CUARTO DÍA. ESTOCOLMO ✏️ Diarios de Viajes de NoruegaNos levantamos a las 6 de la mañana y, después de una ducha, fuimos a desayunar a las 7 al mismo salón donde habíamos cenado. Allí teníamos a nuestra disposición abundantes productos dulces y salados. Luego paseamos por el barco y estuvimos...Diario: BÁLTICO Y FIORDOS MARAVILLOSOS⭐ Puntos: 4.3 (3 Votos) Etapas: 14 Localización: NoruegaNos levantamos a las 6 de la mañana y, después de una ducha, fuimos a desayunar a las 7 al mismo salón donde habíamos cenado. Allí teníamos a nuestra disposición abundantes productos dulces y salados. Luego paseamos por el barco y estuvimos sentados viendo el archipiélago cercano a Estocolmo, ciudad a la que llegamos a las 9:45. Salimos pronto del barco y nos estaba esperando ya Antonio, el conductor, con el autocar que habían traído de España. Cuando ya estuvimos todos hicimos un corto trayecto hasta Södermalm (llamada por los lugareños Söder), en una zona elevada frente a Gamla Stan y famosa por aparecer en los libros de Millenium. Nos alojamos en un sencillo hotel de tres estrellas de la cadena Scandic, el Sjofarts, limpio, con pequeñas habitaciones pero que, como contrapartida, tiene una situación fabulosa. Apenas cinco minutos nos separan de Gamla Stan, donde se ubica el casco antiguo. Lo primero que hicimos ya en pleno centro de Estocolmo fue ir a la pequeñísima oficina de turismo para comprar las tarjetas de monumentos, esta vez para dos días (625 coronas). Card en mano nos dirigimos a la catedral (40 coronas- Card). Con 700 años de antigüedad y un aspecto exterior que no lo indica, su importancia en la capital y en el país entero es enorme ya que allí Olaus Petri (cuya tumba está en el interior) predicó la reforma luterana. La imagen actual es producto de sucesivas restauraciones pero lo más interesante de la catedral no es el exterior sino el interior. Y es que dentro podemos ver más claramente (dentro de la relativa austeridad luterana) la unión entre el gótico tardío en que se construyó y el barroco posterior. Aunque consta de un alto campanario al que se puede subir, lo que más llama la atención de la catedral es la hermosa escultura que encontramos a la izquierda del altar y que se representa a San Jorge y el dragón, considerada una de las principales muestras escultóricas del gótico tardío. Sólo para verla ya vale la pena la entrada. Pero no sólo podemos ver a san Jorge sino que también son dignos de mención el bellísimo altar de plata y marfil, los cuadros, el púlpito (debajo está la tumba de Petri), los asientos de los reyes y una pintura que está a la derecha de la entrada llamada Parthelion (considerado la pintura más antigua que representa la ciudad y que muestra un presunto milagro acontecido allí en 1535, unos aros centelleantes en el cielo). Junto a la catedral encontramos el enorme Palacio real, visitable también con la Card. Con 608 estancias e influencias de otros palacios europeos (incluido el siempre presente Versalles), se trata del complejo palaciego habitado en la actualidad más grande del mundo (por encima de Buckingham que tiene una habitación menos). Dentro del museo es posible visitar distintos museos además de las salas en sí mismas. Empezamos por el Tesoro, bajando por unos antiguos escalones, donde se guardan las más importantes joyas del reino. Escoger una pieza entre las que se exponen es complicado porque todas te parecen preciosas pero desde luego tendríamos que nombrar la corona de Erik XIV, el cetro y el orbe que el rey actual ya no usa. En el siglo XIII se terminó la fortaleza llamada Tre Kronor (Tres coronas), que fue residencia real hasta el siglo XVII. Un incendio la destruyó en 1697 y en la actualidad se puede ver un museo que conserva algunos restos del viejo palacio así como algunos objetos rescatados de las llamas. Es posible ver también en el recinto la Capilla real (prohibidas las fotos) del siglo XVIII. Pero lo que realmente todo el mundo desea ver son las estancias propiamente dichas del palacio, que se dividen en apartamentos oficiales, apartamentos para huéspedes, los llamados apartamentos Bernadotte y el salón de estado. Dentro de los apartamentos oficiales (en los que la familia real ya no habita) se puede destacar el magnífico salón de la galería de Carlos IX, de barroco tardío e inspiración en la Galería de los espejos de Versalles, en el que se coloca una enorme mesa para celebraciones oficiales (desgraciadamente cuando estuvimos la habían quitado). En cuanto al salón de Estado destaca en él el bellísimo trono de plata de la reina Cristina de Suecia. El conjunto museístico del palacio no acaba ahí. También es posible visitar el museo de antigüedades del rey Gustavo III Vasa, formado por esculturas clásicas que había adquirido en su viaje a Italia y que ocupan dos galerías. Por último y no por ello menos importante encontramos la Armería real, colección de armas, armaduras, trajes de la realeza hasta la actualidad, la ropa manchada de barro del rey Gustavo Adolfo II, que murió en una batalla, su caballo disecado, el traje de máscaras que llevaba Gustavo III cuando le asesinaron y una bellísima colección de carrozas reales. En la visita al Palacio real muchos no pueden dejar de admirar el cambio de guardia, principalmente los domingos sobre las 12.15 horas del mediodía. Yo los encuentro casi todos iguales y bastante aburridos pero algunos dicen que no tiene nada que envidiar al londinense. Después de ver los museos del Palacio, caminamos por delante de la Casa de la Nobleza, del siglo XVIII, construida para que se reunieran los aristócratas y uno de los edificios más bellos de la ciudad. Lamentablemente tiene un horario de apertura espantoso (una hora al día y no todos los días). Llegamos rápidamente a la Isla de Riddarholmen (la isla de los Caballeros) para visitar la Iglesia de Riddarholmskyrkan donde están los sepulcros reales. En la parte exterior llama la atención la enorme torre rematada por una puntiaguda aguja del siglo XVII y en el interior las tumbas. La entrada (40 coronas) está incluida en la Card. Frente a la iglesia podemos ver el Wrangelska Palatset, con fachada blanca del siglo XVII y que fue residencia real después del incendio del castillo de Tre Kronor; el Palacio Stenbockska, la residencia noble mejor conservada de la isla (siglo XVII- fachada roja) y la estatua de Birger Jarl, fundador de la ciudad. Cogimos el metro en la parada de Gamla Stan y en apenas dos paradas estábamos en Hotorget. Junto a la salida del metro encontramos el Salón de conciertos donde se celebra la ceremonia de entrega de los premios Nobel (todos menos el de la Paz, que por expreso deseo de Alfred Nobel se da en Oslo). Sólo es posible visitarlo con guía (60 coronas- Card) y el tour en inglés empezaba a las 4 de la tarde por lo que aprovechamos para comer algo en la cafetería. Enfrente está la estatua de Orfeo de Carl Milles y el antiguo mercado del Heno que hoy en día sigue usándose como mercadillo. Caminando desde allí se tarda poco en llegar a Sergels Torg, plaza concurrida de la ciudad moderna y en cuyo centro se encuentra un obelisco de cristal que se ilumina de noche. Frente al obelisco está la Casa de cultura, edificio de los años 70 de esos tan modernos que no sabes bien a qué se destina exactamente ya que en teoría hay de todo, desde salas para exposiciones, biblioteca de libros, comics, música, auditorio… El trayecto a pie hasta el Gran Hotel no es largo y frente a él cogimos (Card) un barco que nos hizo un recorrido de unos cincuenta minutos llamado Tour Royal Canal (160 coronas). Desde el agua se pueden ver muchas cosas: Strandvägen, la calle más lujosa de la ciudad junto al muelle, el precioso Real Teatro dramático de principios del siglo XX, el Palacio real y principalmente los alrededores de Djurgarden, la isla de los animales que entre los siglos XVI y XVII fue terreno privado de los reyes y del que ahora podemos disfrutar todos. Cuando terminó el crucero paseamos por el Jardín Real y la iglesia de St. Jakob nuevamente en dirección a Sergels Torg. Entramos en la casa de la cultura y después cogimos el metro en la parada de Centralen para ir hasta la de Globen, que recibe su nombre de la gran esfera blanca del estadio. Actualmente se han instalado en la esfera dos capsulitas transparentes que suben hasta lo alto proporcionando vistas de la ciudad. Yo no subí por vértigo pero sé que el trayecto (con parada arriba incluida) dura 15 minutos y cuesta 130 coronas (Card). Personalmente (después de ver las fotos que salen desde arriba y el precio) creo que es algo prescindible salvo que a uno le gusten especialmente las alturas o disponga de la Card y no tenga que hacer ese dispendio adicional. Volvimos en metro hasta Gamla Stan e hicimos un pequeño recorrido por allí. Tuvimos ocasión de ver bien Stortorget, la plaza mayor, presidida por un imponente edificio de color crema que se construyó en el siglo XVIII para ser la sede de la Bolsa y que actualmente es el Museo Nobel y la Academia sueca. En la plaza destacan también las preciosas casas de estilo centroeuropeo del siglo XVII y el pozo cubierto que hoy en día parece una fuente (el agua es potable pero los hierros por los que sale están muy oxidados). La plaza es famosa en la historia del país porque allí tuvo lugar un triste episodio en el siglo XVI, cuando un numeroso grupo de nobles suecos fueron decapitados por orden del rey danés Kristian II después de haberles prometido una amnistía y haberles invitado a un banquete. Este hecho se conoce como “el baño de sangre” y aconteció en noviembre de 1520. Esa matanza provocó el descontento popular y la subida al trono de Gustavo Vasa de quien se escucha hablar a menudo por esos lares. Además de los lugares ya mencionados, visitamos la Iglesia alemana (exterior), testimonio de la presencia de la Liga Hanseática de la que volveremos a oír hablar en Bergen y que ya conocía desde que visité la preciosa ciudad alemana de Lübeck. Nadie que pasee por Gamla Stan podrá evitar pasar por la calle Västerlanggatan, la que en otros tiempos fuera la arteria principal aunque fuera de los límites de la ciudad y que ahora cruza el casco antiguo. Está plagada de tiendas de recuerdos donde es fácil ver banderas suecas junto a renos, cascos vikingos con cuernos (una licencia histórica que nunca ha podido demostrarse) y muñequitas de Pippi Calzaslargas, la niña de las trenzas pelirrojas creada por la sueca Astrid Lindgren que dicen que inspiró a Stieg Larsson para inventar a Lisbeth Salander, la protagonista femenina de Millenium. Tampoco conviene perderse en el centro histórico Märten Trotzigns Gränd, callejuela que parte de la anterior y que con sólo 90 centímetros de ancho es la más estrecha de la ciudad. Uno puede abrir los brazos y tocar con las manos las paredes. Como indica una placa recibe el nombre de un mercader alemán que era propietario de dos casas en la calle a finales del siglo XVI. Una vez terminado ese paseo cruzamos de nuevo el puente por encima del punto donde se unen el mar Báltico y el lago Mälaren y regresamos a Södermalm para hacer un recorrido de unos supuestos 30 minutos que recomendaba la guía visual País Aguilar de Estocolmo. El paseo comienza en Södermalmtorg, la plaza principal, y va subiendo hasta alcanzar la iglesia de María Magdalena, algunas viviendas del siglo XVIII y un mirador sobre la ciudad y sus diversas islas desde el que supongo se pueden hacer buenas fotos (de noche con nuestra cámara pierden un poco). Mirando hacia abajo, en el agua, es posible ver algunas embarcaciones hoy convertidas en hoteles. En contra de lo que pueda parecer la isla es muy apreciada por los habitantes de Estocolmo y el mismísimo Stieg Larsson vivía allí. Al parecer según leí en algunos folletos es fácil conseguir un folleto para hacer la ruta de Millenium empezando por la casa de Mikel Blomkvist. Yo no hice esa ruta pero la que sí seguí (y más siendo ya de noche y estando algo cansada) se me hizo algo pesada. Para terminar este día simplemente decir que he leído en varios sitios que algunas estaciones de metro de Estocolmo tienen ciertas obras de arte que permiten hacer una ruta. He visto alguna de esas obras de pasada y salvo que se disponga de mucho tiempo libre no creo que merezca la pena perder el tiempo en eso. No obstante sólo un día me permitió ratificarme en mi idea originaria y es que Estocolmo es una de las ciudades más bellas de este recorrido. Índice del Diario: BÁLTICO Y FIORDOS MARAVILLOSOS
01: Consideraciones iniciales
02: PRIMER DÍA- EL VIAJE
03: SEGUNDO DÍA- HELSINKI
04: TERCER DÍA- HELSINKI Y CRUCERO A ESTOCOLMO
05: CUARTO DÍA. ESTOCOLMO
06: QUINTO DÍA- ESTOCOLMO
07: SEXTO DÍA- CAMINO A OSLO. VISITA A KARLSTD Y PRIMER CONTACTO CON LA CAPITAL
08: SÉPTIMO DÍA. OSLO
09: OCTAVO DÍA- LILLEHAMMER, LOM Y EL HIELO
10: NOVENO DÍA. GLACIAR DE NIGARDS, FIORDO DE LOS SUEÑOS Y TREN DE FLAM
11: DÉCIMO DIA- BERGEN
12: UNDÉCIMO DÍA. BERGEN Y PRIMER CONTACTO CON STAVANGER
13: DUODÉCIMO DÍA. FIORDO DE LA LUZ Y PÚLPITO
14: DECIMOTERCER DÍA. STAVANGER, MUSEOS Y REGRESO A CASA
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