12 de Marzo 2013
Como siempre a desayunar, guau!!! Crepes eso si de coco, tostadas, café y zumo, Ana se atreve con algo más: Ya esta el chico que nos llevara a Jaipur esperándonos, subimos a por la maletas, y una legión de empleados del hotel me sigue a toda partes, voy hacía el coche con siete u ocho personas detrás, no se cuantos son, saco unas rupias y les digo que las repartan, no les voy a dar uno a uno, pero lo entiendo si sacan una propina eso que tienen, la verdad es que el trato fue muy bueno.
Bueno camino de Jaipur, pararíamos antes en Fatephur Sikri, ciudad fortificada que fue capital del imperio mogol. Nos ponemos en marcha, el chofer muy majo nos dice que la carretera no esta mal (bueno si el lo dice). La verdad es que el trayecto fue más ameno y agradable que el de Delhi a Agra. Llegamos a Fatehpur enseguida, bueno esta a unos 40 kilómetros de Agra. Antes de salir de el coche nos advierte que tengamos cuidado con los niños. El coche te deja en un parking luego hay que coger un pequeño autobús que te deja en la entrada. Compramos los tickets y sorteando a los hindúes que se ofrecían como guías, salían de todos lados, entramos sin fijarnos por donde íbamos. Es una pasada merece la pena la visita, después de recorrer lo que fue la antigua ciudad, no sabíamos como llegar a la mezquita ni a la puerta Buland Darwaza con sus 54 m. de altura, pero veíamos al fondo los minaretes de la mezquita, “por algún sitio se tiene que ir Ana”, claro como entramos sin mirar. Habia que salir para entrar en el patio de la mezquita. Impresionante, los niños no paraban de asediar continuamente, nosotros como si nada, pero por dentro el corazón se encogía.
Fatephur Sikri
Salimos, al pequeño autobús y al coche, camino de Jaipur, bueno en realidad teníamos pensado para en Chand Baori pero no pudo ser. Llegamos al primer peaje, y el chofer se da la vuelta y me pide el dinero del peaje. No puede ser, no puede ser, todo incluido le explicamos, al salir se lo comente que estaba todo pagado gasolina, peaje…Entoces el me dijo que en Jaipur hacíamos cuentas. Accedí, y le di las rupias del peaje, bueno pague todo los peajes que fueron cinco o seis. A medio viaje paramos en un bar, cafetería, tienda de regalos, en fin de todo, como en España, tomamos unas coca-colas, bueno Ana el lassi de rigor aprovechando para ir al baño. Nos encontramos con un grupo de argentinos que venían de Jaipur, echaban pestes del viaje, que si les engañan, que si es carísimo todo. ¿Pero de donde están hablando? ¿qué es caro? Pero si una coca-cola vale mucho menos de un euro, luego lo entendí, se quedaban en el Marriot y en el Serathon, si te quedas es esos hoteles no te quejes después. La señora muy maja y amable me decía que no se arreglaba para comprar, que no sabe si la engañan o no, nos comentaba que si habría un sitio como el Corte Ingles, compraría algo. La respondimos que en Delhi no sabíamos si habría sitios así pero que si había tiendas buenas, vamos de firma. Venian de Dubai, vaya cambio no me extraña.
Continuamos el viaje, y al pasar por Abhaneri Ana le dice al conductor que aquí esta el pozo escalonado que queremos ver, el chofer se hacia el loco, como que no nos entendía, Ana seguía insistiendo, pero el chofer seguía en sus trece, tenia ganas de llegar a Jaipur. Le dije Ana, déjalo yo estoy ya cansado, de tanto royo con los conductores, déjalo total ya hemos visto un montón. La verdad es que yo estaba deseando llegar a Jaipur. No son muchos kilómetros pero los coches van despacio y aunque crees que son autopistas porque pagas un peaje, mísero por cierto (30 rupias, 50 centimos) a veces vienen vehículos de frente, hay socavones (baches no, socavones) y animales. En especial camellos. Todo eso hace que 100 Kilómetros se han casi dos horas.
Por fin vemos las colinas que rodean Jaipur, el chofer llama por el móvil para que le digan donde esta el hotel y en unos 15 minutos ya estábamos en él.
El hotel por fuera tiene muy buena pinta. El chofer me llama, saca un papel y los ticklets que he pagado los resta de la cantidad acordada. Ok le digo dándole una propina. La verdad es que fue majo si nos es por lo de Chand Baori hubiera sido genial. Ana todavía lo recuerda, siempre que nos perdemos algo la digo así volvemos, y algunas veces hemos vuelto (jolin no sería malo)
Hace mas o menos un mes que hemos llegado casa y parece que ha pasado mucho más tiempo.
Como siempre a desayunar, guau!!! Crepes eso si de coco, tostadas, café y zumo, Ana se atreve con algo más: Ya esta el chico que nos llevara a Jaipur esperándonos, subimos a por la maletas, y una legión de empleados del hotel me sigue a toda partes, voy hacía el coche con siete u ocho personas detrás, no se cuantos son, saco unas rupias y les digo que las repartan, no les voy a dar uno a uno, pero lo entiendo si sacan una propina eso que tienen, la verdad es que el trato fue muy bueno.
Bueno camino de Jaipur, pararíamos antes en Fatephur Sikri, ciudad fortificada que fue capital del imperio mogol. Nos ponemos en marcha, el chofer muy majo nos dice que la carretera no esta mal (bueno si el lo dice). La verdad es que el trayecto fue más ameno y agradable que el de Delhi a Agra. Llegamos a Fatehpur enseguida, bueno esta a unos 40 kilómetros de Agra. Antes de salir de el coche nos advierte que tengamos cuidado con los niños. El coche te deja en un parking luego hay que coger un pequeño autobús que te deja en la entrada. Compramos los tickets y sorteando a los hindúes que se ofrecían como guías, salían de todos lados, entramos sin fijarnos por donde íbamos. Es una pasada merece la pena la visita, después de recorrer lo que fue la antigua ciudad, no sabíamos como llegar a la mezquita ni a la puerta Buland Darwaza con sus 54 m. de altura, pero veíamos al fondo los minaretes de la mezquita, “por algún sitio se tiene que ir Ana”, claro como entramos sin mirar. Habia que salir para entrar en el patio de la mezquita. Impresionante, los niños no paraban de asediar continuamente, nosotros como si nada, pero por dentro el corazón se encogía.

Fatephur Sikri

Salimos, al pequeño autobús y al coche, camino de Jaipur, bueno en realidad teníamos pensado para en Chand Baori pero no pudo ser. Llegamos al primer peaje, y el chofer se da la vuelta y me pide el dinero del peaje. No puede ser, no puede ser, todo incluido le explicamos, al salir se lo comente que estaba todo pagado gasolina, peaje…Entoces el me dijo que en Jaipur hacíamos cuentas. Accedí, y le di las rupias del peaje, bueno pague todo los peajes que fueron cinco o seis. A medio viaje paramos en un bar, cafetería, tienda de regalos, en fin de todo, como en España, tomamos unas coca-colas, bueno Ana el lassi de rigor aprovechando para ir al baño. Nos encontramos con un grupo de argentinos que venían de Jaipur, echaban pestes del viaje, que si les engañan, que si es carísimo todo. ¿Pero de donde están hablando? ¿qué es caro? Pero si una coca-cola vale mucho menos de un euro, luego lo entendí, se quedaban en el Marriot y en el Serathon, si te quedas es esos hoteles no te quejes después. La señora muy maja y amable me decía que no se arreglaba para comprar, que no sabe si la engañan o no, nos comentaba que si habría un sitio como el Corte Ingles, compraría algo. La respondimos que en Delhi no sabíamos si habría sitios así pero que si había tiendas buenas, vamos de firma. Venian de Dubai, vaya cambio no me extraña.
Continuamos el viaje, y al pasar por Abhaneri Ana le dice al conductor que aquí esta el pozo escalonado que queremos ver, el chofer se hacia el loco, como que no nos entendía, Ana seguía insistiendo, pero el chofer seguía en sus trece, tenia ganas de llegar a Jaipur. Le dije Ana, déjalo yo estoy ya cansado, de tanto royo con los conductores, déjalo total ya hemos visto un montón. La verdad es que yo estaba deseando llegar a Jaipur. No son muchos kilómetros pero los coches van despacio y aunque crees que son autopistas porque pagas un peaje, mísero por cierto (30 rupias, 50 centimos) a veces vienen vehículos de frente, hay socavones (baches no, socavones) y animales. En especial camellos. Todo eso hace que 100 Kilómetros se han casi dos horas.
Por fin vemos las colinas que rodean Jaipur, el chofer llama por el móvil para que le digan donde esta el hotel y en unos 15 minutos ya estábamos en él.
El hotel por fuera tiene muy buena pinta. El chofer me llama, saca un papel y los ticklets que he pagado los resta de la cantidad acordada. Ok le digo dándole una propina. La verdad es que fue majo si nos es por lo de Chand Baori hubiera sido genial. Ana todavía lo recuerda, siempre que nos perdemos algo la digo así volvemos, y algunas veces hemos vuelto (jolin no sería malo)
Hace mas o menos un mes que hemos llegado casa y parece que ha pasado mucho más tiempo.
JAIPUR
Si el hotel por fuera tiene buena pinta, por dentro aún es mejor, toda su decoración es hindú, con varios salones, junto a la recepción, una piscina que puede pasar. Pintado como si fuera en palacio hindu, cargado de detalles, cuadros antiguos de rajas y la vida en esta ciudad, en fin recomendable cien por cien, el hotel es el Umaid Bhawan. En el nos quedaríamos tres noches antes de ir a Varanasi.
Subimos a la habitación dejamos las maletas, la habitación esta bien aunque este hotel tiene habitaciones mejores, eso si más caras, pero sin duda es el mejor hotel del viaje. Subimos a la azotea donde tienen el restaurante, era un poco tarde y no había gente. La comida también muy bien, un acierto este hotel. Comemos y salimos a conocer Jaipur. Cogimos un autorickshaw, le decimos que nos lleve al Palacio de los vientos, en el centro de la ciudad vieja. Para visitar el palacio ya era un poco tarde. Bueno daremos una vuelta por el bazar. El conductor durante el camino nos ofrece contratar el vehículo, por todo el día, nos llevaría a todos los sitios que hay que ver, le decimos que todo el día es mucho, a lo que responde pues toda la mañana por 500 rupias, le contestamos que 400, en fin por 400 rupias (6 euros) tendríamos el vehículo toda la mañana.
Jaipur, la ciudad rosa, llamada así por el color de sus casas, en la parte antigua, la puerta del Rajastán y su capital. Sin duda la ciudad que mas ganas tenía de conocer en este viaje, no se porque, quizás por lo documentales que he visto, por el mono Tarat y su banda haciendo de las suyas en esta ciudad (documental de National Geographic).
Nos bajamos del vehículo en pleno bazar que pasada, vamos andando para ver la fachada del Palacio de los vientos, ooohhhh! Esta con andamios, que le vamos a hacer, no se porque pero en todos los viajes algún edificio tienen que estar restaurándolo. Eso si, los andamios eran de caña de bambú, y tenía su aquello. En ese momento un hindú…”Hola buenas tardes, como están, son ustedes españoles” así como lo pongo en perfecto español, saludamos amablemente, extrañados y nos sigue diciendo “Yo me dedico al comercio, tengo una tienda en Barcelona, junto a la catedral en el barrio gótico la lleva mi hermano y yo estoy aquí con el resto mi familia; vengan ustedes tienen que visitar mi tienda aquí en Jaipur, esta hay mismo”. Algo era ello… Le decimos que ahora no podemos, acabamos de llegar a Jaipur, que mañana no dejaremos de ir. El insiste e insiste, pero le decimos que queremos dar un paseo sin ir cargados.
El bazar es precioso, rebosa vida, gente de aquí para alla, paseando, comprando, mirando, regateando, no paraba de sacar fotos, los cláxones de los coches que no paran de sonar, rickshaw, taxis, autobuses, vacas, camellos, incluso elefantes perfectamente engalanados por la carretera, hace que cruzar esta sea un autentico arte. Ana me decía…Yo me agarro a ti y ni miro para donde tu vayas voy yo, y así lo hacía. Como comenta otra persona en este foro “es un caos, pero un caos organizado”. Seguimos paseando por los alrededores del Palacio de los Vientos, y Ana ve unos pantalones que la gustan, entro en la tienda y empiezo a regatear, estoy feliz, Ana me dice pero que te pasa, te han poseído. No como digo estoy feliz.
400 Rupias
Pero que dices te doy 200
No 400 rupias
400 rupias dos pantalones
No No last Price 350
No el Last ptice le pongo yo
Last Price 450 rupias dos pantalones
Ok
Bueno es mas largo el regateo, la verdad es que cuando acabas, no sabes ni el precio que le diste al principio, la verdad es que es todo un arte, no hay que agobiarse, uno tiene que pensar lo que quiere pagar, eso si, sin pasarse, ellos siempre salen ganando como es lógico. Bueno hay va Ana con sus dos pantalones. seguimos comprando, regateando, ojo con la intención de comprar, sino mejor no regatear, les ofende que regatees sin la intención de comprar en fin disfrutando del bazar. Íbamos pensado solo falta que nos vea, el de la tienda de Barcelona, parece que Shiva me oyó, allí estaba . “Oye, Oye, me los ibas a comprar a mí” si hombre si, te prometo que mañana vengo, voy a tu tienda y te compro algo.
Seguimos paseando hasta que se hizo de noche, cogimos el autorickshaw y para el hotel.
Subimos a la azotea a cenar, unas cervezas, con unas pizzas todo amenizado con música y danza hindús, había siempre un grupo de folklore, bueno eran cuatro personas tocando y bailando, se estaba muy bien.
13 de Marzo 2013
Salimos del hotel, un conductor que no conocíamos de nada, se nos acerca, “Hola preparados para ver Jaipur” Ana y yo nos miramos, pero que dice este, no es el conductor de rickshaw que contratamos, el insiste y nos dice que el conductor de ayer, con el que convenimos la ruta, es su hermano. Extrañados volvimos al hotel, en el hotel nos dicen que sí, que no hay problema, bueno pues al vehículo. Nos pregunta que donde queremos ir primero, le decimos que como el quiera.
Iswari Minar Swarga Sal “Minarete que roza el cielo”, nos deja en la puerta, sale un señor muy amable, nos abre la puerta con cuidado, (no se porque motivo) y nos dice que subamos, me dice que me echa una carrera hasta arriba, venga one, two, three…para arriba a, mitad de minarete ya no puedo más me paro el hombre en cuestión ya esta arriba, es una rampa que sube, pero de poco diámetro, como una escalera de caracol. Una vez arriba la vistas son sobre el casco antiguo de la ciudad son bastante buenas. Nos va explicando lo que nuestro ojos ven, estamos un rato y nos bajamos, me dice que si echamos otra carrera, si pero esta vez será Ana la rival, antes de bajar nos dice que tengamos cuidado ya que patina, salen los dos pero Ana se da cuenta de que patina mucho y puedes acabar dándote una buena sentada, decidimos bajar con cuidado, una vez abajo le pagamos la entrada, dándole una pequeña propina. Fue muy majo.
El conductor nos dice que nos lleva al palacio de la ciudad , le decimos que no hace falta, esta solo a unos metros. Entramos al palacio, bueno un palacio más, tampoco nos llamo mucho la atención, en su interior esta la famosa puerta de los pavos reales, también hay un traje descomunal de un mandatario del palacio, Tachenko a su lado debía ser un chaval.
Después nos acercamos al Jantar Mantar, es un observatorio astronómico al aire libre, lleno de extrañas estructuras dispuestas de tal manera que sirven para observar las estrellas. Me recordaba a un parque infantil. Para entender todo esto claro esta, haría falta la visita guiada. Pero no deja de ser curioso. Una vez visto nos acercamos al Hawa Mahal, “Palacio de los Vientos” sin duda la edificación estrella de Jaipur, aunque lo que de verdad llama la atención es su fachada, por dentro también merece la pena. Son curiosas sus pequeñas ventanas, desde ellas sobre todo la de los pisos superiores, tienen unas vistas estupendas sobre el observatorio y el bazar. Me daba impresión según subía por las escaleras, que podía desplomarse entero, las paredes de arenisca rosa en su mayoría, me parecían débiles.
Volvimos al rickshaw y el chofer nos pregunta ahora adonde, ¿pero todavía vamos a ver más?, sin parar. Ana le dice que a Galta, sabe que yo tenía muchas ganas de conocer ese templo. No problem contesta. Recorríamos la calle principal de bazar cuando el conductor, se dirige a nosotros, aminora la velocidad, ¿que pasa? nos preguntamos, un elefante detrás nuestro, por la calzada, como si fuera un vehículo más, nos pasa por la derecha, me giro, saco las fotos como puedo, saco medio cuerpo del autorickshaw, pienso no habrán salido muy bien, pero bueno es un recuerdo, continuamos detrás de él un buen rato, era una pasada.
Interior del Palacio de los Vientos.
Tras un rato en el rickshaw, pasa una de las puertas de la muralla (muy bonitas por cierto) y para nos señala, una colina y nos dice Galta. Yo miro o no veo nada, si el lo dice, en la calle somos los únicos turistas, rodeados de vacas, perros, gallinas… y como no, monos. Por algo le llaman el templo de los monos. Se acerca un chico muy majo, y nos dice que si queremos guía, Ana y yo nos miramos, sabemos que hay que andar. El chico nos dice que hay que subir la colina, y luego bajarla. Aunque no somos amigos de coger guía, le decimos que si, llevando guía los monos ni se te acercan. Empezamos a subir, bajo un sol de justicia, son las 13:00 y debe de hacer unos 34º, llegamos arriba, el chico nos dice hasta donde tenemos que bajar, pues para abajo. Nos cruzamos con un grupo de chicos, el guía nos dice que son mala gente, nos quedamos un poco preocupados pero nos dice que con el no hay problema.
Llegamos al primer estanque, donde se esta bañando gente, es agua sagrada para ellos, no se como será lo del Ganges, pero para pegarse un chapuzón aquí hay que tener valor. Ya divisamos el templo, bajamos hacia él, merecio la pena el esfuerzo, aunque no deja de ser un paseo, eso si cuesta arriba y cuesta abajo, le pregunto al chico, no hay un sitio donde tomar una coca-cola, desde que hemos salido del hotel no hemos tomado nada, me dice que mas adelante. Llegamos al templo, plagado de monos, bueno todo el camino esta lleno de monos. Pasamos el templo de un lado a otro, por fuera, esta medio en ruinas, y me recuerdo de “Tarat y su banda” impresionante documental de National Geographic, llegamos a una explanada donde hay un bar. Compro tres coca-colas una para cada uno, le doy una al chico, y cual es mi sorpresa, se acerca a una mesa y se la da a un persona que esta allí sentada. Cuando vuelve le digo que la coca-cola se la he comprado a él, que por se la da a otra persona, a lo que me responde que es su jefe. Vaya mafias que hay por aquí ahora entiendo porque cuando nos cruzamos con los otros chicos, nos decía que con el no había problemas, si se hubieran metido con nosotros hubieran tenido problemas.
Lugar donde nos dejo el autorickshaw. Una de las puertas de la ciudad antigua.
Deshacemos nuestros pasos, volvemos a subir y bajar la colina, ahora amenizados con música hindi, la que llevaba el chico en el móvil, era muy majo, y muy listo, nos preguntaba frases en español y las memorizaba l(mas barato que Carrefour) le repetía Ana. Antes de llegar al punto de partida nos dice que le pagamos, nos extrañamos, y nos explica: si me pagáis aquí nadie ve lo que me dais, contaba con una propina, y así le decía a la gente que le habíamos pagado 150 rupias, cuando en realidad le di 300. Se lo merecio, le recordare siempre. Gracias
Monos en los balcones, Templo de Galta.
El chofer que nos esta esperando nos pregunta que tal, estupendo les respondemos, a mi personalmente a sido de lo que más me ha gustado del viaje. Ahora a donde, pero como todavía queda más, yo ya quiero descansar, ya no me acuerdo que he visto lo primero. Para el hotel a comer y descansar un poco. El chofer nos lleva hacia el hotel pero con una parada en Albert Hall, ya en la Ciudad Nueva, es un museo, como su nombre indica de estilo Ingles, yo no quise entrar, preferí quedarme tomando un refresco, quede con Ana en la puerta a una hora.
Ahora si, al hotel, el conductor de camino para el hotel, quería que le contratáramos para mañana por la mañana ósea igual que hoy para ir al fuerte de Amber, ajustando el precio accedimos ya que hoy había ido muy bien la cosa.
Comemos, descansamos y decidimos y a pasear por los bazares de la ciudad antigua de Jaipur.
14 de Marzo 2013
Nada mas pasar la puerta del hotel allí estaba nuestro rickshaw esperándonos, pero esta vez con el conductor con el que quedamos el primer día, rumbo al Fuerte de Amber nos pide perdón por no haber estado ayer, le contestamos que no importa, que su hermano a sido muy majo, se ríe y nos dice que nos es su hermano sino un buen amigo y compañero, vamos charlando y enseguida llegamos al fuerte, me bajo a sacar unas fotos. Un hindú se acerca a Ana con algo en la mano, es una especie de cesto, yo sigo con mis fotos, el hindú se agacha a los pies de Ana abriendo el cesto, del cual sale una cobra de improvisto, Ana de un salto casi se sube el rickshaw, el conductor se reía, yo me lo perdí. El conductor nos dice que no tuviéramos prisa, nos indico donde nos esperaría.
Ana llevaba varios días, decidiendo si subía en elefante o no, sería la atracción por llamarlo de alguna manera mas cara del viaje, yo la decía que lo ella quisiera, al final se decidió por subir en elefante, después de que mi hijo la dijera por teléfono “mama cuantas veces vas a tener la oportunidad de subir en un elefante” la verdad es que tenia razón. Sabiamos que era una turistada. Me hace mucha gracia esa palabra, pero que somos…algunos se llaman viajeros, si claro, pero turistas al fin y al cabo. Un occidental, te puede considerar viajero, porque vas a destinos por tu cuenta, sin necesidad de agencias, guias y demás pero tienes que pensar como te considera un hindú, pues si, un turista puro y duro.
Bueno allí estamos en la cola para montar en el elefante, 900 rupias, bueno aquí te cobran eso por montar en un teleférico, de los baratos claro. Vemos los elefantes al fondo, engalanados como si fueran a desfilar. Ya nos toca, estamos encima de un muro, que queda a la altura de los lomos del elefante, solo tienes que sentarte, y para arriba. El elefante como es lógico solo tiene que seguir al delante, bueno se deben saber el camino de memoria tanto subir y bajar. Al poco de echar andar, el animal suelta un resoplido, y sube una nube de babas, el elefantero (no se si existe ese termino) nos dice que es muy bueno para la piel y se acaricia la cara, la verdad es que resoplo varias veces, con las consiguientes risas. Ya estamos llegando y nos dice que si le podamos dejar la 100 rupias que quedan hasta 1000 de propina, a lo que añade que las 900 rupias son para el gobierno, que el cobra muy poco. Que mas da 100 rupias más ya de perdidos. Pero por otro lado piensas, jolin si a este o a este otro le regate 50 rupias que son 70 céntimos y este hombre que mas o menos tiene un trabajo le das 100 sin más. Es lo que hay…
Vista del Fuerte de Amber.
Un elefante atraviesa la Suraj Pol (Puerta del Sol) Entrada al Fuerte de Amber
Bueno ya estamos en el fuerte, más que un fuerte es toda una fortaleza, merece la pena. Vemos que las cosas que hay que ver están numeradas, 1,2,3…. jolin Ana he visto el treinta y tantos,… vamos siguiendo los números correlativamente de repente nos hemos saltado el 14, y donde esta, pues no lo hemos pasado, volvemos por atrás, pues por aquí tampoco esta, otra vez para adelante, yo paso, ya lo veremos, al final aparece, nos paso con varios números. Al final conseguimos acabar la secuencia entera, eso si dando unas cuantas vueltas. Fue una buena manera de ver el fuerte, asi sabemos que no nos perdimos nada.
Los estómagos se empiezan a quejar, decidimos hacer un alto y comer algo, dentro del hotel hay una cafetería muy maja, guau que bien y tienen tartas, estamos esperando a que nos atiendan pero no nos hacen ni caso, Ana se empieza a mosquear y le dice al camarero que esta en la barra que pasa, me atendéis y el hindú si cortarse un pelo, le dice que no, que tienen mucho trabajo, pero si el bar esta medio vacio…esperamos un poco más y como no hacía ademan de atendernos nos marchamos muy a pesar nuestro ya que los trozos de tarta tenían una pinta buenísima. Bueno nos disponemos a salir del fuerte y nos encontramos con un encantador de serpientes, foto de rigor. Al final lleva su tiempo la visita, bajamos observando los elefantes que aún subían con turistas. Nuestro conductor nos hace una seña.
Ya en el hotel, no disponíamos para ir a comer, Ana se asoma al balcón de la habitación y ve como un grupo de monos, se lo pasa bomba rompiendo cojines del piso inferior, bajo a recepción y solo oírme la palabra monkey, salieron los empleados como balas, ya estaban acostumbrados, a estas monerías, nunca mejor dicho. Comiendo, ya era el ultimo día en Jaipur y decidimos volver a dar un paseo por el bazar, y a quien me encontré, al de las posibles tiendas en Barcelona, volvió a insistir no nos quedo más remedio que ir. Entramos a la tienda, y empiezan a sacarme cosas, le digo que quiero una camiseta de Jaipur, me enseñan varias, escojo una, me piden 6 euros, pero que dices esta en España, en un mercadillo vale 3, me lo bajan a 5 euros, les digo que no, que rupias, insisten euros, euros, me empiezo a poner nervioso, Ana pregunta por los pantalones que compramos en la otra tienda y nos piden 500 rupias, pero si lo acabo de comprar ayer por la mitad, no me dejaban salir, ya me hice el enfadado, que no me toques, déjame pasar ya subiendo la voz le volví a decir no me toques, déjame pasar; se aparto y salimos de la tienda. Ana me dice no te enfades hombre. No si no estoy enfadado, pero o te pones serio o no te vuelven loco. Bueno es su manera de vender y ganarse la vida, lo entiendo.
Es impresionante, lo que puede llegar a transportar en sus rickshaw.
Zapatero trabajando en el bazar.
Sacando zumo de caña.
Paseamos por el bazar disfrutando, me encanto, al final fuimos todos los días. Nos recogimos pronto, el avión para Varanasi sale a las 7:00 de la mañana, por lo tanto a las 5:00 en pie.
Subimos a la habitación dejamos las maletas, la habitación esta bien aunque este hotel tiene habitaciones mejores, eso si más caras, pero sin duda es el mejor hotel del viaje. Subimos a la azotea donde tienen el restaurante, era un poco tarde y no había gente. La comida también muy bien, un acierto este hotel. Comemos y salimos a conocer Jaipur. Cogimos un autorickshaw, le decimos que nos lleve al Palacio de los vientos, en el centro de la ciudad vieja. Para visitar el palacio ya era un poco tarde. Bueno daremos una vuelta por el bazar. El conductor durante el camino nos ofrece contratar el vehículo, por todo el día, nos llevaría a todos los sitios que hay que ver, le decimos que todo el día es mucho, a lo que responde pues toda la mañana por 500 rupias, le contestamos que 400, en fin por 400 rupias (6 euros) tendríamos el vehículo toda la mañana.
Jaipur, la ciudad rosa, llamada así por el color de sus casas, en la parte antigua, la puerta del Rajastán y su capital. Sin duda la ciudad que mas ganas tenía de conocer en este viaje, no se porque, quizás por lo documentales que he visto, por el mono Tarat y su banda haciendo de las suyas en esta ciudad (documental de National Geographic).

Nos bajamos del vehículo en pleno bazar que pasada, vamos andando para ver la fachada del Palacio de los vientos, ooohhhh! Esta con andamios, que le vamos a hacer, no se porque pero en todos los viajes algún edificio tienen que estar restaurándolo. Eso si, los andamios eran de caña de bambú, y tenía su aquello. En ese momento un hindú…”Hola buenas tardes, como están, son ustedes españoles” así como lo pongo en perfecto español, saludamos amablemente, extrañados y nos sigue diciendo “Yo me dedico al comercio, tengo una tienda en Barcelona, junto a la catedral en el barrio gótico la lleva mi hermano y yo estoy aquí con el resto mi familia; vengan ustedes tienen que visitar mi tienda aquí en Jaipur, esta hay mismo”. Algo era ello… Le decimos que ahora no podemos, acabamos de llegar a Jaipur, que mañana no dejaremos de ir. El insiste e insiste, pero le decimos que queremos dar un paseo sin ir cargados.

El bazar es precioso, rebosa vida, gente de aquí para alla, paseando, comprando, mirando, regateando, no paraba de sacar fotos, los cláxones de los coches que no paran de sonar, rickshaw, taxis, autobuses, vacas, camellos, incluso elefantes perfectamente engalanados por la carretera, hace que cruzar esta sea un autentico arte. Ana me decía…Yo me agarro a ti y ni miro para donde tu vayas voy yo, y así lo hacía. Como comenta otra persona en este foro “es un caos, pero un caos organizado”. Seguimos paseando por los alrededores del Palacio de los Vientos, y Ana ve unos pantalones que la gustan, entro en la tienda y empiezo a regatear, estoy feliz, Ana me dice pero que te pasa, te han poseído. No como digo estoy feliz.
400 Rupias
Pero que dices te doy 200
No 400 rupias
400 rupias dos pantalones
No No last Price 350
No el Last ptice le pongo yo
Last Price 450 rupias dos pantalones
Ok
Bueno es mas largo el regateo, la verdad es que cuando acabas, no sabes ni el precio que le diste al principio, la verdad es que es todo un arte, no hay que agobiarse, uno tiene que pensar lo que quiere pagar, eso si, sin pasarse, ellos siempre salen ganando como es lógico. Bueno hay va Ana con sus dos pantalones. seguimos comprando, regateando, ojo con la intención de comprar, sino mejor no regatear, les ofende que regatees sin la intención de comprar en fin disfrutando del bazar. Íbamos pensado solo falta que nos vea, el de la tienda de Barcelona, parece que Shiva me oyó, allí estaba . “Oye, Oye, me los ibas a comprar a mí” si hombre si, te prometo que mañana vengo, voy a tu tienda y te compro algo.
Seguimos paseando hasta que se hizo de noche, cogimos el autorickshaw y para el hotel.



Subimos a la azotea a cenar, unas cervezas, con unas pizzas todo amenizado con música y danza hindús, había siempre un grupo de folklore, bueno eran cuatro personas tocando y bailando, se estaba muy bien.
13 de Marzo 2013
Salimos del hotel, un conductor que no conocíamos de nada, se nos acerca, “Hola preparados para ver Jaipur” Ana y yo nos miramos, pero que dice este, no es el conductor de rickshaw que contratamos, el insiste y nos dice que el conductor de ayer, con el que convenimos la ruta, es su hermano. Extrañados volvimos al hotel, en el hotel nos dicen que sí, que no hay problema, bueno pues al vehículo. Nos pregunta que donde queremos ir primero, le decimos que como el quiera.
Iswari Minar Swarga Sal “Minarete que roza el cielo”, nos deja en la puerta, sale un señor muy amable, nos abre la puerta con cuidado, (no se porque motivo) y nos dice que subamos, me dice que me echa una carrera hasta arriba, venga one, two, three…para arriba a, mitad de minarete ya no puedo más me paro el hombre en cuestión ya esta arriba, es una rampa que sube, pero de poco diámetro, como una escalera de caracol. Una vez arriba la vistas son sobre el casco antiguo de la ciudad son bastante buenas. Nos va explicando lo que nuestro ojos ven, estamos un rato y nos bajamos, me dice que si echamos otra carrera, si pero esta vez será Ana la rival, antes de bajar nos dice que tengamos cuidado ya que patina, salen los dos pero Ana se da cuenta de que patina mucho y puedes acabar dándote una buena sentada, decidimos bajar con cuidado, una vez abajo le pagamos la entrada, dándole una pequeña propina. Fue muy majo.
El conductor nos dice que nos lleva al palacio de la ciudad , le decimos que no hace falta, esta solo a unos metros. Entramos al palacio, bueno un palacio más, tampoco nos llamo mucho la atención, en su interior esta la famosa puerta de los pavos reales, también hay un traje descomunal de un mandatario del palacio, Tachenko a su lado debía ser un chaval.

Después nos acercamos al Jantar Mantar, es un observatorio astronómico al aire libre, lleno de extrañas estructuras dispuestas de tal manera que sirven para observar las estrellas. Me recordaba a un parque infantil. Para entender todo esto claro esta, haría falta la visita guiada. Pero no deja de ser curioso. Una vez visto nos acercamos al Hawa Mahal, “Palacio de los Vientos” sin duda la edificación estrella de Jaipur, aunque lo que de verdad llama la atención es su fachada, por dentro también merece la pena. Son curiosas sus pequeñas ventanas, desde ellas sobre todo la de los pisos superiores, tienen unas vistas estupendas sobre el observatorio y el bazar. Me daba impresión según subía por las escaleras, que podía desplomarse entero, las paredes de arenisca rosa en su mayoría, me parecían débiles.
Volvimos al rickshaw y el chofer nos pregunta ahora adonde, ¿pero todavía vamos a ver más?, sin parar. Ana le dice que a Galta, sabe que yo tenía muchas ganas de conocer ese templo. No problem contesta. Recorríamos la calle principal de bazar cuando el conductor, se dirige a nosotros, aminora la velocidad, ¿que pasa? nos preguntamos, un elefante detrás nuestro, por la calzada, como si fuera un vehículo más, nos pasa por la derecha, me giro, saco las fotos como puedo, saco medio cuerpo del autorickshaw, pienso no habrán salido muy bien, pero bueno es un recuerdo, continuamos detrás de él un buen rato, era una pasada.

Interior del Palacio de los Vientos.
Tras un rato en el rickshaw, pasa una de las puertas de la muralla (muy bonitas por cierto) y para nos señala, una colina y nos dice Galta. Yo miro o no veo nada, si el lo dice, en la calle somos los únicos turistas, rodeados de vacas, perros, gallinas… y como no, monos. Por algo le llaman el templo de los monos. Se acerca un chico muy majo, y nos dice que si queremos guía, Ana y yo nos miramos, sabemos que hay que andar. El chico nos dice que hay que subir la colina, y luego bajarla. Aunque no somos amigos de coger guía, le decimos que si, llevando guía los monos ni se te acercan. Empezamos a subir, bajo un sol de justicia, son las 13:00 y debe de hacer unos 34º, llegamos arriba, el chico nos dice hasta donde tenemos que bajar, pues para abajo. Nos cruzamos con un grupo de chicos, el guía nos dice que son mala gente, nos quedamos un poco preocupados pero nos dice que con el no hay problema.
Llegamos al primer estanque, donde se esta bañando gente, es agua sagrada para ellos, no se como será lo del Ganges, pero para pegarse un chapuzón aquí hay que tener valor. Ya divisamos el templo, bajamos hacia él, merecio la pena el esfuerzo, aunque no deja de ser un paseo, eso si cuesta arriba y cuesta abajo, le pregunto al chico, no hay un sitio donde tomar una coca-cola, desde que hemos salido del hotel no hemos tomado nada, me dice que mas adelante. Llegamos al templo, plagado de monos, bueno todo el camino esta lleno de monos. Pasamos el templo de un lado a otro, por fuera, esta medio en ruinas, y me recuerdo de “Tarat y su banda” impresionante documental de National Geographic, llegamos a una explanada donde hay un bar. Compro tres coca-colas una para cada uno, le doy una al chico, y cual es mi sorpresa, se acerca a una mesa y se la da a un persona que esta allí sentada. Cuando vuelve le digo que la coca-cola se la he comprado a él, que por se la da a otra persona, a lo que me responde que es su jefe. Vaya mafias que hay por aquí ahora entiendo porque cuando nos cruzamos con los otros chicos, nos decía que con el no había problemas, si se hubieran metido con nosotros hubieran tenido problemas.

Lugar donde nos dejo el autorickshaw. Una de las puertas de la ciudad antigua.

Deshacemos nuestros pasos, volvemos a subir y bajar la colina, ahora amenizados con música hindi, la que llevaba el chico en el móvil, era muy majo, y muy listo, nos preguntaba frases en español y las memorizaba l(mas barato que Carrefour) le repetía Ana. Antes de llegar al punto de partida nos dice que le pagamos, nos extrañamos, y nos explica: si me pagáis aquí nadie ve lo que me dais, contaba con una propina, y así le decía a la gente que le habíamos pagado 150 rupias, cuando en realidad le di 300. Se lo merecio, le recordare siempre. Gracias

Monos en los balcones, Templo de Galta.

El chofer que nos esta esperando nos pregunta que tal, estupendo les respondemos, a mi personalmente a sido de lo que más me ha gustado del viaje. Ahora a donde, pero como todavía queda más, yo ya quiero descansar, ya no me acuerdo que he visto lo primero. Para el hotel a comer y descansar un poco. El chofer nos lleva hacia el hotel pero con una parada en Albert Hall, ya en la Ciudad Nueva, es un museo, como su nombre indica de estilo Ingles, yo no quise entrar, preferí quedarme tomando un refresco, quede con Ana en la puerta a una hora.
Ahora si, al hotel, el conductor de camino para el hotel, quería que le contratáramos para mañana por la mañana ósea igual que hoy para ir al fuerte de Amber, ajustando el precio accedimos ya que hoy había ido muy bien la cosa.
Comemos, descansamos y decidimos y a pasear por los bazares de la ciudad antigua de Jaipur.
14 de Marzo 2013
Nada mas pasar la puerta del hotel allí estaba nuestro rickshaw esperándonos, pero esta vez con el conductor con el que quedamos el primer día, rumbo al Fuerte de Amber nos pide perdón por no haber estado ayer, le contestamos que no importa, que su hermano a sido muy majo, se ríe y nos dice que nos es su hermano sino un buen amigo y compañero, vamos charlando y enseguida llegamos al fuerte, me bajo a sacar unas fotos. Un hindú se acerca a Ana con algo en la mano, es una especie de cesto, yo sigo con mis fotos, el hindú se agacha a los pies de Ana abriendo el cesto, del cual sale una cobra de improvisto, Ana de un salto casi se sube el rickshaw, el conductor se reía, yo me lo perdí. El conductor nos dice que no tuviéramos prisa, nos indico donde nos esperaría.
Ana llevaba varios días, decidiendo si subía en elefante o no, sería la atracción por llamarlo de alguna manera mas cara del viaje, yo la decía que lo ella quisiera, al final se decidió por subir en elefante, después de que mi hijo la dijera por teléfono “mama cuantas veces vas a tener la oportunidad de subir en un elefante” la verdad es que tenia razón. Sabiamos que era una turistada. Me hace mucha gracia esa palabra, pero que somos…algunos se llaman viajeros, si claro, pero turistas al fin y al cabo. Un occidental, te puede considerar viajero, porque vas a destinos por tu cuenta, sin necesidad de agencias, guias y demás pero tienes que pensar como te considera un hindú, pues si, un turista puro y duro.
Bueno allí estamos en la cola para montar en el elefante, 900 rupias, bueno aquí te cobran eso por montar en un teleférico, de los baratos claro. Vemos los elefantes al fondo, engalanados como si fueran a desfilar. Ya nos toca, estamos encima de un muro, que queda a la altura de los lomos del elefante, solo tienes que sentarte, y para arriba. El elefante como es lógico solo tiene que seguir al delante, bueno se deben saber el camino de memoria tanto subir y bajar. Al poco de echar andar, el animal suelta un resoplido, y sube una nube de babas, el elefantero (no se si existe ese termino) nos dice que es muy bueno para la piel y se acaricia la cara, la verdad es que resoplo varias veces, con las consiguientes risas. Ya estamos llegando y nos dice que si le podamos dejar la 100 rupias que quedan hasta 1000 de propina, a lo que añade que las 900 rupias son para el gobierno, que el cobra muy poco. Que mas da 100 rupias más ya de perdidos. Pero por otro lado piensas, jolin si a este o a este otro le regate 50 rupias que son 70 céntimos y este hombre que mas o menos tiene un trabajo le das 100 sin más. Es lo que hay…

Vista del Fuerte de Amber.
Un elefante atraviesa la Suraj Pol (Puerta del Sol) Entrada al Fuerte de Amber


Bueno ya estamos en el fuerte, más que un fuerte es toda una fortaleza, merece la pena. Vemos que las cosas que hay que ver están numeradas, 1,2,3…. jolin Ana he visto el treinta y tantos,… vamos siguiendo los números correlativamente de repente nos hemos saltado el 14, y donde esta, pues no lo hemos pasado, volvemos por atrás, pues por aquí tampoco esta, otra vez para adelante, yo paso, ya lo veremos, al final aparece, nos paso con varios números. Al final conseguimos acabar la secuencia entera, eso si dando unas cuantas vueltas. Fue una buena manera de ver el fuerte, asi sabemos que no nos perdimos nada.

Los estómagos se empiezan a quejar, decidimos hacer un alto y comer algo, dentro del hotel hay una cafetería muy maja, guau que bien y tienen tartas, estamos esperando a que nos atiendan pero no nos hacen ni caso, Ana se empieza a mosquear y le dice al camarero que esta en la barra que pasa, me atendéis y el hindú si cortarse un pelo, le dice que no, que tienen mucho trabajo, pero si el bar esta medio vacio…esperamos un poco más y como no hacía ademan de atendernos nos marchamos muy a pesar nuestro ya que los trozos de tarta tenían una pinta buenísima. Bueno nos disponemos a salir del fuerte y nos encontramos con un encantador de serpientes, foto de rigor. Al final lleva su tiempo la visita, bajamos observando los elefantes que aún subían con turistas. Nuestro conductor nos hace una seña.
Ya en el hotel, no disponíamos para ir a comer, Ana se asoma al balcón de la habitación y ve como un grupo de monos, se lo pasa bomba rompiendo cojines del piso inferior, bajo a recepción y solo oírme la palabra monkey, salieron los empleados como balas, ya estaban acostumbrados, a estas monerías, nunca mejor dicho. Comiendo, ya era el ultimo día en Jaipur y decidimos volver a dar un paseo por el bazar, y a quien me encontré, al de las posibles tiendas en Barcelona, volvió a insistir no nos quedo más remedio que ir. Entramos a la tienda, y empiezan a sacarme cosas, le digo que quiero una camiseta de Jaipur, me enseñan varias, escojo una, me piden 6 euros, pero que dices esta en España, en un mercadillo vale 3, me lo bajan a 5 euros, les digo que no, que rupias, insisten euros, euros, me empiezo a poner nervioso, Ana pregunta por los pantalones que compramos en la otra tienda y nos piden 500 rupias, pero si lo acabo de comprar ayer por la mitad, no me dejaban salir, ya me hice el enfadado, que no me toques, déjame pasar ya subiendo la voz le volví a decir no me toques, déjame pasar; se aparto y salimos de la tienda. Ana me dice no te enfades hombre. No si no estoy enfadado, pero o te pones serio o no te vuelven loco. Bueno es su manera de vender y ganarse la vida, lo entiendo.


Es impresionante, lo que puede llegar a transportar en sus rickshaw.

Zapatero trabajando en el bazar.

Sacando zumo de caña.
Paseamos por el bazar disfrutando, me encanto, al final fuimos todos los días. Nos recogimos pronto, el avión para Varanasi sale a las 7:00 de la mañana, por lo tanto a las 5:00 en pie.