Nos pegamos un buen madrugón. Nos levantamos a las 4:30. Al contrario de lo que pensábamos, es la noche que mejor hemos dormido en Toronto. De hecho, cuando suena el despertador estamos domidísimos.
Lo bueno que tiene es que, por fín, podemos ducharnos los dos con agua caliente.
Salimos a las 5. Dejamos las llaves de la casa dentro del buzón, tal y como nos dijo unas 3 o 4 veces el dueño de la casa.
Vamos a la calle Parlament a esperar un taxi. Casi no hay gente y pasa algún coche de vez en cuando. Yo estoy muy convencida de que vayamos a encontrar un taxi pero a los 5 minutos apareció uno.
El aeropuerto está a unos 20 kms. Cuando llegamos a Toronto, como cogimos bus y metro, tardamos en llegar al centro más o menos 1 hora. Hoy, en taxi y sin tráfico, en media hora ya estamos en el aeropuerto.
Pagamos al taxista unos 50€. Vaya palo!!! Aunque la verdad es que ya nos lo esperábamos.
Hemos llegado antes de lo previsto así que nos va a tocar esperar un buen rato porque el avión no sale hasta las 8:30.
Desayunamos, damos unos paseos (esta terminal es muy pequeña), leemos el periódico, ... A las 8:30 salimos rumbo a Punta Cana.
El vuelo dura unas 4 horas. Cuando llegamos lo primero que notamos es el calor y la humedad. No nos hemos abrigado mucho pero aún así no vamos vestidos para la República Dominicana.
Cuando bajamos del avión la azafata flipa al ver nuestras cazadoras encima de la mochila.
El aeropuerto es cuando menos singular ya que apenas hay paredes.
Tardamos casi una hora en salir del aeropuerto. Nos hemos juntado varios aviones y hay una cola inmensa para pagar la tarjeta de entrada al pais (10€) y pasar el control de pasaporte. A nosotros nos han dado la tarjeta de entrada en el avión así que nos ahorramos los 10€ y algo de cola.
Lo segundo que vemos y que certifica que estamos en la República Dominicana es la pachorra de los policías que te sellan el pasaporte.
Todavía tenemos que guardar una tercera cola y es que hay que pasar las maletas por un escáner. Es la primera que en un aeropuerto tenemos que hacer esto para salir.
Por fín salimos a la calle. Qué calor!!! Hay un montón de chóferes buscando a sus clientes. Nosotros buscamos a alguien que tenga un cartel con nuestros nombre o el del hotel. Es que hemos contratado el servicio de traslado al hotel. Nos costaba más o menos lo mismo que un taxi y además al taxi no le dejan entrar dentro del hotel.
Volvemos a entrar en la terminal porque hemos visto unos puestos que parecían agencias o algo así. Finalmente un chico nos dice que vayamos al puesto de nuestra agencia, que allí nos dirán todo. Y, efectivamente, allí nos acompañan hasta nuestra furgoneta. También nos dicen que al día siguiente a las 10:30 estará en la recepción del hotel un chico de la agencia con el que tenemos que concertar la hora de vuelta.
Llegamos al hotel en 20 o 30 minutos. Por el camino no se ve mucho. Apenas hay edificios. Sólo cuando pasamos por un par de pueblos.
El hotel es una pasada!!!! Es el Princess Punta Cana. Nos cuesta 120€ la noche con todo incluido.
Llegamos a nuestra habitación. Está bien, como esperábamos. Son casi las 4 de la tarde pero no hemos comido así que vemos los horarios de los restaurantes y vamos a picar algo.
Damos una vuelta por los jardines del hotel y después decidimos darnos un baño en la playa. Nos han dado en recepción un par de tarjetas con las que podemos coger un par de toallas de playa. Cuando llegamos al puesto de las toallas, ya está cerrado. Cierra a las 17. Decidimos dar un paseo por la playa.
La primera impresión que tenemos es que nos lo imaginábamos más espectacular y el agua más azul (tal vez habíamos visto demasiadas fotos de revistas). Después del paseo pensamos que esto es una maravilla.
Como nos hemos cambiado de ropa, el calor ya es más llevadero. Se está bien.
Después del paseo vamos a tomar algo al bar con terraza que está junto a la playa.
La terraza está genial. Hay muy poca gente y las vistas son una gozada.
Justo antes de anochecer cae una pequeña tormenta que dura apenas 5 minutos.
A las 20:30 o así vamos a cenar a uno de los restaurantes temáticos. Escogemos el mexicano. Cenamos muy bien. Después volvemos al bar a tomar un cocktail y después a dormir, que estamos destrozados.
Mañana empiezan nuestros días de descanso. Nunca hemos estado de vacaciones en un sitio de este estilo, en el que no haces nada. Espero que no nos aburramos. Aunque me parece a mí que no.