imagen borrada de Tinypic ***
La garganta de Bicaz... después de salir del barullo
La garganta de Bicaz... después de salir del barullo
Saliendo con alivio de la garganta, y sin abandonar durante muchos kilómetros el poderoso Bistrita (sí, el mismo por el que subió Drácula a sus dominios) llegamos a la zona de Piatra Neamt. El paisaje cambia de nuevo, volviendo a las tranquilas colinas onduladas de un verde deslumbrante, preludio de lo que va a ser Bucovina.
*** Imagen borrada de Tinypic ***
Las eternas tareas en el campo
*** Imagen borrada de Tinypic ***
Un carro y un Audi, todo de lo más rumano
Las eternas tareas en el campo
*** Imagen borrada de Tinypic ***
Un carro y un Audi, todo de lo más rumano
Pasamos muy cerca de Suceava, que se ve a lo lejos, compacta, en una enorme llanura.
Nos adentramos en la Bucovina más turística y nos sorprenden las casas, con extraños “encajes” de latón en los tejados y yesería por doquier como adorno de las enormes casas. Algunas se pasan un poco (desde luego aquí lo del minimalismo no se lleva) y llegan a parecer recargados escaparates de material para construcción. Especialmente las casas de Baisesti nos parecen espectaculares.
Nos adentramos en la Bucovina más turística y nos sorprenden las casas, con extraños “encajes” de latón en los tejados y yesería por doquier como adorno de las enormes casas. Algunas se pasan un poco (desde luego aquí lo del minimalismo no se lleva) y llegan a parecer recargados escaparates de material para construcción. Especialmente las casas de Baisesti nos parecen espectaculares.
*** Imagen borrada de Tinypic ***
Una casa típica (y no es de las más adornadas)
Una casa típica (y no es de las más adornadas)
Llegamos a Gura Humorului antes de lo esperado (sobre las 18:30), porque al final nos arriesgamos a coger carreteras blancas (cualquier GPS en su sano juicio nos lo habría desaconsejado, pero la verdad es que en este recorrido no están en peor estado que las amarillas o las rojas y atraviesan muchos menos pueblos).
Encontramos nuestra pensiunea Elegance sin ningún problema. Es de cuatro estrellas y cumple nuestros presentimientos a la perfección: es de lujo, lujo, lujo… de lo más ruso. El apartamento es grande y sigue teniendo bañera con jacuzzi, para regocijo de los niños, pero es todo de lo más recargado que se pueda imaginar: con grandes cortinones rojos y dorados y muebles de color oscuro. La pensiunea además está a pie de una carretera que, aunque secundaria, tiene bastante tráfico como todas las de este país. En fin, ya lo sabemos para otra vez. Al menos tiene un hermoso jardín, con un estanque al final y con unas preciosas vistas hacia las colinas.
Encontramos nuestra pensiunea Elegance sin ningún problema. Es de cuatro estrellas y cumple nuestros presentimientos a la perfección: es de lujo, lujo, lujo… de lo más ruso. El apartamento es grande y sigue teniendo bañera con jacuzzi, para regocijo de los niños, pero es todo de lo más recargado que se pueda imaginar: con grandes cortinones rojos y dorados y muebles de color oscuro. La pensiunea además está a pie de una carretera que, aunque secundaria, tiene bastante tráfico como todas las de este país. En fin, ya lo sabemos para otra vez. Al menos tiene un hermoso jardín, con un estanque al final y con unas preciosas vistas hacia las colinas.
*** Imagen borrada de Tinypic ***
Pensiunea Elegance
Pensiunea Elegance
Damos un paseo por el pueblo, deteniéndonos en la extraña arquitectura de las casas. Nos llama mucho la atención que los pozos (nos costó averiguar lo que eran) estuvieran cubiertos y tuvieran en un lateral una enorme rueda de carro para subir el agua. Hay muchas vacas a esa hora, parece que cada una de una casa, comiendo la hierba de la inexistente acera.
Cenamos. Todo está muy bueno, la camarera habla un poco de español, y tardan tanto que a los niños les da tiempo a jugar un buen rato. Vemos que es un sitio al que suele ir gente del pueblo a comer, y es que es muy elegante. Estupendo. A dormir.
Cenamos. Todo está muy bueno, la camarera habla un poco de español, y tardan tanto que a los niños les da tiempo a jugar un buen rato. Vemos que es un sitio al que suele ir gente del pueblo a comer, y es que es muy elegante. Estupendo. A dormir.
Recorrido: Bran-Gura Humorului.
Kilómetros aproximados: 400.
Tiempo: ocho horas (sin contar paradas).[/size]