Día 16. 1 de Diciembre (Viña del Mar).
Como en el Hotel los desayunos se sirven hasta las 11 de la mañana preferimos descansar y apurar la hora. El desayuno nos hace cambiar la opinión del Hotel. El ambiente es superfamiliar, en la guía nos indican que estos alojamientos son típicos en Viña, debido a que eran los Hoteles que abundaban a principios del siglo XX.
Tomamos un Bus a Valpo, el ambiente es de ciudad grande, pero todo parece un poco destartalado. Nos llama la atención la gran cantidad de cables que hay por las calles
*** Imagen borrada de Tinypic ***
Vemos la sede del Mercurio, según parece el diario en castellano más antiguo que sigue activo, el reloj Turri, la sede de la armada, el edificio del parlamento de Chile y los funiculares.
*** Imagen borrada de Tinypic ***
*** Imagen borrada de Tinypic ***
*** Imagen borrada de Tinypic ***
Anduvimos hasta el puerto, razón de ser de esta ciudad. Desde allí vimos los ascensores, que son primitivos elevadores que conducen a partes mas altas de la ciudad ahorrando mucho tiempo.
*** Imagen borrada de Tinypic ***
Nosotros eligimos el ascensor de Bellavista. Una vez arriba destacan las casas de colores vistosos, debido a que tradicionalmente lo pintaban con lo que sobraban de pintar los barcos del puerto cercano. El ambiente es bohemio.
*** Imagen borrada de Tinypic ***
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*** Imagen borrada de Tinypic ***
Como Valpo y Viña están pegados tomamos otro autobús interurbano para volver a Viña. Los autobuses conducen estilo rallyes y la gente se sube y baja en marcha. En Viña vemos la Quinta Vergara con sus casas señoriales, las avenidas Artegui y Valparaiso y la Plaza Vergara que es donde comemos.
*** Imagen borrada de Tinypic ***
*** Imagen borrada de Tinypic ***
Por la tarde cruzamos el Río Marga-Marga.
*** Imagen borrada de Tinypic ***
Vemos el paseo marítimo donde nos encontramos unos gitanos que se ponen muy pesados para que nos leyeran las manos, menos mal que pasaron los gendarmes y se marcharon.
*** Imagen borrada de Tinypic ***
El resto de la tarde lo pasamos en la playa, donde probamos que el agua está muy fría y allí estuvimos hasta que vimos el anochecer (hacía frío).
*** Imagen borrada de Tinypic ***
En el Hotel pedimos el taxi para el día siguiente y nos encontramos con la sorpresa que al rato sube una de las sirvientas del Hotel con una botella de champagne y unos bombones. El detalle nos hace cambiar definitivamente la opinión.
Tomamos un Bus a Valpo, el ambiente es de ciudad grande, pero todo parece un poco destartalado. Nos llama la atención la gran cantidad de cables que hay por las calles
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Vemos la sede del Mercurio, según parece el diario en castellano más antiguo que sigue activo, el reloj Turri, la sede de la armada, el edificio del parlamento de Chile y los funiculares.
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Anduvimos hasta el puerto, razón de ser de esta ciudad. Desde allí vimos los ascensores, que son primitivos elevadores que conducen a partes mas altas de la ciudad ahorrando mucho tiempo.
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Nosotros eligimos el ascensor de Bellavista. Una vez arriba destacan las casas de colores vistosos, debido a que tradicionalmente lo pintaban con lo que sobraban de pintar los barcos del puerto cercano. El ambiente es bohemio.
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Como Valpo y Viña están pegados tomamos otro autobús interurbano para volver a Viña. Los autobuses conducen estilo rallyes y la gente se sube y baja en marcha. En Viña vemos la Quinta Vergara con sus casas señoriales, las avenidas Artegui y Valparaiso y la Plaza Vergara que es donde comemos.
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Por la tarde cruzamos el Río Marga-Marga.
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Vemos el paseo marítimo donde nos encontramos unos gitanos que se ponen muy pesados para que nos leyeran las manos, menos mal que pasaron los gendarmes y se marcharon.
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El resto de la tarde lo pasamos en la playa, donde probamos que el agua está muy fría y allí estuvimos hasta que vimos el anochecer (hacía frío).
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En el Hotel pedimos el taxi para el día siguiente y nos encontramos con la sorpresa que al rato sube una de las sirvientas del Hotel con una botella de champagne y unos bombones. El detalle nos hace cambiar definitivamente la opinión.
Día 17. 2 de Diciembre (Viña del Mar-Santiago).
Nos hubiera gustado estar algún día mas en la Ciudad Jardín, como también llaman a Viña pero los días de vacaciones se nos agotan.
Como todavía quedaban unas horas para que llegara el taxi y las maletas las teníamos hechas, nos dimos una vuelta para ver los Hoteles cercanos, que son del mismo tipo, son casas grandes de veraneo con su jardín, que se han habilitado muchas como hoteles.
También nos dio tiempo para acercarnos a la desembocadura del Río Marga-Marga para así despedirnos del Pacífico. Aquí se encuentra el Castillo Wulff y el Palacio Ducal
*** Imagen borrada de Tinypic ***
El taxi nos llevó a la estación de autobuses y este a la estación de los Pajaritos. Ya en Santiago, tomamos otro taxi hasta el Hotel Santa Lucía, que se encuentra en la céntrica calle Huerfanos. Como ya me conocía un poco la ciudad, tuve que advertir al taxista que no nos hiciera un tour turístico, como él pretendía hacer.
Como era ya mediodía bajamos a comer, a comprar una de las tazas que mi mujer compra en todos los viajes y a llamar por Teléfono en una cabina a nuestros amigos Chilenos, pero no cogían el teléfono. Les mandamos también un mail indicándoles que íbamos a estar en la Plaza de Armas a las 8 de la tarde.
*** Imagen borrada de Tinypic ***
Al final estuvimos hasta casi las 9. Como no aparecieron nos decidimos a despedirnos de la ciudad yendo al barrio de Lastarria, donde cenamos en una terraza con un ambiente fenomenal.
Al llegar al Hotel nos pasaron una nota anunciándonos que nos habían llamado los Chilenos y luego al cuarto de hora de estar en la cama nos llamó el Chileno (Phillipo), el cual se encontraba en otra ciudad (La Serena) y a continuación nos llamó la Chilena (Mónica). Nos despedimos por última vez y les agradecimos su ayuda.
Como todavía quedaban unas horas para que llegara el taxi y las maletas las teníamos hechas, nos dimos una vuelta para ver los Hoteles cercanos, que son del mismo tipo, son casas grandes de veraneo con su jardín, que se han habilitado muchas como hoteles.
También nos dio tiempo para acercarnos a la desembocadura del Río Marga-Marga para así despedirnos del Pacífico. Aquí se encuentra el Castillo Wulff y el Palacio Ducal
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El taxi nos llevó a la estación de autobuses y este a la estación de los Pajaritos. Ya en Santiago, tomamos otro taxi hasta el Hotel Santa Lucía, que se encuentra en la céntrica calle Huerfanos. Como ya me conocía un poco la ciudad, tuve que advertir al taxista que no nos hiciera un tour turístico, como él pretendía hacer.
Como era ya mediodía bajamos a comer, a comprar una de las tazas que mi mujer compra en todos los viajes y a llamar por Teléfono en una cabina a nuestros amigos Chilenos, pero no cogían el teléfono. Les mandamos también un mail indicándoles que íbamos a estar en la Plaza de Armas a las 8 de la tarde.
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Al final estuvimos hasta casi las 9. Como no aparecieron nos decidimos a despedirnos de la ciudad yendo al barrio de Lastarria, donde cenamos en una terraza con un ambiente fenomenal.
Al llegar al Hotel nos pasaron una nota anunciándonos que nos habían llamado los Chilenos y luego al cuarto de hora de estar en la cama nos llamó el Chileno (Phillipo), el cual se encontraba en otra ciudad (La Serena) y a continuación nos llamó la Chilena (Mónica). Nos despedimos por última vez y les agradecimos su ayuda.
Día 18. 3 de Diciembre (Santiago-Madrid).
Tomamos el taxi que pedimos el día anterior y nos dirigimos entre el gran atasco al aeropuerto. El taxista se lo tomaba con calma y a mí ya me ponía nervioso, porque estábamos tardando más de lo que pensaba.
En el aeropuerto compruebo que el vuelo va con retraso, asique en la zona internacional gastamos los últimos pesos, en concreto 4 botellas de Vino Chileno y media docena de aljafares. El avión se retrasaba cada vez más y al final fue hora y media.
Una vez en la escala de Sao Paulo, pasamos el control policial y me preguntan por las botellas. Yo en el aeropuerto de Santiago pregunté si tendría algún problema en Sao Paulo por el tema de las botellas y me dijeron que si me sellaban la bolsa y mostraba el ticket de compra no me dirían nada. Así lo hice y tras una consulta entre los policías no hubo problemas.
A pesar de que el retraso del vuelo había reducido bastante el tiempo de la escala, como generalmente no me gusta apurar mucho, todavía nos tocó eserar en la puerta de embarque.
El vuelo a Madrid se nos hizo muy pesado a pesar de la comodidad del avión y ya no sabíamos como ponernos en el asiento.
Fín.
En el aeropuerto compruebo que el vuelo va con retraso, asique en la zona internacional gastamos los últimos pesos, en concreto 4 botellas de Vino Chileno y media docena de aljafares. El avión se retrasaba cada vez más y al final fue hora y media.
Una vez en la escala de Sao Paulo, pasamos el control policial y me preguntan por las botellas. Yo en el aeropuerto de Santiago pregunté si tendría algún problema en Sao Paulo por el tema de las botellas y me dijeron que si me sellaban la bolsa y mostraba el ticket de compra no me dirían nada. Así lo hice y tras una consulta entre los policías no hubo problemas.
A pesar de que el retraso del vuelo había reducido bastante el tiempo de la escala, como generalmente no me gusta apurar mucho, todavía nos tocó eserar en la puerta de embarque.
El vuelo a Madrid se nos hizo muy pesado a pesar de la comodidad del avión y ya no sabíamos como ponernos en el asiento.
Fín.