![]() ![]() DÉCIMO DIA- BERGEN ✏️ Diarios de Viajes de Noruega
Nos levantamos a las 6:15 de la mañana, desayunamos y a las 8 ya estábamos en marcha. Vamos recorriendo el fiordo de Hardanger, muy diferente a los anteriores (no hay montañas tan altas pero resulta encantador) por una carretera que ya conocíamos...![]() Diario: BÁLTICO Y FIORDOS MARAVILLOSOS⭐ Puntos: 4.3 (3 Votos) Etapas: 14 Localización:![]() Nos levantamos a las 6:15 de la mañana, desayunamos y a las 8 ya estábamos en marcha. Vamos recorriendo el fiordo de Hardanger, muy diferente a los anteriores (no hay montañas tan altas pero resulta encantador) por una carretera que ya conocíamos por haber recorrido una parte el día anterior y que está llena de curvas. Los noruegos son un pueblo muy rico desde el descubrimiento de petróleo hace algunos años pero no se puede decir que destinen el dinero en hacer carreteras puesto que no son ni demasiado buenas, ni rápidas ni mucho menos anchas. Después de unas dos horas de camino llegamos a la catarata de Steinsdal, de 50 metros de altura, junto a la carretera y que permite, subiendo por un caminito, pasar por detrás sin mojarse. Aunque la guía de viajes Lonely Planet dice que inexplicablemente es uno de los puntos de interés natural más visitados del país creo que sé por qué. Su situación y acceso son inmejorables, visualmente resulta atractiva, puede ir todo el mundo y está junto a unas tiendas y baños, lo que hace que sea un punto ideal para una parada técnica (también llamada por los guías “hidráulica”). Después de una corta parada proseguimos nuestro camino y llegamos poco después de las 11 a Bergen, capital de los fiordos, rodeada de siete colinas como Roma y considerada como la ciudad más bonita de Noruega. Nada más llegar nos detuvimos en el Mercado del pescado, que tiene dos partes, una cubierta en un edificio compartido con la oficina de turismo (primer piso) y otra exterior, con puestecitos, que es a la que nos dirigimos. Allí vemos expuestos productos del mar de todo tipo, dominando por encima de todos ellos el famoso salmón. En el Mercado del pescado de Bergen es muy fácil comprar y recibir las explicaciones pertinentes porque está lleno de estudiantes españoles encantados de ayudarte en lo que haga falta. La guía nos llevó a uno de esos puestecitos donde Pau (catalán suponemos por su nombre) nos explicó todo lo que vendían y nos dejó probar salmón ahumado, marinado y ballena ahumada, quizás el producto más extraño puesto que no estamos acostumbrados a ella. No sé cómo describir su sabor (dejando de lado la polémica sobre su caza que ellos intentan salvar diciendo que se trata de una especie en concreto que no está en peligro de extinción). A mí me pareció carne con un sabor final que no logro determinar aunque la guía nos dijo que es una mezcla entre atún e hígado. Tengo que reconocer que dada la rareza de su carne me decidí por comprar varios pedazos, uno para mí y otros para regalo, a pesar de su elevadísimo precio. Que nadie se asuste por pensar que se le puede estropear. Según nos contaron todo va envasado al vacío pero además nos lo ponen en unas bolsas térmicas precintadas que aguantan en la maleta diez días. Una vez en casa, se saca el producto y se puede dejar en la nevera un mes o congelarlo. Enfrente del puestecito donde compramos la ballena había uno que por sus características me atrajo mucho más. Y es que estaba todo lleno de embutidos, una especie de salchichones. Podías probarlos todos, de reno, ballena y alce. El primero tiene un sabor delicioso, muy parecido a un embutido ibérico, pero los otros dos, sobre todo el de alce, son excelentes. Tampoco son baratos pero dado que son muy buenos compré unos cuantos, para mí y de regalo. A las 12 en punto (y después de haber hecho algunas fotos de Bryggen, del que luego hablaré, y de haber probado en el mercado cubierto diversas variedades de queso marrón, una especialidad noruega un tanto peculiar, con sabor dulce), volvimos a subir al autocar para empezar la visita guiada con Luis, un guía mitad chileno mitad italiano que hubiera estado como pez en el agua en El club de la comedia y con el que nos reímos mucho (además de pegarnos la frase “Es lo que hay”). Hizo un curioso experimento con nosotros y al final de las explicaciones nadie recordaba que Bergen había sido fundada en el año 1070 pero todos nos acordábamos de un chiste fácil que nos hizo (que los noruegos deben tomar 4 analgésicos cuando les duele la cabeza, uno por cada lado de ésta). Con él hicimos la visita por la ciudad en bus y luego a pie por Bryggen. Y ahora es cuando hablaré de ese lugar, el más famoso (con permiso del mercado del pescado) de la ciudad y Patrimonio de la Humanidad. Durante los siglos XII y XIII, Bergen fue capital de Noruega y por ese motivo un grupo de comerciantes alemanes se afincó en la zona del puerto. En el siglo XIII diversas ciudades alemanas se unieron en ligas comerciales, siendo más importante la Hanseática que ya conocimos hace dos años en la alemana Lübeck. Esos comerciantes se fueron estableciendo en distintos puertos y Bergen fue uno de ellos. Esos mercaderes, que comerciaban con telas o bacalao seco, no tenían permitido casarse o formar familias con noruegas y construyeron las famosas casitas de madera pintadas de diversos colores de Bryggen. Además de las casas, hoy ocupadas por tiendas, restaurantes y talleres, podemos visitar (como de hecho hicimos esa misma tarde) el Museo Hanseático, ubicado en un edificio de madera de principios del siglo XVIII y donde podemos ver habitaciones, la prensa del pescado, etc. así como la Schotstuene, reconstrucción de las salas de reunión de los mercaderes hanseáticos. La entrada cuesta 60 coronas y es válida para los dos edificios si se visitan el mismo día. En la Schotstuene encontramos un WC gratuito en la planta baja. Las casas de Bryggen se han destruido en diversas ocasiones por el fuego y por una explosión de un barco holandés en el puerto. Su penoso estado hizo que muchos desearan derribarlas para construir nuevos y modernos edificios. No obstante en los años 50 se iniciaron unas excavaciones arqueológicas que encontraron más de un millón de valiosos objetos y en 1962 se constituyó la Fundación Bryggen, que aún controla su restauración y conservación. Lo que contribuyó definitivamente a su protección fue la declaración de Patrimonio de la Humanidad en 1979. A pesar de eso resulta curioso ver como las casas están completamente torcidas. No me refiero a la clara inclinación que tienen las casas en Amsterdam sino a que están de lado, completamente. Se han emprendido reformas en ese sentido. Ni las tiendas ni los restaurantes de Bergen son baratas pero siempre hay gente que compra, y mucho, en sus muchísimos establecimientos. Como en el circuito teníamos la subida en funicular pero por la mañana no daba tiempo nos dieron los tickets para que vayamos cuando nos apetezca. Y decidimos hacerlo esa misma tarde. El funicular Floibanen, cuya entrada está en un edificio blanco cercano al Mercado del pescado y a las casitas de Bryggen, llega hasta la cima del monte Floyen, a 320 metros de altura. El precio ida y vuelta es de 80 coronas, entra en la Bergen Card y la frecuencia de paso en verano es bastante amplia. Desde arriba se obtienen unas vistas impresionantes sobre toda la ciudad y los fiordos. Además también hay varios senderos que permiten dar paseos por los alrededores de bosques que parecen de fantasía. Es fácil imaginar que pueda aparecer un troll o un hada en cualquier momento. Ya de vuelta decidimos caminar hasta la torre de Rosenkratz y la Hakonshallen, donde entraremos al día siguiente, y más allá hasta unas casitas blancas que habíamos visto en la visita panorámica de la mañana y que reciben el nombre de Rose Village. Se trata de un grupo de pequeñas viviendas de madera con preciosas flores. Cerca de allí también vemos un grupo de palafitos de colores vivos y la única conservera que todavía se conserva en el interior de la ciudad. Regresando al centro pasamos por la catedral, a la que no se podía entrar porque había un concierto (algo bastante habitual en las iglesias noruegas). Nos sorprendió la lluvia, un fenómeno meteorológico frecuente en Bergen, donde la estadística marca que llueve casi 300 días al año. Nos dirigimos a los centros comerciales, nada del otro mundo, y por último a la calle peatonal, donde le hacemos una foto al monumento que representa distintos momentos de la historia noruega comenzando por los vikingos. Finalmente, y siguiendo la misma calle, fuimos hasta el cercano y bien situado hotel Augustin donde nos alojábamos. Índice del Diario: BÁLTICO Y FIORDOS MARAVILLOSOS
01: Consideraciones iniciales
02: PRIMER DÍA- EL VIAJE
03: SEGUNDO DÍA- HELSINKI
04: TERCER DÍA- HELSINKI Y CRUCERO A ESTOCOLMO
05: CUARTO DÍA. ESTOCOLMO
06: QUINTO DÍA- ESTOCOLMO
07: SEXTO DÍA- CAMINO A OSLO. VISITA A KARLSTD Y PRIMER CONTACTO CON LA CAPITAL
08: SÉPTIMO DÍA. OSLO
09: OCTAVO DÍA- LILLEHAMMER, LOM Y EL HIELO
10: NOVENO DÍA. GLACIAR DE NIGARDS, FIORDO DE LOS SUEÑOS Y TREN DE FLAM
11: DÉCIMO DIA- BERGEN
12: UNDÉCIMO DÍA. BERGEN Y PRIMER CONTACTO CON STAVANGER
13: DUODÉCIMO DÍA. FIORDO DE LA LUZ Y PÚLPITO
14: DECIMOTERCER DÍA. STAVANGER, MUSEOS Y REGRESO A CASA
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