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MARTES 10/07/2012 POZNAN - WROCLAW
Me despido de Poznan, una ciudad mucho más bonita que lo que esperaba cuando llegué. El tranvía nº8 me deja en frente de la estación de trenes. El mío a Wroclaw sale puntual, como siempre. El viaje de tres horas de duración, en primera clase, cuesta 67 zlotis y se me ha hecho cortísimo viendo varios capítulos de series en el netbook. Como viene siendo costumbre, el vagón de 1ª iba casi vacío y el tren ha llegado puntual a las 12:35
La idea es estar dos noches en Wroclaw, aprovechando también el día de llegada y el de salida, de tal manera que iría a Cracovia después de comer pasado mañana. Me alojo en el Corner hostel, al lado de la rynek de Wroclaw, justo encima de un KFC, que no pienso pisar. He pagado a razón de 30 zlotis la noche, incluido el desayuno. Yo sigo flipando con los precios en Polonia (son 7€). El albergue es grande, tiene tres pisos llenos de dormitorios comunitarios y de australianos gritones. Qué se le va a hacer, no siempre iba a estar sólo en una habitación para ocho.
Por cierto, a pesar de que en Wroclaw hay albergues y hostels allá por donde pases, ¡he coincidido otra vez con el surcoreano de Melilla!
Dejo las cosas en la habitación, me ducho y a dar un paseo por la ciudad, aunque hace mucho calor. El primer contacto es la rynek. Yo pensaba haber visto la plaza más majestuosa posible en Poznan… pues no. Es espectacular, enorme y muy bien cuidada. Menos agobiada de terrazas y restaurantes que la de Poznan. Como hoy los museos y el ayuntamiento están cerrados por ser martes, me he limitado a pasear por la ciudad.
En la misma plaza está este símbolo de la ciudad europea de la cultura 2016
En una de las esquinas, la noroeste según la lonely (yo no sé por qué leches insisten en usar ese tipo de expresiones, si ni el pupas entiende cuando llega a un monumento cuál es el noroeste ni na'... a mí la verdad es que me pone nervioso, porque lo repiten varias veces por página). Bueno pues en una esquina con una iglesia enorme está un conjunto de dos casas con el llamativo nombre de Hansel y Gretel
Por todas partes, también en la plaza misma, hay figuritas de bronce super curiosas de enanitos en diferentes actitudes y posiciones. Son muy curiosas y alegres
Como mañana voy a tomármelo con más calma, he seguido el recorrido hacia la zona de la universidad
En frente del edificio se encuentra también la estatua del esgrimidor (esa es la traducción de la guía)
La universidad es visita obligada. Se pueden visitar diferentes aulas, cada una con un precio que no llega al euro. En mi caso he estado en la torre matemática, con vistas de la ciudad; en el oratorium Marianum, una sala de música y en la aula leopoldina. Es simplemente la leche. Está superdecorada, en ese estilo recargado del barroco-rococo, que tanto me gusta
Oratorium marianum
Aula Leopoldina
Junto a la universidad está la Iglesia del Nombre de Jesús, en la que destacan sus frescos (aunque le falta un poco de iluminación natural) y ofrecen una audioguía, todo por el pago de la voluntad.
Consejo importante, al lado de la universidad está un edificio de cristal cuyo piso inferior es un self-service en el que te puedes servir lo que quieras y pagas en función del peso. Las albóndigas eran como las de amama de ricas, las alitas de pollo picante como las del pizzahut, la costilla buenísima... todo, con cocacola de medio litro, por 5 €
Wrosclaw está atravesada por el río Oder, que lo sortea mediante infinidad de puentes, algunos realmente bonitos. Pasando por uno de ellos he llegado al conjunto de islas de la Arena y la de la Catedral. En esta se encuentra la Catedral de San Juan Bautista, un edificio enorme, pero con un interior algo sobrio. Lo que más me ha llamado la atención han sido sus preciosas vidrieras, muy coloridas.
Entre tanto gótico en Polonia, destaca la pequeña iglesia de San Gil, junto a la majestuosa Catedral, de la que sólo queda el pórtico románico
También cerca está el jardín botánico que abre de 8:00 a 18:00 y que tendré que dejar para otro día, pues se me ha hecho tarde para visitarlo.
Para volver al hostel he pasado por el palacio de la ópera (no hay funciones) y por un pequeño parque que está en frente, la mar de bonito.
El resto de la tarde ha sido más bien funcional: acercarme a la estación de autobuses (alternativa más rápida y barata que el tren), comprar una toalla de rizo (estoy harto de la de Decathlon), la cena...
MIÉRCOLES 11/07/2012 WROCLAW
Después de desayunar en el propio albergue lo que quedaba, pues se ve que la gente arrapiña lo que come y lo que no, hoy era el día dedicado a visitar algún museo y el zoo (el más grande de Polonia).
Me he dado cuenta mirando por la mañana el diario que salgo en pocas fotos, así que he decidido que hoy mismo tengo que hacer el esfuerzo de fotografiarme más veces. Empezando por la propia plaza
El plan comenzaba con la visita al panorama y al museo nacional La entrada es común para ambos museos (25 zlotis).
El panorama es un recinto cilíndrico en el que se encuentra un lienzo de dimensiones espectaculares y formato panorámico - cilíndrico.
Al parecer debe de ser un emblema nacional para los polacos. Muestra la victoria en una batalla de finales del s.XVIII contra los rusos... claro que al final éstos arrasaron la insurrección (pero eso no se cuenta)
Merece la pena pagar la entrada sin duda. La visita dura media hora, no es necesario reservar por internet (aunque se puede hacer) e incluye una audioguía en castellano muy ilustrativa. A mí me ha gustado un montón.
A continuación me he acercado al museo nacional que está a escasos dos minutos andando. Al contrario que el Panorama, me ha parecido totalmente prescindible.
El exterior sí me ha gustado mucho, con las hiedras tapando la fachada, pero el interior no incluye esculturas ni pinturas especialmente atractivas. Caso aparte es la tercera planta dedicada a lo que llaman arte contemporáneo. Ha sido la planta en la qu más tiempo he estado, pero sólo porque era la única con aire acondicionado en todo el edificio.
Entre el Panorama y el Museo Nacional se encuentra, en el parque Slowackiego, un monumento reivindicativo del crimen de guerra llevado a cabo por los soviéticos en el bosque de Katyn y en otros territorios cercanos. Al parecer, arrodillaron y dispararon por la nuca a varios miles de prisioneros de guerra polacos. El monumento es de 1999, dato significativo si tenemos en cuenta que Rusia ha pedido perdón por el crimen en fechas recientes. Se trata de un conjunto escultórico muy emotivo
No cuesta ver el el agujero de la bala en el cráneo
Para aprovechar la mañana la idea era dirigirse a la zona del zoo, donde se encuentra también el jardín japonés y el audiotorio.
El auditorio, Hala Stulecia, es lo primero que he visto. Por fuera es bastante feo, aunque lo interesante debe de ser la funcionalidad como auditorio y la obra arquitectónica que supone soportar una cúpula de 65 metros de diámentro (un 50% más que el Panteón de París).
Se puede entrar a visitar una exposición sobre su contrucción por 12 zlotis. (yo me he colado y he entrado en la sala de la cúpula, pero supuestamente había una visita guiada con alguna actuación unas cuatro horas más tarde)
En frente de la propia Hala Stulecia (es el nombre que tiene) se encuentra la llamada aguja de acero, una horterada propia de los soviéticos que erigieron en 1948 para la Exposición de las Tierras Recuperadas.
Más bonita es la pérgola que se encuentra detrás del edificio y que rodea un estanque con una fuente de chorros de agua.
Detrás de ella se encuentra la entrada al pequeño jardín japonés. La entrada cuesta 3 zloti y también merece mucho la pena. Si vas con prisa lo recorre en menos de diez minutos, pero invita a la relajación y el tiempo se pasa rápido.
En las cercanías se encuentra el Zoo de Wroclaw, donde iba a pasar el resto del día. Sin embargo, en ese momento ha empezado a llover torrencialmente durante un buen rato. No era cuestión de mojarse viendo el zoo, así que he decidido coger un tranvía (viendo que no escampaba) y dirigirme a donde me llevara, hasta que dejara de llover. Pues he estado 51 minutos en el tranvía, acabando en el barrio de Lesnica. No es nada especial, la verdad. La casualidad ha hecho que entrara en un edificio con una exposición temporal (hasta agosto) de litografías de Salvador Dalí. La entrada eran 8 zloti,... no me ha gustado nada. Eso sí el edificio era bien bonito.
Como ya se me ha hecho tarde (otros 45 minutos de tranvía para volver) me voy a comer donde ayer comí (esta vez por tres euros y más rico aún). Con las pilas cargadas decido reorganizarme la tarde. En primer lugar subo a la Iglesia de Santa Isabel, junto a Hansel y Gretel. Casi me muero en el intento: 303 escalones de más de un palmo de altura en una sempiterna escalera de caracol de dimensiones ridículas, amen de oscura. La entrada cuesta 5 zloti y, si no sufres de claustrofobia, vértigo y tienes una fortaleza física envidiable, merece la pena un montón. Las vistas de toda la ciudad son espectaculares, especialmente las de la rynek.
Me acerco a la oficina de turismo, después de bajar las escaleras y recuperarme del mareo, y me comentan que hay un concierto de música clásica en clave de humor al de una hora (20:00), compro la entrada (70 zlotis) y para el Arsenal que me voy. Se trataba de un cuarteto de cuerda (tres violinistas y un celo) que con gran virtuosismo y dosis de humor han estado hora y media realmente lucidos. Por supuesto ha habido momentos en los que la gente se desternillaba y yo flipaba, pues los chistes eran en polaco, pero aún así el humor gestual y la música no dejan de ser universales.
En el camino hacia el arsenal he pasado por un conjunto escultórico muy curioso. Se llama el pasaje y representa a un grupo de siete peatones de bronce "engullidos" por la acera para emerger de nuevo al otro lado de la calle. La escultura fue inaugurada en 2005 para conmemorar el 24º (vaya efeméride más rara) aniversario de la declaración de la Ley Marcial en todo el país.
De vuelta al albergue, donde coincido con el surcoreano de Melilla y reservo el viaje de mañana en autobús (en tren son dos horas más y el doble de precio) para Cracovia.
JUEVES12/07/2012 WROCLAW - KRAKOW
Hoy es mi último día en Wroclaw (Breslavia) y tengo la mañana para descansar. Por eso el plan se limita a dar una vuelta por los alrededores del albergue, por la rynek básicamente.
Según la Lonely Planet el ayuntamiento abre a las 11:00, así que no tengo prisa y me acerco para las diez por la zona.
Me había pasado desapercibido un monumento de piedra que no es otra cosa que la picota. Era como un lugar de castigo para los delincuentes de poca monta. De hecho, la flagelación pública y otras formas de humillación se sigue practicando aquí en el siglo 18
Otro punto de interés en Rynek de Wroclaw es la estatua sedente de Alejandro Fredro, un dramaturgo polaco. Su estatua estaba inicialmente en Lvov (actualmente Ucrania) y sustituyó a la de Federico II que adornaba la plaza antes de la Guerra (fue fundida).
En la siguiente foto se aprecian las bellas casas de la vecindad, con el monumento de espaldas.
La verdad que mires donde mires ves edificios bellos, la mayor parte restaurados.
Me voy acerando al ayuntamiento y... resulta que abrían a las 10:00. La entrada cuesta 10 zloti y tiene más un interés histórico que artístico (a pesar de lo que diga la LP). Se estructura en dos pisos, ambos con estructura similar: un salón grande y alrededor varias estancias. Lo que más me ha gustado, dentro de su sobriedad, es el Gran Salón del segundo piso y la Sala Principesca anexa, en la que se exponían figuras de porcelana fina y alguna de marmol muy bellas.
De ahí me he dirigido a las antiguas carnicerías, detrás de la Iglesia con bonitas vistas de ayer. Hoy en día están llenas de galerías de arte.
En la plaza Solny, anexa a la rynek principal, había un mercado de flores. Allí mismo destaca el edificio de la antigua Bolsa. Aquí no hay nada feo.
De vuelta al albergue para preparame un poco de hígado encebollado y buscar los zapatos de repuesto que creo que me he olvidado en la habitación al preparar la mochila,
he encontrado otro de esos enanitos en el sitio más inesperado.
Bueno, esto ha sido todo en directo desde Wroclaw. Siguiente destino y etapa Cracovia
Me despido de Poznan, una ciudad mucho más bonita que lo que esperaba cuando llegué. El tranvía nº8 me deja en frente de la estación de trenes. El mío a Wroclaw sale puntual, como siempre. El viaje de tres horas de duración, en primera clase, cuesta 67 zlotis y se me ha hecho cortísimo viendo varios capítulos de series en el netbook. Como viene siendo costumbre, el vagón de 1ª iba casi vacío y el tren ha llegado puntual a las 12:35
La idea es estar dos noches en Wroclaw, aprovechando también el día de llegada y el de salida, de tal manera que iría a Cracovia después de comer pasado mañana. Me alojo en el Corner hostel, al lado de la rynek de Wroclaw, justo encima de un KFC, que no pienso pisar. He pagado a razón de 30 zlotis la noche, incluido el desayuno. Yo sigo flipando con los precios en Polonia (son 7€). El albergue es grande, tiene tres pisos llenos de dormitorios comunitarios y de australianos gritones. Qué se le va a hacer, no siempre iba a estar sólo en una habitación para ocho.
Por cierto, a pesar de que en Wroclaw hay albergues y hostels allá por donde pases, ¡he coincidido otra vez con el surcoreano de Melilla!
Dejo las cosas en la habitación, me ducho y a dar un paseo por la ciudad, aunque hace mucho calor. El primer contacto es la rynek. Yo pensaba haber visto la plaza más majestuosa posible en Poznan… pues no. Es espectacular, enorme y muy bien cuidada. Menos agobiada de terrazas y restaurantes que la de Poznan. Como hoy los museos y el ayuntamiento están cerrados por ser martes, me he limitado a pasear por la ciudad.
En la misma plaza está este símbolo de la ciudad europea de la cultura 2016
En una de las esquinas, la noroeste según la lonely (yo no sé por qué leches insisten en usar ese tipo de expresiones, si ni el pupas entiende cuando llega a un monumento cuál es el noroeste ni na'... a mí la verdad es que me pone nervioso, porque lo repiten varias veces por página). Bueno pues en una esquina con una iglesia enorme está un conjunto de dos casas con el llamativo nombre de Hansel y Gretel
Por todas partes, también en la plaza misma, hay figuritas de bronce super curiosas de enanitos en diferentes actitudes y posiciones. Son muy curiosas y alegres
Como mañana voy a tomármelo con más calma, he seguido el recorrido hacia la zona de la universidad
En frente del edificio se encuentra también la estatua del esgrimidor (esa es la traducción de la guía)
La universidad es visita obligada. Se pueden visitar diferentes aulas, cada una con un precio que no llega al euro. En mi caso he estado en la torre matemática, con vistas de la ciudad; en el oratorium Marianum, una sala de música y en la aula leopoldina. Es simplemente la leche. Está superdecorada, en ese estilo recargado del barroco-rococo, que tanto me gusta
Oratorium marianum
Aula Leopoldina
Junto a la universidad está la Iglesia del Nombre de Jesús, en la que destacan sus frescos (aunque le falta un poco de iluminación natural) y ofrecen una audioguía, todo por el pago de la voluntad.
Consejo importante, al lado de la universidad está un edificio de cristal cuyo piso inferior es un self-service en el que te puedes servir lo que quieras y pagas en función del peso. Las albóndigas eran como las de amama de ricas, las alitas de pollo picante como las del pizzahut, la costilla buenísima... todo, con cocacola de medio litro, por 5 €
Wrosclaw está atravesada por el río Oder, que lo sortea mediante infinidad de puentes, algunos realmente bonitos. Pasando por uno de ellos he llegado al conjunto de islas de la Arena y la de la Catedral. En esta se encuentra la Catedral de San Juan Bautista, un edificio enorme, pero con un interior algo sobrio. Lo que más me ha llamado la atención han sido sus preciosas vidrieras, muy coloridas.
Entre tanto gótico en Polonia, destaca la pequeña iglesia de San Gil, junto a la majestuosa Catedral, de la que sólo queda el pórtico románico
También cerca está el jardín botánico que abre de 8:00 a 18:00 y que tendré que dejar para otro día, pues se me ha hecho tarde para visitarlo.
Para volver al hostel he pasado por el palacio de la ópera (no hay funciones) y por un pequeño parque que está en frente, la mar de bonito.
El resto de la tarde ha sido más bien funcional: acercarme a la estación de autobuses (alternativa más rápida y barata que el tren), comprar una toalla de rizo (estoy harto de la de Decathlon), la cena...
MIÉRCOLES 11/07/2012 WROCLAW
Después de desayunar en el propio albergue lo que quedaba, pues se ve que la gente arrapiña lo que come y lo que no, hoy era el día dedicado a visitar algún museo y el zoo (el más grande de Polonia).
Me he dado cuenta mirando por la mañana el diario que salgo en pocas fotos, así que he decidido que hoy mismo tengo que hacer el esfuerzo de fotografiarme más veces. Empezando por la propia plaza
El plan comenzaba con la visita al panorama y al museo nacional La entrada es común para ambos museos (25 zlotis).
El panorama es un recinto cilíndrico en el que se encuentra un lienzo de dimensiones espectaculares y formato panorámico - cilíndrico.
Al parecer debe de ser un emblema nacional para los polacos. Muestra la victoria en una batalla de finales del s.XVIII contra los rusos... claro que al final éstos arrasaron la insurrección (pero eso no se cuenta)
Merece la pena pagar la entrada sin duda. La visita dura media hora, no es necesario reservar por internet (aunque se puede hacer) e incluye una audioguía en castellano muy ilustrativa. A mí me ha gustado un montón.
A continuación me he acercado al museo nacional que está a escasos dos minutos andando. Al contrario que el Panorama, me ha parecido totalmente prescindible.
El exterior sí me ha gustado mucho, con las hiedras tapando la fachada, pero el interior no incluye esculturas ni pinturas especialmente atractivas. Caso aparte es la tercera planta dedicada a lo que llaman arte contemporáneo. Ha sido la planta en la qu más tiempo he estado, pero sólo porque era la única con aire acondicionado en todo el edificio.
Entre el Panorama y el Museo Nacional se encuentra, en el parque Slowackiego, un monumento reivindicativo del crimen de guerra llevado a cabo por los soviéticos en el bosque de Katyn y en otros territorios cercanos. Al parecer, arrodillaron y dispararon por la nuca a varios miles de prisioneros de guerra polacos. El monumento es de 1999, dato significativo si tenemos en cuenta que Rusia ha pedido perdón por el crimen en fechas recientes. Se trata de un conjunto escultórico muy emotivo
No cuesta ver el el agujero de la bala en el cráneo
Para aprovechar la mañana la idea era dirigirse a la zona del zoo, donde se encuentra también el jardín japonés y el audiotorio.
El auditorio, Hala Stulecia, es lo primero que he visto. Por fuera es bastante feo, aunque lo interesante debe de ser la funcionalidad como auditorio y la obra arquitectónica que supone soportar una cúpula de 65 metros de diámentro (un 50% más que el Panteón de París).
Se puede entrar a visitar una exposición sobre su contrucción por 12 zlotis. (yo me he colado y he entrado en la sala de la cúpula, pero supuestamente había una visita guiada con alguna actuación unas cuatro horas más tarde)
En frente de la propia Hala Stulecia (es el nombre que tiene) se encuentra la llamada aguja de acero, una horterada propia de los soviéticos que erigieron en 1948 para la Exposición de las Tierras Recuperadas.
Más bonita es la pérgola que se encuentra detrás del edificio y que rodea un estanque con una fuente de chorros de agua.
Detrás de ella se encuentra la entrada al pequeño jardín japonés. La entrada cuesta 3 zloti y también merece mucho la pena. Si vas con prisa lo recorre en menos de diez minutos, pero invita a la relajación y el tiempo se pasa rápido.
En las cercanías se encuentra el Zoo de Wroclaw, donde iba a pasar el resto del día. Sin embargo, en ese momento ha empezado a llover torrencialmente durante un buen rato. No era cuestión de mojarse viendo el zoo, así que he decidido coger un tranvía (viendo que no escampaba) y dirigirme a donde me llevara, hasta que dejara de llover. Pues he estado 51 minutos en el tranvía, acabando en el barrio de Lesnica. No es nada especial, la verdad. La casualidad ha hecho que entrara en un edificio con una exposición temporal (hasta agosto) de litografías de Salvador Dalí. La entrada eran 8 zloti,... no me ha gustado nada. Eso sí el edificio era bien bonito.
Como ya se me ha hecho tarde (otros 45 minutos de tranvía para volver) me voy a comer donde ayer comí (esta vez por tres euros y más rico aún). Con las pilas cargadas decido reorganizarme la tarde. En primer lugar subo a la Iglesia de Santa Isabel, junto a Hansel y Gretel. Casi me muero en el intento: 303 escalones de más de un palmo de altura en una sempiterna escalera de caracol de dimensiones ridículas, amen de oscura. La entrada cuesta 5 zloti y, si no sufres de claustrofobia, vértigo y tienes una fortaleza física envidiable, merece la pena un montón. Las vistas de toda la ciudad son espectaculares, especialmente las de la rynek.
Me acerco a la oficina de turismo, después de bajar las escaleras y recuperarme del mareo, y me comentan que hay un concierto de música clásica en clave de humor al de una hora (20:00), compro la entrada (70 zlotis) y para el Arsenal que me voy. Se trataba de un cuarteto de cuerda (tres violinistas y un celo) que con gran virtuosismo y dosis de humor han estado hora y media realmente lucidos. Por supuesto ha habido momentos en los que la gente se desternillaba y yo flipaba, pues los chistes eran en polaco, pero aún así el humor gestual y la música no dejan de ser universales.
En el camino hacia el arsenal he pasado por un conjunto escultórico muy curioso. Se llama el pasaje y representa a un grupo de siete peatones de bronce "engullidos" por la acera para emerger de nuevo al otro lado de la calle. La escultura fue inaugurada en 2005 para conmemorar el 24º (vaya efeméride más rara) aniversario de la declaración de la Ley Marcial en todo el país.
De vuelta al albergue, donde coincido con el surcoreano de Melilla y reservo el viaje de mañana en autobús (en tren son dos horas más y el doble de precio) para Cracovia.
JUEVES12/07/2012 WROCLAW - KRAKOW
Hoy es mi último día en Wroclaw (Breslavia) y tengo la mañana para descansar. Por eso el plan se limita a dar una vuelta por los alrededores del albergue, por la rynek básicamente.
Según la Lonely Planet el ayuntamiento abre a las 11:00, así que no tengo prisa y me acerco para las diez por la zona.
Me había pasado desapercibido un monumento de piedra que no es otra cosa que la picota. Era como un lugar de castigo para los delincuentes de poca monta. De hecho, la flagelación pública y otras formas de humillación se sigue practicando aquí en el siglo 18
Otro punto de interés en Rynek de Wroclaw es la estatua sedente de Alejandro Fredro, un dramaturgo polaco. Su estatua estaba inicialmente en Lvov (actualmente Ucrania) y sustituyó a la de Federico II que adornaba la plaza antes de la Guerra (fue fundida).
En la siguiente foto se aprecian las bellas casas de la vecindad, con el monumento de espaldas.
La verdad que mires donde mires ves edificios bellos, la mayor parte restaurados.
Me voy acerando al ayuntamiento y... resulta que abrían a las 10:00. La entrada cuesta 10 zloti y tiene más un interés histórico que artístico (a pesar de lo que diga la LP). Se estructura en dos pisos, ambos con estructura similar: un salón grande y alrededor varias estancias. Lo que más me ha gustado, dentro de su sobriedad, es el Gran Salón del segundo piso y la Sala Principesca anexa, en la que se exponían figuras de porcelana fina y alguna de marmol muy bellas.
De ahí me he dirigido a las antiguas carnicerías, detrás de la Iglesia con bonitas vistas de ayer. Hoy en día están llenas de galerías de arte.
En la plaza Solny, anexa a la rynek principal, había un mercado de flores. Allí mismo destaca el edificio de la antigua Bolsa. Aquí no hay nada feo.
De vuelta al albergue para preparame un poco de hígado encebollado y buscar los zapatos de repuesto que creo que me he olvidado en la habitación al preparar la mochila,
he encontrado otro de esos enanitos en el sitio más inesperado.Bueno, esto ha sido todo en directo desde Wroclaw. Siguiente destino y etapa Cracovia
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