El desayuno bufé que teníamos incluido con la habitación resultó perfecto: no era una cosa extraordinaria, pero ofrecía suficiente bollería, huevos, bacon, salchichas... para empezar con ganas la “dura” jornada que queríamos afrontar.
KILMAINHAM GAOL
Nos apetecía empezar con algo muy “irlandés” y nos pareció que una buena manera de hacerlo era visitar Kilmainham Gaol, la famosa y mediática cárcel en la zona oeste de Dublín. Para no perder tiempo, cogimos el autobús 51b (también vale el 51c) (1,65 €), en Dame Street, enfrente de la puerta principal del Trinity College. Toda la información y alguna más nos la proporcionaron en la aledaña Oficina de Turismo de Suffolk Street (la que está en una antigua iglesia), después de haber saludado a Molly Malone.
A las 10:00 estábamos en la cárcel. Nos dimos cuenta de dos cosas con respecto a los autobuses:
- Los conductores son tremendamente amables (como en general todos los irlandeses) y hacen lo posible por ayudarte cuando les preguntas cómo llegar a los sitios al tiempo que te indican dónde te has de bajar.
- Hay que hacer caso de la letra del autobús: 51a, 51b, 51c... o puedes acabar en un sitio distinto del que buscas.
Las visitas en Kilmainham Gaol comienzan a las 10:00. La cárcel, convertida hoy en museo, es impresionante, al tiempo que familiar pues es inevitable no haber visto su “patio central” en películas como “En el nombre del padre”.

Sólo se permite la visita guiada (incluida en Dublin Pass), y ésta se hace sólo en inglés, lo que es importante tener en cuenta. Nosotros no sabemos demasiado inglés, pero entre lo poco que entendimos, lo peculiar del lugar y lo rápida que fue (a las 11:00 habíamos terminado) nos resultó muy entretenida.
MUSEO IRLANDÉS DE ARTE MODERNO
Al lado de Kilmainham Gaol, se encuentra el antiguo Royal Kilmainham Hospital, hoy transformado en el Museo Irlandés de Arte Moderno. Se trata de un magnífico centro de arte contemporáneo (al estilo de nuestro Reina Sofía, salvando las distancias, pues Picasso hay sólo uno), sólo para personas muy entendidas y aficionadas. En caso contrario es mejor abstenerse, aunque teniendo en cuenta que la entrada es gratuita y que desde Kilmainham Gaol cae de camino rumbo a la inevitable fábrica Guinness (Guinness Storehouse), siempre se le puede dedicar un rato pues, además, el edificio y los jardines son hermosos.
GUINNESS STOREHOUSE (“FÁBRICA GUINNESS”)
La Guinness Storehouse fue nuestra siguiente parada, y poco se puede añadir a todo lo que se ha dicho sobre ella. Aunque a uno no le interese para nada la cerveza, no puede dejar de visitarse esta especie de parque temático, muy entretenido y organizado para que toda suerte de personas pasen por la “experiencia Guinness” con un gesto de complacencia.

Resulta llamativo que los empleados, amabílisimos, por lo demás, parezcan más miembros de una secta que trabajadores de una multinacional cervecera.

La entrada es cara ¿14 €? pero la teníamos incluida en Dublin Pass. Además incluye una audioguía multilingüe muy útil, y una consumición en el famoso Gravity Bar que ofrece una vista panorámica de 360º de toda la ciudad.

La consumición, por cierto, no es obligatoriamente de cerveza: los abstemios rigurosos pueden tomar un refresco de cola o de limón.
CATEDRAL DE SAN PATRICIO Y MARSH LIBRARY
Al salir de la meca de la cerveza negra, nos encaminamos a la Catedral de San Patricio, lo que nos permitió bajar por Francis Street que aglutina un singular número de anticuarios. No estábamos en situación de comprar nada, pero los escaparates eran una delicia.
Antes de entrar en San Patricio, nos dirigimos a la Marsh Library que cierra de 13:00 a 14:00. Como era la una y cuarto, aprovechamos para comer un rápido bocadillo en un banco cercano. La Marsh Library es una diminuta y coqueta biblioteca que destaca por sus ejemplares de obras médicas. La entrada, no incluida en el Dublin Pass, es barata (2,5 €) pero sólo es recomendable para los muy aficionados a los temas librescos.
A continuación entramos en la aledaña y famosa Catedral de San Patricio (incluida en Dublin Pass). La verdad es que es una iglesia gótica más pequeña de lo que uno se espera, pero de indudable belleza.



CHRIST CHURCH CATHEDRAL Y DUBLINIA
Tras un corto paseo, llegamos la Christ Church Cathedral (incluida en Dublin Pass), “otra” histórica iglesia gótica que como elemento más característico habilita el paso, a través de un puentecillo de piedra cubierto, a otro edificio que hoy alberga Dublinia. Además, Christ Church Cathedral tiene el atractivo de tener en su sótano una amplia cripta visitable con una importante exposición de objetos litúrgicos y de otra índole (incluso alguna pieza de vestuario utilizada en la serie “Los Tudor”). También se puede tomar algo en la cafetería de la cripta.

HOWTH
Después de ver Dublinia, nos acercamos al río Liffey para, tras un agradable paseo que incluye sesión de fotos en Ha’ Penny Bridge, llegar a Tara Street y coger el tren DART hasta Howth. La ida y vuelta sale a 4,40 € por cabeza, y el trayecto es breve y agradable y permite adentrarse en un pueblecillo costero irlandés.
Al salir de la estación de tren, no hay más que ir hacia la izquierda, y a ese mismo lado ya se tiene el puerto deportivo, al final del cual se puede optar por adentrarse por los acantilados en busca de buenas vistas y alguna que otra foca, o por callejear por el pueblo que cuenta con una evocadora iglesia en ruinas en unión de un pequeño cementerio.
