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Nos levantamos tarde para recuperar sueño. Habíamos quedado en que nos entregarían el coche en el hotel a las 10 de la mañana. El día amaneció con un sol radiante y una temperatura muy agradable. Habíamos alquilado un Toyota Auris por internet en la empresa Route1 para 11 días por 886 euros con elevador y con el seguro básico. Tras hacer el check out del hotel nos sentamos a esperar. Cerca de las 10:15 nos empezamos a mosquear y por medio de la recepcionista del hotel llamamos a la empresa. La señora que nos traía el coche se había olvidado el elevador y había tenido que regresar por él. Al final llegó toda compungida a las 11 con un Hyundai i30 de gasolina 1.4 de 100 CV gris nuevo de la gama básica con cambio manual, con sólo 7200 km y con el depósito lleno. Para compensar su retraso no regaló el seguro de lunas que inicialmente no habíamos pedido pero que tras circular 12 días por Islandia recomendamos encarecidamente a todos. El coche se portó como un campeón, tiraba mucho, gastaba poco y no nos dió ningún problema. En el maletero cabían bien nuestras 2 maletas y un par de mochilas de mano a presión. Así, tras hacer el papeleo en el hall del hotel a eso de las 11:30 comenzamos nuestro periplo islandés en dirección a Vik.
Keflavik nos pareció un pequeño pueblo sin interés. Nada más arrancar nos topamos con un supermercado Netto donde paramos a hacer nuestras primeras compras: pan, snacks, fruta, papel de aluminio, dulces, zumos y agua. Nos pareció algo más caro que en Madrid pero en general las compras de productos de alimentación son asequibles.
La carretera entre Keflavik y Reyjkiavik discurre por un área de lava cubierta de musgos y es la única carretera de doble carril del país que nosotros vieramos. En unos 30 minutos recorrimos los 45 km que separan las 2 ciudades sin apenas tráfico mientras nos íbamos haciendo al coche. Con ayuda del plano de la capital que venía en el mapa que nos habían dado con el coche evitamos entrar al centro y salimos a la Hringvegur/RingRoad/Carretera 1 en dirección a Selfoss.
El primer tramo de carretera discurría por campos de lava y zonas geotermales con fumarolas esporádicas pero a los pocos kilómetros se desciende vertiginosamente hacia el mar y el paisaje cambia radicalmente. Desde aquí y hasta los fiordos del este la carretera trascurre por una franja de costa entre el mar a la derecha y unas montañas/acantilados a la izquierda habitualmente no más ancha de 5 kilómetros y donde se concentran todos los pueblos y granjas del camino. Un poco antes de Hveragerdi vimos el desvío a la derecha hacia la cueva de lava de Raufarhólshellir por la 39 pero no teníamos tiempo de acercarnos. Pasamos por Hveragerdi, Selfoss, Hella y Hvolsvöllur sin deternernos. Nos pareció que con tiempo Hveragerdi tendría un paseo. Además en sus alrededores también hay un campo geotermal.
Nosotros no fuimos, pero desviándose hacia la costa, desde Bakki sale un ferry a las islas Vestmannaeyjar 4 veces al día.
Finalmente a la hora de comer llegamos a nuestra primera visita, la cascada de Seljallandsfoss que se ve desde la carretera. Para llegar a ella hay que tomar la carretera 249 que sale de la Ringroad a la izquierda y en 1 km llegas al parking. Es una cascada estrecha pero bastante alta y cuyo principal atractivo es que permite recorrerla por detrás (imprescindible impermeable). Después del paseo comimos sentados en la explanada de hierba enfrente de la cascada.
Seljallandsfoss *** Imagen borrada de Tinypic ***
*** Imagen borrada de Tinypic ***
*** Imagen borrada de Tinypic ***
Volvimos al coche y continuando por la misma carretera unos 800 metros se llega a un camping. En su interior se encuentra la cascada de Gljüfurárnoss (excursión 5 de la guía Rother) que se encuentra escondida al final de un estrecho cañón por el que discurre el flujo de agua. Si tienes buen equilibrio se puede entrar en el cañón saltando por unas piedras colocadas para ello. Si no, tendrás que mojarte los pies. El cañón tiene unos 20 metros de profundidad y el espectáculo en el interior es maravilloso aunque muy húmedo y no podrás disfrutarlo nada más que unos segundos sin empaparte a conciencia. Una vez fuera, por las rocas de la derecha de la cascada sube un camino bastante empinado hacia un mirador que te permite ver la cascada desde arriba.
Gljüfurárnoss *** Imagen borrada de Tinypic ***
*** Imagen borrada de Tinypic ***
Dos días después descubriríamos que siguiendo por esa misma carretera (249), que se convierte en pista (F249) en unos pocos kilómetros pero practicable para coches normales, a unos 10 kilómetros de Seljallandsfoss se llega a otra cascada llamada Nauthúsagil que es maravillosa (lo contaremos a su tiempo). Pero nosotros volvimos a la Ringroad y un poco más adelante teníamos al Eyjafjallajökull a nuestra izquierda, el famoso volcán cuya erupción dejó sin tráfico aéreo a toda Europa en el 2010. Hay un pequeño centro de interpretación-museo que nosotros no visitamos con un parking desde el que se pueden hacer fotos panorámicas.
Eyjafjallajökull*** Imagen borrada de Tinypic ***
Finalmente llegamos a nuestra tercera parada del día, Skogafoss. Esta es una cascada realmente impresionante de 62 metros de altura y unos 25 de anchura que se despeña en un anfiteatro natural magnífico situado al fondo de un pequeño valle. Con el día soleado el espectáculo sonoro y visual con nubes de agua y arcoiris era impresionante. Nos acercamos a la base de la cascada (de nuevo imprescindible impermeable) y luego ascendimos por una escalera que sube por el lado derecho hasta la cima de la cascada.
Skogafoss*** Imagen borrada de Tinypic ***
A mitad de camino salía un sendero por el que se llega a un mirador que tiene la vista más bonita de la cascada con una roca enfrente que parece una cara que mira hacia la caída de agua, muy Tolkien.
*** Imagen borrada de Tinypic ***
Desde arriba comenzaba la excursión 1 de la guía Rother que va desde Skogar a Thorsmorsk. Hicimos un tramo de unos 2 km que discurría por la orilla de un río de montaña de gran caudal y zonas de rápidos por praderas inmensas salpicadas de ovejas. Nos quedamos con ganas de más pero teníamos que volver.
Pasamos del pueblo de Skogar pero luego nos enteramos que tenía un museo de arte popular con edificios antiguos de tejado de turba muy apropiados para la fotografía turística. Si volviéramos a ir lo visitaríamos sin duda.
Ya se iba haciendo tarde, que no oscuro, y volvimos a coger el coche. Unos pocos kilómetros más adelante a la derecha salía el desvío hacia Dyrhólaey, un enorme acantilado en forma de arco que domina toda esa zona de costa. La carretera discurre por un área de marismas con muchas aves y termina en unos 6 km en un pequeño parking. Allí bajamos y dimos un paseo por las rocas buscando frailecillos (sin éxito). Teníamos una vista preciosa de la playa de Reynisfjara pero no vimos el acantilado por ninguna parte así que un poco frustrados volvimos al coche rumbo al hotel. Luego nos enteramos que la pista de tierra que lleva al faro y al acantilado salía 1 km antes de llegar al parking hacia la derecha, pero esa visita la hicimos otro día.
Dyrhólaey *** Imagen borrada de Tinypic ***
*** Imagen borrada de Tinypic ***
Siguiendo por la Ringroad y tras sobrepasar la playa de Reynisfjara salía una carretera hacia la derecha que bajaba a dicha playa con sus famosas columnas de basalto y las agujas de Reynisdrangur.
Atravesamos el pueblo de Vik que nos pareció muy agradable y unos 15 km más adelante llegamos a nuestro hotel. Tras una ducha relajante disfrutamos de una cena buffet en el mismo hotel con delicias locales (como guiso de ballena y salmón preparado de 5 maneras distintas) y otras no tanto (sushi y hamburguesas). Tras la cena dimos un pequeño paseo alrededor del lago y a la cama.
Kilometros recorridos 250 km
Alojamiento: Höfdabrekka Country Hotel
Opinion: Hotel rural con decoración un poco anticuada tipo cottage inglés ligeramente hortera para nuestro gusto (muebles de madera, flores secas, animales disecados, etc) pero las habitaciones super amplias y modernas aunque nada de diseño. Entorno de campo precioso (montaña, cascada y pequeño lago alrededor), a unos 3 km de la playa. Desayuno correcto. Wifi gratuita. Parking gratuito en la puerta. Cortinas absolutamente opacas.