Nos levantamos a las 08:30. Hoy también hemos dormido muy bien. Sólo se oye ruido cuando los vecinos bajan a desayunar pero eso no suele ser antes de las 8.
Hoy cambian el desayuno. Ayer nos dieron tostadas y hoy toca crepes. Riquísimo.
Vamos a ver una de las puertas de la muralla. Hace más frío que ayer pero al menos no llueve.
Damos un paseo por el parque Battlefield, un parque enorme.
Después entramos en la Citadelle, una antigua fortaleza. Como no nos llama mucho, damos un paseo por fuera.
Bajamos a la Baja Ciudad Vieja. Aquí hace mejor tiempo así que nos sentamos en una terraza a tomar algo. De aquí nos vamos a un restaurante que aparece en la Lonely. Está lleno así que vamos a nuestra segunda opción que es un restaurante de ensaladas y bocatas. Tomamos el menú que sopa, sandwich y café. Vaya tanque de café!!! Claro que está aguado, como en todos estos países.
Vamos a ver otras puertas de las murallas, el parlamento, un parque, ... Ahora hace mejor porque ha salido el sol y no corre el viento. El parlamento es un edificio muy bonito.
Se nota que es lunes porque en los sitios turísticos hay menos gente. Damos un paseo por un barrio bohemio que está fuera de las murallas.
Es una calle muy larga con muchos bares y restaurantes.
Vamos al parque de la Artillería y tomamos una cerveza en una terraza. Decidimos ir a cenar al barrio bohemio. Entramos en un bar con pinta de alternativo. Se sienta en nuestra mesa una camarera que empieza a explicarnos un juego en francés. Es que en Quebec se dirigen a tí siempre en francés. Vemos que en todas las mesas la gente tiene papel y boli. Cuando le decimos a la camarera que no hablamos francés nos dice que no sabe mucho inglés pero que va intentar hablarlo para practicarlo. Como no tenemos ni idea de lo que nos está contando le decimos que no queremos jugar y que sólo queremos un par de pintas.
Este sitio es más barato pero, por supuesto, hay que dar propina cada vez que pides y pagas. Y pagas nada más ser servido porque la camarera se queda esperando el dinero al lado tuyo.
De este bar nos vamos a cenar a un restaurante que recomienda la Lonely en este mismo barrio. Nos cuesta unos 50€ pero cenamos muy bien. Tomamos un cuarto de botella de vino tinto por 16€!!!! Hemos cenado a las 8. Ya somos unos auténticos canadienses!!!!
Luego tomamos una cerveza en el bar de siempre y al hotel.
Conclusión del día: nos lo estamos pasando muy bien. Nos ha gustado mucho Quebec. Es una ciudad preciosa, muy cuidada y con bastante ambiente.
A ver qué tal se nos da la ruta por los pueblos. Y es que mañana cogemos el coche y nos moveremos por varios pueblos hasta Toronto.