Empiezo el relato de este día volviendo un poco atrás en el tiempo, hasta antes de salir de vacaciones. Teníamos previsto realizar este viaje de unos 6500km pero en ningún momento se nos pasó por la cabeza llevar el coche a hacer una revisión. El coche es relativamente nuevo, tiene 4 años y medio y 70000km, así que pasamos del tema... pa matarnos! Dos días antes de marchar Ángel, amiguete y experto en temas automovilisticos, echa un vistazo a todo lo que hay que mirar y nos dice que todo está correcto salvo las ruedas de atrás, que están gastadas y habría que cambiarlas, aunque él considera que podemos hacer el viaje sin problemas y cambiarlas a la vuelta. Pues bien, desde ese instante Samuel empieza a obsesionarse con las ruedas, mirándolas cada vez que nos apeamos del coche, palpándolas para ver si las nota más gastadas después de cada etapa, comparando nuestras ruedas con las ruedas de otros coches, poniendo orejas de Dumbo cada vez que vamos en el coche para intentar distinguir si percibe ruidos raros... en fin, un drama a diario.
Retomo el relato del viaje en el día actual, nos levantamos en Pecs y Samuel dice que ya no espera más y que va a cambiar las 2 ruedas para poder proseguir el viaje tranquilos. Yo me quedo en el camping mientras él busca un taller. Tarda y tarda y por fin aparece después de 3 horas y media. Me da un soponcio cuando me dice lo que le cobraron por 2 ruedas, prefiero no acordarme, más del triple que en España, pero todo sea por nuestra seguridad. Ni que decir tiene que aprendimos la lección para próximos viajes.
Con todo este tema ya perdimos la mañana entera, así que metemos todo en el coche y ponemos rumbo a Balaton. No sabemos muy bien donde quedarnos a dormir, y leyendo la guía al final nos decidimos por Keszthely.
Llegamos al Zala Camping a las 14.30, hacemos el registro pero no podemos acceder al interior porque entre las 13h y las 15h son horas de descanso y está prohibido entrar y salir con vehículos en esa franja horaria. Por fin llegan las 3, en primer lugar preparamos la comida para comer y después montamos la tienda. Este camping es, sin duda, el mejor del viaje (9760Florin/ 2noches- 37,5€). Es grandísimo, cada parcela dispone de agua y electricidad, también cuenta con piscina, restaurante, tienda, bar, parque infantil y a diario programan animaciones para todo el que se quiera apuntar. Las duchas puede que estén un poco anticuadas, pero muy limpias. Además dispone de una miniplaya y embarcadero. Esa tarde la dedicamos a bañarnos en el lago y tomar el sol. El lago Balaton es el llamado mar húngaro, tiene una extensión enorme y es uno de los mayores lagos de agua dulce de Europa. Mide unos 79km de largo y unos 14km de ancho.
Los baños en el lago no nos gustan mucho porque el suelo es de fango y te hundes en él, a mí me daba muchísimo asco el tacto del barro en la planta de los pies, y no lo podías evitar ni calzando chanclas. El recepcionista nos comenta que somos los primeros españoles que ve en en el camping en los muchos años que lleva allí. Es verdad que Budapest está llenísimo de españoles, pero en el resto de Hungría no nos encontramos con ningún otro, solamente en Esztergom y Szentendre y estas son los dos pueblos que todo el mundo visita desde Budapest si le sobran días. Cuando ya empieza a oscurecer, compramos unas cervezas en el bar para acompañar nuestra cena a la luz de las estrellas.
Retomo el relato del viaje en el día actual, nos levantamos en Pecs y Samuel dice que ya no espera más y que va a cambiar las 2 ruedas para poder proseguir el viaje tranquilos. Yo me quedo en el camping mientras él busca un taller. Tarda y tarda y por fin aparece después de 3 horas y media. Me da un soponcio cuando me dice lo que le cobraron por 2 ruedas, prefiero no acordarme, más del triple que en España, pero todo sea por nuestra seguridad. Ni que decir tiene que aprendimos la lección para próximos viajes.
Con todo este tema ya perdimos la mañana entera, así que metemos todo en el coche y ponemos rumbo a Balaton. No sabemos muy bien donde quedarnos a dormir, y leyendo la guía al final nos decidimos por Keszthely.
Llegamos al Zala Camping a las 14.30, hacemos el registro pero no podemos acceder al interior porque entre las 13h y las 15h son horas de descanso y está prohibido entrar y salir con vehículos en esa franja horaria. Por fin llegan las 3, en primer lugar preparamos la comida para comer y después montamos la tienda. Este camping es, sin duda, el mejor del viaje (9760Florin/ 2noches- 37,5€). Es grandísimo, cada parcela dispone de agua y electricidad, también cuenta con piscina, restaurante, tienda, bar, parque infantil y a diario programan animaciones para todo el que se quiera apuntar. Las duchas puede que estén un poco anticuadas, pero muy limpias. Además dispone de una miniplaya y embarcadero. Esa tarde la dedicamos a bañarnos en el lago y tomar el sol. El lago Balaton es el llamado mar húngaro, tiene una extensión enorme y es uno de los mayores lagos de agua dulce de Europa. Mide unos 79km de largo y unos 14km de ancho.
Los baños en el lago no nos gustan mucho porque el suelo es de fango y te hundes en él, a mí me daba muchísimo asco el tacto del barro en la planta de los pies, y no lo podías evitar ni calzando chanclas. El recepcionista nos comenta que somos los primeros españoles que ve en en el camping en los muchos años que lleva allí. Es verdad que Budapest está llenísimo de españoles, pero en el resto de Hungría no nos encontramos con ningún otro, solamente en Esztergom y Szentendre y estas son los dos pueblos que todo el mundo visita desde Budapest si le sobran días. Cuando ya empieza a oscurecer, compramos unas cervezas en el bar para acompañar nuestra cena a la luz de las estrellas.